Un experto español destaca que la energía geotérmica posee un amplio nivel de aprovechamiento

Albert, que participó esta semana en Quito (Ecuador) en un taller sobre geotermia organizado por la Corporación Eléctrica Ecuatoriana y el Instituto Nacional de Preinversión, Albert afirmó que «la geotermia no se debería dejar de lado en ninguna parte del mundo» porque en todo el planeta hay este recurso.

Apuntó que el uso energético de esta fuente no es nuevo, pues en 1913 en Italia se empleó por primera vez para generar electricidad.

No obstante, admitió que su utilización no se extendió como otras fuentes porque supone emprender «proyectos a largo plazo», costosos y que no han ido acorde a las necesidades de ciertos políticos que toman este tipo de decisiones.

«Los políticos prefieren gastar en cosas que son más seguras de conseguir» y que arrojan «resultados en el corto plazo», añadió.

Entre los múltiples usos de la geotermia, Albert apuntó que, si se logra encontrar agua subterránea a 60 ó 70 grados celsius, ésta se puede aprovechar con fines agrícolas, sobre todo en grandes invernaderos, en piscicultura y floricultura de alto valor añadido, entre otros.

«Lo lógico -declaró- es hacer aprovechamientos en cascada; es decir, si se encuentra agua a 150 grados centígrados de temperatura se puede generar electricidad, pero ese vapor sale de las turbinas a 100 grados, lo que puede ser aprovechado para calentar edificios o invernaderos«.

También el agua que se enfrió hasta unos 40 grados por su utilización en las otras industrias la puede emplear el sector turístico, sobre todo en balnearios especializados en hidroterapia.

Para usar este recurso en generación de electricidad, es necesario encontrar fuentes de vapor de agua a temperaturas sobre los 150 grados, explicó.

«El agua del subsuelo, al sobrepasar los 100 grados centígrados, se convierte en vapor y ese vapor puede ser aprovechado para mover una turbina que genere electricidad», precisó.

Según Albert, este tipo de energía «es mucho más provechosa» que otras fuentes de generación de electricidad, como la eólica o la solar, pues el vapor de agua del interior de la tierra «siempre está ahí».

Recordó que las principales centrales geotérmicas del mundo, que extraen el vapor de las profundidades, «producen unas potencias equivalentes a las de una planta nuclear de primera o segunda generación», es decir, unos 1.000 megavatios de potencia.

El uso de la geotermia, subrayó, tiene en la actualidad «unos crecimientos muy importantes», también por ser considerada una energía limpia.

Un experto español destaca que la energía geotérmica posee un amplio nivel de aprovechamiento

Albert, que participó esta semana en Quito (Ecuador) en un taller sobre geotermia organizado por la Corporación Eléctrica Ecuatoriana y el Instituto Nacional de Preinversión, Albert afirmó que «la geotermia no se debería dejar de lado en ninguna parte del mundo» porque en todo el planeta hay este recurso.

Apuntó que el uso energético de esta fuente no es nuevo, pues en 1913 en Italia se empleó por primera vez para generar electricidad.

No obstante, admitió que su utilización no se extendió como otras fuentes porque supone emprender «proyectos a largo plazo», costosos y que no han ido acorde a las necesidades de ciertos políticos que toman este tipo de decisiones.

«Los políticos prefieren gastar en cosas que son más seguras de conseguir» y que arrojan «resultados en el corto plazo», añadió.

Entre los múltiples usos de la geotermia, Albert apuntó que, si se logra encontrar agua subterránea a 60 ó 70 grados celsius, ésta se puede aprovechar con fines agrícolas, sobre todo en grandes invernaderos, en piscicultura y floricultura de alto valor añadido, entre otros.

«Lo lógico -declaró- es hacer aprovechamientos en cascada; es decir, si se encuentra agua a 150 grados centígrados de temperatura se puede generar electricidad, pero ese vapor sale de las turbinas a 100 grados, lo que puede ser aprovechado para calentar edificios o invernaderos«.

También el agua que se enfrió hasta unos 40 grados por su utilización en las otras industrias la puede emplear el sector turístico, sobre todo en balnearios especializados en hidroterapia.

Para usar este recurso en generación de electricidad, es necesario encontrar fuentes de vapor de agua a temperaturas sobre los 150 grados, explicó.

«El agua del subsuelo, al sobrepasar los 100 grados centígrados, se convierte en vapor y ese vapor puede ser aprovechado para mover una turbina que genere electricidad», precisó.

Según Albert, este tipo de energía «es mucho más provechosa» que otras fuentes de generación de electricidad, como la eólica o la solar, pues el vapor de agua del interior de la tierra «siempre está ahí».

Recordó que las principales centrales geotérmicas del mundo, que extraen el vapor de las profundidades, «producen unas potencias equivalentes a las de una planta nuclear de primera o segunda generación», es decir, unos 1.000 megavatios de potencia.

El uso de la geotermia, subrayó, tiene en la actualidad «unos crecimientos muy importantes», también por ser considerada una energía limpia.

Un experto español destaca que la energía geotérmica posee un amplio nivel de aprovechamiento

Albert, que participó esta semana en Quito (Ecuador) en un taller sobre geotermia organizado por la Corporación Eléctrica Ecuatoriana y el Instituto Nacional de Preinversión, Albert afirmó que «la geotermia no se debería dejar de lado en ninguna parte del mundo» porque en todo el planeta hay este recurso.

Apuntó que el uso energético de esta fuente no es nuevo, pues en 1913 en Italia se empleó por primera vez para generar electricidad.

No obstante, admitió que su utilización no se extendió como otras fuentes porque supone emprender «proyectos a largo plazo», costosos y que no han ido acorde a las necesidades de ciertos políticos que toman este tipo de decisiones.

«Los políticos prefieren gastar en cosas que son más seguras de conseguir» y que arrojan «resultados en el corto plazo», añadió.

Entre los múltiples usos de la geotermia, Albert apuntó que, si se logra encontrar agua subterránea a 60 ó 70 grados celsius, ésta se puede aprovechar con fines agrícolas, sobre todo en grandes invernaderos, en piscicultura y floricultura de alto valor añadido, entre otros.

«Lo lógico -declaró- es hacer aprovechamientos en cascada; es decir, si se encuentra agua a 150 grados centígrados de temperatura se puede generar electricidad, pero ese vapor sale de las turbinas a 100 grados, lo que puede ser aprovechado para calentar edificios o invernaderos«.

También el agua que se enfrió hasta unos 40 grados por su utilización en las otras industrias la puede emplear el sector turístico, sobre todo en balnearios especializados en hidroterapia.

Para usar este recurso en generación de electricidad, es necesario encontrar fuentes de vapor de agua a temperaturas sobre los 150 grados, explicó.

«El agua del subsuelo, al sobrepasar los 100 grados centígrados, se convierte en vapor y ese vapor puede ser aprovechado para mover una turbina que genere electricidad», precisó.

Según Albert, este tipo de energía «es mucho más provechosa» que otras fuentes de generación de electricidad, como la eólica o la solar, pues el vapor de agua del interior de la tierra «siempre está ahí».

Recordó que las principales centrales geotérmicas del mundo, que extraen el vapor de las profundidades, «producen unas potencias equivalentes a las de una planta nuclear de primera o segunda generación», es decir, unos 1.000 megavatios de potencia.

El uso de la geotermia, subrayó, tiene en la actualidad «unos crecimientos muy importantes», también por ser considerada una energía limpia.

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