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Fukushima admite que no puede evitar al 100% la filtración de agua radiactiva mientras Greenpeace denuncia contaminación en los ríos

EFE.- Las riberas de los ríos de la prefectura de Fukushima, donde se sitúa la central nuclear accidentada en 2011, presentan altos niveles de contaminación radiactiva, según denunció Greenpeace en un informe publicado al tiempo que TEPCO, la propietaria de Fukushima, admitió por primera vez que el muro helado subterráneo que levanta alrededor de sus reactores para evitar que se filtre agua a su interior no podrá bloquear el 100% del líquido, lo que complica el desmantelamiento de la planta nuclear.

En este sentido, Tokyo Electric Power (TEPCO) reconoció que «el objetivo al construir el muro congelado, reducir el flujo de agua que penetra en el sótano de los edificios» de los reactores, no impedirá su completa entrada. En una reunión celebrada con la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA), TEPCO admitió que solo había conseguido reducir en unas 30 toneladas adicionales el volumen diario de agua que penetra en los reactores procedente de los acuíferos naturales, por lo que se calcula que unas 80-100 podrían seguir filtrándose. Un técnico de la empresa reconoció que no es técnicamente posible «mantener fuera todo el agua subterránea al 100%».

Desde principios de junio la construcción de este muro de hielo subterráneo ha entrado en su segunda y penúltima etapa. El muro tiene como meta aislar el subsuelo alrededor de los cuatro reactores afectados por el terremoto y tsunami de 2011 para evitar así que penetre en ellos el flujo de los acuíferos naturales y a la postre se produzcan vertidos contaminantes al mar. Y es que estas aguas subterráneas se mezclan en los sótanos con el refrigerante radiactivo y por efecto del rebalsamiento se filtran después al océano Pacífico.

Para construir el muro se han insertado en la tierra, en torno a los cuatro reactores, más de 1.500 tuberías hasta una profundidad de unos 30-35 metros. A través de estas tuberías se inyecta una solución salina a una temperatura de menos 30 grados que congela la tierra en contacto con las canalizaciones y crea así una barrera helada. La NRA mostró su preocupación por el hecho de que TEPCO no consiga reducir las aproximadamente 60.000 toneladas de agua que aún hay dentro de los sótanos de los reactores y advirtió que un nuevo tsunami podría provocar que ese agua radiactiva se esparciera tierra adentro.

Greenpeace denuncia contaminación en ríos

Por otro lado, la organización ecologista tomó 19 muestras de sedimento en tres ríos de la región, el Abukuma, el Niida y el Ota en febrero y marzo de este año y, según los resultados, 18 arrojaron niveles de más de 1000 becquereles de material radiactivo por kilo. Una de ellas, recogida a unos 30 kilómetros al noroeste de la planta nuclear, llegó a indicar la presencia de 29.800 becquereles de cesio 134 y cesio 137 por kilo de sedimento. El estándar del Gobierno japonés para el agua potable es de un máximo de 10 bequereles de cesio por kilo.

«El impacto radiológico de la catástrofe nuclear de Fukushima en el medio acuático, con consecuencias tanto para la salud humana como del medio ambiente, no se limitan sólo a los primeros años tras el accidente», explica el informe. «Existen amenazas presentes y futuras, principalmente los vertidos continuados de agua radiactiva desde la planta en sí» y la progresiva diseminación de la contaminación que existe en el suelo de la región a través de «bosques, ríos, lagos o estuarios costeros», añade Greenpeace. Fukushima ha sido el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986.

Comienza una nueva fase para levantar el muro helado de Fukushima

EFE.- La construcción del muro de hielo subterráneo para proteger los reactores y evitar fugas de agua contaminada de la central nuclear de Fukushima ha entrado en una nueva fase, según comunicó la empresa operadora. Tokyo Electric Power (TEPCO) explicó que la primera de las tres etapas para levantar esta estructura ha entrado en su fase definitiva tras obtenerse la aprobación de la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) de Japón.

El muro tiene como objetivo evitar los vertidos contaminantes al mar aislando el subsuelo alrededor de los cuatro reactores afectados por el terremoto y tsunami de 2011para evitar así que penetre en ellos el flujo de los acuíferos naturales. Estas aguas subterráneas se mezclan en los sótanos con el refrigerante radiactivo y se filtran después al océano Pacífico. La NRA ha certificado que los sistemas de bombeo empleados para bifurcar algunos acuíferos funcionan correctamente y que las porciones del muro activadas no han generado contraflujos peligrosos de aguas subterráneas.

Ahora se congelará el 95% del perímetro alrededor de los reactores, lo que reducirá en un 50% el volumen de agua que entra a diario en los sótanos, unas 150 toneladas. Si esta fase se completa con éxito la segunda consistiría en gestionar el 5% restante y la tercera en el sellado completo del perímetro de 1,5 kilómetros de largo. Dado lo experimental del proceso, la empresa no ha establecido plazos concretos para completar el proyecto de levantar el muro.

Activan el muro de hielo de Fukushima para frenar los vertidos radiactivos

EFE.- La operadora de la accidentada central nuclear de Fukushima activó el «muro de hielo» subterráneo construido en torno a los reactores, una medida destinada a contener los vertidos de agua contaminada al océano Pacífico. La operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), puso en marcha el sistema de tuberías subterráneas que permitirá congelar el subsuelo y crear una barrera física alrededor de las 4 unidades dañadas por el terremoto y tsunami de marzo de 2011, según confirmó una portavoz de la empresa.

La instalación del sistema ha llevado 2 años, y pese a que TEPCO presentó el proyecto en 2013 la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) no había dado su visto bueno hasta ahora para analizar en profundidad la seguridad del proyecto, que costará unos 34.500 millones de yenes (271 millones de euros/307 millones de dólares). En la víspera, la NRA dio luz verde a una primera fase del «muro de hielo», que flanqueará la cara de Fukushima Daiichi que da al mar (oeste de la planta). Más adelante, la segunda fase de la barrera helada se extenderá a las zonas norte y sur de las instalaciones nucleares, lo que supondría completar aproximadamente el 95% de su perímetro total, detalló la portavoz.

Impedir agua entre a reactores

El primer tramo del «muro de hielo» tardará aproximadamente mes y medio en estar operativo; su fin es que el agua de los acuíferos subterráneos no penetre dentro de los edificios de los reactores, donde se mezclan con refrigerante contaminado. El objetivo es lograr reducir el volumen de agua radiactiva que se acumula en los sótanos de las unidades nucleares, donde se filtra después por efecto del rebalsamiento al Pacífico.

Una vez esté operativa la barrera helada, la cantidad de agua que se filtra diariamente en las instalaciones nucleares se reducirá desde las aproximadamente 200 toneladas actuales hasta unas 50 toneladas, según TEPCO. Esta cantidad se podría reducir aún más si se completa la tercera fase de la barrera subterránea, es decir si se sella el subsuelo del lado este de la central. La NRA aún no ha autorizado la construcción del «muro de hielo» en esta última zona, ya que teme que si el nivel de los acuíferos subterráneos en torno a los reactores es inferior al líquido radiactivo que se acumula dentro de ellos se podrían producir fugas.

Japón, Estados Unidos y Francia trabajarán juntos para desmantelar Fukushima, cuya situación todavía es complicada según la OIEA

EFE / Europa Press.- La situación actual en la central nuclear japonesa de Fukushima Daiichi «todavía es complicada«, cuando se cumplen 5 años desde que un tsunami posterior al terremoto que convulsionó el país nipón provocara un accidente sin precedentes en un reactor atómico. En este sentido, el Gobierno de Japón trabajará con Estados Unidos y Francia para desarrollar las tecnologías necesarias para retirar el combustible fundido de la accidentada planta.

El trabajo para desmantelar Fukushima se ha completado en un 10%. De este modo, el Ejecutivo nipón espera completar el desmantelamiento de la planta, propiedad de la compañía eléctrica Tokyo Electric Power (TEPCO), con la ayuda de expertos y tecnologías de Estados Unidos y Francia. El Departamento de Energía estadounidense y la Agencia Nacional de Investigación gala colaborarán con el Ministerio de Ciencia y Tecnología japonés para llevar a cabo las labores pendientes. Washington ayudará a Tokio a crear equipamiento y tecnología para hacerse cargo y deshacerse de los residuos radiactivos derivados de las labores de desmantelamiento, mientras que París cooperará con el país asiático para desarrollar tecnologías por control remoto que puedan resistir entornos con altos niveles de radiación.

Japón ya ha enviado varios robots al interior de dos de los tres reactores dañados durante el accidente, donde los niveles de radiación actuales impiden la entrada de un humano. Los dispositivos introducidos en el reactor 1, el peor parado, fueron abandonados tras resultar dañados por la radiactividad.  Por otro lado, expertos de universidades, investigadores e ingenieros investigarán en materia de robótica, procesamiento de imagen y otras tecnologías para avanzar en el proceso de desmantelamiento.

En los últimos 5 años, el Gobierno nipón y TEPCO han lidiado con las toneladas de agua contaminada empleada para enfriar los reactores cuando el seísmo y el tsunami los dejaron sin los generadores primarios y de emergencia, pero ahora tienen que seguir avanzando en los trabajos, incluida la retirada del combustible. La retirada de las barras de combustible fundido es el proceso más complejo dentro de las labores de desmantelamiento de la central, que llevarán tres o cuatro décadas.

Situación “todavía complicada” en Fukushima

Por otro lado, la situación actual en la central nuclear japonesa de Fukushima Daiichi «todavía es complicada», según el director general adjunto y responsable del Departamento de Seguridad Nuclear de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Juan Carlos Lentijo, que cree que aún «lo más difícil de controlar» un lustro después son los núcleos de los reactores fundidos. Eso sí, destacó que la situación en la planta atómica «ha mejorado mucho» respecto a cuando visitó la central en 2011. Ahora, subraya que el programa de actividades tiene el objetivo final de desmantelar la central, para lo que faltan «unos decenios». Ahora lo importante es que la estabilización de la central se garantice de forma sostenible para el futuro.

Lentijo, ingeniero vallisoletano, indica que una de las cuestiones que plantean más retos a corto plazo es la acumulación del agua contaminada y la filtración del agua subterránea que baja de la colina hacia los edificios principales. Para ello, recuerda que se diseñaron numerosos sistemas de descontaminación del agua y una barrera para prevenir que esta siga entrando. En Fukushima se implantaron numerosas medidas y sistemas para evitar que el agua contaminada salga al mar. La última novedad, que está en su fase final de implantación, es la construcción de una barrera de hielo en el suelo, cuyos sistemas ya están instalados y pronto comenzará la etapa de pruebas para llegar a «eliminar o limitar la acumulación de agua contaminada».

Sin embargo, el responsable de la OIEA estima que a largo plazo las actividades más importantes y difíciles será la retirada del combustible nuclear que quedó dañado. «Tienen buenos planes iníciales y ahora tienen que diseñar en detalle las actividades concretas para ponerlas en marcha», comentó. Con todo, apunta que el de Fukushima no será un desmantelamiento «normal», por lo que aplaudió el programa japonés de investigación muy ambicioso con el que se desarrollarán nuevas tecnologías y programas. En todo caso, considera que «lo más difícil de controlar» son los núcleos de los reactores fundidos, mientras que calificó de «experiencia extraordinaria» el proceso de retirar el combustible nuclear gastado que había en el reactor 4.

Por otro lado, el directivo de la OIEA ha destacado que los datos apuntan que en el futuro seguirá aumentando el parque nuclear mundial. Los datos hablan de una previsión de crecimiento, aunque ha puntualizado que «no está igualmente distribuida en todas las regiones del mundo» sino que la tendencia ascendiente se observa en Asia frente a la estabilización o descenso en Europa o Estados Unidos. Lentijo ha agregado que como tecnología, la nuclear tiene ventajas e inconvenientes y que es decisión de las autoridades de cada país tenerla en cuenta como uno de los posibles vectores de futuro para determinar la forma de cumplir los objetivos del cambio climático puesto que ha recordado que no contribuye a emitir CO2.

Finalmente, sobre la operación a largo plazo, ha manifestado que el tiempo en las centrales nucleares no es una cuestión de años, sino de condiciones de funcionamiento y conservación y, por ello, considera que cuando se llega a las edades para las que fueron licenciadas, se debe analizar las mejoras que se deben implantar si se quieren operar durante más tiempo. «No existe una vida determinada para las instalaciones, sino una vida condicionada por las autorizaciones que tienen. Se plantean por 40 años y después de decenios de operación y revisiones periódicas se comprueba si la instalación puede seguir operando si cumple las medidas de seguridad necesarias», ha concluido Lentijo.

Una filial de la japonesa Toyota presenta la 24ª denuncia contra España ante el Ciadi por el cambio retributivo renovable

Europa Press / EFE.- Eurus Energy Holdings Corporation, una sociedad participada en un 60% por el conglomerado empresarial japonés Toyota y en un 40% por la propietaria de la accidentada central nuclear de Fukushima,  Tokyo Electric Power Company (TEPCO), ha sido la encargada de presentar la vigesimocuarta denuncia contra España ante la Corte Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), órgano de arbitraje del Banco Mundial, por los recortes a las renovables.

Esta empresa cuenta con una potencia instalada de 552 megavatios (MW) de renovables en España, de los que 83 se encuentran en Asturias y 469 en Galicia, repartidos en una quincena de parques eólicos construidos a finales de los 90’s del siglo pasado. Esta denuncia es la primera que se inscribe en el Ciadi desde noviembre del año pasado, cuando se cursó la demanda de un grupo de bancos alemanes entre los que figuran Landesbank Baden-Württemberg, HSH Nordbank AG, Landesbank Hessen-Thüringen Girozentrale y Norddeutsche Landesbank-Girozentrale.

Esta demanda de inversores alemanes fue la decimoquinta presentada a lo largo de 2015 contra España por los recortes en la retribución de las renovables. Los inversores alemanes concentran 9 de las 24 denuncias en contra de España presentadas hasta la fecha ante el Ciadi. Anteriormente, se tramitaron las denuncias presentadas por el luxemburgués Watkins Holdings, junto a otras sociedades como Repier, Northsea Spain, Parque Eólico Marmellar y Parque Eólico La Boga, y por las sociedades Hydroxana Sweden y la luxemburguesa Hydro Energy 1; la alemana SolEs Badajoz GmbH y los fondos OperaFund Eco-Invest Sicav, que tiene licencia de Malta, y Schwab Holdings, de Suiza.

También el pasado verano la alemana E.ON, la firma portuguesa Cavalum y los japoneses de JGC Corporation, registraron su denuncia. Además, también han acudido al Ciadi dos firmas alemanas, KS Invest y TLS Invest, y, anteriormente, un grupo de inversores alemanes formado por Matthias Kruck, Ralf Hofmann, Frank Schumm, Joachim Kruck, Peter Flachsmann, Rolf Schumm, Karsten Reiss y Jürgen Reiss. Estos arbitrajes de origen alemán se suman a los iniciados anteriormente por inversores procedentes del mismo país, entre ellos también figuran Steag, BayWa, y un consorcio de 8 empresas en el que participa la eléctrica RWE, y otro de la propia RWE a título individual.

El Ciadi también registró la denuncia del fondo Cube Infraestructure, promovido por el banco francés Natixis, y de la firma norteamericana 9REN. Además, inició la tramitación de las demandas de las británicas InfraRed y Eiser, la árabe Masdar y las luxemburguesas Antin y RREEF, que ya cuentan con tribunales constituidos para analizar su caso, así como de la luxemburguesa Renergy y la estadounidense NextEra, que se encuentran a la espera del análisis de las alegaciones.  Además, aparte de las denuncias ante el Ciadi, el accionista de referencia del Grupo Natural Electric, que tiene nacionalidad mexicana, ha anunciado su intención de denunciar internacionalmente también a España.

Se trata de empresas y fondos que acudieron a España atraídos por las generosas ayudas que ofrecía el Gobierno para animar la inversión en renovables, con la que se consiguió situar al país a la vanguardia de estas tecnologías. Pero el acelerado desarrollo, que no contaba con límites de instalación, provocó una cierta burbuja que encareció de forma creciente el recibo eléctrico y obligó a contener las nuevas plantas y, posteriormente, a efectuar recortes retributivos. Las demandas no se dirigen contra una normativa concreta sino a los sucesivos cambios regulatorios, que han afectado especialmente a las tecnologías solares  y que posteriormente se culminaron con el cambio de modelo retributivo renovable.

Tras conocerse el primero de estos litigios contra España, el ministro de Industria, José Manuel Soria, indicó que las firmas internacionales aspiraban a rentabilidades del 20%, lo que “no ocurre en ningún país del mundo, porque si eso ocurriera el resultado sería que el sistema eléctrico simplemente quebraría”.  Finalmente, España cuenta con una demanda en Uncitral, presentada por PV Investors, y con dos en la Cámara de Comercio de Estocolmo, cuyos autores son Isolux Infrastructure Netherlands y CSP Equity, por la Carta de la Energía.

A finales de enero se conoció el primer fallo de un tribunal arbitral acerca de los recortes a las renovables en España. En concreto, el Tribunal Arbitral de Estocolmo resolvió a favor del Reino de España y desestimó la demanda presentada por Charanne y Construction Investments por las medidas aplicadas en 2010, por Miguel Sebastián. A juicio del Tribunal Arbitral, los demandantes no podían tener la expectativa legítima de que el marco regulatorio que establecía las primas a las renovables pudiera permanecer inmutable durante toda la vida de sus plantas. Además, el Tribunal reconoce que la normativa española dejaba «abierta claramente» la posibilidad de que se modificara el sistema de retribución de la energía fotovoltaica.

La Fiscalía nipona acusa a tres exdirectivos de Fukushima por negligencia

EFE / Europa Press.- La Fiscalía nipona acusó a tres exdirectivos de Tokyo Electric Power (TEPCO), operadora de la central de Fukushima, por su papel negligente en la crisis originada por el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011, lo que supone el primer procesamiento penal de unos responsables de la planta, concretamente de Tsunehisa Katsumata, de 75 años y presidente de la compañía en el momento del accidente, y los exvicepresidentes, Sakae Muto, de 65, e Ichiro Takekuro, de 69.

Este procesamiento llega después de que un grupo de afectados presentara una primera denuncia en 2012 contra un total de 42 autoridades y responsables de la planta que siguieron operando Fukushima Daiichi sin tomar medidas para garantizar la seguridad pese a conocer los riesgos. Los tres acusados no fueron detenidos y se espera que se declaren inocentes según diversas fuentes que además creen que el juicio no se celebrará antes de fin de año, debido a que llevará mucho tiempo recopilar todas las pruebas necesarias.

La acusación considera que el accidente en Fukushima, cuyos reactores sufrieron fusiones parciales tras perder el sistema de refrigeración, expuso a quienes residían alrededor de la planta a emisiones muy radiactivas. Además, hace responsable a los directivos de que 13 personas, incluidos trabajadores de la planta y miembros de las fuerzas armadas, resultaran heridas tras el accidente y que 44 murieran tras ser evacuadas de un hospital donde estaban ingresadas.

La operadora de la central reconoció que ha tenido noticia de la acusación de sus exdirectivos a través de los medios de comunicación pero que han decidido no hacer ningún comentario al tratarse de un caso penal que está en los tribunales. TEPCO quiso sin embargo pedir disculpas «por la molestia y la preocupación causada a los habitantes de Fukushima y al resto de la sociedad por el accidente nuclear».

En un primer momento, la fiscalía del distrito de Tokio decidió en 2013 desestimar la demanda y no presentó cargos al considerar que era muy difícil prever la escala del tsunami que golpeó la central. Los demandantes solicitaron sin embargo un análisis más exhaustivo y recurrieron a un comité de investigación judicial, un órgano raramente usado en Japón y formado por ciudadanos, que en julio les dio la razón y pasó de nuevo el caso a la fiscalía. Las emisiones y vertidos de agua contaminada producto del accidente nuclear, el peor desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986, aún mantienen desplazadas a miles de personas.

Además, la radiactividad dejó un rastro de contaminación que ha ido remitiendo con el paso del tiempo, si bien a finales de 2015 se detectó contaminación derivada del desastre en las costas de América del Norte. El número de evacuados por causa del terremoto y el tsunami superó los 420.000 en 2011, el año del accidente. A principios de 2015 esta cifra se había reducido a menos de 240.000. Durante estos cuatro años se han reconstruido más de 120.000 viviendas.

Fukushima completa el 10% de su desmantelamiento un lustro después del accidente

EFE.- Casi 5 años después del accidente nuclear de la central nipona de Fukushima, el complejo proceso de desmantelamiento de la planta se ha completado «en un 10%», según indicó su máximo responsable, Akira Ono. La propietaria de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), ha realizado «progresos visibles» en la gestión de las instalaciones nucleares desde que quedaron devastadas por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, según Ono, que también admitió que hay por delante «riesgos» y «enormes desafíos».

Tras el estallido de aquella crisis atómica que atrajo la atención de todo el planeta, se ha logrado «estabilizar la seguridad de la planta», afirmó su director, que destacó «hitos» como la retirada en 2014 de todo el combustible nuclear del reactor 4, el que resultó menos afectado por la catástrofe natural, así como el procesado de todo el agua altamente radiactiva que se acumulaba en la planta. Estos pasos, unidos a otras medidas para controlar las fugas de líquido radiactivo y a los preparativos para desmantelar las siniestradas unidades 1, 2 y 3 de la planta, hacen que Ono se muestre «medianamente satisfecho» por lo logrado hasta este punto.

Pero TEPCO afronta ahora la etapa más difícil de la lucha para dejar atrás el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986: la retirada de las barras de combustible gastado y fundido de los tres citados reactores, algo que hasta la fecha nunca se ha llevado a cabo en estas condiciones. «No tenemos un conocimiento preciso del estado de las vasijas de los reactores, así que estamos ante un reto sin precedentes», admitió Ono, quien añadió que TEPCO «trata de idear soluciones», unas que sean posibles actualmente y otras que quizá resulten viables técnicamente en un futuro.

TEPCO confía en los avances de la robótica para las tareas más delicadas, ante la imposibilidad de que las desempeñen trabajadores humanos debido a los niveles mortales de radiación dentro de las vasijas de los reactores. Autómatas manejados por control remoto y equipados con videocámaras ya se han introducido en la vasija primaria de contención del reactor 1 para analizar las condiciones ambientales y de radiación, y para localizar el combustible nuclear fundido. TEPCO, varias tecnológicas niponas y centros estatales trabajan actualmente en otros prototipos de robots especialmente diseñados para una misión similar en los reactores 2 y 3, explicó el director de la planta.

Si el proceso avanza dentro de lo previsto, hacia 2017 se comenzaría la retirada de combustible de los tres reactores, una tarea acompañada de otras medidas de seguridad como la instalación de cubiertas protectoras para evitar que se dispersen materiales radiactivos. El desmantelamiento se alargará «entre 30 y 40 años», según el director. Asimismo, TEPCO afronta otro problema de carácter más urgente: la acumulación de agua radiactiva en la planta, contaminada con isótopos nucleares tras emplearse para refrigerar los reactores. La compañía acaba de concluir la construcción de un muro de hielo subterráneo destinado a ser parte de la solución.

El coste total del proceso de desmantelamiento se estima entre 7.700 y 15.400 millones de euros, que irán a parar principalmente a la investigación y desarrollo de la tecnología necesaria, según detalló el portavoz de la empresa, Yuichi Okamura. A ello hay que añadir 44.800 millones de euros abonados hasta ahora en compensaciones a la población que fue evacuada a raíz de la catástrofe, así como los «miles de millones de euros» que ha costado al Estado japonés sustituir el uso de energía nuclear por combustibles fósiles, añadió el portavoz.

El 38% del personal que intervino en Fukushima recibió excesiva radiación

EFE.- Al mismo tiempo que la operadora de la accidentada central de Fukushima, Tokyo Electric Power (TEPCO), anuncia que ha completado la instalación de un muro subterráneo ubicado en la costa frente a la planta y destinado a contener los vertidos al mar de agua radiactiva, el Gobierno nipón ha desvelado que casi el 40% de los militares, bomberos y policías que participaron en las tareas de evacuación tras el accidente nuclear de Fukushima de 2011 recibió dosis de radiación superior al límite anual recomendado.

El Ejecutivo nipón publica estos datos tras recopilar los registros de exposición a la radiación de los cerca de 3.000 efectivos que contribuyeron a la evacuación de los residentes del área de exclusión de 20 kilómetros decretada en torno a la planta. Estos trabajos se llevaron a cabo entre el 12 y el 31 de marzo de 2011, justo después del terremoto y el tsunami el 11 del mismo mes que provocaron la catástrofe nuclear.

Ejército, Policía y los bomberos

Un 38% del personal de la Fuerzas de Auto Defensa (Ejército), la Agencia Nacional de Policía y los bomberos resultó expuesto a un milisievert (que equivale a 1.000 microsievert) o más, el límite anual que recomienda la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP). De ellos, una quinta parte recibió una dosis superior a 2 milisievert y un 5% recibió entre 5 y 10 milisieverts, según datos difundidos por el Gobierno.

Mientras que la dosis máxima recomendada por la ICRP es de 1 milisievert al año, en el caso de los trabajadores de instalaciones nucleares la normativa nipona fija un límite de 100 milisieverts repartidos en cinco años y con un máximo de 50 anual. No obstante, durante la crisis de Fukushima, el Gobierno decidió elevar este tope anual hasta los 250 microsieverts de forma excepcional.

Los datos se han divulgado una semana después de que el Gobierno nipón reconociera por primera vez el vínculo entre el cáncer desarrollado por un exempleado de la central y sus tareas de limpieza y reconstrucción en la planta tras la catástrofe nuclear. El hombre, de 41 años, desarrolló leucemia tras quedar expuesto a unos 15,7 microsieverts anuales por su trabajo en la limpieza y reconstrucción de la planta, y recibirá una compensación del Estado en concepto de accidente laboral.

Muro para contener los vertidos

La barrera destinada a contener los vertidos al mar de agua radiactiva, que se comenzó a instalar en 2012, es una de las medidas que TEPCO ha tomado para evitar que el agua de los acuíferos subterráneos, que se filtra dentro de los reactores y se mezcla con el líquido altamente radiactivo empleado para refrigerar las unidades, vaya a parar al Océano Pacífico. El muro tiene 780 metros de largo y penetra a una profundidad de 30 metros bajo tierra, y ha sido instalado a lo largo de toda la franja costera frente de las instalaciones nucleares de Fukushima Daiichi.

TEPCO prevé que su instalación permita reducir la cantidad de agua contaminada que va a parar al mar desde las 400 toneladas diarias hasta unas 10 toneladas, según informó la eléctrica a través de Twitter. La barrera está formada por planchas de acero que han sido enterradas y selladas con cemento para evitar las filtraciones. Su instalación se suma a otros métodos destinados a reducir la gran acumulación de líquido tóxico que se produce cada día en las instalaciones nucleares, como un sistema de bombeo de agua subterránea contaminada para procesarla y verterla al mar de forma controlada, que se puso en marcha también recientemente.

Imputan a antiguos ejecutivos de la propietaria de Fukushima por el accidente nuclear

EFE.- Un comité judicial de Tokio falló a favor de imputar a tres antiguos directivos de la empresa propietaria de la central nuclear de Fukushima por su responsabilidad en el accidente atómico desatado por el terremoto y tsunami que golpeó el noreste de Japón el 11 marzo de 2011. Tras la decisión de este comité de investigación judicial, compuesto por ciudadanos, el Tribunal del distrito de Tokio está obligado a imputar a los tres exdirigentes de Tokyo Electric Power (Tepco) por negligencia con resultado de lesiones y muerte.

Los tres exdirectivos de la empresa eléctrica que serán procesados son Tsunehisa Katsumata, de 75 años y presidente de la compañía en el momento del accidente, y los exvicepresidentes de Tepco, Sakae Muto, de 65, e Ichiro Takekuro, de 69. Será la primera vez que se abre un proceso de responsabilidad penal en Japón por el accidente nuclear. El tribunal tokiota había desestimado a principios de año una decisión similar de este órgano de investigación, que raramente se utiliza en Japón y compuesto por 11 ciudadanos anónimos. Se consideró entonces que no existía suficiente base para imputar por negligencia a los tres exejecutivos. Sin embargo, el panel insistió en proseguir su investigación y volvió a votar a favor del procesamiento.

El seísmo de 9 grados de magnitud en la escala Richter y el tsunami que devastaron el noreste nipón el 11 de marzo de 2011 dejaron más de 18.000 muertos y desaparecidos y provocaron en la central de Fukushima Daiichi el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986. Las emisiones y vertidos resultantes mantienen desplazadas a miles de personas que vivían junto a la planta y dañó gravemente a la agricultura, la ganadería y la pesca local.