Rigor económico financiero frente a leyendas urbanas (II)

Las consecuencias de la lectura y de la información económica y contable procesada de las empresas en este informe desmonta muchos mitos y leyendas urbanas, construidas cuidadosamente por los colectivos retroprogresivos, en torno al sector eléctrico, alimentadas por ejercicios de presentación demagógica y política de la información y de desprecio de las leyes económicas, financieras y de los mercados, a la vez que sin correlación con formulaciones semejantes en otros sectores de la economía o en otros países.

Sin perjuicio de que la realidad obligará a que los informadores sectoriales tengamos que acudir a la información económica y contable que circunda el debate energético, es conveniente repasar las principales conclusiones de este estudio e incorporemos alguna apostilla:

I.- La diversificación internacional oculta la fuerte erosión de los resultados de la actividad eléctrica en el mercado español.

Como señala el informe, las empresas eléctricas españolas se han convertido en empresas globales y diversificadas, pero la lectura de sus resultados consolidados, no puede confundirse la situación financiera global con la española. De hecho, se puede apreciar en el informe que la rentabilidad de la actividad exterior de las empresas es mayor que en España. Y, además, la deuda de las empresas eléctricas (incluido el déficit tarifario) en el mercado español es el doble que en el resto de negocios (países) que tienen.

Por su parte, los negacionistas del déficit tarifario, los retroprogresivos, malician que el mercado español financia la actividad exterior de las empresas, cuando parece todo lo contrario.

En resumen, el planteamiento, la coartada a las intervenciones regulatorias en España parte de la visión de los resultados conjuntos, globales y consolidados de las empresas. La pregunta, por tanto, es si la actividad exterior debe financiar los caprichos intervencionistas internos para no abordar cuestiones y problemas como el déficit tarifario.

¿Se imaginan algo así con multinacionales españolas de otros sectores como el sector financiero o telecomunicaciones?

II.- ¿Qué es eso de los windfall profits? ¿Dónde están?

El resultado de la generación en España en 2009, es de 2.560 millones de euros. Podemos apreciar papeles elaborados por los apóstoles retroprogresivos en los que difunden, equivocadamente, que hay más de 4.500 millones en los supuestos «windfall profits» para justificar intervenciones discrecionales sobre ciertas tecnologías. Lo cierto es que no cuadran las cuentas o se abjura de la contabilidad financiera.

III.- Las centrales nucleares e hidráulicas no están amortizadas: queda más del 40 %

En el informe se destaca cómo las centrales nucleares e hidráulicas no están amortizadas, quedándoles un 40 % de la vida útil económica. Por su parte, el colectivo retroprogresivo, con una interpretación sui generis de este concepto, afirma que están totalmente amortizadas y que no requieren inversiones de mantenimiento o de renovación de equipamiento.

En lo que se refiere al mercado, los precios españoles en el mercado de generación de electricidad son altamente competitivos, comparativamente con la Unión Europea. De hecho, se puede apreciar en la actualidad, cómo se producen importantes bajadas de precios cuando entran más tecnologías en el pool, de forma que en la actualidad los precios son insuficientes para la recuperación del coste del capital, e incluso negativos. Y, unido a esto, cada vez pesa menos en la factura el coste de la generación frente a los costes regulados, verdadero problema de los precios de la electricidad.

IV.- Problemas y falsos problemas. Costes regulados: primas + déficit, más del 47 % de la factura, mientras la generación no llega al 25%

Los costes regulados dentro de la factura se han triplicado en los 10 últimos años, debido al incremento de las primas y al efecto de las anualidades del déficit. Las primas a las energías renovables, el déficit de años anteriores más los impuestos, suponen el 47,3% de la factura, mientras que la generación sólo representa el 24,8%. Y, para remate, España está a la cola de eficiencia energética en Europa.

Merece la pena, por tanto, una lectura detenida y con atención, de las conclusiones del mismo, para separar el grano de la paja y comprender la realidad financiera del sector eléctrico y las consecuencias de las decisiones tarifarias e intervencionistas, más allá de las coartadas políticas de cada momento y de las leyendas urbanas. Para comprender el estado del arte, despojado de la retórica justicialista-peronista que circunda el sector, que tratan de que la información económica-contable no estropee la noticia o el libelo.

Sería razonable, por tanto, que este Estudio sirviera para efectuar un ejercicio de consciencia por parte de los responsables de la política energética a la hora de abordar un enfoque global, sin involuciones respecto al mercado y, a la vez, para rebatir leyendas urbanas, que siguen teorías conspirativo-lucrativas parciales, en tiempos de vuelta al izquierdismo ramplón de mucho rédito. No es un informe más. Era necesario un informe así, riguroso desde el punto de vista contable, económico y financiero, para recentrar el debate, para tener un referente concreto antes de emitir opiniones partiendo de la realidad no de la ideología.

Ahora lo que toca son las conclusiones y la acción.

Rigor económico financiero frente a leyendas urbanas (II)

Las consecuencias de la lectura y de la información económica y contable procesada de las empresas en este informe desmonta muchos mitos y leyendas urbanas, construidas cuidadosamente por los colectivos retroprogresivos, en torno al sector eléctrico, alimentadas por ejercicios de presentación demagógica y política de la información y de desprecio de las leyes económicas, financieras y de los mercados, a la vez que sin correlación con formulaciones semejantes en otros sectores de la economía o en otros países.

Sin perjuicio de que la realidad obligará a que los informadores sectoriales tengamos que acudir a la información económica y contable que circunda el debate energético, es conveniente repasar las principales conclusiones de este estudio e incorporemos alguna apostilla:

I.- La diversificación internacional oculta la fuerte erosión de los resultados de la actividad eléctrica en el mercado español.

Como señala el informe, las empresas eléctricas españolas se han convertido en empresas globales y diversificadas, pero la lectura de sus resultados consolidados, no puede confundirse la situación financiera global con la española. De hecho, se puede apreciar en el informe que la rentabilidad de la actividad exterior de las empresas es mayor que en España. Y, además, la deuda de las empresas eléctricas (incluido el déficit tarifario) en el mercado español es el doble que en el resto de negocios (países) que tienen.

Por su parte, los negacionistas del déficit tarifario, los retroprogresivos, malician que el mercado español financia la actividad exterior de las empresas, cuando parece todo lo contrario.

En resumen, el planteamiento, la coartada a las intervenciones regulatorias en España parte de la visión de los resultados conjuntos, globales y consolidados de las empresas. La pregunta, por tanto, es si la actividad exterior debe financiar los caprichos intervencionistas internos para no abordar cuestiones y problemas como el déficit tarifario.

¿Se imaginan algo así con multinacionales españolas de otros sectores como el sector financiero o telecomunicaciones?

II.- ¿Qué es eso de los windfall profits? ¿Dónde están?

El resultado de la generación en España en 2009, es de 2.560 millones de euros. Podemos apreciar papeles elaborados por los apóstoles retroprogresivos en los que difunden, equivocadamente, que hay más de 4.500 millones en los supuestos «windfall profits» para justificar intervenciones discrecionales sobre ciertas tecnologías. Lo cierto es que no cuadran las cuentas o se abjura de la contabilidad financiera.

III.- Las centrales nucleares e hidráulicas no están amortizadas: queda más del 40 %

En el informe se destaca cómo las centrales nucleares e hidráulicas no están amortizadas, quedándoles un 40 % de la vida útil económica. Por su parte, el colectivo retroprogresivo, con una interpretación sui generis de este concepto, afirma que están totalmente amortizadas y que no requieren inversiones de mantenimiento o de renovación de equipamiento.

En lo que se refiere al mercado, los precios españoles en el mercado de generación de electricidad son altamente competitivos, comparativamente con la Unión Europea. De hecho, se puede apreciar en la actualidad, cómo se producen importantes bajadas de precios cuando entran más tecnologías en el pool, de forma que en la actualidad los precios son insuficientes para la recuperación del coste del capital, e incluso negativos. Y, unido a esto, cada vez pesa menos en la factura el coste de la generación frente a los costes regulados, verdadero problema de los precios de la electricidad.

IV.- Problemas y falsos problemas. Costes regulados: primas + déficit, más del 47 % de la factura, mientras la generación no llega al 25%

Los costes regulados dentro de la factura se han triplicado en los 10 últimos años, debido al incremento de las primas y al efecto de las anualidades del déficit. Las primas a las energías renovables, el déficit de años anteriores más los impuestos, suponen el 47,3% de la factura, mientras que la generación sólo representa el 24,8%. Y, para remate, España está a la cola de eficiencia energética en Europa.

Merece la pena, por tanto, una lectura detenida y con atención, de las conclusiones del mismo, para separar el grano de la paja y comprender la realidad financiera del sector eléctrico y las consecuencias de las decisiones tarifarias e intervencionistas, más allá de las coartadas políticas de cada momento y de las leyendas urbanas. Para comprender el estado del arte, despojado de la retórica justicialista-peronista que circunda el sector, que tratan de que la información económica-contable no estropee la noticia o el libelo.

Sería razonable, por tanto, que este Estudio sirviera para efectuar un ejercicio de consciencia por parte de los responsables de la política energética a la hora de abordar un enfoque global, sin involuciones respecto al mercado y, a la vez, para rebatir leyendas urbanas, que siguen teorías conspirativo-lucrativas parciales, en tiempos de vuelta al izquierdismo ramplón de mucho rédito. No es un informe más. Era necesario un informe así, riguroso desde el punto de vista contable, económico y financiero, para recentrar el debate, para tener un referente concreto antes de emitir opiniones partiendo de la realidad no de la ideología.

Ahora lo que toca son las conclusiones y la acción.

Rigor económico financiero frente a leyendas urbanas (II)

Las consecuencias de la lectura y de la información económica y contable procesada de las empresas en este informe desmonta muchos mitos y leyendas urbanas, construidas cuidadosamente por los colectivos retroprogresivos, en torno al sector eléctrico, alimentadas por ejercicios de presentación demagógica y política de la información y de desprecio de las leyes económicas, financieras y de los mercados, a la vez que sin correlación con formulaciones semejantes en otros sectores de la economía o en otros países.

Sin perjuicio de que la realidad obligará a que los informadores sectoriales tengamos que acudir a la información económica y contable que circunda el debate energético, es conveniente repasar las principales conclusiones de este estudio e incorporemos alguna apostilla:

I.- La diversificación internacional oculta la fuerte erosión de los resultados de la actividad eléctrica en el mercado español.

Como señala el informe, las empresas eléctricas españolas se han convertido en empresas globales y diversificadas, pero la lectura de sus resultados consolidados, no puede confundirse la situación financiera global con la española. De hecho, se puede apreciar en el informe que la rentabilidad de la actividad exterior de las empresas es mayor que en España. Y, además, la deuda de las empresas eléctricas (incluido el déficit tarifario) en el mercado español es el doble que en el resto de negocios (países) que tienen.

Por su parte, los negacionistas del déficit tarifario, los retroprogresivos, malician que el mercado español financia la actividad exterior de las empresas, cuando parece todo lo contrario.

En resumen, el planteamiento, la coartada a las intervenciones regulatorias en España parte de la visión de los resultados conjuntos, globales y consolidados de las empresas. La pregunta, por tanto, es si la actividad exterior debe financiar los caprichos intervencionistas internos para no abordar cuestiones y problemas como el déficit tarifario.

¿Se imaginan algo así con multinacionales españolas de otros sectores como el sector financiero o telecomunicaciones?

II.- ¿Qué es eso de los windfall profits? ¿Dónde están?

El resultado de la generación en España en 2009, es de 2.560 millones de euros. Podemos apreciar papeles elaborados por los apóstoles retroprogresivos en los que difunden, equivocadamente, que hay más de 4.500 millones en los supuestos «windfall profits» para justificar intervenciones discrecionales sobre ciertas tecnologías. Lo cierto es que no cuadran las cuentas o se abjura de la contabilidad financiera.

III.- Las centrales nucleares e hidráulicas no están amortizadas: queda más del 40 %

En el informe se destaca cómo las centrales nucleares e hidráulicas no están amortizadas, quedándoles un 40 % de la vida útil económica. Por su parte, el colectivo retroprogresivo, con una interpretación sui generis de este concepto, afirma que están totalmente amortizadas y que no requieren inversiones de mantenimiento o de renovación de equipamiento.

En lo que se refiere al mercado, los precios españoles en el mercado de generación de electricidad son altamente competitivos, comparativamente con la Unión Europea. De hecho, se puede apreciar en la actualidad, cómo se producen importantes bajadas de precios cuando entran más tecnologías en el pool, de forma que en la actualidad los precios son insuficientes para la recuperación del coste del capital, e incluso negativos. Y, unido a esto, cada vez pesa menos en la factura el coste de la generación frente a los costes regulados, verdadero problema de los precios de la electricidad.

IV.- Problemas y falsos problemas. Costes regulados: primas + déficit, más del 47 % de la factura, mientras la generación no llega al 25%

Los costes regulados dentro de la factura se han triplicado en los 10 últimos años, debido al incremento de las primas y al efecto de las anualidades del déficit. Las primas a las energías renovables, el déficit de años anteriores más los impuestos, suponen el 47,3% de la factura, mientras que la generación sólo representa el 24,8%. Y, para remate, España está a la cola de eficiencia energética en Europa.

Merece la pena, por tanto, una lectura detenida y con atención, de las conclusiones del mismo, para separar el grano de la paja y comprender la realidad financiera del sector eléctrico y las consecuencias de las decisiones tarifarias e intervencionistas, más allá de las coartadas políticas de cada momento y de las leyendas urbanas. Para comprender el estado del arte, despojado de la retórica justicialista-peronista que circunda el sector, que tratan de que la información económica-contable no estropee la noticia o el libelo.

Sería razonable, por tanto, que este Estudio sirviera para efectuar un ejercicio de consciencia por parte de los responsables de la política energética a la hora de abordar un enfoque global, sin involuciones respecto al mercado y, a la vez, para rebatir leyendas urbanas, que siguen teorías conspirativo-lucrativas parciales, en tiempos de vuelta al izquierdismo ramplón de mucho rédito. No es un informe más. Era necesario un informe así, riguroso desde el punto de vista contable, económico y financiero, para recentrar el debate, para tener un referente concreto antes de emitir opiniones partiendo de la realidad no de la ideología.

Ahora lo que toca son las conclusiones y la acción.

Rigor económico financiero frente a leyendas urbanas (I)

En el caso de este estudio sobre el sector eléctrico y sus magnitudes económico-financieras, hay tres elementos que deben ponderarse para valorar el alcance del mismo.

I.- La ausencia de estudios/informes de estas características de las instituciones públicas y órganos reguladores competentes al respecto. No deja de ser paradójico que los voluminosos informes anuales de la CNE no dejen de ser mastodónticos mamotretos estadísticos que no permitan conocer con clarividencia y sentido económico-financiero la realidad de los diferentes sectores energéticos, no sólo el eléctrico.

II.- La escasa conciencia relativa al funcionamiento de los mercados de capital que nos circunda y su directa relación con las empresas. El grave olvido de la perspectiva financiera de las empresas no deja de ser imperdonable y deliberado. Cuando prebostes de la comunicación como Iñaki Gabilondo se preguntan ante las cámaras y sus televidentes, «¿pero cómo puede ser que puedan más los mercados que la política?», se alimenta una visión pública y distorsionada de sectores como el energético dónde existen muchas reminiscencias de un pasado de intervención (eso sí, a cuenta de los accionistas) y se alimenta un imaginario social basado en el pensamiento mágico.

Si en todos los sectores, existe una comprensión de que están compuestos por empresas que necesitan financiación (propia y externa) y que operan en sus correspondientes mercados, en el sector energético, sus tradicionalistas consideran que las empresas eléctricas deben ser un apéndice del Estado y sus tentáculos (y que accionistas y financiación deben servir disciplinadamente a ello). Por tanto, sus magnitudes económico-financieras son una cosa menor, detalles intrascendentes o efectos colaterales que deben soportar resignadamente los propietarios de las empresas, apencando con la acción de intervención con la que pueden jugar con discrecionalidad, subvirtiendo la dinámica económica y de los mercados. El problema es que esto se produce en un entorno globalizado.

III.- Como consecuencia de todo lo anterior, en el trasfondo, está el Tea Party retroprogresivo de la energía en España, grupo genuino de nuestro país, autor, inspirador de teorías teñidas de demagogia y que se materializan en el infamante «Informe sobre Costes y Precios» y sus reverberaciones grotescas, en la medida que provienen de los órganos reguladores independientes que deben ser los garantes del mercado.

Unos teóricos que buscan afirmar cosas como «Tal tecnología tiene muchos ‘beneficios’» que, con osadía y olvido de las épocas previas de inversión financiera, califican de «windfall profits» sin comprender el ciclo de inversión/financiación. Llegan a tal extremo que reniegan de las normas contables (hoy internacionales, homologadas y homogeneizadas), para desarrollar teorías pintorescas sobre la amortización y la utilización de mecanismos de prestidigitación para hacerla desaparecer. Es un Tea Party que se propone recuperar la esencia añorada del Marco Legal Estable, que consiste en la fijación discrecional de márgenes de operación (rentabilidad regulada por tecnología).

El problema de estos teóricos, sus sagas y sus clanes, es la pretensión de influenciar el debate en torno al sector, condicionando la regulación y el funcionamiento del mercado (y si es posible extinguirlo).

Mañana ofreceremos el análisis y las conclusiones del estudio de UNESA.

Rigor económico financiero frente a leyendas urbanas (I)

En el caso de este estudio sobre el sector eléctrico y sus magnitudes económico-financieras, hay tres elementos que deben ponderarse para valorar el alcance del mismo.

I.- La ausencia de estudios/informes de estas características de las instituciones públicas y órganos reguladores competentes al respecto. No deja de ser paradójico que los voluminosos informes anuales de la CNE no dejen de ser mastodónticos mamotretos estadísticos que no permitan conocer con clarividencia y sentido económico-financiero la realidad de los diferentes sectores energéticos, no sólo el eléctrico.

II.- La escasa conciencia relativa al funcionamiento de los mercados de capital que nos circunda y su directa relación con las empresas. El grave olvido de la perspectiva financiera de las empresas no deja de ser imperdonable y deliberado. Cuando prebostes de la comunicación como Iñaki Gabilondo se preguntan ante las cámaras y sus televidentes, «¿pero cómo puede ser que puedan más los mercados que la política?», se alimenta una visión pública y distorsionada de sectores como el energético dónde existen muchas reminiscencias de un pasado de intervención (eso sí, a cuenta de los accionistas) y se alimenta un imaginario social basado en el pensamiento mágico.

Si en todos los sectores, existe una comprensión de que están compuestos por empresas que necesitan financiación (propia y externa) y que operan en sus correspondientes mercados, en el sector energético, sus tradicionalistas consideran que las empresas eléctricas deben ser un apéndice del Estado y sus tentáculos (y que accionistas y financiación deben servir disciplinadamente a ello). Por tanto, sus magnitudes económico-financieras son una cosa menor, detalles intrascendentes o efectos colaterales que deben soportar resignadamente los propietarios de las empresas, apencando con la acción de intervención con la que pueden jugar con discrecionalidad, subvirtiendo la dinámica económica y de los mercados. El problema es que esto se produce en un entorno globalizado.

III.- Como consecuencia de todo lo anterior, en el trasfondo, está el Tea Party retroprogresivo de la energía en España, grupo genuino de nuestro país, autor, inspirador de teorías teñidas de demagogia y que se materializan en el infamante «Informe sobre Costes y Precios» y sus reverberaciones grotescas, en la medida que provienen de los órganos reguladores independientes que deben ser los garantes del mercado.

Unos teóricos que buscan afirmar cosas como «Tal tecnología tiene muchos ‘beneficios’» que, con osadía y olvido de las épocas previas de inversión financiera, califican de «windfall profits» sin comprender el ciclo de inversión/financiación. Llegan a tal extremo que reniegan de las normas contables (hoy internacionales, homologadas y homogeneizadas), para desarrollar teorías pintorescas sobre la amortización y la utilización de mecanismos de prestidigitación para hacerla desaparecer. Es un Tea Party que se propone recuperar la esencia añorada del Marco Legal Estable, que consiste en la fijación discrecional de márgenes de operación (rentabilidad regulada por tecnología).

El problema de estos teóricos, sus sagas y sus clanes, es la pretensión de influenciar el debate en torno al sector, condicionando la regulación y el funcionamiento del mercado (y si es posible extinguirlo).

Mañana ofreceremos el análisis y las conclusiones del estudio de UNESA.

Rigor económico financiero frente a leyendas urbanas (I)

En el caso de este estudio sobre el sector eléctrico y sus magnitudes económico-financieras, hay tres elementos que deben ponderarse para valorar el alcance del mismo.

I.- La ausencia de estudios/informes de estas características de las instituciones públicas y órganos reguladores competentes al respecto. No deja de ser paradójico que los voluminosos informes anuales de la CNE no dejen de ser mastodónticos mamotretos estadísticos que no permitan conocer con clarividencia y sentido económico-financiero la realidad de los diferentes sectores energéticos, no sólo el eléctrico.

II.- La escasa conciencia relativa al funcionamiento de los mercados de capital que nos circunda y su directa relación con las empresas. El grave olvido de la perspectiva financiera de las empresas no deja de ser imperdonable y deliberado. Cuando prebostes de la comunicación como Iñaki Gabilondo se preguntan ante las cámaras y sus televidentes, «¿pero cómo puede ser que puedan más los mercados que la política?», se alimenta una visión pública y distorsionada de sectores como el energético dónde existen muchas reminiscencias de un pasado de intervención (eso sí, a cuenta de los accionistas) y se alimenta un imaginario social basado en el pensamiento mágico.

Si en todos los sectores, existe una comprensión de que están compuestos por empresas que necesitan financiación (propia y externa) y que operan en sus correspondientes mercados, en el sector energético, sus tradicionalistas consideran que las empresas eléctricas deben ser un apéndice del Estado y sus tentáculos (y que accionistas y financiación deben servir disciplinadamente a ello). Por tanto, sus magnitudes económico-financieras son una cosa menor, detalles intrascendentes o efectos colaterales que deben soportar resignadamente los propietarios de las empresas, apencando con la acción de intervención con la que pueden jugar con discrecionalidad, subvirtiendo la dinámica económica y de los mercados. El problema es que esto se produce en un entorno globalizado.

III.- Como consecuencia de todo lo anterior, en el trasfondo, está el Tea Party retroprogresivo de la energía en España, grupo genuino de nuestro país, autor, inspirador de teorías teñidas de demagogia y que se materializan en el infamante «Informe sobre Costes y Precios» y sus reverberaciones grotescas, en la medida que provienen de los órganos reguladores independientes que deben ser los garantes del mercado.

Unos teóricos que buscan afirmar cosas como «Tal tecnología tiene muchos ‘beneficios’» que, con osadía y olvido de las épocas previas de inversión financiera, califican de «windfall profits» sin comprender el ciclo de inversión/financiación. Llegan a tal extremo que reniegan de las normas contables (hoy internacionales, homologadas y homogeneizadas), para desarrollar teorías pintorescas sobre la amortización y la utilización de mecanismos de prestidigitación para hacerla desaparecer. Es un Tea Party que se propone recuperar la esencia añorada del Marco Legal Estable, que consiste en la fijación discrecional de márgenes de operación (rentabilidad regulada por tecnología).

El problema de estos teóricos, sus sagas y sus clanes, es la pretensión de influenciar el debate en torno al sector, condicionando la regulación y el funcionamiento del mercado (y si es posible extinguirlo).

Mañana ofreceremos el análisis y las conclusiones del estudio de UNESA.

Carbón nacional en Halloween

Ahora que se ha puesto de moda Halloween en Europa, tenemos un ejemplo filosófico de esta fiesta de misterio y transformación. El largo decurso del decreto del carbón acaba de encallar en un nuevo incidente crítico. Recién estrenado el nuevo gobierno y con la ambición de hacerse valedor de encendido de este Real Decreto, la Audiencia Nacional y el Tribunal de Justicia Europeo le aguan la fiesta al Ministerio de Industria con la admisión de la propuesta de medidas cautelares y el hecho de que la Unión Europea haya pedido tiempo (dos meses: una eternidad política) para estudiar el contenido del decreto y de las normas sucesivas, aprobadas con apresuramiento, (reordenación de las ofertas en el mercado eléctrico, cantidades,…), etc…

Truco sin trato

Desde el punto de vista político, la montaña rusa del decreto del carbón, concesión de Zapatero a este sector iniciada hace ya más de un año en Rodiezmo, cuando todavía acudía a las campas para iniciar el curso político, tiene mucho de Halloween: se va transformando de una cierta euforia por encontrar la fórmula, el truco, de que cuele en la normativa europea, con los jarros de agua de fría de sus consecuencias, paradas y retrasos como éste. De ahí, ese intento de calificar el carbón nacional, como estratégico para el sector eléctrico y la generación, cuando para quien es estratégico es para un conjunto de intereses políticos en rebatiña.

En este escenario, Miguel Sebastián apremiado por el rédito político señaló en los medios de comunicación a las empresas eléctricas de actuar de manera poco formal en Europa por la defensa contra la intervención de mercado del Gobierno español. Por otra parte, días después, también empezaba a valorar ante los medios, la idea de compensar (como los árbitros que pitan un penalti injusto en un área, y seguidamente repiten lo mismo en la contraria) a las centrales térmicas.

Todo ello, después de negar que hubiera damnificados de esta medida, en un momento de caída de demanda eléctrica, de expulsión del mercado de las distintas tecnologías de generación. Y, sobre todo después de reconocerlos implícitamente en su primera versión de real decreto, después quitarlos en la segunda versión del decreto y ahora sopesarlos. Es evidente que se trata de una intervención en el mercado para mantener artificialmente la demanda de carbón nacional para generación eléctrica de forma que todos lo paguemos a escote económico y medioambiental. Tener marchas de mineros desde Galicia en la televisión o en las inmediaciones del despacho siempre es francamente molesto en tiempos de debilidad política.

Por otra parte, la tramitación de este Decreto también está afectando al propio Joaquín Almunia que, como Comisario Europeo de Competencia, se encuentra con un papel que conoce bien y con el origen carbonífero de la Unión Europea bien latente. Este Real Decreto, cuestionado también por la Comisión Nacional de Competencia, es también una prueba de fuego para el Comisario español, con su patata caliente.

Podemos hacer una propuesta desde Energía Diario. En esos dos meses, la Unión Europea podría, por ejemplo, estudiar con detenimiento la ejecutoria, resultados y distribución del Plan del Carbón, así como la escasa efectividad de las políticas que se deberían ir poniendo para la transición inexorable al desmantelamiento del sector que proviene la Unión Europea. El volumen de ayudas, su necesidad y su destino, la capacidad de las propias empresas mineras de confrontar a sus colectivos de trabajadores. Y, consecuentemente, su coherencia con este Real Decreto.

Con el carbón nacional, y sus creativas formas de ayuda, vivimos permanentemente en Halloween.

Carbón nacional en Halloween

Ahora que se ha puesto de moda Halloween en Europa, tenemos un ejemplo filosófico de esta fiesta de misterio y transformación. El largo decurso del decreto del carbón acaba de encallar en un nuevo incidente crítico. Recién estrenado el nuevo gobierno y con la ambición de hacerse valedor de encendido de este Real Decreto, la Audiencia Nacional y el Tribunal de Justicia Europeo le aguan la fiesta al Ministerio de Industria con la admisión de la propuesta de medidas cautelares y el hecho de que la Unión Europea haya pedido tiempo (dos meses: una eternidad política) para estudiar el contenido del decreto y de las normas sucesivas, aprobadas con apresuramiento, (reordenación de las ofertas en el mercado eléctrico, cantidades,…), etc…

Truco sin trato

Desde el punto de vista político, la montaña rusa del decreto del carbón, concesión de Zapatero a este sector iniciada hace ya más de un año en Rodiezmo, cuando todavía acudía a las campas para iniciar el curso político, tiene mucho de Halloween: se va transformando de una cierta euforia por encontrar la fórmula, el truco, de que cuele en la normativa europea, con los jarros de agua de fría de sus consecuencias, paradas y retrasos como éste. De ahí, ese intento de calificar el carbón nacional, como estratégico para el sector eléctrico y la generación, cuando para quien es estratégico es para un conjunto de intereses políticos en rebatiña.

En este escenario, Miguel Sebastián apremiado por el rédito político señaló en los medios de comunicación a las empresas eléctricas de actuar de manera poco formal en Europa por la defensa contra la intervención de mercado del Gobierno español. Por otra parte, días después, también empezaba a valorar ante los medios, la idea de compensar (como los árbitros que pitan un penalti injusto en un área, y seguidamente repiten lo mismo en la contraria) a las centrales térmicas.

Todo ello, después de negar que hubiera damnificados de esta medida, en un momento de caída de demanda eléctrica, de expulsión del mercado de las distintas tecnologías de generación. Y, sobre todo después de reconocerlos implícitamente en su primera versión de real decreto, después quitarlos en la segunda versión del decreto y ahora sopesarlos. Es evidente que se trata de una intervención en el mercado para mantener artificialmente la demanda de carbón nacional para generación eléctrica de forma que todos lo paguemos a escote económico y medioambiental. Tener marchas de mineros desde Galicia en la televisión o en las inmediaciones del despacho siempre es francamente molesto en tiempos de debilidad política.

Por otra parte, la tramitación de este Decreto también está afectando al propio Joaquín Almunia que, como Comisario Europeo de Competencia, se encuentra con un papel que conoce bien y con el origen carbonífero de la Unión Europea bien latente. Este Real Decreto, cuestionado también por la Comisión Nacional de Competencia, es también una prueba de fuego para el Comisario español, con su patata caliente.

Podemos hacer una propuesta desde Energía Diario. En esos dos meses, la Unión Europea podría, por ejemplo, estudiar con detenimiento la ejecutoria, resultados y distribución del Plan del Carbón, así como la escasa efectividad de las políticas que se deberían ir poniendo para la transición inexorable al desmantelamiento del sector que proviene la Unión Europea. El volumen de ayudas, su necesidad y su destino, la capacidad de las propias empresas mineras de confrontar a sus colectivos de trabajadores. Y, consecuentemente, su coherencia con este Real Decreto.

Con el carbón nacional, y sus creativas formas de ayuda, vivimos permanentemente en Halloween.

Carbón nacional en Halloween

Ahora que se ha puesto de moda Halloween en Europa, tenemos un ejemplo filosófico de esta fiesta de misterio y transformación. El largo decurso del decreto del carbón acaba de encallar en un nuevo incidente crítico. Recién estrenado el nuevo gobierno y con la ambición de hacerse valedor de encendido de este Real Decreto, la Audiencia Nacional y el Tribunal de Justicia Europeo le aguan la fiesta al Ministerio de Industria con la admisión de la propuesta de medidas cautelares y el hecho de que la Unión Europea haya pedido tiempo (dos meses: una eternidad política) para estudiar el contenido del decreto y de las normas sucesivas, aprobadas con apresuramiento, (reordenación de las ofertas en el mercado eléctrico, cantidades,…), etc…

Truco sin trato

Desde el punto de vista político, la montaña rusa del decreto del carbón, concesión de Zapatero a este sector iniciada hace ya más de un año en Rodiezmo, cuando todavía acudía a las campas para iniciar el curso político, tiene mucho de Halloween: se va transformando de una cierta euforia por encontrar la fórmula, el truco, de que cuele en la normativa europea, con los jarros de agua de fría de sus consecuencias, paradas y retrasos como éste. De ahí, ese intento de calificar el carbón nacional, como estratégico para el sector eléctrico y la generación, cuando para quien es estratégico es para un conjunto de intereses políticos en rebatiña.

En este escenario, Miguel Sebastián apremiado por el rédito político señaló en los medios de comunicación a las empresas eléctricas de actuar de manera poco formal en Europa por la defensa contra la intervención de mercado del Gobierno español. Por otra parte, días después, también empezaba a valorar ante los medios, la idea de compensar (como los árbitros que pitan un penalti injusto en un área, y seguidamente repiten lo mismo en la contraria) a las centrales térmicas.

Todo ello, después de negar que hubiera damnificados de esta medida, en un momento de caída de demanda eléctrica, de expulsión del mercado de las distintas tecnologías de generación. Y, sobre todo después de reconocerlos implícitamente en su primera versión de real decreto, después quitarlos en la segunda versión del decreto y ahora sopesarlos. Es evidente que se trata de una intervención en el mercado para mantener artificialmente la demanda de carbón nacional para generación eléctrica de forma que todos lo paguemos a escote económico y medioambiental. Tener marchas de mineros desde Galicia en la televisión o en las inmediaciones del despacho siempre es francamente molesto en tiempos de debilidad política.

Por otra parte, la tramitación de este Decreto también está afectando al propio Joaquín Almunia que, como Comisario Europeo de Competencia, se encuentra con un papel que conoce bien y con el origen carbonífero de la Unión Europea bien latente. Este Real Decreto, cuestionado también por la Comisión Nacional de Competencia, es también una prueba de fuego para el Comisario español, con su patata caliente.

Podemos hacer una propuesta desde Energía Diario. En esos dos meses, la Unión Europea podría, por ejemplo, estudiar con detenimiento la ejecutoria, resultados y distribución del Plan del Carbón, así como la escasa efectividad de las políticas que se deberían ir poniendo para la transición inexorable al desmantelamiento del sector que proviene la Unión Europea. El volumen de ayudas, su necesidad y su destino, la capacidad de las propias empresas mineras de confrontar a sus colectivos de trabajadores. Y, consecuentemente, su coherencia con este Real Decreto.

Con el carbón nacional, y sus creativas formas de ayuda, vivimos permanentemente en Halloween.

El testamento regulatorio de Maite Costa, presidenta de la CNE

La expiración del mandato de Maite Costa (junio de 2011) vendrá acompañado de la presentación de un documento que la presidenta del organismo ha encargado a los servicios técnicos de la CNE. Según ha podido saber Energía Diario, se trataría de un compendio global, de una revisión completa de todo el «ordenamiento regulatorio» del sector eléctrico. Al parecer, dicho informe ha sido confiado por la presidenta del organismo al actual y recientemente nombrado director de Energía Eléctrica, Luis Jesús Sánchez Tembleque.

Esta iniciativa es la tercera intentona que se emprende desde el organismo para revisar la totalidad de la regulación del sector eléctrico. De hecho, antes del verano tres consejeros promovieron el estudio «Ingresos y Costes del Suministro de Electricidad: Relación de temas que deben ser analizados desde la perspectiva de la sostenibilidad tarifaria«, que ahondaba en los postulados del Informe de Costes y Precios, aprobado por organismo regulador y que suponía una clara involución del modelo de mercado y regulación que surgió tras la liberalización del sector y la adaptación a las directivas europeas. La autoría de este primer informe se atribuye a Jorge Fabra y avalado por Jaime González y el entonces consejero Javier Peón.

Seguidamente, en el mes de julio, el recién nombrado Director de Energía Eléctrica y la directora de Regulación y Competencia, María Jesús Martínez, presentaron un segundo informe denominado «Reflexiones sobre la situación del mercado eléctrico español y su evolución a 2020«. Dicho informe iba a ser revisado por el Consejo de Administración del órgano de regulación independiente en el mes de septiembre.

Ambos informes han tenido una gran difusión en el sector energético, pese a que no pasaban de ser propuestas internas. Aunque en un momento se llegó a abogar por la «convergencia» de los dos informes, procurando una propuesta integrada y de síntesis de cuestionamiento regulatorio global, tras un primer aplazamiento y las vacaciones de verano, al parecer se ha encargado la elaboración de un nuevo documento con esta misma finalidad desde la Presidencia al nuevo Director de Energía Eléctrica.

El informe que surgirá del frío

Este tercer intento se trataría, por tanto, del legado regulatorio de Maite Costa, a las puertas de la extinción de su mandato como presidenta y con la mitad del actual consejo de administración con su periodo de estancia en el mismo, caducado y prolongado. Lo que resulta particularmente paradójico es la tendencia del actual Consejo de Administración en empeñarse en realizar cuestionamientos y enmiendas a la totalidad del modelo de regulación del sector eléctrico, toda vez que el marco de liberalización del sector eléctrico ha ido siendo poco a poco enmendado con medidas parciales intervencionistas e involucionistas. En realidad, hoy por hoy, con excepción de los problemas de contradicción entre el marco de liberalización del sector y las medidas y normativas particulares promovidas desde los ámbitos más intervencionistas y retroprogresivos, que han saboteado el mismo por la vía de la erosión, el problema sectorial no proviene del ámbito regulatorio, dado que es económico y gestor. De hecho, en estos últimos años, para cada solución se ha generado un problema, con el objetivo de incitar mayores niveles de intervención.

Por otra parte, estas propuestas llegan en un momento en que el organismo ha acabado con un fuerte descrédito institucional, carece de credibilidad, ha perdido el respeto y ascendencia, y además tiene un cuestionamiento generalizado por su actuación, tanto en los ámbitos sectoriales como en el resto de órganos de regulación energética y económica.

Bueno, ya saben, como informaba El Confidencial, ayer…. Maite Costa también elaborará propuestas electorales para José Montilla. Al parecer, la presidenta de la CNE se especializa en hacer propuestas y elaborar testamentos.