Una cumbre para reducir la contaminación sin objetivos para reducir la contaminación
EEUU es, actualmente, el segundo país más contaminante del mundo. Hace poco que ha sido adelantado por China. El presidente de Estados Unidos, George Bush, ha hablado en más de una ocasión del papel líder de su país en la lucha contra el cambio climático. De hecho, la cumbre de Bali surgió a iniciativa de EEUU.
Una situación, la de EEUU, y unas palabras, las de su presidente, que contrastan fuertemente con la realidad de lo que se predica. A la hora de la verdad, sobre el terreno, EEUU y otros países como Japón o Canadá no quieren saber nada de compromisos.
Una de las metas de la cumbre de Bali (que reúne a 190 países, para firmar un nuevo tratado que sustituya al Protocolo de Kyoto contra el cambio climático) era fijar un objetivo de reducción de emisiones contaminantes de entre un 25 y un 40% en 2020 con respecto a los niveles de 1990. La iniciativa ha fracasado porque Estados Unidos, con el apoyo de Japón y Canadá, entre otros países, se han negado a aprobarla.
La justificación para esta postura la esgrimen sobre el hecho de que «incorporar cifras al texto como punto de partida podría prejuzgar los resultados», según explicó el negociador estadounidense, Harlan Watson. Además defienden que, en lugar de emplear capital en la compra de derechos de emisión, se utilicen esos fondos para la I+D industrial, lo que derivaría en mejoras tecnológicas.
Pero el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, no piensa de la misma manera. El pasado viernes, defendió que los países deberían adoptar límites obligatorios a las emisiones de GEI (gases de efecto invernadero), porque «nuestra experiencia nos dice que los límites voluntarios no resultan eficientes».
Más paradojas
Según publica Bloomberg, las cumbres internacionales son eventos muy contaminantes. Gran parte de las 190 delegaciones que se han desplazado a Bali lo han hecho en jets privados, una práctica muy cómoda y conveniente en el plano personal pero muy poco eficiente en términos energéticos y contaminantes. La estancia de las personalidades en Bali también tiene sus efectos negativos sobre el medio ambiente, ya que, entre la créme de la créme, las habitaciones destinadas al alojamiento no pueden carecer de un buen sistema de climatización. Según los cálculos de Bloomberg, cada delegación producirá de media 4,07 toneladas de CO2. Lo que, multiplicado por 190, arroja la nada desdeñable cifra de 773,3 toneladas, que es el equivalente a lo que emiten 20.000 automóviles (¿todoterrenos o utilitarios?) durante un año.
Toda esa contaminación para, al final, rechazar objetivos de limitación de emisiones.
A pesar de que China, como país, contamina hoy más que EEUU, sus emisiones per cápita son mucho más bajas. Si un chino eitiese lo mismo que un estadounidense, dado que hay muchos más chinos que estadounidenses, las emisiones se dispararían hasta niveles que nuestro planeta no podría soportar. Dentro de 2030, a 22 años de hoy, las emisiones per cápita de China (que está en pleno desarrollo y seguirá inmersa en este proceso) serán probablemente la mitad que las de EEUU (7,9 toneladas frente a 19 toneladas), según las predicciones de la Agencia Internacional de la Energía, formuladas el mes pasado.
Desde el año 1900 hasta 2005, la Unión Europea y EEUU fueron los reponsables de la acumulación de más de la mitad de las emisiones, mientras que China contribuyó durante ese período en un 8%, e India, en un 2%.

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