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El sector fotovoltaico prevé crear 17.000 empleos adicionales hasta 2025 si eleva su capacidad instalada de generación

Europa Press.- El sector fotovoltaico podría crear entre 15.700 y 17.000 empleos adicionales hasta 2025, un 140% más de los que existen en la actualidad, si aumenta su capacidad de producción, según el informe anual del sector presentado por la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), que recoge una previsión de evolución de los principales indicadores del sector para 2025 y 2030.

De acuerdo con sus cálculos, en un escenario de aumento anual de la capacidad de generación fotovoltaica de entre 500 megavatios (MW) y 1.000 MW, en grandes instalaciones, y de entre 150 MW y 300 MW en pequeñas instalaciones de generación distribuida, se produciría una importante reactivación de la actividad industrial, lo que conllevaría una importante creación de empleo. UNEF presenta estas estimaciones ante la celebración de una nueva subasta de renovables que pondrá en juego al menos otros 3.000 megavatios (MW) verdes, tras los 3.000 MW adjudicados en la subasta del mes de mayo.

La subasta, que se celebrará este miércoles, es al igual que la anterior tecnológicamente neutra y en ella podrán participar instalaciones de tecnología eólica y fotovoltaica en concurrencia competitiva, de tal manera que resulten adjudicadas aquellas que supongan un menor coste para el consumidor. Además, UNEF ha presentado datos sobre la riqueza y el empleo generados por el sector en 2015. En ese año, la contribución total del sector fotovoltaico al PIB fue de 2.801 millones de euros y empleaba un total de 11.491 profesionales, 7.165 de forma directa y 4.326 de forma indirecta. El sector fotovoltaico es exportador neto, ya que en el periodo 2014-2015 las exportaciones netas alcanzaron los 2.084 millones de euros.

Además, subrayaron que existe un saldo positivo entre lo que el Estado recauda por el negocio fotovoltaico en términos de impuestos, tributos y cargas sociales, y las ayudas recibidas, lo que pone de manifiesto que el sector realiza una contribución real a la balanza fiscal nacional. Según recoge el informe anual, el sector fotovoltaico crece a un ritmo lento en España, lo que ha llevado al país a perder posiciones en el ranking internacional. En 2016, la potencia instalada en España fue de 55 MW, frente a los 49 MW registrados el año anterior, y acumuló una potencia total de 4.729 MW. De esta potencia instalada el pasado año, más de un tercio corresponde a proyectos aislados de la red.

Según destaca UNEF, a pesar de las barreras económicas y administrativas existentes, el autoconsumo sigue creciendo de forma continua y, gracias a la reducción de costes de la fotovoltaica, éste representa una alternativa rentable y asequible. A finales de 2016, las comunidades autónomas líderes en autoconsumo eran Cataluña, con 86 instalaciones registradas, Galicia, con 79, y Andalucía, con 64, según el registro administrativo de autoconsumo del Ministerio de Energía. Según la asociación, las comunidades autónomas han «reafirmado» su apoyo al autoconsumo a través de medidas como subvenciones para viviendas y empresas, préstamos para particulares y pymes y la deducción por inversiones en instalaciones de autoconsumo.

UNEF ha enfatizado, además, que el autoconsumo no representa una amenaza a la equidad ni a la sostenibilidad del sistema. En un escenario de previsión de desarrollo del autoconsumo de 250 MW anuales, la reducción de ingresos para el sistema sería de 4,1 millones de euros, lo que supondría un impacto del 0,02% en un sistema que en 2016 recaudó más de 16.000 millones de euros. Asimismo, si se considera que el impacto anual del autoconsumo para el resto de consumidores es de 6,8 céntimos de euro, sin embargo se beneficiarían de una reducción del precio del pool y de los impuestos asociados, ahorrando anualmente 29,6 céntimos y 10,1 céntimos, lo que implicaría un ahorro neto anual de 32,9 céntimos.

En el marco internacional, el informe destaca el incremento de potencia fotovoltaica instalada en 2016 con 75 gigavatios (GW) nuevos, lo que representa un incremento del 50% con respecto al año anterior y el 14% de toda la potencia nueva instalada en el mundo. La potencia fotovoltaica acumulada ha superado la barrera de los 300 GW (305,6 GW). En Europa solo se instalaron 6 GW nuevos en 2016 y el Viejo Continente se sitúa en el segundo puesto en el ranking internacional, después de Asia, la región líder con 147 GW de potencia acumulada. El informe presentado por UNEF destaca que la fotovoltaica ha demostrado ser la energía más competitiva, batiendo récords de precio, eficiencia y rapidez en la instalación.

La volatilidad de los precios energéticos tiene un coste para la economía española de hasta un 1% del PIB

Europa Press.- La volatilidad de los precios de la energía, especialmente del petróleo y del gas, representa un coste para la economía española de hasta un 1% del Producto Interior Bruto (PIB), según el informe del Centro de Investigación Economics for Energy, presentado por sus directores, Pedro Linares y Xavier Labandeira, en el Club Español de la Energía.

El informe destaca que esta volatilidad y los aumentos bruscos de los precios de los combustibles fósiles son los mayores factores de riesgo económico para la seguridad energética en España. Asimismo, señala que estos factores relacionados con los precios pueden suponer un coste para la economía equiparable en ocasiones al 100% del precio de la propia energía, lo que indica su relevancia. Según los autores del estudio, las soluciones a esta problemática en España no solamente hay que buscarlas en la diversificación de las fuentes energéticas, sino también en flexibilizar la economía para que sea capaz de absorber cambios en los precios de la energía.

Economics for Energy han establecido unos baremos para medir las consecuencias de la inseguridad energética, por una parte, basado en el coste causado por una eventual falta de suministro multiplicado por el riesgo de que esta llegue a ocurrir y, por otro, en el coste de ajuste para la economía de la volatilidad de los precios de la energía multiplicado por la magnitud de esa volatilidad (la desviación con respecto a un precio medio estable).

Por ejemplo, destacan que, a pesar de que el coste de una falta de suministro eléctrico es muy alto por unidad energética, cercano a los 6.000 euros por megavatio hora (MWh), su baja probabilidad, debida a la regulación y a la gestión del sistema, hace que su relevancia en términos absolutos se reduzca a menos de un 1% del coste de la electricidad en España. En el cálculo de este coste se contemplan los impactos económicos y sociales de un corte en el suministro, como la pérdida de producción y los daños en equipos en las empresas o la falta de confort en el hogar.

La principal recomendación de Economics for Energy pasa por progresar significativamente en las políticas que aumentan la flexibilidad del consumo de energía y de la economía y reducen la dependencia de combustibles con precios volátiles. Además, los expertos subrayan la necesidad de que estas políticas sean eficientes, es decir, la garantía de que sus costes sean inferiores a los beneficios que lograrían. En este sentido, las recomendaciones para diseñar el sector energético se centran en fomentar el uso de fuentes menos volátiles en sus precios y estimular el ahorro energético.

Según los expertos de Economics for Energy, con la aplicación de estas medidas, coincidentes en gran medida con las que se derivan de la necesidad de reducir las emisiones de gases invernadero y adaptarse al cambio climático, la economía española reduciría sus costes de inseguridad energética. Así, su perfil estaría marcado por una transición de los combustibles fósiles a favor de las fuentes renovables, siempre garantizando la seguridad de suministro, con un mayor grado de interconexión y coordinación en las políticas de seguridad con los países de su entorno y una economía mucho menos intensiva en el uso de energía.

Un crudo estable mantendrá el crecimiento de la economía española para 2017

EFE.- La estabilidad del petróleo, con el Brent entre 55 y 60 dólares en 2017, evitará grandes sobresaltos en las previsiones de crecimiento españolas, en un entorno marcado por la incertidumbre ante las políticas de Trump o las dudas sobre Europa, según analistas consultados. Las previsiones del Gobierno cifran el aumento del producto interior bruto (PIB) para 2017 en el 2,5%, si bien el cuadro macro provisional presentado a principios de diciembre se elaboró con el crudo en un precio medio de 50,2 dólares.

Los expertos estiman que la horquilla puede estar algo por encima, apuntan a entre 55 y 60 dólares, aunque subrayan la estabilidad de precios como uno de los elementos más previsibles de un entorno global marcado por la incertidumbre. En 2017 no se repetirán los precios de 2016, con el petróleo en mínimos que no se veían desde hace una década, pero tampoco la fuerte volatilidad que terminó con un rally de subidas a raíz, fundamentalmente, del acuerdo de la OPEP en noviembre, según analistas.

Así, el año pasado, el barril de Brent, de referencia en Europa, se revalorizó más de un 52%, con mínimos de 27,88 dólares y máximos de 56,82 dólares, mientras que el petróleo estadounidense West Texas se encareció más de un 45%. «El precio del petróleo se mantendrá estable durante 2017″, apunta el último informe difundido por Crédito y Caución, que señala que el dinamismo del sector petrolero estadounidense actuará como límite para las subidas, mientras que los compromisos de recortes de producción contendrán las bajadas.

El director de inversiones de Tressis Gestión, Daniel Lacalle, descarta también «grandes shocks» para este año con el petróleo entre 50 y 55 dólares. «Esos niveles parecen razonables», coincide la gestora principal del fondo de renta variable española Mirabaud Equities Spain, Gemma Hurtado. También ve el Brent entre los 55 y los 60 dólares el gestor de GVC Gaesco Gestión, Albert Enguix, sin «shocks externos no previstos» e incluso con «una tendencia a la baja».

Y con estas previsiones, difieren algo los impactos en las previsiones económicas para un país fuertemente dependiente de las importaciones energéticas. Obviamente, señalan, es uno de los factores de desaceleración que resta en las previsiones, frente a unos trimestres con unas facturas energéticas excepcionalmente baratas. Con el escenario de precios estables que se dibuja no debería impactar más de lo ya previsto. Así, Lacalle considera que con el petróleo por debajo de los 60 dólares «no tiene por qué haber un impacto» en el crecimiento de la economía española, que está «preparada para el cambio» en el precio del crudo.

Frente a esto, BBVA, que sitúa el barril en 57 dólares para 2017 y en 58,7 dólares para 2018, advierte de que «el encarecimiento del petróleo podría suponer, en promedio, dos o tres décimas menos de crecimiento durante el bienio 2017-2018«. No obstante, el servicio de estudios del banco ha elevado en su último informe dos décimas su previsión de crecimiento del PIB para este año hasta el 2,7 %, cifra que mantiene para 2018.

Otro debate es el impacto del crudo en la inflación, que en enero se disparó al 3%, por la luz y los carburantes y registró su tasa más alta desde finales de 2012, y, en consecuencia, las decisiones sobre los tipos de interés. «La inflación no va a subir más por los precios del petróleo, sino por la demanda interna», apunta Enguix. Un alza que también ha dirigido la atención hacia el Banco Central Europeo (BCE), que tiene como objetivo alcanzar un 2% en Europa.