30 monedas de plata

Un anuncio que deja al Gobierno oportunamente colocado antes del proceso electoral de las europeas, pero que no oculta que esta refacturación es consecuencia directa de un aquelarre político del que han salido profundamente erosionados el sistema de las instituciones económicas españolas (con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en primera línea) y el propio Ejecutivo, debido a su comportamiento ante los mercados internacionales y las organismos europeos.

Por tanto, los consumidores recibirán una devolución en su factura eléctrica de 40 euros de media antes del mes de septiembre, debido a la diferencia entre el precio fijado administrativamente y el resultante en el mercado mayorista durante el primer trimestre del año, en unas condiciones anómalas de extraordinaria hidraulicidad y eolicidad, que han deprimido los precios, y que se une al exceso de oferta.

Las preguntas son múltiples en la época de la comunicación instantánea, de la república independiente de Twitter, de la adopción apresurada de técnicas trepidantes de comunicación política y de la desmemoria selectiva. Sobre todo teniendo en cuenta una cláusula de salvaguardia gubernamental: la existencia de la caja negra, es decir, la conformación de la tarifa eléctrica, de la factura, cómo método de compensación, en el que se incluyen y retribuyen conceptos ajenos a la electricidad y al propio suministro, desde la política medioambiental a la política de cohesión territorial.

Una emulsión que hasta ahora había proporcionado una extraordinaria capacidad de manipulación y viscosidad en la comunicación alrededor de un suministro viciado en el último vestigio de los precios regulados; la facturación del consumo es realizada por unos agentes, empresariales y económicos, diferentes a los perceptores de los ingresos que en ella se determinan. En todo caso, quizá el hecho más relevante de todo este proceso a nivel comunicacional, es que se haya hecho pública con claridad meridiana la composición de la factura, lo que complica enormemente las actuaciones comunicativas basadas en ese ejercicio de confusión y juego de espejos.

Pero vayamos a las cuestiones que esta situación suscita. La primera pregunta, claramente, tiene que ver con la deuda acumulada, es decir, con el voluminoso déficit tarifario existente. ¿Hubiera sido razonable que estos 40 euros de devolución hubieran ido destinados a reducir esta deuda y, por tanto, los costes regulados a futuro, incluyendo la rebaja en el coste de la financiación del mismo? ¿Qué pensará la Unión Europea de esta simpática medida? ¿Y de toda esta tumultuosa actuación, con anulación de la subasta incluida, para acabar aquí? E incidiendo en el tema: ¿Qué piensan las instituciones europeas de la tendencia a la heterodoxia regulatoria para, en el fondo, seguir acostumbrados al endeudamiento en el suministro, incluyendo ahora en el sector gasista?

La segunda batería de preguntas es, posiblemente, más inquietante y hay que planteársela al futuro, cruzando los dedos. ¿Qué hubiera pasado, si el mercado se hubiera comportado de otra forma, por el motivo o motivos que fuera, tan anómalos desde el punto de vista de demanda, exceso de capacidad combinados con la eolicidad e hidraulicidad de este trimestre? ¿Resistiría el Ministro la tentación de intervenir en este caso el mercado mayorista, por una vía o por otra, mediante cualquier otra medida? ¿Dudaría el actual Ejecutivo o el ministro en volver a sembrar dudas y realizar conjeturas como hizo con las subastas aprovechando el olvido y la desmemoria? ¿Cómo va a gestionar la propaganda y demagogia oficial la volatilidad inherente a un mercado, ante subidas y oscilaciones lógicas, en beneficio y ocultación de la escalada de costes regulados?

Treinta monedas de plata fue el precio de una traición bíblica, concretamente, lo que cobró Judas Iscariote por traicionar a Jesucristo. Cuarenta euros de devolución a los consumidores dirigidos a confundir, temerariamente, a la sociedad. Por eso, el Gobierno y el ministro precisan de un argumentario para tertulianos afines. Veremos cómo lo van actualizando trimestre a trimestre.

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