Aumentan las presiones sobre la Comisión Europea entorno al sector energético

Las presiones de los países partidarios de separar las actividades de producción de energía de las redes de distribución, entre los que figura España, y de los que se oponen a esa idea, encabezados por Francia, se han multiplicado en vísperas de una propuesta de la Comisión Europea para el sector energético.

El Ejecutivo comunitario tiene previsto presentar una propuesta legal en septiembre para la reforma de fondo del mercado de la energía en Europa, documento que tendrá en cuenta «las diferentes ideas planteadas», explicaron fuentes de la CE.

Las fuentes precisaron, no obstante, que Bruselas se inclina por la «separación total» de producción y distribución para incrementar la competencia en los mercados de gas y electricidad de la UE, algo ya adelantado por la comisaria europea de Competencia, Nelly Kroes.

Según Kroes, forzar la separación de las infraestructuras de distribución -lo que obligaría a la partición de grandes grupos, como EDF, GDF y E.ON, que controlan todo el proceso desde la generación a la venta al consumidor- impulsaría la entrada de nuevos competidores en el mercado e incentivaría las inversiones.

Pero a esta medida se oponen frontalmente Francia y Alemania, y varios países más pequeños, como los bálticos, que temen que grupos extranjeros se hagan con el control de sus redes energéticas.

El pasado lunes, el Ejecutivo comunitario recibió una carta del ministro francés de Ecología y Desarrollo Sostenible, Jean-Louis Borloo, y firmada entre otros países por Alemania, Austria, Luxemburgo, Eslovaquia y Grecia que incide en que la separación de la producción y la distribución no es la única vía de garantizar la competencia en el área de la energía.

La misiva, dirigida al comisario europeo responsable en ese área, Andris Piebalgs, señala que «se debe descartar» la idea de una «separación total» entre producción y distribución como única manera de facilitar el desarrollo del mercado interior de la electricidad y el gas. Fuentes comunitarias saludaron la carta, que supone «la primera vez que los países firmantes reconocen la necesidad de revisar y mejorar el régimen vigente».

La misiva es una reacción a otra carta enviada en junio por España, Reino Unido, Suecia y otros países que han pedido explícitamente al ejecutivo de la UE que siga apostando por la mencionada separación.

Según la CE, el modelo actual crea un conflicto de intereses para las grandes compañías, que optan por no invertir en la mejora de las redes, aunque están obligadas a ello, para evitar que nuevos competidores amenacen su negocio de distribución.

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