La CNMC insinúa anomalías para anular la subasta eléctrica Cesur pero descarta que hubiera manipulación

Competencia publicó su análisis de los datos sobre los mercados a plazo (OTC, mercados no organizados over de counter) en las fechas previas a la subasta eléctrica que anuló, el periodo comprendido entre el 1 de noviembre y el 19 de diciembre de 2013; datos que dice que «confirman y completan» las razones que llevaron a la CNMC a proponer la invalidación de la puja: razones ya esbozadas en un informe publicado el pasado 7 de enero y en el que la CNMC pedía a la CNMV acceso a los datos de las transacciones de los mercados a plazo. Precisamente después de acceder a esta información, el regulador incorpora ahora cinco nuevas circunstancias que, a su juicio, ratifican las anomalías de la subasta tras analizar la negociación en diciembre de uno de los contratos a futuros, el denominado Q1-14 (primer trimestre de 2014).

La primera consiste en un incremento en diciembre, respecto al mes anterior, de la negociación del contrato para el primer trimestre del año que no llevó consigo una reducción de la diferencia (spread) entre el precio máximo y el precio mínimo negociado en una sesión de negociación. Por lo tanto, «el incremento del spread del contrato Q1-14, con niveles elevados de liquidez, se considera una anomalía en mercados eficientes», señala la CNMC en su análisis.

La segunda nueva circunstancia es un «elevado nivel de concentración» de la posición abierta de compra sobre el contrato del primer trimestre de 2014 en los mercados a plazo antes de la celebración de la subasta del 19 de diciembre.

La tercera anomalía se refiere a la cuota «relevante» de participación en la negociación del contrato a plazo de varios agentes que acaparaban una cuota elevada de la posición abierta en los días previos a la celebración de la subasta.

Estos agentes compradores pudieron tener «incentivos a la elevación continuada de precios del contrato Q1-14, previo a la 25ª subasta Cesur, adquiriendo diariamente volúmenes reducidos en comparación con su volumen de posición abierta en el periodo analizado, si esta elevación de precios se trasladaba al precio de la subasta, precio al que venderían posteriormente su posición abierta de compra», explica.

Por último señala que los agentes que habrían tenido una posición elevada en la compra de electricidad a plazo también habrían sido «en general» adjudicatarios como vendedores en la subasta. De los 18 agentes que participaron en los mercados a plazo los días 18 y 19 de diciembre, solo cuatro no participaron en la subasta.

«Todo lo anterior favoreció una reducida presión a la baja en los precios del contrato Q1-14 por el lado de la demanda en el mercado OTC y OMIP los días anteriores a la celebración de la subasta, en un contexto de precios en el mercado mayorista spot con niveles que no se habían producido desde el 2002″, concluye la CNMC.

Conclusivamente, la CNMC señala que los agentes pudieron tener «incentivos a la elevación continuada de precios» de uno de los contratos cerrados en estos mercados previos a la subasta pero reconoce también que «no se observan estrategias coordinadas para la elevación de precios por parte de las empresas que acapararon mayores cuotas en las posiciones abiertas«. Con estos datos que, a su juicio, «confirman y complementan las razones que llevaron a proponer la no validación de la subasta», el organismo tiene prácticamente cerrada su investigación sobre esta subasta.

En el informe, el regulador cifra además en 392,5 millones el sobrecoste que habría tenido para el consumidor la validación de esta subasta sobre el precio del PVPC. Los precios marcados en la subasta Cesur fueron, en el caso del producto base, un 137% superiores a de la cotización del mercado ‘spot’, mientras que el producto punta cerró a unos niveles un 100% superiores a los de la cotización. «Constituyen valores anómalos en las primas de riesgo ex post de los mercados a plazo», asegura el regulador. Por ello, tal y como ya anticipó en su informe publicado el pasado enero, la CNMC vuelve a indicar que «el contexto de precios del mercado mayorista en diciembre no era extrapolable al primer trimestre de 2014«.

El 7 de enero, la CNMC publicó el informe en el que constataba la concurrencia de «circunstancias atípicas» en la subasta eléctrica anulada por el Gobierno a finales de 2013 pero evitaba hablar de manipulación. El 19 de diciembre de 2013, la subasta Cesur para el suministro de electricidad a los hogares y empresas acogidos a la tarifa cerró con un encarecimiento del componente energético del 25,6%, lo que, de aplicarse al recibo de la luz, se habría traducido en un encarecimiento superior al 10%.

Ante esta situación, el Gobierno tachó esta subida de la luz de exagerada y pidió a la CNMC que investigara la subasta al considerar que había «una clara manipulación» y «falta de competencia», algo que fue inmediatamente rechazado por las principales compañías eléctricas. La respuesta de la CNMC fue la recomendación de la no validación de la subasta, por primera vez desde que se fijó este mecanismo para determinar las revisiones de tarifa, debido a «la concurrencia de circunstancias atípicas y en un contexto de precios elevados en el mercado diario durante las semanas previas».

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