Un juzgado ve indicios de delitos contra la salud en un parque eólico

La denuncia por la que se abrió la investigación la interpuso CCOO en los tribunales de Justicia de Palencia en el año 2008, porque supuestamente se ponía «en peligro grave» la salud de los trabajadores que operaban en la carpa del parque eólico de «Angostillos», según fuentes jurídicas.

El parque se encuentra entre Baltanás y Hornillos de Cerrato y tenía a Guascor Servicios como empresa contratista y Gamesa Eólica como principal.

El juez, tras practicar las pruebas solicitadas y tomar declaración a los testigos durante una instrucción que duró tres años, decidió mediante un auto convertir las diligencias en un procedimiento abreviado.

Por este motivo, la causa fue remitida ahora al Ministerio Fiscal, imputados y acusaciones particulares personadas para que puedan formular los correspondientes escritos de acusación y la solicitud de la apertura de vista oral o bien su archivo.

El juez detalló como «indicios» que el 17 de septiembre de 2007 comenzaron las obras de mantenimiento y reparación de palas de aerogenerador en la carpa situada en el Parque Eólico de «Angostillos».

Dichas obras, según se expresó en el auto judicial, las acometía Gamesa Eólica, subcontratando diversas partidas, entre otras con Guascor Servicios, que se encargó de la contratación y selección de 31 trabajadores para dichas labores.

El juez relató en su escrito que, al parecer, al iniciarse las obras de reparación, «no se había elaborado un plan de higiene laboral y los productos químicos a usar eran distintos de los que Gamesa manifestó que iba a utilizar en el plan de seguridad y proyecto de ejecución».

Según se detalló en el auto, pese a estas circunstancias, las obras continuaron, «no entregándose a los trabajadores ni el tipo de máscaras, monos ni guantes que se dicen entregados, ya que, al parecer, estos llegaron a la carpa semanas más tarde de haberse empezado los trabajos».

Además, el juez reiteró que se supone que, para acelerar el secado de las palas tras la aplicación de las mezclas, se accionaban calentadores de aire que al elevar la temperatura de la carpa favorecían «la emancipación» de vapores tóxicos.

El auto judicial expuso que a mediados de octubre de 2007 varios trabajadores presentaron cuadros de erupción cutánea, irritación ocular, problemas gastrointestinales, cefaleas y problemas ginecológicos.

Especificó que resultaron con lesiones que precisaron tratamiento médico para su curación, en alguno de los casos de forma no definitiva, ya que están pendientes de tratamientos endocrinos por los efectos «de las emanaciones inhaladas» durante sus labores.

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