Zapatero buscará en Emiratos Árabes Unidos cooperación en torno a energías renovables
El presidente del Gobierno llegó a Abu Dhabi procedente de Qatar, donde ha cerrado el compromiso de las autoridades del emirato de invertir alrededor de 3.000 millones de euros en cajas de ahorro y empresas españolas de telecomunicaciones y energía.
El jefe del Ejecutivo español cenó con el príncipe heredero del emirato de Abu Dhabi, jeque Mohamed bin Zayed al Nahyan, y hoy visitará en Dubai la ciudad Masdar de Energías Renovables diseñada por el estudio de Norman Foster, una auténtica ciudad «verde» en pleno desierto levantada a siete metros sobre el suelo y donde los vehículos eléctricos circularán por túneles.
Con seis millones de metros cuadrados pensados para albergar a cerca de 50.000 habitantes, Masdar avanza en su construcción hacia el objetivo de convertirse en el «Silicon Valley de las energías alternativas».
La central solar que abastecerá a la ciudad de energía será la más grande del mundo. Sólo en una primera fase, se prevé que produzca la energía necesaria para las obras de construcción de Masdar, donde ya residen los estudiantes del Instituto Masdar, aunque la inauguración de la ciudad no se prevé hasta dentro de 20 años.
Más tarde, Zapatero se entrevistará con el primer ministro de Dubai y vicepresidente de los Emiratos, jeque Mohamed bin Rashid al Maktoum. El presidente emprenderá regreso a España tras esa comida y el miércoles tiene previsto viajar a Túnez.
La visita de Zapatero a Emiratos, la primera que realiza como jefe del Ejecutivo, servirá para preparar diversos acuerdos con Emiratos con el fin de que puedan firmarse en la visita que el presidente del país, jeque Jalifa bin Zayed al Nahya, hará a España en octubre.
Entre ellos destaca uno para permitir a las tropas españolas usar Emiratos como escala para el abastecimiento de tropas y material al contingente destacado en Afganistán, como hacen ya Francia o Alemania.
Catar invertirá 3.000 millones de euros en empresas españolas
Como ya se ha mencionado, la escala previa del presidente Rodríguez Zapatero fue Doha, capital de Catar, un pequeño emirato de 1,5 millones de habitantes, nutrido con exportaciones de gas y petróleo.
Como subrayó su primer ministro, Hamad bin Jaber Al Thani, Catar tiene confianza en las «importantes» reformas que se han puesto en marcha por España y en el futuro de su economía. A lo que Zapatero respondió que «la inversión catarí supone un certificado de confianza».
Fuentes del Ejecutivo español, al concluir la visita a , informaron que el volumen total del compromiso del emirato, de 3.000 millones de euros, tiene carácter ampliable.
En la rueda de prensa que Zapatero y el primer ministro ofrecieron en el Palacio del emir, sólo se hizo pública la inversión dirigida a las cajas de ahorros, aunque se avanzó el deseo de Catar de dirigir mayores flujos a otras empresas del sector de las telecomunicaciones y la energía.
Para garantizar el éxito del negocio, el primer ministro catarí no desveló cuáles serán las empresas beneficiadas, pero dejó entrever que hay en marcha tres proyectos y que podrían concretarse en los próximos diez días.
Según Zapatero, para que se afiance la recuperación económica resulta fundamental la inversión, ya que el consumo interno tiene un crecimiento muy limitado. No obstante, avanzó que el Gobierno español prevé que la recuperación quede confirmada en el primer trimestre del año a pesar del incremento de la inflación, que volvió a subir en febrero.
Ese aumento responde fundamentalmente a la subida del precio del petróleo y Zapatero aprovechó la ocasión para defender como «necesaria y conveniente» la reducción de la velocidad para ahorrar energía. La medida, añadió, tiene otros efectos positivos, como salvar vidas, por lo que las críticas, a su juicio, resultan sorprendentes.
El jefe del Ejecutivo español se entrevistó con la jequesa de Catar Moza bint Nasser y con el emir, el jeque Hamad bin Khalifa al-Thani, quien viajará en abril a Madrid para cerrar varios acuerdos destinados a favorecer las inversiones en infraestructuras, eliminar la doble imposición y colaborar en la organización de grandes eventos.
Al margen de los asuntos económicos, el presidente del Gobierno español analizó con el emir las revueltas en favor de la democracia que viven varios países del Magreb y de Oriente Medio y lanzó un mensaje tajante a Libia: la comunidad internacional «no tolera ni va a tolerar» las violaciones de derechos humanos y Muamar el Gadafi debe abandonar su «viaje a ninguna parte».

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