Sebastián y Nadal: el juego de las siete diferencias
Con un cambio de gobierno en ciernes y desde mediados de legislatura uno de los nombres que emerge en el Partido Popular es el de Álvaro Nadal para la responsabilidad del sector energético. Incluso se afirma que se ha producido una «autopostulación». Secretario Económico del Partido Popular, es un hombre muy cercano a Cristóbal Montoro en el área económica del grupo parlamentario popular en la pasada legislatura, y tiene un papel relevante en el traspaso de poderes entre el ejecutivo saliente y el entrante.
Con independencia de que empieza a existir un «pool» de nombres ya muy nutrido de candidatos para esta responsabilidad (algo que trataremos convenientemente más adelante en Energía Diario), y de que la misma dependerá de la articulación final de las áreas económicas y políticas del gobierno, es razonable detenerse en los asombrosos parecidos político-económicos entre el actual Ministro de Industria, Miguel Sebastián, y Álvaro Nadal. Puede decirse que uno es la imagen especular del otro.
Hay que partir de un hecho incontestable: Miguel Sebastián y Álvaro Nadal coinciden en contar con un perfil formativo y académico extraordinario en el plano teórico, a nivel nacional e internacional. Por ejemplo, Miguel Sebastián además de ser Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, es Doctor en Economía por la Universidad de Minnesota y también por la Universidad Complutense. De hecho, es Profesor Titular de Fundamentos del Análisis Económico en esta Universidad, actualmente en excedencia.
Mientras, Álvaro Nadal es Licenciado en Derecho y Ciencias Económicas por ICADE, así como Técnico Comercial y Economista del Estado. Amplió estudios en la Universidad de Harvard donde realizó cursos de doctorado desde 1997 hasta 1998. Del mismo modo, es profesor en el Instituto de Empresa en Madrid.
Por tanto, el paralelismo universitario e internacional es asombroso, así como también la ausencia de experiencia en posiciones de responsabilidad empresarial, en el mundo financiero o en la Administración Pública en el momento en que los dos se aproximan al mundo político. También es muy semejante el tono y el perfil en la brillantez expositiva y dialéctica que muestran los dos en sus intervenciones públicas, incluyendo un cierto talante mesiánico.
Por su parte, a Miguel Sebastián se le atribuye una relación muy directa con el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. En los círculos más íntimos se le responsabiliza también de la tardanza en reconocer la crisis económica y la demora en la reacción presidencial, así como de puentear en su momento al equipo económico de Pedro Solbes. La relación de Sebastián con Elena Salgado y su equipo tampoco ha sido, precisamente, un lecho de rosas. Igualmente, a Sebastián se le atribuyen medidas impuestas como el Plan E, el cheque bebé o los famosos 400 euros, que finalmente fueron retirados por el Ejecutivo. Sus relaciones con los sectores empresariales también han estado rodeadas de controversia: primero, por su salida del servicio de estudios del BBVA, por las operaciones que se atribuyen para su salida, y segundo, por su vinculación al mundo inmobiliario y constructor, ofreciendo alternativas para reducir la exposición del mismo por los excesos del pasado basados en transferencias interesectoriales y «facilitando» (por ser finos) el acceso a otros sectores, como el energético.
Del mismo modo, las posiciones de Nadal también despiertan inquietudes en los sectores económicos y financieros. De hecho, hoy se critica la espantada con los «hedge found» del propio Nadal, no se sabe si a iniciativa propia o del partido. En el ámbito energético, sus propuestas, cercanas al colectivo retroprogresivo de la energía, asombran a quienes quieren ver en él un perfil internacional y de propensión a modelos más liberales y de mercado por su formación: tasas a la hidráulica y la nuclear, partiendo de un modelo intervencionista sobre la base de los costes por tecnologías para socavar el mercado eléctrico; intervención contradictoria con el modelo de liberalización del sector energético aprobado por el propio Partido Popular y contra las posiciones conocidas del principal «think tank» de esta formación política (FAES) o frente a las posiciones que recientemente pudimos conocer del ex Secretario General de Energía, José Folgado. Incluso, empieza a atribuírsele una propuesta «original» para resolver el déficit tarifario basada en el canje por activos inmobiliarios en los balances de los bancos e instituciones financieras.
¿Han encontrado las diferencias o similitudes? ¿Es Álvaro Nadal el «alter ego» de Miguel Sebastián dentro del Partido Popular?









