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La AIE aboga por mantener la energía nuclear para reducir la contaminación y destaca los avances logrados en eficiencia energética

EFE.- Las medidas de eficiencia energética que se han puesto en marcha en los países desarrollados desde el año 2000 han permitido ahorrar un 13% del consumo, algo que el pasado año representó 540.000 millones de dólares, según indicó la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Por otro lado, su director ejecutivo, Fatih Birol, abogó por mantener la energía nuclear como una de las opciones para frenar la contaminación, reducir la emisión de dióxido de carbono y evitar el calentamiento global.

«Cada año mueren 6,5 millones de personas en el mundo a causa de la contaminación generada por el sector de la energía», denunció Birol durante el Congreso Mundial de la Energía (WEC) que se celebra en Estambul. Birol subrayó la importancia de la eficiencia energética como primera opción para reducir las emisiones, pero insistió que tampoco se debería dejar de lado la energía nuclear como opción limpia. «La nuclear puede realizar un importante aporte en los países en los que está socialmente aceptada«, apuntó el economista turco, que dirige la AIE desde hace un año.

Insistió también que la reducción del sector del carbón será inevitable si no se desarrollan tecnologías limpias o de captación de las emisiones, pero se opuso a «meter a todos los combustibles fósiles en el mismo saco». Aunque el estudio presentado por el Consejo Mundial de Energía predice un enorme aumento de la eólica y la solar en la generación mundial de electricidad desde el 4% actual hasta una horquilla entre el 20% y el 39% en 2060, Turquía en concreto espera también relanzar su programa nuclear en este congreso.

Es posible que en la reunión entre el presidente ruso, Vladímir Putin, con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, un nuevo gesto de acercamiento entre ambos países, enfrentados hasta agosto pasado, se haya abordado el desbloqueo del proyecto del primer reactor nuclear de Turquía, que se halla en construcción en la localidad de Akkuyu bajo un contrato con la empresa rusa Rosatom. Las obras, que ya han suscitado reiteradas protestas de los movimientos ecologistas turcos, se habían ralentizado o congelado durante la crisis diplomática que enfrentó a Moscú y Ankara durante el año pasado por el derribo de un avión ruso en la frontera sirioturca.

Eficiencia desde el año 2000

Según los datos de la AIE, las medidas de eficiencia energética han permitido ahorrar un 13% del consumo desde el año 2000. El ritmo de progresión de esa eficiencia ha avanzado, como lo pone en evidencia el hecho de que la intensidad energética mejoró un 1,8% en 2015 pese al abaratamiento del petróleo, después de haberlo hecho un 1,5% en 2014 y un 0,6% de media anual entre 2003 y 2013, pero la AIE puso el acento en que sigue siendo insuficiente. Para cumplir los objetivos que se ha fijado la comunidad internacional en la limitación del calentamiento climático y poner el mundo en una senda sostenible, la intensidad energética mundial tendría que crecer a una cadencia del 2,6% anual.

Las ganancias en intensidad energética fueron más pronunciadas en países emergentes, y muy en particular en China, donde en 2015 el incremento fue del 5,6%, comparado con el ritmo anual del 3,1% en la década pasada. Una de las principales consecuencias fue que la demanda energética en China el pasado año subió sólo un 0,9%, la cifra más baja desde 1997, y eso aunque su producto interior bruto (PIB) aumentó un 6,9%. Sin la contribución del gigante asiático, la mejora de la intensidad energética a escala global se hubiera quedado en el 1,4% en 2015.

Si se sumaran los resultados obtenidos gracias a las medidas de eficiencia energética de los miembros de la AIE, que reúne a los principales consumidores del mundo desarrollado, y de China, en 2014 se evitó la emisión de 2.700 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), un 15% de las de ese grupo. La inversión en esas medidas dentro de la AIE se incrementó un 6% el pasado año para llegar a 221.000 millones de dólares, y en torno a la mitad se dirigió a la vivienda, donde la progresión anual fue del 9%.

Los autores del estudio señalaron la importancia de las políticas que imponen reglas de eficiencia, que por ejemplo cubrieron el 74% de los vehículos nuevos vendidos en el mundo en 2015, y que han conducido a unas mejoras del 23% desde 2005 En el transporte rodado (coches y camiones), los ahorros en 2015 representaron 2,3 millones de barriles de petróleo diarios, en torno al 2% de la demanda global. De acuerdo con la AIE, si todos los países adoptaran los estándares más exigentes, esa cifra prácticamente se duplicaría, para representar 4,3 millones de barriles diarios.

El sector petrolífero gastará 1.870 millones de dólares anualmente en ciberseguridad

EFE.- El Consejo Mundial de la Energía (WEC) cifró en 1.870 millones de dólares la cantidad anual que el sector petrolífero tendrá que gastar cada año en ciberseguridad. La cifra está recogida en un informe sobre la resiliencia de las infraestructuras energéticas. El informe identifica tres crecientes riesgos para las infraestructuras energéticas en todo el mundo: condiciones meteorológicas extremas a consecuencia del cambio climático, el nexo entre energía, agua y alimentos, y las amenazas cibernéticas.

Con respecto a la primera amenaza, el WEC señaló que «el número de condiciones meteorológicas extremas que se producen cada año es cuatro veces mayor que hace 40 años». El organismo también destacó que el 98% del suministro de energía eléctrica depende «de forma crítica» de la disponibilidad de agua y que el sector energético es el segundo que más uso intensivo hace de este recurso después de la agricultura.

Finalmente, sobre la amenaza cibernética, el WEC constató que «la sofisticación y número de los ataque cibernéticos está aumentando» y que ya se experimentaron «incidentes reales» de ataques contra el sector. El organismo calculó en 1.870 millones de dólares la cantidad que el sector petrolífero tendrá que invertir al año a partir de 2018 en seguridad cibernética. El WEC propuso una serie de recomendaciones, entre ellas un diseño más inteligente de las infraestructuras energéticas, la mejor evaluación de los diseños, mejor distribución de la información sobre riesgos y aumento de la financiación privada de infraestructuras.