TEPCO consigue restablecer la refrigeración de los reactores de Fukushima con agua contaminada
Goshi Hosono, asesor del primer ministro japonés, Naoto Kan, describió el avance como «un gran paso adelante». «Estamos ante una situación importante por dos aspectos», explicó Hosono en rueda de prensa. «Primero, este sistema resolverá el problema del agua contaminada, que ha provocado tantas preocupaciones al mundo. Segundo, permitirá estabilizar la refrigeración de los reactores», explicó.
Tres de los reactores de la planta sufrieron una fusión parcial tras el desastre del 11 de marzo. Además, apenas existe espacio para almacenar el agua contaminada que se inyectó en las vasijas para enfriar los reactores.
Se espera que con el nuevo sistema, que descontamina el agua y la hace circular por los reactores para reducir la temperatura, la planta quede totalmente estabilizada para el próximo enero. Este sistema de tratamiento de agua, que usa tecnología de la empresa francesa Areva y la estadounidenses Kurion, está diseñado para tratar 1.200 toneladas de agua radiactiva al día.
A pesar de este avance, unas 15 toneladas de agua radiactiva se filtraron al exterior desde la central nuclear Fukushima, según informó la Agencia de Seguridad Industrial y Nuclear de Japón.
El agua tenía bajos niveles de radiación y se filtraron desde un tanque de almacenamiento de la planta, según la agencia. TEPCO investiga las causas de la fuga, que ya fue reparada.
En la central, hay acumuladas toneladas de agua con distintos niveles de radiación que se utilizaron para enfriar los reactores dañados por la catástrofe del 11 de marzo.
TEPCO espera haber procesado unas 250.000 toneladas de agua cuando acabe la crisis nuclear. Actualmente, hay almacenadas en Fukushima unas 100.000 toneladas de agua contaminada.
La empresa arrojó en abril agua contaminada al océano para dejar espacio a agua con niveles de radiación mayores, lo que provocó las quejas de los países vecinos, como China o Corea del Sur.
Debido a esto, los técnicos de TEPCO detectaron por primera vez estroncio radiactivo en el fondo marino cerca de la central nuclear de Fukushima. Se trata de estroncio 89 y 90, elementos que suponen una grave amenaza a la salud porque pueden acumularse en los huesos en el caso de ser inhalados, y además podrían ser la causa de un cáncer.
El hallazgo es resultado de un estudio realizado el 2 de junio sobre la calidad de las aguas a unos tres kilómetros mar adentro, en dos emplazamientos situados aproximadamente a 20 kilómetros del complejo nuclear japonés. Por cada kilogramo analizado se detectaron 44 becquerelios de estroncio-90, que tiene una vida media de 29 años.
Un miembro de la Comisión de Seguridad Nuclear japonesa, Shigeharu Kato, adelantó que harán falta más estudios para determinar si la flora y la fauna marina pueden acumular estos elementos y, en caso de ser posible, en qué cantidad.
El Ministerio de Pesca llevó a cabo estudios similares por su cuenta. Los expertos no encontraron estroncio radiactivo en las muestras de animales marinos frente a las costas de Ibaraki y Chiba, al sur de Fukushima.
TEPCO se disculpa por el accidente en Fukushima
Asimismo, el presidente honorario de TEPCO, Tsunehisa Katsumata, se disculpó con los accionistas por «los problemas y las molestias» causadas por el accidente nuclear en la central de Fukushima, de cuya gestión es responsable.
«Todos los directores nos disculpamos profundamente por los problemas y temores que ha ocasionado el accidente», dijo Katsumata, durante la reunión anual de accionistas, la primera tras el accidente derivado del terremoto y el tsunami.
Además, el presidente solicitó el apoyo de los accionistas a las medidas que deberá tomar a corto plazo para resolver la situación financiera de la compañía. «El grupo entero trabajará junto para resolver la crisis tan pronto como sea posible», aseveró, en declaraciones recogidas por el diario económico Nikkei.
Entre las medidas más duras que deberá adoptar destacan la venta de activos y la reducción de su tamaño, a lo que hay que añadir el pago de las indemnizaciones a los afectados por la radiactividad emanada de Fukushima y los cortes de electricidad causados por el accidente nuclear.
De forma paralela a estas cuestiones, Katsumata superó la moción presentada en la reunión por un grupo minoritario de 400 accionistas para que la compañía cesara su producción energética en centrales nucleares, según informó la agencia Kiodo.
Por otro lado, está previsto que los accionistas ratifiquen en el cargo al presidente en funciones de TEPCO, Toshio Nishizawa, que sustituirá en el cargo a Masataka Shimizu, que presentó su dimisión el pasado 20 de mayo, durante la presentación de los resultados de la compañía, asumiendo así su responsabilidad por el accidente nuclear. No obstante, es probable que Nishizawa no sea del agrado de gran parte de los accionistas, ya que muchos de ellos pretenden una renovación completa de la cúpula directiva de la eléctrica y el presidente en funciones lleva trabajando en ella desde 1975, cuando se licenció.
Detectan radiactividad en habitantes de Fukushima
Por otra parte, investigadores del Instituto de Radiación Biológica y Medicina de la Universidad de Hiroshima detectaron radiación en un grupo de 15 habitantes de la prefectura de Fukushima, donde se ubica la central homónima.
Todos los participantes, con edades comprendidas entre los 4 y los 77 años, presentaron niveles anormales de cesio radiactivo en las dos pruebas a las que fueron sometidos. Sin embargo, el director del estudio, Nanao Kamada, descartó que la concentración detectada represente una amenaza para la salud.
Por otro lado, solo seis participantes tenían yodo radiactivo, entre ellos un anciano de 77 años que en la primera ronda presentaba niveles preocupantes de 3,2 milisievert, aunque en la segunda desaparecieron. «La causa más probable es que comiera verduras y champiñones contaminados antes de las restricciones, no que lo inhalara», explicó Kamada.
No obstante, aunque la radiactividad en humanos es reducida, la recibida diariamente durante dos meses por el entorno que rodea a la planta es de entre 4,9 y 13,5 milisievert, por encima de los 20 permitidos legalmente por año, por lo que es inhabitable.



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