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La japonesa Hitachi suspende la construcción de la planta nuclear Wylfa Newydd en Anglesey (Gales) por el incremento de costes

Europa Press.- La empresa japonesa Hitachi suspendió las obras de desarrollo de la planta de energía nuclear Wylfa Newydd en Anglesey (Gales) por el incremento de los costes, según indicó su subsidiaria británica, Horizon Nuclear Power. El consejero delegado de esta filial, Duncan Hawthorne, reconoció que la compañía, que estaba en conversaciones con el Gobierno británico desde el pasado junio, no ha conseguido la financiación que necesitaba. El impacto financiero podría alcanzar entre los 1.602 millones y los 2.404 millones de euros.

La construcción de la planta, que ya había empezado, tenía un coste estimado de 18.000 millones de euros y se calculaba que daría empleo a 9.000 personas. Hawthorne señaló que la suspensión del proyecto, que supone un revés a la estrategia energética del Gobierno conservador británico, responde a una evaluación de su «racionalidad económica como empresa privada», debido a la falta de financiación adecuada. «Como resultado, suspenderemos el desarrollo del proyecto Wylfa Newydd, así como todo el trabajo relacionado con Oldbury (otra planta en Inglaterra), hasta que se encuentre una solución«, manifestó. «Mientras, tomaremos medidas para reducir nuestra presencia en esas zonas pero mantenemos abierta la posibilidad de reabrir su desarrollo en el futuro», añadió.

Un portavoz del Ministerio de Empresas y Energía confirmó que, «después de intensas negociaciones y duro trabajo por ambas partes, el Gobierno y Hitachi no han podido llegar a un acuerdo sobre cómo proceder». Con la suspensión de este proyecto, y de otro de Toshiba en noviembre en la región inglesa de Cumbria, el Gobierno, que aspira a atraer a inversores del sector privado, deberá resolver una falta de capacidad energética en las próximas décadas.

Hitachi asumió el plan de construcción de dos reactores nucleares en la isla galesa de Anglesey tras adquirir en 2012 la empresa británica Horizon Nuclear Power, para lo que el año pasado pactó con el Gobierno de Reino Unido el reparto de la financiación del proyecto, valorado en más de 24.000 millones de euros, de los que un consorcio público privado e Hitachi cubrirían cada uno 2.400 millones de euros. Sin embargo, el conglomerado japonés habría tenido dificultades para sumar empresas inversoras al proyecto, por lo que pidió a Londres que incrementara su participación, pero las conversaciones se han visto complicadas por la debilidad parlamentaria del Gobierno de Theresa May.

Reino Unido da luz verde a la construcción de la central nuclear de Hinkley Point, que contará con participación china

Europa Press / EFE.- El Gobierno de Reino Unido ha alcanzado un acuerdo con la eléctrica francesa Electricité de France (EDF) para proceder a la construcción de una central nuclear en Hinkley Point, en el suroeste de Gran Bretaña, la primera que se construye en el país desde 1995, tras semanas de incertidumbre sobre el futuro de la instalación ya que el nuevo Gobierno británico de Theresa May había decidido posponer la decisión final.

El proyecto, liderado por la eléctrica francesa y en el que también participan las chinas CGN y CNNC, supondrá una inversión de 18.000 millones de libras (21.200 millones de euros) y suministrará el 7% de las necesidades eléctricas de Reino Unido durante los próximos 60 años. «Tras un examen exhaustivo del proyecto Hinkley Point, y un acuerdo revisado con EDF, el Gobierno ha decidido proceder con el primer proyecto de energía nuclear en una generación», comunicó el Ejecutivo. El contrato de explotación, con una duración de 35 años desde que la central nuclear comience a generar energía, contempla un precio de 92,5 libras por megavatio.

Sin embargo, el Gobierno liderado por Theresa May impondrá un nuevo marco legal para la futura inversión extranjera en la infraestructura crítica de Gran Bretaña, que incluirá los proyectos de energía nuclear, y que se aplicará tras la aprobación definitiva del proyecto de Hinkley Point. Bajo los términos del acuerdo, Reino Unido se reserva la posibilidad de impedir la venta de la participación mayoritaria de EDF antes de la finalización de la construcción de la central y, además se asegura de que no se podrán vender participaciones importantes en proyectos de estas características sin su consentimiento. «Introduciremos una serie de medidas para aumentar la seguridad y garantizar que Hinkley no puede cambiar de manos sin el consentimiento del Gobierno», aseguraron.

Tras la revisión, EDF acordó pagar las dos terceras partes del proyecto mientras que China, a través de la estatal China General Nuclear Power Group, aportará la tercera parte. La instalación había sido centro de las críticas de algunos expertos debido a su alto coste y las implicaciones de que este tipo de infraestructura sea construida por inversores extranjeros. La decisión de aceptar la participación china había sido acordada durante la visita que hizo el presidente de China, Xi Jinping, al Reino Unido en 2015.

La participación francesa había sido aprobada por la junta de administración de EDF en julio, sin embargo Theresa May decidió a último momento suspender su aprobación final, lo que creó una gran incertidumbre sobre si el proyecto sería o no construido. May señaló durante su reciente visita a China para participar en la cumbre del G20 (países industrializados y emergentes) que su decisión respondió a su «manera de trabajar» y que quería evaluar en profundidad el proyecto antes de aprobarlo.

Los sindicatos británicos recibieron con satisfacción el visto bueno del Gobierno por considerar que la planta, ubicada en Somerset, permitirá crear unos 25.000 empleos. El responsable del área energética del sindicato general Unite, Kevin Coyne, declaró que los empleados están ansiosos por «empezar a trabajar en la primera planta nuclear del país en una generación«. «Es una noticia excelente que la incertidumbre causada por la decisión de Theresa May de suspender Hinkley Point ha quedado ahora disipada y que el Gobierno reconoce la función nuclear en la economía», agregó Coyne.

«Esto significa que la luz permanecerá en el Reino Unido durante décadas y anuncia el renacimiento económico del oeste del país, con la creación de miles de empleos cualificados y los efectos positivos para la cadena de suministro en todo el Reino Unido«, añadió. La firma estatal china ha mostrado interés por construir otras plantas nucleares en Reino Unido, incluida una en Bradwell, en Essex, en el sureste de Inglaterra.

China aplaude la decisión británica

China General Nuclear Power (CGN), que aportará la tercera parte de la planta nuclear Hinkley Point, aplaudió la decisión del Gobierno británico. «Estamos encantados de que el Gobierno británico haya decidido proceder con el proyecto. Continuaremos trabajando con nuestros socios franceses para desarrollar proyectos nucleares y proveer energía limpia, sostenible y segura al Reino Unido», apuntó el portavoz de la compañía, Huang Xiaofei. «CGN es plenamente capaz de aportar apoyo técnico y contribuir a esta experiencia», dijo He Yu, presidente de la compañía, que añadió que otras empresas nucleares chinas «se beneficiarán mayormente de cooperar con socios con tanta experiencia».

Respaldo al sector nuclear francés

El Gobierno francés se felicitó por la decisión británica y destacó que supone un respaldo al sector nuclear francés, en plena recomposición. «Esta decisión británica es una buena noticia para el sector nuclear francés» en una fase de «refundación» lanzada por el Gobierno, destacaron el ministro francés de Economía, Michel Sapin, y su secretario de Estado de Industria, Christophe Sirugue. Ambos recordaron que ese proceso pretende reformar la industria nuclear para «adaptarla al nuevo contexto del mercado» a las exigencias de reforzamiento de la seguridad y a los retos de la lucha contra cambio climático.

«Es un éxito innegable para la industria francesa y para su lugar en el mundo y una contribución importante para el empleo en Francia», señalaron ambos políticos. A su juicio, Hinkley Point permitirá que las empresas francesas del sector mantengan sus competencias con vistas a la renovación de las centrales nucleares en Francia. El proyecto suscita, en cualquier caso, inquietudes entre los trabajadores de EDF porque la empresa tendrá que invertir el 66% de los 18.000 millones de libras (unos 21.000 millones de euros) que se estima que costará, con el riesgo de que ese presupuesto se dispare por ser una tecnología todavía por probar.

Los británicos decidirán cómo gastar más de 1.000 millones de libras de los impuestos al fracking e incluso podrán repartírselos

Europa Press / EFE.– Los ciudadanos británicos que vivan cerca de explotaciones de fracking elegirán cómo gastar los recursos del Fondo Soberano del Esquisto (SWF) que será dotado mediante un 10% de la recaudación fiscal por la explotación de este tipo de energía, lo que proporcionará 1.000 millones de libras (1.178 millones de euros) a lo largo de 25 años, que las comunidades afectadas podrán destinar a mejorar infraestructuras, financiar proyectos comunitarios o incluso a la distribución de un pago directo a los hogares.

El Gobierno del Reino Unido ha lanzado una consulta pública sobre cómo deberá gestionarse este nuevo fondo soberano, cuyos recursos «consistirán inicialmente de hasta el 10% de la recaudación por impuestos a la producción de gas de esquisto» y que deberán destinarse al beneficio de las comunidades que acojan las explotaciones. «Las comunidades que acojan la actividad de fracking deberían beneficiarse directamente más allá del esperado impulso a la economía local», señala el Gobierno, que subraya su intención de que los hogares de estas comunidades obtengan «ganancias directas» de los beneficios del desarrollo del fracking.

De este modo, el Ejecutivo plantea varias opciones para que estas comunidades puedan influir en cómo se gestiona el fondo y en qué se gasta el dinero, que las autoridades calculan en 1.000 millones de libras a lo largo de los próximos 25 años. «Proponemos inicialmente establecer un pago máximo de 10 millones para cada comunidad o región vinculada a una explotación de esquisto durante la vida útil de la misma, que probablemente sea de unos 25 años», plantea el Gobierno, aunque apunta que «esto podría revisarse en el futuro».

La primera ministra británica, Theresa May, avanzó que prevé pagar directamente a los ciudadanos una proporción de los beneficios obtenidos con los impuestos sobre el fracking, mientras que el Ejecutivo anterior planeaba entregar esos fondos a las autoridades locales de las áreas afectadas. El proyecto, que está en fase de consultas, significaría que cada familia podría recibir entre 5.000 y 20.000 libras, es decir, de 5.850 a 23.400 euros. May, que asumió el cargo en julio, apuntó que el mismo modelo podría ser aplicado a otros ámbitos, como en los impuestos sobre nuevos desarrollos inmobiliarios, cuyos beneficios irían también a parar personalmente a los residentes.

«El Gobierno que lidero estará siempre guiado por el interés de la mayoría de familias ordinarias, para las que la vida es más dura de lo que muchos políticos piensan», afirmó. «Este anuncio es un ejemplo de cómo poner esos principios en acción. Se trata de asegurarse de que la gente se beneficia personalmente de las decisiones económicas que tomamos, y no solo los ayuntamientos, para que puedan retomar el control de sus vidas», agregó.

Asimismo, el Gobierno británico señala que este fondo soberano del esquisto supone «nueva financiación», subrayando que no servirá como reemplazo de financiación pública existente y que será adicional a cualquier beneficio proporcionado por la industria del fracking mediante sus paquetes de beneficios comunitarios. La consulta planteada por el Ejecutivo del Reino Unido pretende así examinar qué prioridades debe asumir el Gobierno en la gestión del SWF, así como en la asignación de los recursos, incluyendo los potenciales modelos de reparto para asegurar que los hogares y comunidades próximos a las explotaciones se benefician y deciden cómo se gasta y en qué se gastan los recursos.

UK Onshore Oil & Gas (UKOOG), entidad que agrupa a las empresas desarrolladoras de explotaciones de gas de esquisto, ha dado la bienvenida a la iniciativa del Gobierno de establecer este nuevo fondo soberano. «UKOOG sigue creyendo que la población local debería compartir el éxito de nuestra industria y ser recompensada por acoger explotaciones en beneficio del resto del país y por eso lanzamos en 2013 un plan de beneficios comunitarios al que se suma este fondo», destacó la organización.

La prensa oficial china advierte a Londres contra la posible suspensión del proyecto nuclear de Hinkley Point

EFE.– El Reino Unido «está poniendo en riesgo la duramente forjada confianza mutua con China», advirtió la agencia oficial Xinhua en un artículo crítico con la decisión de Londres de replantearse la aprobación de una central nuclear con capital chino-francés en Hinkley Point (oeste de Inglaterra). La revisión del proyecto, anunciada recientemente por el nuevo Gabinete de la primera ministra británica, Theresa May, «preocupa y siembra interrogantes en la comunidad internacional acerca de su apertura hacia la inversión extranjera».

Ello, además, en un momento en el que el Reino Unido «está luchando por salir adelante tras el Brexit, para lo que la apertura es la clave», indica el artículo de Xinhua, en alusión a la decisión británica mediante referéndum de salir de la Unión Europea. «Dar luz verde a un proyecto de 24.000 millones de dólares (18.000 millones de libras, 21.000 millones de euros) nunca va a ser una decisión fácil, y China entiende y respeta la petición de más tiempo para reflexionar, pero no puede comprender las sospechas surgidas de la nada«, añade.

Temor al “muro de proteccionismo”

El proyecto, capaz de generar el 7% de la energía necesaria en todo el Reino Unido, «ahuyenta los miedos sin fundamento y con aroma de ciencia ficción» que en algunos sectores atribuían a China el poder de controlar la infraestructura, subraya la agencia estatal china. Según Xinhua, los recelos del nuevo Gobierno británico perjudican a éste, «por el temor de que esté edificando un muro de proteccionismo que dañe su credibilidad como economía abierta», lo que «podría ahuyentar a inversores chinos y de otras partes del mundo en el futuro«.

La central de Hinkley Point es un proyecto chino-francés en el que la firma del país asiático CGN se hace cargo del 33% de la inversión, mientras que el resto corre a cuenta de la francesa EDF, donde también hay dudas por el alto coste del plan y el largo plazo que requiere, ya que no iniciaría operaciones hasta 2030. La participación china en el proyecto se firmó el año pasado durante el viaje oficial al Reino Unido del presidente, Xi Jinping. «China puede esperar que un Gobierno británico razonable tome decisiones responsables, pero no puede tolerar acusaciones contra su sincera y benigna intención en favor de una cooperación de beneficio mutuo», afirma ahora Xinhua.