De este modo, salieron al paso de las reclamaciones de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), que propone obligar a las gasolineras a ofrecer biocarburantes y establecer incentivos fiscales para los coches que utilicen estos carburantes renovables.

Estas dos patronales de operadores del mercado de refino, distribución y comercialización de productos petrolíferos en España afirman que «se ha demostrado que el parque automovilístico no admite, hoy por hoy, mayores prcentajes ‘bio’, por lo que su incorporación dejaría al consumidor indefenso frente a posibles problemas en su motor». En esta situación, «el gran perjudicado sería el consumidor final», dijeron.

Según defienden estas organizaciones (que agrupan a BP, Cepsa, Disa, Dyneff, Esergui, Galp Energía, Meroil, Repsol, Saras Energía y Shell), las compañías petrolíferas llevan años comprometidas con la incorporación de biocombustibles, realizando inversiones y modificando los suministros y sistemas logísticos para su incorporación.

Las compañías agregan que «han tratado de comercializar biocarburantes puros o mezcla elevada», pero «se encuentran con el gran obstáculo de que no existe demanda de los mismos, ya que el parque actual de vehículos que pueden utilizar estos productos es prácticamente inexistente».

De hecho, añaden, la industria automovilística ha manifestado «serias reticencias» al uso de biocarburantes con porcentajes mayores a los vigentes en las normas de calidad (10% en volumen en el caso del bioetanol y 7% en el caso del biodiesel), ya que tales mezclas no son aptas para los motores que se fabrican actualmente.

Así, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) publicó el pasado abril un comunicado en el que se declara contraria a la utilización de mayores mezclas y solicita que hasta 2015 no se introduzcan mezclas de mayor porcentaje.

En consecuencia, AOP y UPI entienden que si el parque de vehículos actual imposibilita vender en la red de estaciones de servicio biocarburantes puros o de mezcla elevada, y considerando que actualmente sólo 6.500 vehículos pueden utilizarlos, «no tiene ningún sentido obligar a la colocación en todas las estaciones de servicio de un surtidor de biocarburantes puros o de mezcla elevada«.

Dado el número de instalaciones de suministro a vehículos actual, habría más de un surtidor por vehículo. La dedicación de un surtidor especial para estos productos iría en detrimento de los productos que realmente demandan los conductores y, por lo tanto, en detrimento del servicio a los consumidores.

Según explicó el presidente de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (Ceees), Juan Prats, a pesar de que septiembre está siendo un mes de ventas muy bajas (por la llamada «cuesta de septiembre», tras las vacaciones) y a pesar también de ser fin de mes, el lunes y el martes se auguran ventas «muy fuertes».

«Aunque la gente no tenga que salir el miércoles a la carretera, llenará el depósito por si acaso; y si tienen dos coches, llenarán los dos», comentó Prats.

Sindicatos y Ministerio de Industria, Turismo y Comercio fijaron los servicios mínimos para las estaciones de servicio, que serán, aproximadamente, del 25%.

Los sindicatos plantearon inicialmente que el suministro de carburante se ceñirá a policía, bomberos y ambulancias.

En el acuerdo final se han rectificado algunos puntos de la propuesta ministerial, rellenando «lagunas y huecos», para evitar que haya zonas desabastecidas.

Así, se han sacado de los servicios mínimos algunas gasolineras situadas en polígonos industriales, sustituyéndolas por otras, más accesibles, ubicadas en autopistas y carreteras.

Igualmente, se han «quitado de la lista» las gasolineras de la zona de las cuencas mineras a las que, en la situación actual de movilizaciones en el sector del carbón, no se puede llegar, de todos modos.

Los empresarios gasolineros creen poco probable que haya problemas de suministro, porque los camiones cisterna surtirán de gasóleo y gasolina con normalidad durante los días anteriores al paro que, al fin y al cabo, sólo será de una jornada.

En cuanto al seguimiento de la huelga en el sector, Prats consideró que, probablemente, será más intenso en las gasolineras de las grandes compañías (Repsol, BP y Cepsa), que cuentan con sindicatos fuertes.

Por contra, los pequeños establecimientos familiares no cerrarán, en su mayoría: los propietarios llevan personalmente la gestión de la gasolinera en la mayoría de estos casos y, por lo tanto, si cerraran «se perjudicarían a ellos mismos y a su negocio».

Por su parte, la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) también ha constatado un aumento sensible de pedidos para los días anteriores al día 29. Aunque no hay previsión de que pueda haber problemas de abastecimiento (al ser solo una jornada de paro), muchas empresas quieren, así, anticiparse y evitar que llegue a sugir el problema.

Según explicó un portavoz de la organización que agrupa a los transportistas, «la gente se va a aprovisionar», sobre todo de productos perecederos (como alimentos frescos para supermercados) o piezas necesarias para fábricas y cadenas de montaje.

De hecho, admitió que en la jornada del miércoles «puede haber cierto problema» para abastecer de ciertos productos, como gases medicinales y bombonas de butano.

Con todo, la Federación espera que serán pocos los transportistas que harán huelga. «Es un sector compuesto por muchas pequeñas empresas. El 70% son autónomos que conducen su propio vehículo. Por lo que hemos sondeado, no parecen muy convencidos de ir a la huelga, porque no les viene bien», señaló el citado portavoz.

El impedimiento prodría venir, más que por la huelga de los transportistas, por los piquetes, señaló. Fenadismer pide, por ello, «poder trabajar». «Esperamos contar con la ayuda de las fuerzas públicas, porque el nuestro es un sector bastante sujeto a piquetes y bloqueos», dijo.

Según explicó el presidente de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (Ceees), Juan Prats, a pesar de que septiembre está siendo un mes de ventas muy bajas (por la llamada «cuesta de septiembre», tras las vacaciones) y a pesar también de ser fin de mes, el lunes y el martes se auguran ventas «muy fuertes».

«Aunque la gente no tenga que salir el miércoles a la carretera, llenará el depósito por si acaso; y si tienen dos coches, llenarán los dos», comentó Prats.

Sindicatos y Ministerio de Industria, Turismo y Comercio fijaron los servicios mínimos para las estaciones de servicio, que serán, aproximadamente, del 25%.

Los sindicatos plantearon inicialmente que el suministro de carburante se ceñirá a policía, bomberos y ambulancias.

En el acuerdo final se han rectificado algunos puntos de la propuesta ministerial, rellenando «lagunas y huecos», para evitar que haya zonas desabastecidas.

Así, se han sacado de los servicios mínimos algunas gasolineras situadas en polígonos industriales, sustituyéndolas por otras, más accesibles, ubicadas en autopistas y carreteras.

Igualmente, se han «quitado de la lista» las gasolineras de la zona de las cuencas mineras a las que, en la situación actual de movilizaciones en el sector del carbón, no se puede llegar, de todos modos.

Los empresarios gasolineros creen poco probable que haya problemas de suministro, porque los camiones cisterna surtirán de gasóleo y gasolina con normalidad durante los días anteriores al paro que, al fin y al cabo, sólo será de una jornada.

En cuanto al seguimiento de la huelga en el sector, Prats consideró que, probablemente, será más intenso en las gasolineras de las grandes compañías (Repsol, BP y Cepsa), que cuentan con sindicatos fuertes.

Por contra, los pequeños establecimientos familiares no cerrarán, en su mayoría: los propietarios llevan personalmente la gestión de la gasolinera en la mayoría de estos casos y, por lo tanto, si cerraran «se perjudicarían a ellos mismos y a su negocio».

Por su parte, la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) también ha constatado un aumento sensible de pedidos para los días anteriores al día 29. Aunque no hay previsión de que pueda haber problemas de abastecimiento (al ser solo una jornada de paro), muchas empresas quieren, así, anticiparse y evitar que llegue a sugir el problema.

Según explicó un portavoz de la organización que agrupa a los transportistas, «la gente se va a aprovisionar», sobre todo de productos perecederos (como alimentos frescos para supermercados) o piezas necesarias para fábricas y cadenas de montaje.

De hecho, admitió que en la jornada del miércoles «puede haber cierto problema» para abastecer de ciertos productos, como gases medicinales y bombonas de butano.

Con todo, la Federación espera que serán pocos los transportistas que harán huelga. «Es un sector compuesto por muchas pequeñas empresas. El 70% son autónomos que conducen su propio vehículo. Por lo que hemos sondeado, no parecen muy convencidos de ir a la huelga, porque no les viene bien», señaló el citado portavoz.

El impedimiento prodría venir, más que por la huelga de los transportistas, por los piquetes, señaló. Fenadismer pide, por ello, «poder trabajar». «Esperamos contar con la ayuda de las fuerzas públicas, porque el nuestro es un sector bastante sujeto a piquetes y bloqueos», dijo.