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Folgado aboga por revisar los conceptos de la tarifa eléctrica mientras Red Eléctrica cierra acuerdo de financiación con el BEI

EFE / Servimedia.- El vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Román Escolano, y el consejero delegado de Red Eléctrica de España (REE), Juan Lasala, ratificaron un acuerdo de financiación por importe de 450 millones de euros, al tiempo que el presidente de la compañía, José Folgado, defendió que deben hacerse mejoras en «el conjunto de la tarifa eléctrica» y revisarse «algunos conceptos para reducir el coste de la factura», como «el impuesto eléctrico o los extracostes extrapeninsulares».

Mercado afectado por parón nuclear

Folgado argumentó que en España «no está mal en general el funcionamiento del pool» (mercado mayorista de la electricidad) y que lo hace de «manera homogénea al resto de Europa». El presidente de Red Eléctrica ha atribuido el incremento del precio de la luz a una serie de condiciones «desfavorables» entre las que también ha incluido que «Francia dejó de producir energía eléctrica en 7 de sus centrales nucleares y eso afectó a toda Europa». A pesar de todo, considera que «el mercado está funcionando» y que el Gobierno «sabe lo que tiene que hacer».

Folgado aboga, sin embargo, por mejorar el conjunto de la tarifa eléctrica mediante la revisión de algunos conceptos para «reducir el coste global». Entre ellos, mencionó «el impuesto específico y los extracostes extrapeninsulares«, aunque ha hecho hincapié en que «debe analizarse con serenidad, porque los conceptos fijos, la generación, transporte y distribución representan el 56% del total de la factura».

Ve “injustas” las críticas recibidas

Por otro lado, Folgado calificó de «gravísimo error y de grave injusticia» la consideración del grupo empresarial como «puerta giratoria» para políticos, tras el nombramiento como consejero del exdirector de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa. Folgado resaltó que REE «está teniendo la mejor consideración desde el punto de vista de las buenas prácticas corporativas en todas las instituciones».

Ha recordado que la compañía ha tenido «un puesto de honor en la excelencia en materia corporativa» y en lo que se refiere al nombramiento de consejeros ha dicho que existe «un mapa de competencias y se puede ver perfectamente la altísima consideración de éstos». Folgado esgrime que la candidatura de Fernández de Mesa fue «analizada por la Comisión de Nombramientos y Retribuciones, que la elevó al Consejo de Administración y se aprobó por unanimidad».

450 millones con el BEI

Según indicó REE, el acuerdo con el BEI tiene como objetivo financiar una parte de las inversiones previstas en su plan estratégico. Concretamente, el apoyo del BEI contribuye a reforzar el mallado de la red en la Península, así como las interconexiones internacionales y entre islas, como parte de las prioridades del Plan de redes energéticas de la Unión Europea.

Escolano ha destacado en el acto de firma «el impacto positivo de este préstamo en la economía española, garantizando y optimizando el suministro eléctrico».  Además, recalcó la «importancia de las inversiones en el archipiélago balear y canario», ya que «allí son aún más necesarias» para un correcto funcionamiento de las infraestructuras eléctricas. Lasala ha señalado que «se valora el apoyo que prestan las instituciones europeas». Estas infraestructuras no solo son fundamentales para mejorar la calidad y seguridad del suministro eléctrico, sino que además favorecen el desarrollo sostenible y el empleo.

Faes cree que el problema de la electricidad no es el mercado mayorista, sino el precio que paga el consumidor

Europa Press.- Faes considera que el problema del precio de la electricidad, agudizado por la espiral alcista vivida en las últimas semanas en plena ola de frío, no radica en el mercado mayorista, punto de encuentro entre generadores y comercializadores, «donde se compra y vende hora a hora la electricidad», sino en el precio que «recibe y paga el consumidor», que incluye «todos los elementos que no son energía ni transporte y que repercuten en la factura».

En un informe, la fundación señala que, en medio de «un clima de alarma social aderezado por la habitual demagogia política y la consecuente reclamación en caliente de modificaciones normativas», conviene diferenciar entre el precio resultante del pool y la factura que paga el consumidor. Así, Faes afirma que esta situación no debería llevar a «conclusiones precipitadas» sobre la regulación del mercado mayorista. «El problema es que los consumidores finales en España reciben un precio artificialmente más alto que el de nuestros socios de referencia y, además, la mitad de ellos están sometidos a una volatilidad incontrolable«, añade al respecto.

Volatilidad derivada de las renovables

De esta manera, la fundación presidida por el expresidente del Gobierno José María Aznar destaca que el problema que se ha manifestado en las últimas semanas con el precio de la electricidad es «un problema de volatilidad«, que, a su vez, tiene que ver con decisiones políticas tomadas sobre la participación de las renovables en el mix de generación. «La volatilidad en el mercado mayorista no puede eliminarse con una reforma regulatoria. Y, de hecho, hay que prever que tenderá a aumentar a medida que nuestro mix de generación sea cada vez más renovable«, señala.

Para Faes, «el verdadero problema» es afrontar un recibo eléctrico «artificialmente alto» que, además, está expuesto, para prácticamente la mitad de los consumidores, a la volatilidad del mercado mayorista cuando estos consumidores, en todo caso, «carecen de herramientas para poder optimizar esas señales de precio y, en muchos casos, están sometidos a una vulnerabilidad económica que los aboca en estos meses a situaciones de estrés financiero que se podrían evitar».

El pool cae a mínimos

Mientras tanto, el precio de la electricidad cayó a 49,02 euros por megavatio hora (MWh), lo que supone un 46,64% menos que el máximo de 91,88 euros alcanzado este año, según datos recogidos a partir del operador del mercado ibérico, Omie. Este precio representa el nivel más bajo desde que arrancó el 2017, después de que la segunda quincena del mes de enero haya estado marcada por los picos en el precio de la electricidad.

La ola de frío de la segunda quincena de enero llevó a marcar, uno tras otro, los precios más elevados desde diciembre de 2013, cuando las subidas en el mercado mayorista llevaron al Gobierno a suspender el anterior sistema de subasta eléctrica (Cesur) y sustituirlo por el actual, en el que el precio regulado deja de consistir en una referencia trimestral y queda vinculado al precio en el mercado horario.

En enero, el mercado se ha visto afectado por el efecto acumulativo de varias circunstancias, entre las que figuran, además del aumento de la demanda y la ola de frío, la exportación a Francia por la indisponibilidad nuclear, y una reducción en las aportaciones de agua, cuya participación se ha visto reducida y se realiza a un coste mayor, afectando al precio. Además, la tendencia alcista del precio de los combustibles fósiles incrementó los costes de producción de las centrales de carbón y gas. El mercado mayorista, conocido como pool, funciona de forma marginalista, de modo que las tecnologías entran por orden de coste y la última de ellas en participar, la más cara, marca el precio para el conjunto.

Los precios horarios se aplican a los consumidores domésticos que dispongan de contadores ‘inteligentes’ y tarificación por horas, entre los que figuran los usuarios que tienen contratado el Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) y disponen de estos aparatos. El precio mayorista de la electricidad tiene un peso cercano al 35% sobre el recibo final, mientras que alrededor del 40% corresponde a los peajes y cerca del 25% restante, al IVA y al Impuesto de Electricidad. El Gobierno ha congelado para 2017 los peajes y cargos eléctricos con los que los consumidores sufragan los costes regulados. Por su parte, los precios diarios del mercado mayorista se fijan con un día de antelación, alrededor del mediodía.

La factura de la luz se encarece un 28,56% en enero

Redacción.- Un consumidor doméstico medio pagará 81,61 euros en su factura de la luz de enero, por lo que esta factura se incrementó en un 28,56% respecto a los 63,48 euros de enero 2016, lo que supuso una subida en el recibo eléctrico de 18,13 euros, según los datos obtenidos para la tarifa regulada Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) con el simulador de la factura de la luz que ofrece en su web la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Para el cálculo de estos datos se ha utilizado el consumidor medio que suele emplear el Ministerio de Energía, el de un consumo de 3.900 kilovatios hora (kWh) anuales y una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW), que el Ministerio asegura que se corresponde con el de una familia de un matrimonio con dos hijos. De los 81,61 euros abonados en los 31 días de enero del 2017, 15,38 euros se corresponden al término fijo de potencia contratada. Del resto de la factura de enero, 48,79 euros obedecen al consumo, 3,28 euros al impuesto eléctrico y 14,16 euros al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).

Asimismo, la subida de la factura de la luz de enero respecto al mes anterior, diciembre, fue del 9,13%, dado que el coste diario de la electricidad fue de 2,63 euros en enero de 2017 respecto a los 2,41 euros de diciembre de 2016. En esta comparación se utilizan los costes diarios para evitar el efecto de la diferente duración diaria de los distintos meses (28,29,30 o 31) a efectos de garantizar la homogeneidad estadística

El recibo eléctrico refleja así el incremento que experimentó el mercado mayorista (pool) este mes, con unos precios que han elevado la tarifa regulada de electricidad, con 12 millones de consumidores. Para el resto de consumidores de electricidad, 13 millones que están en el mercado libre, esta evolución del mercado mayorista no tiene un reflejo tan directo en sus recibos, ya que tienen contratos con un precio fijado para un periodo, habitualmente, de un año.

Desde el Gobierno, el ministro de Energía, Álvaro Nadal, rechazó hacer cambios en el mercado eléctrico así como realizar una nueva revisión de los costes tras la reforma del sector eléctrico llevada a cabo en la anterior legislatura. Nadal explicó también las causas que han llevado a vivir los picos de este mes: subidas del gas, el petróleo y el carbón en los mercados internacionales, la situación de Francia, con nucleares paradas y fuerte consumo, o las dificultades de acceso al gas licuado en Argelia en mitad de una ola de frío, con poca producción eólica e hidroeléctrica en España.

¿Qué se paga con la tarifa eléctrica regulada?

EFE.– La tarifa eléctrica regulada, a la que están acogidos 12 millones de consumidores, sigue siendo una gran desconocida a pesar de la polémica que ha suscitado durante las últimas semanas la brusca subida de la electricidad en el mercado mayorista, que parece haber empezado a remitir. De hecho, en numerosas ocasiones se ha confundido la evolución del precio en el mercado mayorista con el comportamiento de la tarifa regulada, denominada Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC).

Si dejamos al margen los contratos de suministro firmados por los consumidores que están en el mercado libre, unos 13 millones, el primer dato a destacar es que el coste de producción representa tan sólo el 35% de la tarifa regulada. El 65% restante corresponde a impuestos (IVA e Impuesto de Electricidad), al margen de comercialización, al alquiler del contador y, sobre todo, a los llamados peajes de acceso, que suponen en torno al 40% del recibo de la luz y que fija el Gobierno.

Aunque los peajes están congelados e incluso bajaron en 2016, no faltan los expertos que cuestionan algunos de los conceptos que engloban. El capítulo de costes regulados incluye la retribución de dos actividades necesarias para hacer llegar la electricidad a hogares y empresas: el transporte, que permite llevar la energía desde las centrales hasta las subestaciones, de la que se ocupa Red Eléctrica de España; y la distribución, que la reparte entre los consumidores finales.

Pero también son costes regulados las primas a las energías renovables; la compensación a los sistemas extrapeninsulares (Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla) por sus mayores costes de producción; la recuperación del déficit tarifario acumulado en ejercicios anteriores; los pagos por capacidad, para que siempre haya centrales de reserva, y la financiación de la interrumpibilidad, el descuento aplicado a las empresas a las que se puede cortar la luz en caso de necesidad. Si se eliminaran algunos de estos conceptos, la tarifa regulada bajaría sensiblemente, pero habría que determinar de qué forma se pagarían, por ejemplo, las primas a las renovables.

Mención especial merece la recuperación del déficit tarifario, una bola de deuda de más de 20.000 millones de euros que empezó a gestarse en los gobiernos de José María Aznar por la decisión de no subir la tarifa más del 2% durante varios años y que se disparó con la política de ayudas a las renovables en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero. Esa «pesada mochila» se sigue pagando a través de la tarifa, aunque la reforma energética acometida por el Gobierno del PP ha conseguido, aparentemente, eliminar el déficit.

Sin embargo, lo que disparó la polémica en las últimas semanas ha sido la subida del precio de la electricidad en el mercado mayorista. Hay razones que pueden explicar la subida: la ola de frío, que ha disparado la demanda; la ausencia de agua y viento, que ha obligado a utilizar centrales más caras; el encarecimiento del petróleo y el gas natural, y el parón de varias nucleares francesas. Pero tanto el Ministerio de Energía como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) analizan si, además, hubo algún comportamiento anticompetitivo por parte de los agentes del sector.

El Ministerio de Energía ha tomado medidas para aumentar la competencia en el mercado gasista y conseguir precios más competitivos. En la situación actual, los precios del mercado eléctrico mayorista los marcan las centrales de ciclo combinado, que utilizan el gas como combustible. Energía ha incorporado la figura del «creador de mercado», que ya existe en otros países europeos, para conseguir más liquidez en Mibgas, el mercado gasista organizado. Además, obligará a los operadores dominantes del sector gasista a ofrecer un volumen determinado de gas en el mercado. Ahora se espera que los precios de la electricidad se moderen a medida que suban las temperaturas, vuelva a soplar el viento y, si hay suerte, llueva.

Tomemos nota de este mes de enero

Persiste un colectivo ideológico en torno al sector eléctrico que está intentando aprovechar este enero de incrementos de precio en el mercado mayorista para dar el salto desde su planteamiento inicial, que considera que el suministro eléctrico, además de un servicio esencial, debe ser un «bien público» sobre el que establecer determinados mecanismos sociales de apoyo por nivel de renta, a dar varios saltos mortales consecutivos: que el mismo debe ser intervenido, que se regule por costes reconocidos y si es posible que sea de titularidad del Estado, sin mercados que lo regulen.

¿Cómo se ha espoleado esta agitación antimercado en esta crisis? Intentando dirigir la fijación mediática desde las redes sociales y desde ciertas asociaciones en la atención al mercado mayorista eléctrico en las puntas horarias de precios que se han producido en este período, como cuándo se han alcanzado los 100 euros/MWh en determinadas horas. Resulta paradójico cómo, en su momento, cuando se proponían retribuciones reguladas a ciertas tecnologías superiores a los 300 euros/MWh, no existía controversia alguna. Añadamos, la difusión paródica respecto del impacto de la climatología en el precio de la luz, como si no influyesen la ausencia de viento y de recurso hidráulico en el mix eléctrico y el frío no disparase la demanda de los consumidores españoles.

Curiosamente, estos agentes fintan sobre el problema de los costes de acceso incluidos en el coste del suministro, sobre la renuncia a la revisión de la retribución e inversiones en el transporte eléctrico, sobre el sistema de subsidios cruzados existente en la tarifa, ni mencionan el problema de la abundante fiscalidad de la electricidad o aceptan/aceptaron retribuciones desmesuradas a determinadas tecnologías por ser del «régimen». ¿Cuáles son los defectos de la actuación de estos agentes? Que, al final, en definitiva, no buscan proteger al consumidor.

El fin último siempre es acabar con el mercado eléctrico y atacar a unos agentes concretos, lo cual obedece más a un objetivo de ideología política. De hecho, en ningún momento, se apunta de forma fiable en términos comparados el efecto en euros para el consumidor de este período punta del año, partiendo de una estructura de consumo de referencia y no de una interesada, que busca extrapolaciones exageradas en espacios temporales móviles y acomodaticios a los intereses del emisor.

Los medios de comunicación, pon su parte, han contribuido a ello inundando los programas con periodismo de interés social, en algunos casos sin darse cuenta de lo que se deslizaba, debido a la indigencia social en materia de conocimiento económico. Personas que iban a ser embargadas por no pagar la hipoteca y que… ¡además les iban a cortar la luz! Pero el problema es la pobreza energética. Y llenando de «todólogos»/opinadores sobre el precio de la electricidad las tertulias, alguno de ellos, autodenominados expertos, con chuscos severos errores conceptuales. Es la república independiente de Twitter.

Lo más importante es plantearse en un debate sin trampas qué bases tiene España para aspirar a un suministro permanentemente abaratado artificialmente o de forma intervenida, cómo abordar esta situación hacia el futuro, cómo abordar el encarecimiento general de la energía, cómo favorecer la eficiencia energética y cuáles son los mecanismos de protección y de política social hacia el consumidor vulnerable. Ahora que la crisis remite, debemos aprender de ello.

Hablemos de costes y precios

La comparecencia del ministro de Energía en el Congreso al hilo de la evolución reciente de los precios de la electricidad en España permite hacer una retrospectiva de lo que ha sido esta crisis de invierno de 2017, generalizada en toda Europa. Iba con la lección aprendida y con una importante preparación técnica y metodológica.

Álvaro Nadal ha realizado una explicación académica de lo que es un mercado, sus reglas y sus consecuencias; los efectos de la escasez en esta coyuntura. Escasez que proviene de unas condiciones climatológicas determinadas y adversas: un país que produce alrededor de un 20% con energía hidráulica y otro 20% con energía eólica, si ve mermado el recurso eólico o hidráulico, tiene escasez. Una escasez derivada también de los flujos internacionales de la energía por la exportación a Francia de electricidad dado que una parte significativa de su parque nuclear está parado. Una evidencia, además, que la energía en el mercado de generación francés es más cara aún que en España y/o que nos eligen frente a otros países suministradores.

Los beneficios de que una actividad esté en régimen de mercado son claros: se consigue que todas las tecnologías compitan, obteniendo precios medios finales eficientes, y los propios agentes determinan la forma de aplicar sus recursos de forma eficiente. Además nuestro mercado ofrece signos muy claros de eficiencia y sus precios resultantes han transmitido las señales que se derivan de las condiciones del mismo, bien la escasez actual o bien la abundancia cuando hay días que se efectúan las casaciones a cero en el pool.

Es la escasez la que hace que unos años el aceite sea más caro que otro, teniendo prácticamente los mismos costes de producción. O que la verdura se haya puesto en precios de pata negra por las heladas. Bienes de primera necesidad y condiciones climatológicas: ¿Les va sonando?  Los resultados de las investigaciones que se han realizado en el pasado y las que defienden los propios agentes del sector reflejan la eficiencia del mercado. Si un mercado no es eficiente, no transmite correctamente las señales de escasez o de abundancia, como sería un mercado intervenido en el que el consumidor artificialmente puede tener precios bajos fijados políticamente, abocándolo a consumir de forma ineficiente por un ejercicio mal entendido de «protección».

El ministro aprovechó para soltar alguna pulla sobre determinados componentes de los costes de acceso, sobre todo en nuestro pasado de despilfarro en ciertas tecnologías. A la vez, los socialistas no quieren ni oír hablar de los desmanes en la fijación retributiva y gestión de autorizaciones de potencia renovable de la época Zapatero. Eso sí, la oposición está alineada claramente con las posiciones anti mercado: desde Ciudadanos hasta los partidos de izquierda insisten en reclamar una auditoría de costes del sistema eléctrico, otra más, destinada a acabar con el mercado. Cuánto más próximas son las ideas de los grupos parlamentarios a Podemos más partidarios son de la intervención, con Izquierda Unida planteando directamente la nacionalización.

Pedir la auditoría ya es un clásico. Pero que un suministro se sufrague por un sistema de costes reconocidos, significa que en el precio de un café, por ejemplo, se calcule el precio de los gramos de café que se ponen en la carga de la cafetera, el escandallo del coste del agua que se incluye en la taza, la distribución del tiempo horario del camarero que lo prepara, más la repercusión de los costes directos e indirectos del establecimiento dónde se sirve (alquiler del local, luz, limpieza, etc…) y que se fije un tipo de interés que lo retribuya.

Un sistema que hace que por un café se pague lo que cuesta el café al dueño de la cafetería. Pero un sistema que también incentiva que, por ejemplo, el local tenga mucho, mucho mármol, por el simple motivo de que va a reflejarse en los costes. Obviamente, la economía de mercado no funciona así y lo que determina el precio del café, entre otros factores, es la abundancia o no de sitios en los que tomar café en una zona, con los establecimientos compitiendo entre sí, con sus diferentes precios, para captar clientes. Economía de mercado. Europa. Siglo XXI.

Izquierda Unida urge intervenir en el precio de la luz y a nacionalizar parte del sector

EFE.- Izquierda Unida ha presentado una iniciativa en los distintos parlamentos autonómicos en la que exige la intervención en el precio de la luz ante su repunte y a nacionalizar parte del sector para “garantizar la protección de familias, consumidores y usuarios”. La diputada de Izquierda Unida en las Cortes de Aragón, Patricia Luquin, denuncia que la liberalización del mercado no ha servido para favorecer a los hogares, sino para que las compañías eléctricas, que a su juicio son «insaciables», obtengan un beneficio «absolutamente pornográfico».

Así, ha acusado a las eléctricas de aprovechar la ola de frío y ha contrapuesto el beneficio de 30.400 millones de euros logrado por las tres empresas más importantes en cinco años con el recibo de la luz, que se ha disparado de una manera «inaceptable», entre el 33 y el 40% de todos los hogares. A eso se añade, denuncia, los sueldos que cobran los directivos y las «puertas giratorias» de determinados ministros que han acabado en los consejos de administración de las eléctricas.

En su opinión, es urgente que se aborde el artículo 128.2 de la Constitución, que establece que se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio, y acordar la intervención de empresas cuando lo exigiera el interés general. Para Izquierda Unida, es el momento de plantear la nacionalización de un sector estratégico como el energético, algo que tienen claro países como Italia o Alemania, teniendo en cuanta además que España es el país de Europa con la electricidad más cara, salvo Malta y Chipre.

Ante esta situación, Izquierda Unida ha presentado una proposición no de ley en la que reclama al Ejecutivo aragonés que defienda los intereses de los consumidores e implemente las ayudas a las familias con necesidades por el aumento del precio de la luz. También que exija un cambio de marco legislativo para que la electricidad, su producción, distribución y comercialización garantizando que las tarifas no sean objeto de mercado y estableciendo precios sociales y elementos de fiscalidad energética favorables para las familias con bajos ingresos.

Izquierda Unida quiere además que el Gobierno exija la titularidad y gestión de las infraestructuras de distribución eléctrica, con ampliación del bono social a nuevas modalidades y una nueva tarifa para las instituciones públicas, y que reclame un IVA reducido para el precio del gas y la electricidad en el ámbito doméstico, ya que es del 21%. Luquin insiste también en que es necesario un nuevo plan energético nacional que apueste por las renovables y reduzca el precio de la energía, y que contemple un instrumento de gestión que permita al Estado recuperar parte del sector eléctrico perdido para garantizar la protección de las familias.

Mociones similares también en Navarra

Por su parte, en Navarra Izquierda-Ezkerra considera que «la estrategia clave» para acabar con la pobreza energética pasa por la nacionalización de las eléctricas y gasísticas y por eso presentó mociones en el Parlamento foral y en los ayuntamientos para solicitar al Gobierno central que nacionalice este sector. La coalición aboga por esta medida frente al actual estatus «de suculento negocio para las grandes compañías eléctricas y gasísticas». Izquierda-Ezkerra opina que la reforma del mercado energético emprendida por el PP «no da respuesta real al fenómeno de pobreza energética, mientras el denominado déficit tarifario y la reciente sentencia del Tribunal Supremo en relación con la financiación del bono social amenazan con incrementar todavía más la factura energética de las familias».

Tras recordar que alrededor de 100.000 personas sufren pobreza energética en Navarra, señala que aunque los convenios firmados por el departamento de Derechos Sociales con Iberdrola, Gas Natural Fenosa y CHC Energía para prevenirla han paliado en gran medida esta situación, «es preciso controlar desde la administración pública este sector, además de impedir la fluctuación de los precios y que se negocie con las necesidades básicas de la ciudadanía«. Añade que la Unión Europea también comparte este diagnóstico y ya en diversas Directivas del mercado interior de electricidad y gas, respectivamente, se plantean exigencias que obligan a los Estados a adoptar medidas para abordar el fenómeno de la pobreza energética.

El precio mayorista de la luz marca este miércoles un nuevo récord desde 2013

Europa Press / EFE.- El precio de la electricidad en el mercado mayorista alcanzará este miércoles una media de 91,88 euros el megavatio hora (MWh), un 4,5% más que los 87,9 euros del martes y el nivel más alto desde diciembre de 2013, según datos de OMIE, el operador del mercado. El precio marcado en el pool para el suministro eléctrico de este miércoles supera en un 4,4% los 88 euros que se alcanzaron el pasado viernes, que era hasta ahora el tope desde 2013.

Los 91,88 euros de este miércoles son el precio más alto desde el 8 de diciembre de 2013, cuando se situó en 93,11 euros el MWh. No obstante, aún está lejos del máximo histórico diario, registrado en enero de 2002, que fue de 103,76 euros. A algunas horas de este miércoles, el precio supera los 100 euros por MWh, en concreto a las 20:00 horas (101,70 euros), a las 21:00 horas (101,99 euros) y a las 22:00 horas (100,67 euros). Esta será así la primera vez desde diciembre de 2013 que en una punta horaria se sitúa por encima de los 100 euros por MWh.

Las subidas en el mercado mayorista en diciembre de 2013 llevaron al Gobierno a suspender el anterior sistema de subasta eléctrica (Cesur) y sustituirlo por el actual, en el que el precio regulado deja de consistir en una referencia trimestral y queda vinculado al precio de cada hora en el mercado. La demanda prevista para este miércoles asciende a 630 gigavatios hora (GWh), ligeramente inferior a los 632 GWh previstos para el martes, según Omie.

El precio de la luz en el mercado mayorista supone en torno al 35% del recibo de los consumidores acogidos a la tarifa regulada, unos 12 millones, pero no afecta a quienes han contratado el suministro en el mercado libre, en torno a 13 millones. El 65% restante del recibo depende de los denominados peajes, que fija el Gobierno y que están congelados para este año, y de los impuestos. El Gobierno ha congelado para 2017 los peajes y cargos eléctricos con los que los consumidores sufragan los costes regulados.

La subida del precio eléctrico mayorista responde a la ola de frío, que ha disparado la demanda, a la escasez de agua y viento, que limita el uso de las plantas hidroeléctricas y los parques eólicos, las dos tecnologías más baratas para generar electricidad, y al encarecimiento del gas natural en los mercados internacionales, combustible que usan las centrales de ciclo combinado. No obstante, el Ministerio de Energía, la CNMC y el Tribunal Supremo investigan la evolución de los precios para comprobar si han existido comportamientos anticompetitivos por parte de algún agente del mercado eléctrico.

El pool eléctrico funciona de forma marginalista, de modo que las tecnologías entran por orden de coste y la última de ellas en participar, la más cara, marca el precio para el conjunto. La hidráulica, en el actual escenario de escasez, está marcando el precio en buena parte de las horas. Los precios horarios se aplican a los consumidores domésticos que dispongan de contadores inteligentes y tarificación por horas, entre los que figuran los usuarios que tienen contratado el Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) y disponen de estos aparatos.

Unesa asegura que las compañías eléctricas «no tienen ningún interés en que el precio de la electricidad esté alto»

Redacción / Agencias.- El presidente de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa), Eduardo Montes, aseguró que las compañías «no tienen ningún interés en que el precio de la electricidad esté alto» y «es muy difícil que en la subasta haya algo que no sea absolutamente normal«. Así se expresó Montes, que defendió que los precios españoles son ahora más bajos que los de los países vecinos europeos y advirtió de que «hay muy pocas herramientas» para que puedan bajar en este contexto.

«El precio bajo incita al consumo y cuanto más se consuma mejor», afirmó Montes, quien añadió que además “el precio alto de producción encarece los costes, porque es más caro producir con carbón o gas que hacerlo con el aire». A este respecto, apuntó que la subida de estas últimas semanas se debe a la climatología, por la falta de lluvia y viento, y a los problemas de suministro en Francia, donde hay paralizadas centrales nucleares. Además, defendió que en lo que se refiere a los costes del sistema eléctrico, España está «bastante por debajo» de la media europea, ya que los impuestos y las subvenciones representan más del 50% del recibo de la luz.

«Ahora mismo los ciclos combinados de gas representan al 12% del mix, frente al 9% del año pasado, la eólica ha pasado al 32% desde el 21%, la hidráulica a un 9% de un 18%, las cuencas están bajísimas. Hay un verdadero problema meteorológico», subrayó. Además, el presidente de Unesa afirmó que la subida en los precios de la electricidad en este inicio de año no es un fenómeno aislado de España, sino que está ocurriendo lo mismo en todos los países del entorno, con precios incluso superiores, como en Francia (116 euros por MWh), Alemania (101 euros), Italia (99,7 euros) o Bélgica (114 euros).

A este respecto, Montes aseguró que es «muy difícil» hacer pronósticos sobre qué sucederá al final del año con el recibo de la luz, después de que el ministro de Energía, Álvaro Nadal, vaticinara un incremento de 100 euros si se mantenían las actuales condiciones. «Es muy complicado, ya que esa subida solo se aplica sobre un tercio del recibo. Durante enero puede subir 8 o 9 euros, depende de todo. Si hay viento, llueve, hace menos frío todo puede cambiar. Hacer pronósticos a largo plazo es muy complicado», señaló. «El cálculo del ministro es tan bueno como cualquier otro» y viene de que con las actuales circunstancias el precio subiría unos 9 euros mensuales, pero las cosas pueden cambiar.

Asimismo, Montes señaló que la tarifa regulada PVPC está sometida «a las variaciones del mercado», por lo que se mostró partidario del mercado libre, que permite al consumidor contar con la mayor estabilidad de una tarifa fija. «El mercado eléctrico es muy volátil en toda Europa. El PVPC tiene muchas ventajas cuando el precio está muy bajo en el pool y muchos inconvenientes cuando está muy alto. Es un mercado volátil y para evitar esa volatilidad, soy partidario del mercado libre», dijo. A este respecto, señaló que hay 14 millones de consumidores, los que están en el mercado libre, a los que no les «afecta absolutamente» estas oscilaciones en el precio, y 12 millones del PVPC a los que sí.

En cuanto a la investigación abierta por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Montes rechazó que se deba a la existencia de sospechas sobre el comportamiento de las compañías eléctricas en la actual escalada de los precios y la atribuyó a la obligación de tener “bajo supervisión a un sector básico y regulado”. En todo caso, considera positivo que «se disipe cualquier duda». En la misma línea, sobre la apertura de diligencias por parte de la Fiscalía, afirmó que «nos parece muy bien que se haga una investigación sobre algo que pueda alarmar a los consumidores».

Sobre la posibilidad de que se pueda cambiar el sistema marginalista de fijación del precio, por el que se aplica el de la tecnología más cara, indicó que «es exactamente el mismo que en el resto de países de nuestro entorno» y que se debe a normativa comunitaria. Finalmente, admitió ser consciente de la «pésima imagen» del sector, que relacionó con falta de pedagogía, y defendió que las compañías tengan a expolíticos en sus consejos de administración ya que considera que tienen derecho a seguir activos cuando abandonan la política.

El precio de la electricidad repunta este martes un 4,8% para volver a asomarse a sus niveles máximos

Europa Press / EFE.- El precio de la electricidad se situará este martes en una media de 87,9 euros por megavatio hora (MWh), lo que supone un 4,8% más que los 83,85 euros fijados para este lunes, asomándose así de nuevo a los niveles máximos marcados durante la ola de frío, según el operador del mercado ibérico, OMIE. Estos 87,9 euros por MWh suponen la segunda referencia más elevada en lo que va de año, sólo superada por los 88 euros por MWh del pasado viernes.

Durante este fin de semana los precios bajaron hasta los 79 euros para el sábado y los 72 euros para el domingo, aunque se situaban en los niveles más elevados para un fin de semana desde el mes de diciembre de 2013, cuando las subidas en el mercado mayorista llevaron al Gobierno a suspender el anterior sistema de subasta eléctrica (Cesur) y sustituirlo por el actual, en el que el precio regulado deja de consistir en una referencia trimestral y queda vinculado al precio de cada hora en el mercado.

Volatilidad en la tarifa regulada

La demanda prevista para este martes asciende a 632 gigavatios hora (GWh), prácticamente en línea de los 633 GWh previstos para el lunes, según datos de OMIE. La hora más cara para este martes será las nueve de la noche, cuando el mercado mayorista pool, alcanzará un precio de 99,1 euros por MWh, mientras que la más barata del día será las cinco de la mañana, con el precio situado en 69,09 euros por MWh. La volatilidad de los precios en el mercado mayorista se refleja más directamente en los consumidores acogidos a la tarifa regulada o PVPC, unos 12 millones, mientras que los que están en el mercado libre, otros 13 millones, tienen precios fijados con sus compañías eléctricas.

Aparte de la mayor demanda, sobre el precio final inciden otros aspectos como el bajo nivel de recurso hidráulico y el elevado precio del carbón y del gas natural, así como la mayor exportación a Francia por la indisponibilidad de algunas de sus centrales nucleares. El pool funciona de forma marginalista, de modo que las tecnologías entran por orden de coste y la última de ellas en participar, la más cara, marca el precio definitivo.

Los precios horarios se aplican a los consumidores domésticos que dispongan de contadores inteligentes y tarificación por horas, entre los que figuran los usuarios que tienen contratado el PVPC y disponen de estos aparatos. El precio mayorista de la electricidad tiene un peso cercano al 35% sobre el recibo final, mientras que alrededor del 40% corresponde a los peajes y cerca del 25% restante, al IVA y al Impuesto de Electricidad. El Gobierno ha congelado para 2017 los peajes y cargos eléctricos con los que los consumidores sufragan los costes regulados. Por otro lado, los precios diarios del mercado mayorista se fijan con un día de antelación, alrededor del mediodía.