Unesa afirma que si se retiran las tecnologías solares inmaduras se abarataría el recibo eléctrico un 10%
La patronal eléctrica aseguró que el recibo eléctrico «no experimentaría cambios sustanciales» si se retiraran del mismo las energías nuclear e hidráulica. «De producirse algún cambio en él, sería al alza», mientras que, «por el contrario, el recibo se vería reducido en más de un 10% si de él se retiraran las tecnologías solares inmaduras», tal y como apuntó recientemente el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.
Tras estas declaraciones, Protermosolar cifró en más 2.000 millones de euros anuales la «sobrerretribución» que reciben las tecnologías hidráulicas y nuclear.
En el mismo sentido, se manifestó la asociación de productores de energía fotovoltaica, Anpier, que calculó que la luz podía bajar hasta en un 20% si las eléctricas no recibieran «desproporcionadas» retribuciones por la generación nuclear e hidráulica, sin contemplar en sus previsiones que se quiten ambas del recibo.
Por todo ello, Unesa afirmó que la energía que producen las centrales nucleares e hidráulicas es «competitiva en el mercado», mientras que, «las tecnologías inmaduras (solares) reciben adicionalmente primas y subvenciones que pagan todos los consumidores a través de la factura eléctrica y que son especialmente elevadas en el caso de las citadas energías renovables inmaduras».
Unesa añadió que las centrales nucleares e hidráulicas son «muy importantes para el sistema eléctrico por su contribución a la garantía del suministro». Por lo tanto, su reducción o supresión «supondría un grave riesgo para la seguridad del suministro».
Las tecnologías «inmaduras» aportan el 4% de la electricidad y reciben una retribución «que llega a situarse en el entorno de los 400 euros por megavatio hora (MWh)». «De ahí la importancia de eliminarlas del recibo eléctrico», señaló, antes de asegurar que las primas a la solar son «especialmente elevadas».
Unesa también afirmó que las compañías de Unesa, que son Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, EDP España y E.ON España, «son empresas auditadas, como todas las empresas que cotizan en Bolsa», y «rinden cuentas puntualmente ante los correspondientes reguladores de los mercados».
Dan al regulador los datos que precisa, por lo que «la información sobre sus ingresos y costes es transparente». «Desde Unesa defendemos la necesidad de que los consumidores eléctricos no paguen en su recibo la apuesta por tecnologías inmaduras y caras», añadió.




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