APPA pide aumentar la prima de la biomasa para cumplir los objetivos de 2010

El presidente del área de biomasa de APPA, Manuel García, explicó que, hasta agosto, sólo se habían instalado 502 de los 1.317 megavatios (MW) de biomasa previstos para 2010 en el plan, mientras que de biogás, España contaba con 169 de los 250 MW fijados como objetivo. Esta capacidad corresponde principalmente a pequeñas plantas anexas a otras industrias, apuntó.

Según García, a este ritmo de crecimiento, se necesitarían algo más de once años para cumplir el objetivo de que el 41,2% de la generación eléctrica renovable en 2010 provenga de la biomasa y del biogás, que ahora aportan el 12,5%.

Desde APPA aseguran que para dar al sector el impulso que necesita es imprescindible actualizar las primas para compensar el aumento de los costes de inversión, que han crecido en torno al 30% en los últimos cuatro años, situándose en unos 3 millones de euros por megavatio instalado.

García instó al Ministerio de Industria a dar a la biomasa un papel central en el proyecto de ley de Energías Renovables y Eficiencia Energética, para que deje de ser considerada una tecnología minoritaria.

También solicitó a Medio Ambiente que regule de una forma más estricta la eliminación de residuos, especialmente los forestales, y pidió a las Comunidades Autónomas que faciliten información a los inversores de biomasa porque son las que mejor conocen los recursos disponibles en su territorio.

APPA considera que también han dificultado la instalación de plantas otras cuestiones como los problemas para encontrar financiación, la falta de infraestructuras y de puntos de evacuación en lugares idóneos o los retrasos en la tramitación administrativa.

Pese a actual situación, APPA mantiene que la biomasa es «la esperanza de las renovables» porque sus megavatios instalados son muy productivos y es una tecnología que tiene garantizado el suministro de materias primas.

Además, si se cumplieran los objetivos establecidos en el Plan para la biomasa, se evitaría la quema y enterramiento de residuos agrícolas, la emisión de 14,6 millones de toneladas de CO2 y, según la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), los incendios forestales se reducirían hasta en un 70%.

En cuanto a los beneficios sociales, García dijo que por cada megavatio instalado de biomasa se generan entre ocho y diez empleos estables, lo que podría suponer casi 24.000 puestos directos e indirectos en la construcción y operación de las plantas previstas en el Plan, que, además, se concentrarían en el medio rural.

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