Varios expertos coinciden en que el éxito estadounidense del fracking no es exportable a España
Interesante seminario en torno al shale gas, el gas no convencional, el que reunió en Madrid a varios expertos de reconocido prestigio internacional bajo el nombre de Shale gas, una energía a debate . Cita que se perdió el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, cuya presencia estaba prevista para clausurar el seminario; no faltó el portavoz de Energía del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, Antonio Erías, acompañado por otro diputado popular del núcleo energético, Guillermo Mariscal. También estaba el portavoz de Equo, Juan López de Uralde, que mostró su decepción en Twitter por no poder interpelar a los ponentes.
En el coloquio final, los expertos reunidos coincidieron en que «España no es Estados Unidos» y las posibilidades de los recursos no convencionales en España son limitadas; no creen que se convertirá en un gran productor de hidrocarburos ya que no parece factible que los yacimientos contengan importantes reservas. También coincidieron en destacar el futuro que ofrecen las renovables porque los recursos naturales, como el Sol, y el conocimiento adquirido en estas tecnologías son «la ventaja competitiva» que tiene España. Por ello, apostaron por utilizar el gas como instrumento para facilitar el salto a las renovables hasta que se abaraten más y se consiga almacenar la energía de forma más económica para cuando sea necesaria.
Ante la ausencia de Soria, el encargado de abrir y cerrar el seminario fue el presidente de Enagás, Antonio Llardén, que ejerció de anfitrión del acto. Desde un principio reivindicó la necesidad de un debate «serio» y «riguroso» en torno al fracking ya que «ninguna fuente de energía es perfecta y todas presentan algún tipo de inconveniente». Después de las intervenciones, Llardén señaló la complejidad que implica la técnica del fracking ya que actualmente plantea dudas y la mejor técnica «todavía es muy costosa». «Se tendrán que tomar decisiones más complejas que un simple sí o no a una tecnología», apuntó Llardén para concluir que hay que «plantear transiciones entre los objetivos que nos planteamos y los medios que tenemos» como forma de aportar soluciones que mantengan el nivel de vida que demandan los ciudadanos.
Estados Unidos cerrará plantas de carbón
Daniel Schrag, profesor de Harvard y miembro del Consejo de Asesores en Ciencia y Tecnología del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, señaló que «el boom del gas no convencional es una de las transformaciones energéticas más importantes que ha habido nunca» y que lo que lo ha posibilitado su extracción es el alto precio del petróleo, que lo ha convertido en «rentable». «De que siga alto el precio del petróleo depende que se mantenga la extracción», apuntó Daniel Schrag.
El profesor de Harvard no eludió hablar de los problemas medioambientales que provoca el fracking. Con frecuentes alusiones al documental «Gasland», Daniel Schrag también apuntó que los diferentes accidentes que están documentados constituyen una casuística muy reducida y se deben a una utilización no apropiada de la técnica. Para este experto, «el mayor peligro de la fractura hidráulica» es que el reducido precio del gas no convencional en el mercado disminuya el interés en invertir e investigar en energías que no realicen emisiones de gases de efecto invernadero, entre las que citó a las fuentes renovables y a la nuclear.
Como asesor de Obama, Schrag defendió la apuesta realizada por el gobierno estadounidense de manera decidida por el gas no convencional en su lucha contra el cambio climático. Según explicó Schrag, el objetivo prioritario es reducir «la adicción al carbón de Estados Unidos», que produce el 40% de la energía consumida en el país y es la más contaminante. Por tanto, la hoja de ruta que trazó Schrag para Estados Unidos pasa, por tanto, por cerrar las plantas de carbón que no utilicen métodos de captura de emisiones. Confían en que esta medida incremente la demanda de gas y, de esta forma, aumente su precio, lo que reavivará el interés hacia la investigación de fuentes renovables.
El mapa de la energía
Capella Festa, analista senior de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), explicó que el gas es el combustible fósil cuya demanda más ha crecido en la última década. Capella Festa aportó numerosos datos y proyecciones a futuro de la revolución que está suponiendo en Estados Unidos el shale gas, gas no convencional, cuya explotación ha sido posible gracias a «importantes avances tecnológicos». Por ejemplo, incidió en el hecho de que la extracción de hidrocarburos no convencionales en Estados Unidos superará a la de los convencionales en la próxima década.
La analista proclamó que «el mapa de la energía está cambiando, con consecuencias para la competitividad y la geopolítica». En este sentido, Festa aseguró que la demanda de gas seguirá creciendo en los próximos 20 años; la Unión Europea, China y la India aumentarán su dependencia energética del exterior mientras que Estados Unidos se convertirá en exportador de gas. Además, Festa señaló que las industrias europeas y asiáticas se encuentran en «evidente desventaja competitiva» respecto a las de Estados Unidos por los precios del gas, donde son bastante más reducidos.
Festa destacó el gran reto que supone el fracking para la industria, «por su apartado logístico», y para los reguladores, «por sus riesgos»; por ello, empleó la parte final de su intervención a reivindicar unas «reglas de oro» para trazar una regulación apropiada y avanzar en una extracción sostenible de hidrocarburos no convencionales. Entre esas reglas, Capella Festa pidió «transparencia en la operación, vigilar la seguridad de la explotación, asegurar el respeto medioambiental y realizar una utilización adecuada del agua».
«La Unión Europea está errando»
Por su parte, Mariano Marzo, catedrático de Estratigrafía y profesor en la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona, señaló que el reto actual es un «trilema» conformado por el desarrollo de energías que respeten el medio ambiente y permitan un crecimiento económico sostenible, «una telaraña en la que la Unión Europea se ha visto pillada». Respecto a este trilema, Marzo señaló que Estados Unidos se ha centrado en el eje «seguridad de suministro y crecimiento económico», descuidando la parte medioambiental, lo que ha «descolocado» a la Unión Europea. Eso sí, «el boom de Estados Unidos será diferentemente replicado en otro país», apuntó Marzo, ya que «les ha tocado la lotería de la geología, tienen un espíritu emprendedor, una larga tradición de innovación industrial».
El profesor de la Universidad de Barcelona abogó por el «realismo» en materia energética ya que la reducción de emisiones de CO2 en Estados Unidos y la Unión Europea no se ve acompañada por China y la India, que no cesan de incrementar sus emisiones. «Si todos no toman las mismas medidas, afecta a la competitividad», apuntó Marzo que considera que la Unión Europea está errando y perdiendo competitividad respecto a sus rivales. Por ello, Mariano Marzo apostó por mejorar la eficiencia energética y desarrollar un mix que utilice a las energías renovables «maduras», energía nuclear e hidrocarburos convencionales y no convencionales mientras se alcanza un acuerdo internacional sobre el cambio climático «bien diseñado».
Finalmente, Mariano Marzo señaló que, en el debate sobre el fracking, «hay más opinión que información» y destacó que «la técnica del fracking no es intrínsecamente mala, lo que hay son frecuentes malas prácticas» y que, por tanto, «no se pueden asignar las malas prácticas al conjunto de la técnica». En este sentido, aseguró que, «en primer lugar», se necesita más exploración para conocer los recursos que hay y llamó la atención sobre el hecho de que en España «hay comunidades que han prohibido el fracking sin tener recursos». Marzo considera que en España «hay que buscar una licencia social para operar»; es decir, «explicar qué se gana a la comunidad local, hacer entender la situación antes de tomar la decisión». Por último, señaló que «hay que regular, no prohibir».
Impacto demostrado
Francis O’Sullivan, director ejecutivo del programa Desafío Sostenibilidad Energética de MIT Energy Initiative, coincidió en que no se ha conocido un «boom parecido» en la extracción de hidrocarburos ya que, en pocos años, el consumo de gas no convencional en Estados Unidos ha pasado de ser insignificante a ser casi el 40%. Francis O’Sullivan realizó una explicación técnica de la técnica de la fractura hidráulica y destacó los avances de los últimos años que han permitido duplicar «la cantidad de gas que podíamos recuperar en las extracciones» lo que, a su juicio, constituye «una demostración impresionante de innovación más que una revolución tecnológica».
O’ Sullivan también centró su atención en los riesgos potenciales de las explotaciones que utilizan la fractura hidráulica. Después de explicar la necesidad de ingentes cantidades de agua y los aditivos químicos y arena que se inyecta a presión para fracturar la roca, O’Sullivan señaló que «el mayor reto del fracking» es el tratamiento de las aguas residuales que fluyen del pozo, «extremadamente contaminada», aspecto en el que apostó por su reciclaje, lo que disminuiría la cantidad de agua necesaria para llevar a cabo la técnica. En este aspecto, Francis O’Sullivan apuntó que «se trabaja en conseguir compuestos biodegradables; ya existen pero son caros y con peores resultados». También señaló riesgos para la atmósfera por las emisiones y fugas no previstas de metano y el «fuerte impacto» que sufren las comunidades locales que conviven con el fracking ya que «se perforan muchos pozos en poca superficie».
Julio Barea, responsable de la campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace, aportó, tal y como dijo al comienzo de su intervención, la «nota disonante» del seminario. Con constantes alusiones y críticas al Gobierno, Barea reclamó «una reflexión sobre si merece la pena ir por la senda de las incertidumbres que deja el fracking o ir por la de las renovables». El representante de Greenpeace aseguró que la fractura hidráulica en el continente europeo «no tendrá la repercusión que se espera» y criticó el freno al desarrollo que en España se ha dado a un modelo energético sostenible medioambientalmente al tiempo que refrendó la apuesta por un modelo 100% renovable.
Barea hizo un repaso al «impacto demostrado» que el fracking tiene para el entorno medioambiental: la ocupación del territorio y alteración del paisaje que implica una «grandísima logística imprescindible para poder desarrollar la técnica; la contaminación de las aguas, punto en el que Barea incidió en que, ante las malas perspectivas que el cambio climático trae para un país como España, «hay que cuidar los recursos hídricos, que son las reservas estratégicas del futuro»; emisiones de gases de efecto invernadero; afección a la salud y sismicidad inducida.


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