Un proyecto europeo para reducir emisiones aboga por aumentar el peso de las energías renovables en la red eléctrica de las ciudades
Así, para que las ciudades europeas tengan éxito en la reducción de emisiones, el estudio concluye que deben incrementar notablemente el peso de las energías renovables en la generación eléctrica (25% de la reducción total), reducir el consumo eléctrico no electrónico en las viviendas privadas (un 25%), producir la transición hacia la movilidad eléctrica (20%) y diseñar actividades industriales para ser más eficientes energéticamente (10%).
La compañía GE es socio industrial de este proyecto y respaldó esta segunda fase prestando apoyo financiero en el marco de su iniciativa medioambiental «ecomagination». Según Tore Land, director de la iniciativa en GE para la región EMEA, «los gases de efecto invernadero sólo pueden reducirse rápida y eficazmente implantando una red eléctrica moderna orientada hacia las energías renovables y las tecnologías eficientes en los hogares y la industria».
Por ello, Land destacó que la empresa «asume el reto y ofrece a sus clientes en las ciudades y áreas metropolitanas tecnologías que les ayudan a conseguir sus ambiciosos objetivos climáticos».
Por su parte, el vicepresidente de ecomagination en GE, Mark L. Vachon, indicó que «las ciudades y las áreas metropolitanas desempeñan un papel vital en la política medioambiental» y recordó que son responsables del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo.
Oslo, a la cabeza
El objetivo del proyecto EUCO2 80/50 es que las ciudades participantes diseñen estrategias para lograr reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 30% de cara a 2030 y un 80% de cara a 2050 con respecto a los valores de 1990.
Las ciudades participantes en este proyecto son Bruselas, Frankfurt, Glasgow, Hamburgo, Helsinki, Madrid, Nápoles, Oslo, Paris, Oporto, Rotterdam, Estocolmo, Stuttgart y Turín. Oslo es la ciudad que obtuvo la puntuación más alta, proponiendo un plan de actuación que podría reducir las emisiones de CO2 un 99%, mientras que la más baja fue la de Oporto cuyas reducciones serían del 45%. En este listado, Madrid se posiciona séptima, presentando escenarios que permitirían reducir sus emisiones un 85%.
El proyecto consta de tres fases. Durante la primera, que empezó en 2007, todos los participantes calcularon sus emisiones actuales y anteriores y su consumo energético según el método GRIP (Protocolo de Inventario Regional de Gases de Efecto Invernadero, según su sigla en inglés), desarrollado por la Universidad de Manchester.
Durante la segunda fase, que es la que se acaba de completar, se han desarrollado escenarios para determinar cómo conseguir los objetivos de reducción. La tercera fase, que comienza ahora, está dedicada a la ejecución de medidas específicas basadas en los resultados obtenidos.


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