Entradas

Ecologistas en Acción exige el «cierre definitivo» de la central nuclear de Garoña

Europa Press.- La Asamblea Federal de Ecologistas en Acción exigió al Gobierno central que «no otorgue un nuevo permiso de explotación a Garoña y proceda a su cierre definitivo por el riesgo que supondría la puesta en marcha de la central». A juicio del colectivo ecologista, en Garoña «el riesgo de accidente es demasiado grande, dado que el estado de la central es lamentable».

Ecologistas en Acción Indica que «Garoña está aquejada de numerosos problemas de seguridad entre los que destacan: la vasija está afectada por fenómenos de corrosión, así como las penetraciones de las barras de control, que son los auténticos frenos de la central; el sistema de protección contra incendios presenta graves deficiencias; al igual que numerosos sistemas eléctricos y de control».

Además, señala que «el reactor de Garoña es idéntico al número 1 de Fukushima, por lo que presenta sus mismas deficiencias y riesgos, sobre todo en los sistemas de venteo de gases; todavía no se han realizado las modificaciones impuestas tras las pruebas de estrés que, en todo caso, no garantizan la seguridad de la central; y sería imprescindible que edificara una torre de enfriamiento para dejar de calentar el agua del Ebro en exceso».

«Un accidente en Garoña podría suponer un episodio de contaminación terrible en la zona y más allá. Garoña se encuentra muy cerca de Euskadi por lo que su contaminación superaría las fronteras de Burgos y Castilla-León y, además, se podría contaminar el río Ebro con consecuencias espantosas sobre los cultivos, las ciudades e industrias ribereñas de Castilla-León, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña. El litoral mediterráneo también se vería afectado. Mantener esta central en funcionamiento sería jugar con fuego«, recalcan.

Señalan que «Garoña genera en su funcionamiento unas 15 Tm de residuos de alta actividad al año, que son peligrosas durante cientos de miles de años y para los que no existe solución», por lo que afirman que «la paralización definitiva de Garoña evitaría un aumento de los residuos a gestionar». A su juicio, «la electricidad que genera Garoña no es necesaria, como muestra el hecho de que lleva parada tres años sin ningún problema de suministro, y los puestos de trabajo que genera también están garantizados por su desmantelamiento».

«La posible continuidad de Garoña abriría la puerta a la prolongación de la vida de las centrales hasta los 60 años, lo que resulta inadmisible. Además, el proceso de la posible reapertura ha supuesto un desprestigio sin precedentes del Consejo de Seguridad Nuclear. Ante estos hechos, la Asamblea resuelve pedir el cierre definitivo de la central y proceder a su desmantelamiento a la mayor brevedad», finalizan desde Ecologisas en Acción.

El CSN da el visto bueno a mejoras necesarias para la reapertura de Garoña con el voto discrepante de Narbona

Europa Press.- El Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear aprobó, por cuatro votos a favor y uno en contra, un informe favorable de la Dirección Técnica de Seguridad Nuclear sobre la revisión de las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento de la actualización de las curvas límite de presión y temperatura de la vasija del reactor de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos).

En la cuestión no ha habido unanimidad en el pleno, donde la consejera Cristina Narbona ha votado en contra porque la iniciativa va dirigida a la vuelta en operación del reactor de Burgos sin que el regulador atómico haya aclarado ni debatido de manera técnica y jurídica las «implicaciones» de la solicitud del titular, Nuclenor, de renovar su licencia hasta 2031, un periodo superior al de las Revisiones Periódicas de Seguridad, que se realizan cada 10 años, normalmente coincidiendo con las peticiones de renovar los permisos.

Según el pleno, el informe responde a los requisitos del CSN exigidos a Nuclenor en la Instrucción Técnica Complementaria sobre la documentación y los requisitos adicionales previos a discutir la solicitud de renovación de la central atómica burgalesa.

La actualización de las curvas de presión-temperatura (P-T) son calculadas para 40, 50 y 60 de operación correspondientes a los escenarios de arranque y parada en operación normal y de prueba hidráulica, así como para las condiciones de núcleo crítico. También se entiende que la vasija está en condiciones de vacío y se ha analizado la adecuación de las curvas de P-T a esta situación. Esta revisión sería aplicable «solo en el caso» de que el titular lograse una renovación de la autorización de su explotación.

Durante el pleno se ha puesto en evidencia las diferencias sobre la cuestión de Garoña, ya que además del voto en contra y voto particular presentado por la consejera Narbona, tanto el presidente, Fernando Martí, como el consejero Fernando Castelló Boronat, han adjuntado al acta del pleno del día 4 de noviembre sus respectivos votos particulares, a favor de la decisión y en contra de la postura de Narbona.

Así, en su voto particular, Narbona se reitera en el contenido de su voto particular emitido en julio de 2014 en el que discrepa de la decisión del pleno porque es «la primera vez en la historia» en España en que un titular de una central solicita renovar su autorización de explotación por más de 10 años y esto «implica la disociación automática» de las Revisiones Periódicas de Seguridad del tiempo de duración de las renovaciones de las autorizaciones de explotación. A su juicio, esto rompe «una buena práctica reconocida internacionalmente y asumida por el CSN desde la década de los años 90».

Además, afirma que también es la primera vez en la historia de la seguridad nuclear española que un titular ha solicitado operar un reactor nuclear hasta los 60 años de explotación comercial y esto supone un incremento de los residuos nucleares.

«La calidad de los procesos de regulación son inherentes y consustanciales a las garantías de seguridad», considera Narbona que no identifica el objetivo general de la mejora de la seguridad nuclear y radiológica en el «inédito» proceso de renovación que sigue el regulador sobre Garoña, ya que se ha iniciado la evaluación para su renovación sin que el Pleno haya aclarado aún si puede o no aceptar tal «anómala solicitud de Nuclenor».

Por ello, reitera su petición de que el pleno delibere y decida «cuanto antes» respecto a la vigencia de la práctica de asociar las revisiones periódicas de seguridad con el periodo de autorización de explotación. A este respecto, estima que si el pleno decide cambiar esta práctica tendría que explicar las mejoras técnicas y jurídicas que introduciría tal disociación en la seguridad nuclear y radiológica y, también, las implicaciones de operar un reactor a 60 años. «Hasta que esto no se produzca, esta consejera considera inadecuado proseguir con el proceso de evaluación de la central», concluye Narbona.

Del mismo modo, el presidente del CSN ha presentado su voto particular para justificar su voto favorable en el que el expediente votado está incardinado en el cumplimiento de los propios acuerdos del pleno del regulador atómico en julio de 2014 en el que se establecían una serie de requisitos a Garoña, como condición previa a estudiar su solicitud de renovación.

En su opinión y respecto al voto en contra de Narbona, Marti Scharfhausen argumenta que la reiteración de argumentos, opiniones y juicios de valor no introduce elemento novedoso alguno para la seguridad nuclear. «Considero que dicha reiteración sí menoscaba la credibilidad de este organismo regulador, cuya misión no es otra que garantizar la seguridad nuclear», concluye el presidente.

Asimismo, estima que se repiten conceptos separados como asociar o identificar los periodos de tiempo de la revisión periódica de seguridad para analizar tendencias e incorporar lecciones, con el nuevo tiempo por el que se solicita o se revisa las condiciones de las seguridad para la operación a largo plazo, siempre a futuro.

Por su parte, el consejero Castelló Boronat es más exhaustivo en su explicación de voto y sus opiniones respecto a su compañera Narbona. En concreto, recuerda que el argumento de Narbona sobre la necesidad previa de un debate técnico y jurídico sobre la propia solicitud de Nuclenor «en su momento sólo contó con un solo voto» y que el pleno adopta las decisiones por mayoría.

A su juicio, la existencia o no de un debate amplio sobre un proceso regulatorio, no puede ni debe predeterminar el voto concreto sobre un asunto que técnicamente está «perfectamente soportado y argumentado» por el cuerpo técnico.

De este modo, opina que la reiteración de los argumentos ya expuestos y conocidos por Cristina Narbona en su momento, «fundamentados en el error conceptual» de confundir los mecanismos de evaluación» de una revisión periódica de seguridad sobre los diez años pasados, con los de la evaluación para la continuidad de Garoña en el futuro «no pueden utilizarse de forma reiterada, en contra de la amplia mayoría de los miembros del Pleno, ya que pueden confundir a la opinión pública y menoscabar la credibilidad del regulador nuclear.

Castelló califica de «extemporáneo» plantear este tipo de cuestiones que no son objeto de lo que se está analizando en el pleno y que, de hecho, ya han sido objeto de análisis por parte del mismo o que lo serán en su momento.

En definitiva, el consejero estima que la «buena» práctica regulatoria es «respetar los procedimiento y los tiempos» que conllevan los trámites y las evaluaciones técnicas y «ceñirse» a las cuestiones que son «realmente» la competencia del organismo y «no introducir elementos de debate ajenos y sesgados por debates políticos o circunstanciales».

Del mismo modo, critica la «predisposición para disturbar la toma de decisión» sobre la cuestión introduciendo elementos de análisis del proceso regulador.

En ese sentido, advierte de que la «previa disposición de «alguno» de los consejeros a emitir su voto sobre un asunto concreto, en función de un posicionamiento general y amplio en el que se pueda encontrar dicho asunto, «puede interpretarse como estrategia política estrictamente como un debate regulatorio sobre una propuesta técnica.

«La existencia o no de un debate amplio sobre un proceso regulatorio no puede ni debe predeterminar el voto concreto sobre un asunto, que técnicamente está perfectamente soportado y argumentado por el cuerpo técnico», manifiesta el consejero.

Finalmente, insiste en que en su opinión, «no parece oportuno ni conveniente que se aproveche cada ocasión que se incluye en el orden del día un asunto relativo a una instalación determinada, en este caso Santa María de Garoña».

Greenpeace reclama que el cierre de la central nuclear de Garoña sea definitivo

Europa Press.- La organización ecologista Greenpeace reivindica además que en los trámites de evaluación de renovación de licencia de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) sea «obligatoria» la participación pública mediante el trámite de información pública y el proceso de Evaluación de Impacto Ambiental, con carácter transfronterizo. Para Greenpeace, los dos procedimientos son de obligado cumplimiento antes de decidir si se reabre una central, de acuerdo con el Convenio de Espoo.

Con motivo del segundo aniversario del cierre de la planta, Greenpeace exige que «se cumpla la normativa» de seguridad nuclear en el proceso de prolongación de la vida de la central «más vieja» de Europa y subraya que desde que expiró la licencia de explotación de Garoña en julio de 2013 no se ha producido «ningún corte eléctrico» con lo que, a juicio de la organización, su producción de electricidad «no es necesaria». El titular de la planta, Nuclenor, solicitó una renovación de su licencia de operación hasta el año 2031, con lo que la planta produciría electricidad hasta los 60 años desde su inauguración.

«No puede ser que se iniciara el proceso de reapertura de Garoña sin permitir a la ciudadanía presentar sus alegaciones. Más grave aún resulta que en dos años no se haya enmendado el error. La legislación no deja lugar a dudas: es obligatorio permitir la participación pública y evaluar el impacto medioambiental también ante un proyecto de ampliación de una central nuclear», indicó la responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, Raquel Montón. El proceso sigue en manos del Consejo de Seguridad Nuclear, que está evaluando la solicitud de renovación de licencia y, simultáneamente, está aplicando procedimientos de seguridad ante la situación legal y real de cierre de la central.

Detenida la inspección para reabrir Garoña por la agenda de General Electric, empresa supervisora

Europa Press.- El programa de inspección de la central nuclear de Santa María de Garoña, ordenado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en el marco de evaluación de la solicitud de la planta atómica de volver a producir electricidad hasta 2031, ha sido «parado», pero no «suspendido«, según precisó Elías Fernández, portavoz del titular de la planta, Nuclenor, que indicó que obedece a la agenda de la empresa estadounidense General Electric respecto a sus inspecciones en centrales distribuidas por todo el mundo.

Sin embargo, Ecologistas en Acción apunta que el titular se está ha planteado paralizar las tareas de inspección ordenadas por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). La organización ecologista estima que el elevado coste de las inspecciones ha llevado al titular a plantearse la renuncia a seguir solicitando su renovación de licencia y cree que este sería un «nuevo paso hacia el cierre definitivo». «Es una excelente noticia para la ciudadanía y el medio ambiente», subrayó el portavoz nuclear de Ecologistas en Acción, Francisco Castejón.

En el programa de inspección requerido por el organismo regulador a Garoña se incluía las inspecciones de las penetraciones de la parte inferior de la vasija y la búsqueda de posibles fallos en esta, ya que es similar a la de las centrales belgas Döel y Thianje, donde se detectaron anomalías, por lo que permanecen cautelarmente paradas. Ecologistas añade que estas inspecciones supone un gasto estimado de 10 millones de euros, sin que su realización pueda garantizar el voto favorable del CSN a su apertura. Además, estima que Garoña, en caso de que finalmente sea reautorizada tendría que realizar unas reparaciones cuyo coste ascendería a unos 150 millones de euros.

Ecologistas tiene en cuenta también la «enorme incertidumbre política» para Nuclenor que puede suponer las próximas elecciones generales, ya que los únicos partidos favorables a la continuidad de Garoña son PP y UPyD. Por ello, para Ecologistas en Acción, la paralización de las inspecciones de Garoña, «supone una excelente noticia para el medio ambiente y para los ciudadanos» y acerca «un paso más hacia el cierre definitivo de la central, que ya debería haberse producido».

Por el contrario, desde Nuclenor aseguran que «no se ha tomado ninguna decisión en ese sentido» y que «todo sigue igual», por lo que no hay «nada nuevo», sino que permanece la voluntad de arrancar la planta.  Además, Fernández precisó que una decisión así tendría que tomarse en el marco de un consejo de administración y que, en el último, celebrado a principios de junio, no se estudió tal cuestión.

Respecto a la revisión de la vasija, recordó que está inspeccionada totalmente a falta de una pequeña parte de los manguitos de los accionadores de las barras de control (sistema de seguridad de la vasija). «No hay nada suspendido. Falta poco por hacer y lo que falta está pendiente de calendario. No hay nada respecto a una decisión de cerrar la central. Seguimos pensando que podemos arrancar Garoña«, sentenció. Finalmente, recordó que el 26 de marzo, Nuclenor aseguró que la inspección realizada a la vasija durante noviembre y diciembre de 2014 dieron como resultado que «no hay defectos de fabricación» en la vasija y que se encuentra en «buen estado para operar de forma segura«.

La central de Garoña sufre un incidente sin daños personales ni fugas radioactivas

Servimedia / Europa Press.- El titular de la central nuclear Santa María de Garoña (Burgos) notificó al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), siguiendo el procedimiento establecido, que el pasado jueves se activó la detección contra incendios en el compartimento del interruptor de alimentación de una de las barras eléctricas de 400 V, debido a una conexión dañada de uno de los conectores de control del interruptor.

La brigada contra incendios de la instalación confirmó la ausencia de fuego y el titular desconectó la alimentación eléctrica del interruptor, según informó el CSN. La central, que dejó de estar operativa en diciembre de 2012, se encuentra parada y con todo su combustible almacenado en la piscina. El suceso, sin impacto en los trabajadores, el público ni el medioambiente, se clasifica con nivel 0 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares, apuntó el CSN.

La UME realiza un simulacro de intervención ante situaciones de emergencia en la central de Garoña

Europa Press.- La Unidad Militar de Emergencias(UME) y la empresa Nuclenor llevaron a cabo un ejercicio de intervención ante situaciones de emergencia en la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), en el que participaron más de sesenta efectivos del Grupo de Intervención de Emergencias Tecnológicas y Medioambientales (Gietma).

Las principales actividades desarrolladas durante este ejercicio han consistido en la extinción de un gran incendio y la ejecución de pruebas de los generadores eléctricos portátiles de gran capacidad, para lo que el Gietma desplazó hasta la central diez vehículos especiales dotados de la tecnología más avanzada. A todo esto se sumaron tareas desarrolladas en el exterior de la planta con el objetivo de obtener información directa del entorno y de las vías de acceso disponibles a la instalación. Además, se verificaron las Estaciones de Clasificación y Descontaminación (ECD) situadas en municipios de los alrededores.

En el transcurso de esta actividad se comprobó la coordinación y comunicación entre ambas organizaciones, junto a la disponibilidad y el traslado de determinados equipos y personal hasta la central, además de verificarse la capacidad de intervención de la UME ante este tipo de situaciones, según señalaron fuentes de Nuclenor. Este ejercicio práctico, con el objetivo de intercambiar información y conocimientos sobre las actuaciones de la UME en situaciones de emergencia, se enmarca dentro de un protocolo de colaboración entre la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa), y la Unidad Militar de Emergencias (UME) para coordinar y procedimentar las posibles intervenciones en el interior de las centrales nucleares españolas ante escenarios de accidentes severos.

El ejercicio finalizó con la evaluación del simulacro, en el que participaron mandos de la UME, de la subdirección de emergencias del Consejo de Seguridad Nuclear y de los responsables del Plan de Emergencia de Interior de Nuclenor, así como los coordinadores. Los resultados obtenidos concluyeron que se cumplen los objetivos relacionados con la capacidad de la planta para afrontar estas situaciones de emergencia, así como con la coordinación y disponibilidad dentro de la UME.