El campo pide políticas de ahorro contra el impacto de la subida del gasóleo en la cuenta de resultados

El gasóleo B o agrícola empezó el año rompiendo la barrera del euro por litro, cotización en la que se instaló a lo largo de los primeros diez meses del año, en una evolución que preocupa al conjunto del sector agrario porque afecta a su rentabilidad.

Hasta octubre, la media mensual de este combustible durante 2012 fue de 1,03 euros por litro, según se desprende de las estadísticas facilitadas por Cooperativas Agro-alimentarias, que realiza, desde hace años, una comparativa semanal con los precios de venta al público de todas las estaciones de servicio de gasóleo B.

Los datos recogidos por Efeagro muestran que nunca antes el sector primario había soportado unos precios tan elevados y durante tanto tiempo, y tanto en septiembre como en octubre registró una media de 1,08 euros, si bien en muchas gasolineras el precio es todavía mayor.

Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) apuntaron que desde que se alcanzó el último acuerdo sobre el gasóleo, en 2005, su precio medio se disparó un 72 %, mientras que informes de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) revelaron que la subida en la última década fue del 130%.

Según el citado estudio, los costes de producción alcanzaron en 2011 los 20.046 millones de euros en términos corrientes (+12,2 %) y uno de los capítulos de gasto que más se incrementó fue el de energía y lubricantes (+17,7 %), partida que supone casi el 10% del total y de ella el 90 % se debe al gasóleo agrícola.

La preocupación de agricultores y ganaderos por la evolución del precio del gasóleo es más que evidente, ya que perjudica directamente a su cuenta de resultados, y al no poder repercutir este incremento de costes en el precio final de sus producciones le coloca en una situación complicada.

El técnico de suministros de Cooperativas Agro-alimentarias, Francisco García, reconoció la gran dificultad de que bajen estas cotizaciones, dada la coyuntura internacional, y a pesar de que los precios de los carburantes, antes de impuestos, son superiores a los de otros países europeos. Opinión también compartida por el responsable técnico del departamento de Economía Agraria de COAG, Felipe Medina, y el técnico agrario de UPA, Javier Alejandre.

Abogaron por un uso más racional de la energía y más eficiente del gasóleo, porque aunque el sector ya está poniendo en práctica los resultados de investigaciones sobre esta cuestión, aún «es posible minimizar el uso (del gasóleo) sin que afecte a la producción», según García.

Cuando sube el gasóleo, termina repercutiendo en los fertilizantes, dos inputs «muy relevantes» que «complican los resultados de las explotaciones», según Alejandre, que también insistió en que es necesario buscar alternativas.

Medina aseguró que una de las opciones más viables es que las explotaciones sean «más sostenibles», para ello abogó por la reconversión a energías renovables y que los productores generen la energía que consumen y se puedan desligar así de «los vaivenes» de los precios de la energía.

Señaló que se precisa una visión «más a medio y largo plazo, no solo por el ahorro de combustibles, sino para disminuir el impacto de la huella de carbono» e ir hacia producciones más sostenibles, y recordó que programas como el plan Renove (de maquinaria agrícola) se quedaron casi sin fondos.

Apostaron por «auditorías energéticas, que dieron buenos resultados», según Medina, ya que «las medidas de ahorro conseguidas en las explotaciones han sido más que patentes», subrayó Alejandre.

El técnico de UPA explicó que el consumo medio por hectárea oscila entre 80 y 90 litros, por lo que bajar ese consumo a 60 «es un paso importante y posible cambiando técnicas de cultivo, apostando por una buena puesta a punto de la maquinaria o aplicando medidas de ahorro». Pero eso, «no se consigue de un día para otro», admitió.

El sector primario reclamó, por ello, la investigación necesaria para continuar con el asesoramiento a agricultores y ganaderos sobre medidas de ahorro y eficiencia energética.

El campo pide políticas de ahorro contra el impacto de la subida del gasóleo en la cuenta de resultados

El gasóleo B o agrícola empezó el año rompiendo la barrera del euro por litro, cotización en la que se instaló a lo largo de los primeros diez meses del año, en una evolución que preocupa al conjunto del sector agrario porque afecta a su rentabilidad.

Hasta octubre, la media mensual de este combustible durante 2012 fue de 1,03 euros por litro, según se desprende de las estadísticas facilitadas por Cooperativas Agro-alimentarias, que realiza, desde hace años, una comparativa semanal con los precios de venta al público de todas las estaciones de servicio de gasóleo B.

Los datos recogidos por Efeagro muestran que nunca antes el sector primario había soportado unos precios tan elevados y durante tanto tiempo, y tanto en septiembre como en octubre registró una media de 1,08 euros, si bien en muchas gasolineras el precio es todavía mayor.

Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) apuntaron que desde que se alcanzó el último acuerdo sobre el gasóleo, en 2005, su precio medio se disparó un 72 %, mientras que informes de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) revelaron que la subida en la última década fue del 130%.

Según el citado estudio, los costes de producción alcanzaron en 2011 los 20.046 millones de euros en términos corrientes (+12,2 %) y uno de los capítulos de gasto que más se incrementó fue el de energía y lubricantes (+17,7 %), partida que supone casi el 10% del total y de ella el 90 % se debe al gasóleo agrícola.

La preocupación de agricultores y ganaderos por la evolución del precio del gasóleo es más que evidente, ya que perjudica directamente a su cuenta de resultados, y al no poder repercutir este incremento de costes en el precio final de sus producciones le coloca en una situación complicada.

El técnico de suministros de Cooperativas Agro-alimentarias, Francisco García, reconoció la gran dificultad de que bajen estas cotizaciones, dada la coyuntura internacional, y a pesar de que los precios de los carburantes, antes de impuestos, son superiores a los de otros países europeos. Opinión también compartida por el responsable técnico del departamento de Economía Agraria de COAG, Felipe Medina, y el técnico agrario de UPA, Javier Alejandre.

Abogaron por un uso más racional de la energía y más eficiente del gasóleo, porque aunque el sector ya está poniendo en práctica los resultados de investigaciones sobre esta cuestión, aún «es posible minimizar el uso (del gasóleo) sin que afecte a la producción», según García.

Cuando sube el gasóleo, termina repercutiendo en los fertilizantes, dos inputs «muy relevantes» que «complican los resultados de las explotaciones», según Alejandre, que también insistió en que es necesario buscar alternativas.

Medina aseguró que una de las opciones más viables es que las explotaciones sean «más sostenibles», para ello abogó por la reconversión a energías renovables y que los productores generen la energía que consumen y se puedan desligar así de «los vaivenes» de los precios de la energía.

Señaló que se precisa una visión «más a medio y largo plazo, no solo por el ahorro de combustibles, sino para disminuir el impacto de la huella de carbono» e ir hacia producciones más sostenibles, y recordó que programas como el plan Renove (de maquinaria agrícola) se quedaron casi sin fondos.

Apostaron por «auditorías energéticas, que dieron buenos resultados», según Medina, ya que «las medidas de ahorro conseguidas en las explotaciones han sido más que patentes», subrayó Alejandre.

El técnico de UPA explicó que el consumo medio por hectárea oscila entre 80 y 90 litros, por lo que bajar ese consumo a 60 «es un paso importante y posible cambiando técnicas de cultivo, apostando por una buena puesta a punto de la maquinaria o aplicando medidas de ahorro». Pero eso, «no se consigue de un día para otro», admitió.

El sector primario reclamó, por ello, la investigación necesaria para continuar con el asesoramiento a agricultores y ganaderos sobre medidas de ahorro y eficiencia energética.

Las filiales españolas de Petersen se declaran en concurso de acreedores

El juez Antonio Pedreira, titular del Juzgado de lo Mercantil número 3 de Madrid, declaró en concurso de acreedores voluntario y ordinario a Petersen Energía y Petersen Energía Inversora, al encontrarse «en estado de insolvencia», según recogen sendos autos.

Los concursos se declararon de forma conjunta y ambos tienen el mismo administrador, Armando Luis Betancor, aunque cada uno seguirá su propio procedimiento.

Los acreedores tendrán treinta días, contados a partir de la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), para comunicar los créditos pendientes al administrador concursal y el deudor tendrá que comparecer ante el juzgado «cuantas veces sea requerido».

El grupo Petersen se hizo el pasado año con una participación del 25,46% de YPF gracias a la suscripción de varios créditos con entidades financieras y con la propia Repsol.

Tras la expropiación de la petrolera, el grupo argentino fue incapaz de devolver los préstamos, por lo que algunos de los acreedores -como Inbursa e Inmobiliaria Carso, del mexicano Carlos Slim, o la propia Repsol- decidieron ejecutar las garantías y quedarse con sus acciones.

Las filiales españolas de Petersen se declaran en concurso de acreedores

El juez Antonio Pedreira, titular del Juzgado de lo Mercantil número 3 de Madrid, declaró en concurso de acreedores voluntario y ordinario a Petersen Energía y Petersen Energía Inversora, al encontrarse «en estado de insolvencia», según recogen sendos autos.

Los concursos se declararon de forma conjunta y ambos tienen el mismo administrador, Armando Luis Betancor, aunque cada uno seguirá su propio procedimiento.

Los acreedores tendrán treinta días, contados a partir de la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), para comunicar los créditos pendientes al administrador concursal y el deudor tendrá que comparecer ante el juzgado «cuantas veces sea requerido».

El grupo Petersen se hizo el pasado año con una participación del 25,46% de YPF gracias a la suscripción de varios créditos con entidades financieras y con la propia Repsol.

Tras la expropiación de la petrolera, el grupo argentino fue incapaz de devolver los préstamos, por lo que algunos de los acreedores -como Inbursa e Inmobiliaria Carso, del mexicano Carlos Slim, o la propia Repsol- decidieron ejecutar las garantías y quedarse con sus acciones.

Las petroleras bajaron dos céntimos sus márgenes en septiembre, según la CNE

Los carburantes marcaron precios máximos históricos en septiembre, por lo que el Gobierno instó a las petroleras a que redujeran los márgenes, por considerarlos excesivos.

Sin embargo, las petroleras respondieron que estos márgenes ya estaban muy ajustados y que el beneficio final, una vez descontados todos los costes, era de apenas uno o dos céntimos el litro.

Según la CNE, el margen bruto de distribución de gasolina bajó 1,9 céntimos con respecto a agosto y el de gasóleo, 2,1 céntimos, lo que supuso un «notable cambio» en la posición que ocupa España en la lista de carburantes europeos más caros antes de impuestos.

En esta lista, que describe el precio por litro de carburante antes de aplicar los impuestos de cada país, España ha pasado del segundo más caro al decimoquinto en gasolina y del quinto al duodécimo en gasóleo.

El informe también apuntó que esta bajada de los márgenes suavizó la subida del IVA en septiembre, que encareció 3,7 céntimos cada litro de gasolina y 3,6 céntimos cada litro de gasóleo.

Así, a principios de septiembre la gasolina y el gasóleo marcaron sus precios máximos históricos -1,523 y 1,447 euros el litro, respectivamente-, aunque en ambos casos «a partir de la segunda semana del mes se observa una acusada tendencia a la baja».

A pesar de ello, la CNE subrayó que «la carga impositiva sobre los carburantes en España continúa siendo inferior a la de otros países de la Unión Europea, a pesar de la subida del IVA».

La CNE y la Comisión Nacional de Competencia (CNC) publicaron sendos informes a mediados de octubre en los que confirmaban la falta de competencia en el sector, tras lo que el ministro, José Manuel Soria, avanzó que esta situación se remediaría con cambios legales.

Por lo que respecta a la demanda de carburantes de automoción, en el último año se redujo más de un 7% con respecto a los doce meses anteriores.

De esta manera, según el regulador «se constata el fuerte impacto, casi sin precedentes, que la desaceleración económica está originando en el consumo de carburantes».

Las petroleras bajaron dos céntimos sus márgenes en septiembre, según la CNE

Los carburantes marcaron precios máximos históricos en septiembre, por lo que el Gobierno instó a las petroleras a que redujeran los márgenes, por considerarlos excesivos.

Sin embargo, las petroleras respondieron que estos márgenes ya estaban muy ajustados y que el beneficio final, una vez descontados todos los costes, era de apenas uno o dos céntimos el litro.

Según la CNE, el margen bruto de distribución de gasolina bajó 1,9 céntimos con respecto a agosto y el de gasóleo, 2,1 céntimos, lo que supuso un «notable cambio» en la posición que ocupa España en la lista de carburantes europeos más caros antes de impuestos.

En esta lista, que describe el precio por litro de carburante antes de aplicar los impuestos de cada país, España ha pasado del segundo más caro al decimoquinto en gasolina y del quinto al duodécimo en gasóleo.

El informe también apuntó que esta bajada de los márgenes suavizó la subida del IVA en septiembre, que encareció 3,7 céntimos cada litro de gasolina y 3,6 céntimos cada litro de gasóleo.

Así, a principios de septiembre la gasolina y el gasóleo marcaron sus precios máximos históricos -1,523 y 1,447 euros el litro, respectivamente-, aunque en ambos casos «a partir de la segunda semana del mes se observa una acusada tendencia a la baja».

A pesar de ello, la CNE subrayó que «la carga impositiva sobre los carburantes en España continúa siendo inferior a la de otros países de la Unión Europea, a pesar de la subida del IVA».

La CNE y la Comisión Nacional de Competencia (CNC) publicaron sendos informes a mediados de octubre en los que confirmaban la falta de competencia en el sector, tras lo que el ministro, José Manuel Soria, avanzó que esta situación se remediaría con cambios legales.

Por lo que respecta a la demanda de carburantes de automoción, en el último año se redujo más de un 7% con respecto a los doce meses anteriores.

De esta manera, según el regulador «se constata el fuerte impacto, casi sin precedentes, que la desaceleración económica está originando en el consumo de carburantes».

España está entre los países europeos con menor diferencia de precio entre la gasolina y el diésel

Esta semana, el precio medio del litro de gasolina se situó en España en 1,39 euros, sólo un céntimo por encima de los 1,38 euros del precio medio del litro de diésel, según el último boletín petrolero de la Unión Europea.

España está entre los cinco países europeos donde la diferencia entre gasolina y diésel es mínima o inexistente. Al igual que en España, el precio de la gasolina es sólo un céntimo más cara que el diésel en la República Checa, donde la sin plomo 95 sale a 1,48 euros y el gasóleo a 1,47 euros.

El caso contrario existe en Bulgaria, donde el precio de la gasolina (1,25) es un céntimo más barato que el diésel (1,26). Por su parte, en Austria (1,42 eu/l) y Letonia (1,38 eu/l), el precio del litro del diésel y la gasolina es el mísmo.

España está entre los países europeos con menor diferencia de precio entre la gasolina y el diésel

Esta semana, el precio medio del litro de gasolina se situó en España en 1,39 euros, sólo un céntimo por encima de los 1,38 euros del precio medio del litro de diésel, según el último boletín petrolero de la Unión Europea.

España está entre los cinco países europeos donde la diferencia entre gasolina y diésel es mínima o inexistente. Al igual que en España, el precio de la gasolina es sólo un céntimo más cara que el diésel en la República Checa, donde la sin plomo 95 sale a 1,48 euros y el gasóleo a 1,47 euros.

El caso contrario existe en Bulgaria, donde el precio de la gasolina (1,25) es un céntimo más barato que el diésel (1,26). Por su parte, en Austria (1,42 eu/l) y Letonia (1,38 eu/l), el precio del litro del diésel y la gasolina es el mísmo.

La demanda de gasolina y gasóleo se desploma un 13% en el mes de septiembre por la subida del IVA

Fuentes del sector indicaron que esta caída se debe fundamentalmente a la subida del IVA del 18% al 21% en septiembre, que redujo el gasto en carburantes de muchos consumidores ya de por sí muy afectados por la crisis.

El comercio registró en septiembre caídas parecidas a causa de la subida del IVA, y esta circunstancia hace pensar al sector petrolero que la demanda en los carburantes ha caído por los mismos motivos. Es posible, señalan las fuentes, que muchos automovilistas repostasen antes del 1 de septiembre con el fin de evitar precisamente esta subida impositiva.

En el caso de la gasolina y del gasóleo, la tendencia de los operadores ha sido, como en todos los sectores, a repercutir enteramente el incremento del IVA sobre el consumidor, si bien Repsol decidió rebajar el precio de venta de los carburantes para amortiguar el daño de la subida sobre el consumidor. De esta forma, el encarecimiento fue de la mitad en sus gasolineras, de una media de 3,80 céntimos a 1,90 céntimos de euro por litro.

En septiembre, el consumo de combustibles alcanzó los 2,02 millones de toneladas, después de que la demanda de gasolina se situase en 388.000 toneladas, un 14% menos que en el mismo mes de 2011, y la de gasóleo en 1,63 millones, un 13,5% menos.

El descenso registrado durante el mes coincidió con unos precios de los combustibles cercanos al máximo. Tras registrar récord histórico a finales de agosto, los carburantes no bajaron de una media de 1,4 euros el litro en los surtidores durante septiembre, y en el caso de la gasolina se situaron durante semanas por encima de los 1,5 euros.

El desplome de septiembre hace que la demanda de combustibles se sitúe en 19,8 millones de toneladas en los nueve primeros meses del año, un 6,3% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior.

Esta caída en el acumulado anual responde a un descenso del 6,8% en el consumo de gasolina, hasta 3,7 millones de toneladas, y del 6,1% en el de gasóleo, que se situó en 16,05 millones de toneladas.

Fuentes del sector constatan además que, desde 2007, la demanda de combustibles de automoción ha caído durante todos los meses, salvo una excepción puntual.

Este producto se ha carecterizado tradicionalmente por una demanda inelástica, capaz de mantenerse en niveles parecidos pese a las variaciones del entorno económico. No obstante, la crisis está demostrando que el combustible es inelástico ante cambios en el precio, pero no ante la renta disponible de las familias, que ha caído en los últimos años y que ha rebajado los desplazamientos en coche.

Cores también ofrece en el avance estadístico datos de consumo de otros productos petrolíferos, así como de gas natural. En septiembre, la demanda de gas licuado del petróleo (GLP) cayó un 21%, mientras que de querosenos lo hizo un 7,5% y la de gas natural, un 12%.

Tras estas caídas, el GLP acumula una caída del consumo del 3,4% en los nueve primeros meses del año, frente al 6,1% de los querosenos y el 4,3% del gas natural.

La demanda de gasolina y gasóleo se desploma un 13% en el mes de septiembre por la subida del IVA

Fuentes del sector indicaron que esta caída se debe fundamentalmente a la subida del IVA del 18% al 21% en septiembre, que redujo el gasto en carburantes de muchos consumidores ya de por sí muy afectados por la crisis.

El comercio registró en septiembre caídas parecidas a causa de la subida del IVA, y esta circunstancia hace pensar al sector petrolero que la demanda en los carburantes ha caído por los mismos motivos. Es posible, señalan las fuentes, que muchos automovilistas repostasen antes del 1 de septiembre con el fin de evitar precisamente esta subida impositiva.

En el caso de la gasolina y del gasóleo, la tendencia de los operadores ha sido, como en todos los sectores, a repercutir enteramente el incremento del IVA sobre el consumidor, si bien Repsol decidió rebajar el precio de venta de los carburantes para amortiguar el daño de la subida sobre el consumidor. De esta forma, el encarecimiento fue de la mitad en sus gasolineras, de una media de 3,80 céntimos a 1,90 céntimos de euro por litro.

En septiembre, el consumo de combustibles alcanzó los 2,02 millones de toneladas, después de que la demanda de gasolina se situase en 388.000 toneladas, un 14% menos que en el mismo mes de 2011, y la de gasóleo en 1,63 millones, un 13,5% menos.

El descenso registrado durante el mes coincidió con unos precios de los combustibles cercanos al máximo. Tras registrar récord histórico a finales de agosto, los carburantes no bajaron de una media de 1,4 euros el litro en los surtidores durante septiembre, y en el caso de la gasolina se situaron durante semanas por encima de los 1,5 euros.

El desplome de septiembre hace que la demanda de combustibles se sitúe en 19,8 millones de toneladas en los nueve primeros meses del año, un 6,3% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior.

Esta caída en el acumulado anual responde a un descenso del 6,8% en el consumo de gasolina, hasta 3,7 millones de toneladas, y del 6,1% en el de gasóleo, que se situó en 16,05 millones de toneladas.

Fuentes del sector constatan además que, desde 2007, la demanda de combustibles de automoción ha caído durante todos los meses, salvo una excepción puntual.

Este producto se ha carecterizado tradicionalmente por una demanda inelástica, capaz de mantenerse en niveles parecidos pese a las variaciones del entorno económico. No obstante, la crisis está demostrando que el combustible es inelástico ante cambios en el precio, pero no ante la renta disponible de las familias, que ha caído en los últimos años y que ha rebajado los desplazamientos en coche.

Cores también ofrece en el avance estadístico datos de consumo de otros productos petrolíferos, así como de gas natural. En septiembre, la demanda de gas licuado del petróleo (GLP) cayó un 21%, mientras que de querosenos lo hizo un 7,5% y la de gas natural, un 12%.

Tras estas caídas, el GLP acumula una caída del consumo del 3,4% en los nueve primeros meses del año, frente al 6,1% de los querosenos y el 4,3% del gas natural.