El Gobierno destinará 10 millones de euros a proyectos de reducción de emisiones de CO2 en 2013

Durante la presentación de los 37 proyectos elegidos por «Proyectos Clima 2012 Fondo de Carbono» en su primera convocatoria, el ministro subrayó que «una de las prioridades» de su departamento en materia de cambio climático es «redoblar esfuerzos para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en nuestro país», sin necesidad de comprar créditos en terceros países.

A su juicio, los proyectos seleccionados en este programa «son un buen ejemplo de que es posible reducir emisiones y, a la vez, crear riqueza» y, sobre todo mostró su satisfacción por que muchos de los proyectos de 2012 se desarrollan en el ámbito rural, lo que demuestra que la protección del medio ambiente es una «oportunidad para desarrollar nuevas actividades económicas perfectamente integradas con las tradicionales».

«España cuenta con la tecnología necesaria para avanzar hacia una economía y una sociedad baja en carbono», destacó el ministro que añadió que estos proyectos son «ejemplo» de cómo se puede ir hacia una economía baja en carbono y actuar en el ámbito de la mitigación del cambio climático, «impulsando además el desarrollo económico y generación de empleo en sectores de enorme potencial».

En este ámbito, el ministro recordó que de acuerdo con la política europea, España deberá reducir en 2020 sus emisiones de gases de efecto invernadero en los sectores difusos en un 10% respecto a 2005. Los sectores difusos, que no están sujetos al régimen europeo de comercio de derechos de emisión, suponen algo más del 60% de las emisiones GEI.

Por su parte, la directora general de la Oficina de Cambio Climático, Susana Magro, explicó que los 37 proyectos seleccionados adquirirán las reducciones verificadas de emisiones que generen. «Estamos hablando de más de 800.000 toneladas de CO2 en los próximos cuatro años, cuya emisión a la atmósfera se evitará gracias a estas iniciativas», aseguró.

Estas emisiones provendrán de sectores como el transporte, el sector residencial, los residuos o la agricultura, «sectores sobre los que no siempre resulta sencillo actuar y requieren iniciativas a largo plazo».

«La puesta en marcha de los «Proyectos Clima» ha sido una de las actuaciones prioritarias para reducir nuestras emisiones en estas áreas, de modo que podamos cumplir nuestros compromisos para este periodo 2013-2020″, recalcó.

Concretamente, precisó que mediante el Fondo de Carbono el Gobierno comprará las emisiones de estos proyectos a un precio de 7 euros la tonelada, por lo que el monto total asciende a 5,6 millones de euros.

A la presentación de la convocatoria 2012 de los Proyectos Clima asistieron también el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos; el viceconsejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, Luis Asúa; el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de Aragón, Modesto Lobón; la consejera de Agricultura de Castilla-La Mancha, María Luisa Soriano; el director general del Área Industrial y Nuevas Energías de REPSOL, Josu Jon Imaz; el gerente de la empresa «Calor Erbi», Manuel Lamela; y Matilde Cabrera, del Instituto Aragonés del Agua. También asistieron varios empresarios cuyos proyectos han resultado elegidos.

Bruselas anuncia un concurso para proyectos eficaces para reducir la C02

Por su parte, la comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, lanzó un nuevo concurso para premiar los proyectos más creativos e innovadores, eficaces y prácticos destinados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea como las bicis eléctricas para el transporte de mercancías pero también procesos de producción innovadores que permitan reducir las emisiones y mejorar en eficiencia energética.

Los particulares u organizaciones de cualquier Estado miembro que quieran participar en el concurso bautizado «El mundo que quieres« podrán presentar durante los próximos tres meses sus proyectos, que deberán tener como objetivo principal reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

La comisaria explicó que el concurso «es una excelente oportunidad para demostrar que el cambio climático no es solo un tema de conversación» y avanzó que los proyectos que se presenten «ayudarán a poner de manifiesto que construir el mundo que queremos, con el clima que queremos, es viable y asequible, y que nuestras vidas no se volverán tristes y grises por ello».

Se pueden presentar proyectos como una bicicleta eléctrica para el transporte de mercancías, pero también un proceso de producción innovador que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero y la factura de la energía en los hogares o edificios o proyectos de edificios sostenibles.

Los ciudadanos podrán votar entre mayo y junio la iniciativa más creativa e imaginativa de los proyectos seleccionados previamente en la web de la campaña http://world-youlike.europa.eu/en/ y un jurado posterior presidido por la comisaria seleccionará los tres ganadores de entre los diez más votados.

Los ganadores recibirán el galardón «Sustainia», iniciativa internacional que defiende la sostenibilidad dirigida por el actor y ex gobernador de California Arnold Schwarzenegger, en una ceremonia de entrega que acogerá Copenhague el próximo mes de octubre bajo el auspicio de esta iniciativa internacional.

España reúne varias experiencias mundiales en captura, transporte y almacenamiento de emisiones

En concreto, esta tecnología consiste en reducir las emisiones de dióxido de carbono hacia la atmósfera, mediante la separación o captura del CO2 contenido en los gases de combustión producidos en centrales térmicas y procesos industriales, su transporte hasta el enclave seleccionado y su almacenamiento en el subsuelo, según sus promotores.

En los trabajos del Comité -constituido en junio del año pasado- participaron una treintena de países. Tras la reunión, se dieron a conocer las experiencias españolas llevadas a cabo, como las de la Robla, Compostilla y Puertollano. Entre las iniciativas internacionales, destacaron el estadounidense Secarb o el noruego Mongstad.

La participación española se canalizó a través de un «comité espejo» de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), presidido por la Asociación de la Plataforma Tecnológica Española del CO2 (PTECO2) y secretariado por AENOR, en el que se reúnen empresas y organizaciones interesadas en esta tecnología en España. Este grupo de trabajo realizará un seguimiento de los trabajos internacionales y canalizará la voz de los expertos españoles.

En la reunión plenaria del ISO TC/265, celebrada esta semana en la sede de AENOR en Madrid, se definieron los grupos de trabajo en los que se subdivide el comité y se presentaron las primeras propuestas de normas, en aspectos como tecnología y procesos de captura de CO2, consumo energético y eficiencia en la captura de CO2 por postcombustión en la industria energética.

Además, se propuso elaborar normas de sistema de transporte; requisitos y recomendaciones para el almacenamiento de CO2 de forma segura para personas y medio ambiente; aspectos horizontales -terminología, comunicación, consumo energético y evaluación del riesgo- y cuantificación y verificación.

Las normas contienen el consenso del mercado respecto a la mejor forma de abordar procesos importantes para las organizaciones, en los que se juegan su competitividad y contribuyen al desarrollo de la tecnología.

Durante la jornada, también se dio a conocer la situación actual en materia de tecnologías de captura, transporte y almacenamiento de CO2, a través de la presentación de proyectos desarrollados en España y a nivel internacional.

España reúne varias experiencias mundiales en captura, transporte y almacenamiento de emisiones

En concreto, esta tecnología consiste en reducir las emisiones de dióxido de carbono hacia la atmósfera, mediante la separación o captura del CO2 contenido en los gases de combustión producidos en centrales térmicas y procesos industriales, su transporte hasta el enclave seleccionado y su almacenamiento en el subsuelo, según sus promotores.

En los trabajos del Comité -constituido en junio del año pasado- participaron una treintena de países. Tras la reunión, se dieron a conocer las experiencias españolas llevadas a cabo, como las de la Robla, Compostilla y Puertollano. Entre las iniciativas internacionales, destacaron el estadounidense Secarb o el noruego Mongstad.

La participación española se canalizó a través de un «comité espejo» de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), presidido por la Asociación de la Plataforma Tecnológica Española del CO2 (PTECO2) y secretariado por AENOR, en el que se reúnen empresas y organizaciones interesadas en esta tecnología en España. Este grupo de trabajo realizará un seguimiento de los trabajos internacionales y canalizará la voz de los expertos españoles.

En la reunión plenaria del ISO TC/265, celebrada esta semana en la sede de AENOR en Madrid, se definieron los grupos de trabajo en los que se subdivide el comité y se presentaron las primeras propuestas de normas, en aspectos como tecnología y procesos de captura de CO2, consumo energético y eficiencia en la captura de CO2 por postcombustión en la industria energética.

Además, se propuso elaborar normas de sistema de transporte; requisitos y recomendaciones para el almacenamiento de CO2 de forma segura para personas y medio ambiente; aspectos horizontales -terminología, comunicación, consumo energético y evaluación del riesgo- y cuantificación y verificación.

Las normas contienen el consenso del mercado respecto a la mejor forma de abordar procesos importantes para las organizaciones, en los que se juegan su competitividad y contribuyen al desarrollo de la tecnología.

Durante la jornada, también se dio a conocer la situación actual en materia de tecnologías de captura, transporte y almacenamiento de CO2, a través de la presentación de proyectos desarrollados en España y a nivel internacional.

España reúne varias experiencias mundiales en captura, transporte y almacenamiento de emisiones

En concreto, esta tecnología consiste en reducir las emisiones de dióxido de carbono hacia la atmósfera, mediante la separación o captura del CO2 contenido en los gases de combustión producidos en centrales térmicas y procesos industriales, su transporte hasta el enclave seleccionado y su almacenamiento en el subsuelo, según sus promotores.

En los trabajos del Comité -constituido en junio del año pasado- participaron una treintena de países. Tras la reunión, se dieron a conocer las experiencias españolas llevadas a cabo, como las de la Robla, Compostilla y Puertollano. Entre las iniciativas internacionales, destacaron el estadounidense Secarb o el noruego Mongstad.

La participación española se canalizó a través de un «comité espejo» de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), presidido por la Asociación de la Plataforma Tecnológica Española del CO2 (PTECO2) y secretariado por AENOR, en el que se reúnen empresas y organizaciones interesadas en esta tecnología en España. Este grupo de trabajo realizará un seguimiento de los trabajos internacionales y canalizará la voz de los expertos españoles.

En la reunión plenaria del ISO TC/265, celebrada esta semana en la sede de AENOR en Madrid, se definieron los grupos de trabajo en los que se subdivide el comité y se presentaron las primeras propuestas de normas, en aspectos como tecnología y procesos de captura de CO2, consumo energético y eficiencia en la captura de CO2 por postcombustión en la industria energética.

Además, se propuso elaborar normas de sistema de transporte; requisitos y recomendaciones para el almacenamiento de CO2 de forma segura para personas y medio ambiente; aspectos horizontales -terminología, comunicación, consumo energético y evaluación del riesgo- y cuantificación y verificación.

Las normas contienen el consenso del mercado respecto a la mejor forma de abordar procesos importantes para las organizaciones, en los que se juegan su competitividad y contribuyen al desarrollo de la tecnología.

Durante la jornada, también se dio a conocer la situación actual en materia de tecnologías de captura, transporte y almacenamiento de CO2, a través de la presentación de proyectos desarrollados en España y a nivel internacional.

Los esquemas para la regulación del comercio de emisiones limitan el consumo verde del consumidor

Perino sugirió que algunas de las recomendaciones hechas por organismos gubernamentales y organizaciones no gubernamentales (ONG) ambientales sobre cómo los individuos pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no son adecuadas en la Unión Europea debido a su Sistema de Comercio de Emisiones (EU ETS), con topes para las emisiones de algunas industrias, como la de producción de electricidad y aviación, y permite regular el comercio de derechos de emisión.

Los consejos comúnmente dados a los consumidores incluyen la reducción del número de vuelos realizados, la sustitución de la energía de los electrodomésticos y bombillas por otros energéticamente eficientes y comer menos carne roja.

Pero en un documento de trabajo publicado por el Centro de Ciencias Sociales del Comportamiento y Experimental, de la Universidad de East Anglia, el doctor Perino explicó que cuando el límite del EU ETS está en su lugar, la instalación de bombillas energéticamente eficientes, volar menos y algunas otras acciones recomendadas no tienen ningún impacto en las emisiones totales, ya que simplemente se trasladan a otras fuentes a través de mecanismos de negociación del sistema.

En este sentido, este investigador afirmó que de los ejemplos anteriores sólo comer menos carne reduce las emisiones totales, porque a diferencia de la producción de electricidad y de la aviación, las emisiones procedentes de la agricultura no están cubiertas por el ETS de la UE.

«La compra de electrodomésticos eficientes todavía no tiene mucho sentido, ya que suelen ahorrar más en las facturas de electricidad que los costes adicionales por su compra y reducen otras formas de contaminación ambiental, pero no las emisiones de gases de efecto invernadero», señaló el doctor Perino, economista ambiental en la Escuela de Economía y miembro del Centro de Investigación Social y Económica sobre el Medio Ambiente Mundial (CSERGE) en la Univesidad de East Anglia.

En este sentido, argumentó que entender las políticas, como la de la EU ETS, es crucial para las personas que quieran contribuir a la reducción de su emisión de carbono, de lo contrario sus esfuerzos pueden fracasar. «Los consumidores que desean reducir el impacto climático de su consumo deben centrar su estilo de vida en la reducción de las emisiones no reguladas por el ETS de la Unión Europea como el transporte por carretera, la agricultura y otros sectores con baja intensidad de energía», dijo.

«Conducir menos su coche, comer menos carne roja y mejorar el aislamiento de su hogar reduce considerablemente su huella de carbono. Estos sectores no regulados representan más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero en los países participantes y la reducción de esas emisiones es importante», sentenció este experto.

El ETS es el mayor sistema internacional de comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero y una piedra angular de la política de la Unión Europea para combatir el cambio climático. Bajo este límite y el esquema de comercio, las emisiones de una fuente regulada pueden ser compensadas por otras y las empresas que tienen más derechos de emisión de los que necesitan tienen la posibilidad de venderlos a otras compañías, que a su vez los utilizan para aumentar sus propias emisiones.

Sin embargo, el doctor Perino dijo que si bien este sistema reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, sólo lo hace porque el límite es inferior a la cantidad que los sectores regulados emitiría en su ausencia. Así, este experto recomienda que para reducir las emisiones en los sectores del UE ETS como la producción de electricidad, la gente debería presionar a los políticos para que rebajen el límite máximo.

Los esquemas para la regulación del comercio de emisiones limitan el consumo verde del consumidor

Perino sugirió que algunas de las recomendaciones hechas por organismos gubernamentales y organizaciones no gubernamentales (ONG) ambientales sobre cómo los individuos pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no son adecuadas en la Unión Europea debido a su Sistema de Comercio de Emisiones (EU ETS), con topes para las emisiones de algunas industrias, como la de producción de electricidad y aviación, y permite regular el comercio de derechos de emisión.

Los consejos comúnmente dados a los consumidores incluyen la reducción del número de vuelos realizados, la sustitución de la energía de los electrodomésticos y bombillas por otros energéticamente eficientes y comer menos carne roja.

Pero en un documento de trabajo publicado por el Centro de Ciencias Sociales del Comportamiento y Experimental, de la Universidad de East Anglia, el doctor Perino explicó que cuando el límite del EU ETS está en su lugar, la instalación de bombillas energéticamente eficientes, volar menos y algunas otras acciones recomendadas no tienen ningún impacto en las emisiones totales, ya que simplemente se trasladan a otras fuentes a través de mecanismos de negociación del sistema.

En este sentido, este investigador afirmó que de los ejemplos anteriores sólo comer menos carne reduce las emisiones totales, porque a diferencia de la producción de electricidad y de la aviación, las emisiones procedentes de la agricultura no están cubiertas por el ETS de la UE.

«La compra de electrodomésticos eficientes todavía no tiene mucho sentido, ya que suelen ahorrar más en las facturas de electricidad que los costes adicionales por su compra y reducen otras formas de contaminación ambiental, pero no las emisiones de gases de efecto invernadero», señaló el doctor Perino, economista ambiental en la Escuela de Economía y miembro del Centro de Investigación Social y Económica sobre el Medio Ambiente Mundial (CSERGE) en la Univesidad de East Anglia.

En este sentido, argumentó que entender las políticas, como la de la EU ETS, es crucial para las personas que quieran contribuir a la reducción de su emisión de carbono, de lo contrario sus esfuerzos pueden fracasar. «Los consumidores que desean reducir el impacto climático de su consumo deben centrar su estilo de vida en la reducción de las emisiones no reguladas por el ETS de la Unión Europea como el transporte por carretera, la agricultura y otros sectores con baja intensidad de energía», dijo.

«Conducir menos su coche, comer menos carne roja y mejorar el aislamiento de su hogar reduce considerablemente su huella de carbono. Estos sectores no regulados representan más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero en los países participantes y la reducción de esas emisiones es importante», sentenció este experto.

El ETS es el mayor sistema internacional de comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero y una piedra angular de la política de la Unión Europea para combatir el cambio climático. Bajo este límite y el esquema de comercio, las emisiones de una fuente regulada pueden ser compensadas por otras y las empresas que tienen más derechos de emisión de los que necesitan tienen la posibilidad de venderlos a otras compañías, que a su vez los utilizan para aumentar sus propias emisiones.

Sin embargo, el doctor Perino dijo que si bien este sistema reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, sólo lo hace porque el límite es inferior a la cantidad que los sectores regulados emitiría en su ausencia. Así, este experto recomienda que para reducir las emisiones en los sectores del UE ETS como la producción de electricidad, la gente debería presionar a los políticos para que rebajen el límite máximo.

Los esquemas para la regulación del comercio de emisiones limitan el consumo verde del consumidor

Perino sugirió que algunas de las recomendaciones hechas por organismos gubernamentales y organizaciones no gubernamentales (ONG) ambientales sobre cómo los individuos pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no son adecuadas en la Unión Europea debido a su Sistema de Comercio de Emisiones (EU ETS), con topes para las emisiones de algunas industrias, como la de producción de electricidad y aviación, y permite regular el comercio de derechos de emisión.

Los consejos comúnmente dados a los consumidores incluyen la reducción del número de vuelos realizados, la sustitución de la energía de los electrodomésticos y bombillas por otros energéticamente eficientes y comer menos carne roja.

Pero en un documento de trabajo publicado por el Centro de Ciencias Sociales del Comportamiento y Experimental, de la Universidad de East Anglia, el doctor Perino explicó que cuando el límite del EU ETS está en su lugar, la instalación de bombillas energéticamente eficientes, volar menos y algunas otras acciones recomendadas no tienen ningún impacto en las emisiones totales, ya que simplemente se trasladan a otras fuentes a través de mecanismos de negociación del sistema.

En este sentido, este investigador afirmó que de los ejemplos anteriores sólo comer menos carne reduce las emisiones totales, porque a diferencia de la producción de electricidad y de la aviación, las emisiones procedentes de la agricultura no están cubiertas por el ETS de la UE.

«La compra de electrodomésticos eficientes todavía no tiene mucho sentido, ya que suelen ahorrar más en las facturas de electricidad que los costes adicionales por su compra y reducen otras formas de contaminación ambiental, pero no las emisiones de gases de efecto invernadero», señaló el doctor Perino, economista ambiental en la Escuela de Economía y miembro del Centro de Investigación Social y Económica sobre el Medio Ambiente Mundial (CSERGE) en la Univesidad de East Anglia.

En este sentido, argumentó que entender las políticas, como la de la EU ETS, es crucial para las personas que quieran contribuir a la reducción de su emisión de carbono, de lo contrario sus esfuerzos pueden fracasar. «Los consumidores que desean reducir el impacto climático de su consumo deben centrar su estilo de vida en la reducción de las emisiones no reguladas por el ETS de la Unión Europea como el transporte por carretera, la agricultura y otros sectores con baja intensidad de energía», dijo.

«Conducir menos su coche, comer menos carne roja y mejorar el aislamiento de su hogar reduce considerablemente su huella de carbono. Estos sectores no regulados representan más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero en los países participantes y la reducción de esas emisiones es importante», sentenció este experto.

El ETS es el mayor sistema internacional de comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero y una piedra angular de la política de la Unión Europea para combatir el cambio climático. Bajo este límite y el esquema de comercio, las emisiones de una fuente regulada pueden ser compensadas por otras y las empresas que tienen más derechos de emisión de los que necesitan tienen la posibilidad de venderlos a otras compañías, que a su vez los utilizan para aumentar sus propias emisiones.

Sin embargo, el doctor Perino dijo que si bien este sistema reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, sólo lo hace porque el límite es inferior a la cantidad que los sectores regulados emitiría en su ausencia. Así, este experto recomienda que para reducir las emisiones en los sectores del UE ETS como la producción de electricidad, la gente debería presionar a los políticos para que rebajen el límite máximo.

Arias Cañete dice que los ingresos de la subasta de emisiones de CO2 financiarán las renovables y a la lucha contra el cambio climático

En respuesta a una pregunta del senador de CiU Pere Maluquer, el titular de Medio Ambiente recordó que se trata de cumplir con la normativa comunitaria y la nacional, que establecen que los ingresos procedentes de las subastas de CO2 deberán destinarse a políticas de lucha contra el cambio climático, al menos en un 50%.

En concreto, el ministro detalló que ese 10% que afecta de manera directa a las políticas de cambio climático se orientará a medidas que reduzcan las emisiones en los sectores difusos, principalmente en las líneas de actividad del Fondo de Carbono, el Proyecto Huella de Carbono y la Hoja de Ruta de Difusos 2020.

En este sentido, recordó que la puesta en marcha del Fondo de Carbono está teniendo resultados «muy satisfactorios», con los primeros 40 Proyectos Clima aprobados, a la vez del éxito del proyecto Huella de Carbono, iniciativa que vincula el cálculo y la reducción de la huella de carbono en las empresas con el fomento de los sumideros nacionales.

Finalmente, Arias Cañete se refirió a la Hoja de ruta de Difusos 2020, como el «principal instrumento» para la determinación de la senda de cumplimiento que vendrá marcada por la Comisión Europea en los próximos meses, para la elaboración de las proyecciones nacionales a 2020, y para identificar las medidas sectoriales necesarias.

«Una vez que, junto con las comunidades autónomas, tengamos elaborada esta hoja de ruta, será el momento de estudiar cómo repartimos el esfuerzo y si también tenemos que repartir los recursos necesarios para abordarlo», concluyó.

Medio Ambiente invertirá el 90% de los ingresos obtenidos en las subastas de derechos de emisión en el fomento de las renovables

Durante la III Asamblea Internacional de Energía (IRENA), que se celebra en Abu Dhabi (Emiratos Árabes), Ramos reiteró el compromiso del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y del Gobierno español con el paquete de Energía y Medio Ambiente de la «UE 2020» para impulsar «una economía sostenible e integradora a través de políticas dirigidas hacia una economía baja en carbono» y del que forma parte el fomento de las energías renovables.

A este respecto, el secretario de Estado anunció que «aunque actualmente, y dado el contexto económico en el que nos encontramos, hay que racionalizar el uso de recursos, también hay que considerar la necesidad de penetración de las energías renovables de forma acorde a sus costes y a los objetivos europeos«.

Asimismo, el secretario de Estado recordó que las políticas climáticas «tendrán efectos importantes en la configuración de los sistemas mundiales de energía y en la contribución de las energías renovables en estos sistemas». Por ello, señaló que «encontrar e implementar la financiación de las energías renovables más adecuada y efectiva a nivel global, continúa siendo una asignatura pendiente que está suponiendo un importante obstáculo para la expansión de ciertas regiones del planeta».

Respecto a este tema, planteó que para países como España «el sector privado colabore en la financiación». «Las empresas deben encontrar en el mercado los suficientes elementos que les permitan acometer las inversiones necesarias para orientar los mixes de generación hacia energías más limpias», agregó.

Aprobado el desarrollo normativo para el comercio de derechos de emisión de CO2 entre 2013 y 2020

En este contexto, el texto precisa aspectos relacionados las reglas que han de regir en la Unión Europea, de manera armonizada, para la determinación de la asignación gratuita de derechos de emisión que ha de corresponder a cada instalación con derecho a la misma.

El Real Decreto afecta a otros aspectos de esta Decisión comunitaria, como las normas relacionadas con la asignación de derechos a nuevos entrantes (nuevas instalaciones o ampliaciones significativas de las existentes), ajustes a la baja en la asignación debidos a ceses parciales (reducciones del nivel de actividad) o reducciones significativas de capacidad (cambios físicos que den lugar a un descenso significativo de la capacidad).

Con este propósito, se regulan algunos aspectos formales, aclaran las obligaciones de información de los titulares de las instalaciones y precisan aspectos procedimentales y competenciales.

El régimen europeo de comercio de derechos de emisión constituye una herramienta central de la política comunitaria de cambio climático y abarca más de 12.000 instalaciones de diversos sectores industriales y de generación de energía.

Con una Directiva comunitaria de 2009 se llevó a cabo una reforma del régimen de cara al periodo 2013-2020, que ha sido desarrollada y precisada por diversas disposiciones normativas posteriores de Derecho comunitario. En España, la Ley por la que se regulaba el régimen de comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero, de 2005, fue reformada a través de otra Ley en 2010, que incorporó las novedades que la mencionada Directiva comunitaria de 2009 contemplaba de cara al periodo 2013-2020.