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El 21% de los hogares españoles se sigue declarando insatisfecho con su servicio de electricidad

Europa Press / EFE.- El 20,9% de los hogares españoles se declara poco o nada satisfecho con su servicio de electricidad aunque este porcentaje mejoró en 5 puntos con respecto al grado de insatisfacción de hace seis meses, según el Panel de Hogares de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Para el gas natural, este porcentaje de insatisfacción cae hasta el 14,8% de los hogares.

Entre los hogares que se declaran insatisfechos con el servicio, el precio es el principal motivo apuntado. Un 90% de los hogares insatisfechos con su proveedor de electricidad opina que el servicio es caro y casi la mitad considera que las facturas de electricidad o las tarifas no son claras. En el caso del gas natural, sigue un patrón similar, aunque, en general, con mejores resultados que la electricidad. Las valoraciones de los hogares mejoran respecto a la calidad de los servicios de energía ofrecidos.

Respecto a la satisfacción con el precio de los servicios, un 54% del total de los hogares está poco o nada satisfecho con los precios del servicio de electricidad, 5 puntos menos que hace un año. Por su parte, el 46,1% de los hogares con servicio de gas natural están insatisfechos con el precio del servicio. Asimismo, a pesar de que los hogares españoles declaran mayor insatisfacción con los servicios de electricidad y gas natural, son los servicios de telecomunicaciones los que reciben más reclamaciones. Así, alrededor del 15% presentó reclamaciones en la materia frente al 5,7% de los hogares que presentaron quejas en gas natural y un 6,5% en el caso de la electricidad.

Los motivos para reclamar, exponen, siguen un patrón similar a los motivos de insatisfacción. En el caso de los servicios de electricidad y gas casi 6 reclamaciones de cada 10 de ellas están relacionadas con problemas en la facturación. Además, a la hora de recibir las facturas o notificaciones por parte de las empresas, destaca que el 77,1% de los hogares sigue recibiendo la factura del suministro energético en papel.

La información sobre la evolución de los precios de la electricidad

Pocos países occidentales mantienen una tensión informativa alrededor de los precios eléctricos como en España. De hecho, el cruce de informaciones es tal que se roza el amarillismo, de forma que información que es de alcance público se convierte de facto en una especie de posición u opinión a la hora de ser publicada.

La causa proviene de la combinación de cuatro factores: primero, la tradición intervencionista española en el precio de la electricidad, que no de la energía; segundo, la ausencia de un modelo de liberalización eléctrica que permita la realización de ofertas reales a las empresas frente a una compleja tarifa regulada de precios por horas; tercero, que sea el sector eléctrico el que asuma los costes de adecuación ambiental a las normativas internacionales, un logro del resto de sectores; finalmente, el modelo de comunicación política española, procedente del falangismo ideológico, de supuesta protección al consumidor como sujeto político que vota y del que se contagian todos los agentes, cuestión que curiosamente no se extiende a otros servicios y bienes de consumo.

Cuatro factores, más un quinto, que es que todos participan (o participamos) de esta ceremonia. Fruto de ello, el Gobierno en sus tribulaciones busca las fórmulas comparativas cada período publicado para tratar de convencer a la opinión pública de que la electricidad «siempre baja» con respecto a algo, con respecto al mes anterior, con respecto a principios de año,  en el interanual respecto al mismo período, en el interanual acumulado…

Del mismo modo, las asociaciones de consumidores, especialmente las  que están asesoradas por el colectivo retroprogresivo, intentan mostrar que siempre sube en uno de sus parámetros o con respecto a algo. Da igual que, en la cesta global del IPC, la energía venga cayendo en su participación en los presupuestos familiares de los consumidores españoles. De igual modo, se abstrae que la parte fija (los costes de acceso y sus componentes) sea tan elevada que haya pasado a ser casi una tarifa plana y desincentiven la eficiencia o los subsidios cruzados con los distintos consumidores.

A su vez, las entidades más beligerantes de las tecnologías renovables intentan mostrar que las oscilaciones del mercado eléctrico (con independencia de su variación porcentual, su estacionalidad o estacionaridad o que coincidan con la evolución de los precios internacionales de la energía) son las causantes de las subidas, sean coyunturales o momentáneas. Tampoco hay rastro de análisis sobre los costes regulados, su volumen e impacto.

Los propios medios de comunicación incurrimos en el ejercicio de ser arrastrados por esta tensión informativa, y esa pretensión protectora, frente a una información de precios como ocurre en los mercados del petróleo o del gas, dónde se analizan realmente los factores que inciden en la coyuntura. De esa forma se alinean con los modelos de comunicación política subyacente en cada momento, de cada agente y sus intereses, y en ese plan. El resultado es una comunicación política falaz y llena de trampas en la que los malabares estadísticos asientan la teoría de que las estadísticas son utilizadas como las farolas para los borrachos, para apoyarse pero no para iluminarse.

A todas las maniobras políticas se une el cruce de datos entre Ministerio, Instituto Nacional de Estadística y las organizaciones de consumidores, contribuyendo algunos medios de comunicación con cifras obtenidas de forma errónea de la calculadora de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, pues excluyen el primer día de cada mes. Una herramienta, la de la CNMC, que además utiliza el perfil de consumo medio elaborado por Red Eléctrica, que es puesto abiertamente en cuestión por algunas asociaciones de consumidores respecto a que responda al consumidor moda.

Por eso, y para no dejar en manos de la turba el aquelarre, a partir de este momento, la información mensual de la evolución de precios eléctricos se realizará en Energía Diario comparativamente con el mismo mes del año pasado y con información sobre el acumulado de todo el año, explicando la participación de la parte fija y variable en la factura final. Todo ello con evidente economía de medios, adjetivos y calificaciones, haya procesos electorales o no. Solo nos queda que cunda el ejemplo.

El recibo eléctrico es un 7% inferior al de 2011 tras bajar un 15% en lo que va de año

Europa Press.- El actual recibo de electricidad es un 7% inferior al de 2011 gracias a la fuerte bajada, del 15,7%, experimentada en los primeros cinco meses de 2016, asegura la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que muestra la evolución de los precios de la electricidad desde 2011 hasta mayo de 2016 para los consumidores con menos de 10 kilovatios (kW) de potencia contratada y con Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC).

El consumidor medio doméstico utilizado para realizar la comparativa se corresponde con una potencia contratada de 3,98 kW y un consumo anual de 2.520 kilovatios hora (kWh) al año, sin contador inteligente. La CNMC cifra en 0,202724 euros por kWh el coste actual de la electricidad para este consumidor medio, una vez incluidos los impuestos. En 2011, señala el regulador, el precio era de 0,218721 euros por kWh. En 2012 subió un 7,47%, hasta 0,235057 euros. Posteriormente, en 2013 y 2014, registró bajadas más modestas, del 1,97% y del 0,23%, respectivamente, y en 2015 experimentó un encarecimiento del 4,61%, hasta el máximo de 0,240495 euros.

Un consumidor medio ahorra 57 euros en sus recibos de la luz sólo en lo que va de año

Redacción / Agencias.- Un consumidor medio acogido al Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) se ahorró 57,21 euros en la factura de la luz entre enero y mayo de 2016, gracias a que se ha producido un fuerte abaratamiento del precio de producción de la electricidad como consecuencia de que hubo mucho más viento y lluvia en España, especialmente en los dos primeros meses del año, lo que contribuyó a la mayor presencia de la eólica y la hidráulica.

En concreto, el coste de la factura de la luz en esos meses ha sido de 289,98 euros, un 16,5% menos que los 347,19 euros del recibo correspondiente al mismo periodo de 2015, según muestran los datos del simulador de la factura de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Dicha evolución del precio de la luz se corresponde con la factura de un consumidor medio con una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW) y una demanda anual de 3.900 kilovatios hora (kWh). Los consumidores pagarán 76,53 euros por el término fijo, 151,46 euros por el consumo, otros 11,66 euros por el impuesto eléctrico y los restantes 50,33 euros por el IVA.

Dicha caída en el acumulado anual se produce tras una subida del coste de la luz en mayo, cuando el precio medio de la factura de electricidad se situó en 55,82 euros, registrando un incremento del 2,5% en comparación con abril. Hay que recordar que mayo cuenta con un día más. En comparación con el año pasado, hubo un abaratamiento del 18% ya que en mayo de 2015 la factura supuso 68,07 euros de media. De esta manera la luz vuelve a subir tras la bajada del 4,9% en abril.

El recibo de la luz apunta a subidas en las próximas semanas pese al buen momento de los embalses

Europa Press.- El recibo de la luz está a punto de interrumpir el abaratamiento del 19% que acumula en lo que va de año y se prepara para iniciar previsiblemente en las próximas semanas un cambio de tendencia que se irá consolidando conforme avance el año, según datos de los mercados a plazo.

El inicio de las subidas en las próximas semanas se producirá a pesar de que los embalses superan el 75% de su capacidad y se encuentran no solo por encima de los niveles de 2015, sino también de la media del decenio. En las cuencas del Duero, Tajo y Sil se han tenido que realizar desembalses por el exceso de capacidad. El recurso hidráulico, que las compañías eléctricas pueden utilizar con criterios de oportunidad económica, es uno de los elementos que contribuyen a las bajadas del recibo en los últimos meses, junto a la abundancia de viento, cuyo efecto sobre el mercado mayorista es inmediato.

Los precios futuros publicados por el operador ibérico Omip para las próximas semanas apuntan a entre 30 y 39 euros por megavatio hora (MWh), así como a una media de 39,76 euros en junio, lo que situará, de conformarse esta tendencia, en unos 30 euros la media del segundo trimestre. Este nivel es parecido a los 30,61 euros de media con que se cerró el primer trimestre, si bien responde a que en abril y en la primera quincena de mayo los precios han continuado bajando, hasta el entorno de los 24 euros, de modo que será a partir de las próximas semanas cuando se produzca el cambio de tendencia.

El coste de lo que cuesta la electricidad, que tiene un peso cercano al 37% sobre el recibo final de la luz, apunta a los 44,1 euros en el tercer trimestre, que será el más caro del año, con un nivel un 44% superior al primero en términos de mercado mayorista. Para el cuarto trimestre, se espera una media de 42,7 euros. De confirmarse estas previsiones del mercado, se habrá roto una racha de varios meses de fuertes bajadas en el recibo de la luz. La rebaja interanual del 19,4% es fruto de abaratamientos del 3,1% en abril, del 0,4% en marzo, del 6,5% en febrero y del 10,6% en enero, según datos del INE.

La luz bajó un 3,1% en abril y un 19% en lo que va de año, según el INE

Europa Press / Servimedia.- El recibo de la electricidad experimentó una bajada del 3,1% en abril con respecto a marzo y acumula un descenso del 19,4% en lo que va de año, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras que el coste del gas natural bajó un 2,7% y en lo que va de año un 4,5%. La bajada mensual de abril se suma a las del 0,4% en marzo, del 6,5% en febrero y del 10,6% en enero.

En términos anuales, se abarata un 18,2% del recibo y un 13,2% en gas. Además, si se toman como referencia los datos recogidos a partir de la calculadora Lumios de Red Eléctrica de España (REE), el recibo de electricidad del consumidor medio experimentó un descenso de casi un 4% en abril con respecto al mes anterior. Esta evolución de precios corresponde a un consumidor medio, con una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW) y una demanda anual de 3.900 kilovatios hora (kWh). En abril, este consumidor pagó un total de 53,39 euros por el recibo de la luz, frente a los 55,55 euros de marzo.

Posible nueva caída en mayo

Asimismo, el coste de producción de la electricidad en España ha seguido abaratándose durante las dos primeras semanas de mayo con respecto a abril ya que han continuado las lluvias en buena parte de la península. Esto supone en el recibo eléctrico de los hogares acogidos al Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) una bajada de alrededor un 0,9% con respecto a abril y un descuento que se eleva al 19,75% en comparación con mayo de 2015. Concretamente, el precio de generación de la electricidad en España estas dos semanas se ha reducido un 2,4% en comparación con la media del mes de abril, según los datos del pool eléctrico del operador del mercado OMIE.

El coste de la electricidad ha pasado de 24,11 euros por megavatio hora (MWh) en abril, a reducirse hasta los 23,53 euros por MWh en las dos primeras semanas de mayo. Dado que el componente de la energía supone en torno a un 37,5% del recibo eléctrico, cuyo restante se forma con los impuestos y los peajes, este descenso del precio de la electricidad tiene un impacto a la baja en la factura del 0,9%.

Si se compara el dato de este arranque de mayo con el de mayo de 2015, el precio de producción de la electricidad se redujo un 47,9%, ya que entonces se situó en 45,12 euros por MWh, lo que supone en el recibo una bajada del 18%. A esta rebaja se debe sumar el impacto del descenso del 2,8% de los peajes eléctricos con respecto al año pasado, que al trasladarse a la factura supone una bajada adicional del 1,75%, lo que eleva el abaratamiento del recibo hasta el 19,75%.

Los carburantes suben un 2%

Por su parte, los carburantes y lubricantes se encarecieron un 2% en abril, lo que representa el segundo mes consecutivo de incremento tras al aumento del 3,4% registrado en marzo, según los datos del INE. El crecimiento del precio de los carburantes en marzo y en abril rompió con la tendencia bajista registrada a partir de mayo de 2015. Durante estos 9 meses se han dado descensos continuos a excepción de noviembre, cuando su precio se congeló. A pesar del incremento del mes pasado, el precio de los carburantes acumula un descenso del 13,4% desde abril de 2015, así como una caída del 0,9% en lo que va de año.

Casi la mitad de los consumidores no entiende la factura de la luz, según la CNMC

Redacción / Agencias.– El 46,5% de los usuarios considera que la factura de la luz es poco comprensible o incomprensible, según el Panel de Hogares de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El estudio del regulador muestra que este porcentaje de incomprensión es muy superior al de otros suministros. La tasa se reduce al 34,8% en el caso del gas natural, al 15,4% en el de la banda ancha y al 15,1% en el de la telefonía fija.

Respecto a la atención que prestan los usuarios al leer las facturas, los resultados son más homogéneos entre servicios y aproximadamente la mitad declara leerlas con atención, al tiempo que uno de cada tres apenas les echa un vistazo. Un 53% de los hogares con servicios de telecomunicaciones recibe las facturas de su operador de forma electrónica mientras que es más común el uso de recibos en papel en el caso de los bancos (58,3%), gas natural (75,9%) y las facturas de la electricidad (81%).

De los hogares que reciben factura electrónica, un 43% no la había solicitado activamente y un 22% declara que no fueron informados sobre la posibilidad de recibirla. En cuanto a la forma en que reciben la factura electrónica, casi la mitad declara que recibe un aviso en una cuenta de correo electrónico, pero debe consultar la web para ver la factura, y casi un tercio que la recibía con todos los detalles en el correo electrónico. Un 29% de los hogares declara no recibir ningún aviso. Por último, aunque casi un 60% de los hogares reconoce consultar las facturas electrónicas regularmente, a medida que va recibiéndolas, hay un 6,4% de los hogares donde las facturas electrónicas no se consultan nunca.

1 de cada 4 hogares españoles se declara insatisfecho con su servicio de electricidad, según datos de la CNMC

Europa Press / Servimedia.- El 25,9% de los hogares españoles se declara poco o nada satisfecho con su servicio de electricidad, casi un punto y medio por encima de lo que opinaban hace 6 meses, según datos del último trimestre de 2015 del Panel de Hogares de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En el caso del gas natural, este porcentaje cae hasta el 14,5% de los hogares, según los datos de la encuesta realizada sobre 4.249 hogares y 8.660 individuos.

Entre los hogares que se declaran insatisfechos con el servicio, el precio es el principal motivo apuntado. En concreto, un 92,6% de los hogares insatisfechos con su proveedor de electricidad opina que el servicio es caro, mientras que más de la mitad considera que las facturas de electricidad o las tarifas no son claras. Por su parte, más de un 40% cree que falta información sobre las condiciones del contrato, mientras que la falta de calidad del servicio de electricidad es citada por un 18,6% de los hogares, algo positivo en comparación con los datos ofrecidos por las telecomunicaciones y televisión de pago. Los resultados del gas siguen un patrón similar, aunque, en general, con mejores resultados que la electricidad.

Menores reclamaciones para la energía

Por lo que se respecta a la satisfacción con el precio de los servicios, un 60,3% del total de los hogares está poco o nada satisfecho con los precios del servicio de la electricidad. Por su parte, el 46,7% de los hogares con servicio de gas natural están insatisfechos con el precio del servicio. En cambio, los servicios de telefonía e internet obtienen mejores resultados, al declararse insatisfechos con los precios uno de cada cuatro usuarios, mientras que en el caso de las telecomunicaciones fijas son aproximadamente un 37% de los hogares los que se declaran insatisfechos con los precios.

A pesar de que los hogares españoles declaran mayor insatisfacción con los servicios de electricidad y gas natural, son los servicios de telecomunicaciones los que reciben más reclamaciones. Así, algo más del 15% de los hogares que tienen servicio de banda ancha fija o telefonía fija han presentado una reclamación en el último año. Por el contrario, únicamente ha reclamado el 7,7% de los hogares con servicio de electricidad y el 6% de los que tienen gas natural, lo que le sitúa como el servicio con menor porcentaje de reclamaciones.

En el caso de los servicios de electricidad y gas natural, más de 6 de cada 10 reclamaciones estuvieron relacionadas con problemas en la facturación, mientras que apenas un 15% estuvieron relacionadas con la falta de calidad del servicio. Los datos también revelan que las empresas de telecomunicaciones hacen mayores esfuerzos para captar clientes que las energéticas ya que a aproximadamente la mitad de los hogares no les ha llamado su operador de energía ni ningún competidor para ofrecerles sus servicios o mejorar las condiciones.

Todos los costes de acceso, en juego en Europa

A propósito de la investigación de Competencia de la Unión Europea, decíamos ayer, una de las cuestiones que más han sorprendido a estas autoridades comunitarias es el volumen de las mismas y, a la vez, la carencia de estudios de demanda que avalasen estos incentivos. Aplicado a nuestro país el problema es que, con la sobreoferta existente de capacidad de generación y con la caída de demanda acumulada en los últimos años, aún no recuperada, desde las autoridades comunitarias no se aprecia justificación de su necesidad.

En el caso español, esto cobra especial relevancia en la medida en que se computa dentro del recibo de la luz en forma de costes de acceso, de forma que este apartado creció exponencialmente respecto a la evolución del coste de la energía consumida. Ya hay campañas en la red evidenciando tal desproporción. Cada estratagema de solución a problemas pasados genera nuevos problemas y éste es uno que se está larvando. Son varios los aprendizajes a extraer de esta situación:

En primer lugar, esta investigación respecto a los conceptos incluidos en los costes de acceso es algo que se veía venir y sobre lo que ya se había advertido en numerosas ocasiones y por numerosas voces expertas. Otra cosa es la voluntad férrea y marcada de no darnos por enterados de las malas noticias, o incluso de la ley de la gravedad si se diera el caso, habilidad que en España permite mirar hacia otro lado en lo que se refiere a las condiciones de competencia y el derecho comunitario.

Además, por su inclusión en la tarifa en forma de cuña gubernamental, el volumen de la misma es enorme para el consumidor español doméstico, empresarial e industrial. Por muy sofisticados que sean los sistemas de los que se han servido los sucesivos gobiernos para articular estas ayudas, su cuantía ha perdido cualquier relación con la realidad, la comparación y la necesidad. Aunque se adjudique mediante una subasta, si lo que se subasta no tiene correlato con su necesidad, es una cuestión que tarde o temprano se evidencia por si sola.

En segundo lugar, existe un consenso tácito entre nuestros políticos en el que se diluye la percepción de ayuda de Estado o de subvención en estos mecanismos, sin entrar en una valoración objetiva de los mismos. Por desconocimiento, por aquiescencia política o simplemente por evitarse problemas de opinión pública en la esfera representativa o deliberativa. La ortodoxia económica se ha perdido en el maremágnum de las declaraciones respecto de lo que se quiere oír. ¿Se imaginan al parlamento español interino votando en contra de estas tres figuras (ayudas al carbón, pagos por capacidad y pagos de interrumpibilidad) por ser ayudas de Estado, de forma semejante a las iniciativas que se están llevando contra la energía nuclear, el fracking o Garoña?

En tercer lugar, existe otro consenso, el consenso social, alrededor de estas ayudas y sus “finalidades”. Incluso los propios consumidores domésticos tienen una postura pública ausente, es decir, de mirar para otro lado aunque se sufraguen desde el recibo, dado que prefieren la vía de la intervención final administrativa en los precios que la ortodoxia basada en la formación de los mismos a través del mercado y, de forma aditiva, con los elementos que se incluyen en los peajes. Los consumidores y su representación son tolerantes a las subvenciones y los subsidios cruzados que encierran.

En efecto, existe un ambiente social que es propicio a estos mecanismos y ayudas, aunque suponga una factura del suministro más alta, plato de la balanza que se oculta. Que prefiere acudir a la demagogia y a la crítica de grano gordo a los precios eléctricos, tensionar los enfrentamientos antiempresariales que son de mucha más fácil venta, cuestionar el mercado mayorista o recurrir a la sempiterna cantinela de los windfall profits de los retroprogresivos, que atacar el problema, principal en términos cuantitativos, que es la cuña gubernamental incluida en los costes de acceso, criticando las subvenciones o sobreinversiones aunque sea lo sustancial por volumen. Evidentemente en una cultura económica y política como la española tan esquemática, eso no es sexy.

En cuarto lugar, todo procede del fracaso de una liberalización fallida e incompleta, que debería haber partido de la limpieza del recibo de esos costes; en ese caso, probablemente, los precios de la energía para los consumidores domésticos, empresariales e  industriales, necesitados de competitividad, serían otros. Toda cuestión que sea considerada como subvención o como decisión política deberían cargarse en los Presupuestos Generales del Estado.

Adenda. Queda por saber qué ocurre y qué consideran las autoridades de competencia europeas, respecto de la “pieza separada” de los pasados modelos retributivos de las tecnologías renovables en régimen especial, claramente desbordados, exagerados y desproporcionados en ciertas tecnologías, pero cuya alteración en la denominada reforma eléctrica tiene efectos sobre la seguridad jurídica y la retroactividad en las inversiones en el Reino de España. El Gobierno español, por mano del Ministerio de Industria en la etapa Soria, intentó conseguir una declaración semejante, es decir, que fueran considerados como ayuda de Estado, como parapeto contra los arbitrajes y conflictos judiciales abiertos. Lo que está claro es que tenemos mucho en juego en este títere. Casi todos los costes de acceso. Veremos.

El recibo de la luz sigue a la baja en marzo y se abarata un 4,5% hasta mediados de mes

Servimedia.- La rebaja en el coste de producción de la electricidad experimentada en las dos primeras semanas de marzo como consecuencia de los fuertes vientos y la lluvia que se han producido en España supone en el recibo de la electricidad de los hogares acogidos al Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) una bajada de alrededor del 4,5% con respecto al mes de febrero, descuento que se eleva al 18,25% en comparación con marzo de 2015.

Concretamente, el precio de la electricidad en España hasta el 14 de marzo se redujo un 12% en comparación con febrero, según datos del pool eléctrico del operador del mercado OMIE. De mantenerse esta tendencia, el recibo encadenaría tres meses a la baja. El coste de la electricidad ha pasado de 27,5 euros por megavatio hora (MWh) en febrero, a reducirse hasta los 24,2 euros por MWh en marzo. Dado que el componente de la energía supone en torno a un 37,5% del recibo de la luz, cuyo restante se forma con los impuestos y los peajes, este descenso del precio de la electricidad tendría un impacto a la baja en la factura del 4,5%.

Si se compara el dato de este mes de marzo con el de marzo del año pasado, el precio de la electricidad se ha reducido un 43,9%, ya que entonces se situó en 43,11 euros por MWh, lo que supone en el recibo una bajada del 16,5%. A esta rebaja se debe sumar el impacto del descenso del 2,8% de los peajes eléctricos con respecto al año pasado, que al trasladarse a la factura suponen una bajada adicional del 1,75%, lo que eleva el abaratamiento del recibo hasta el 18,25%.