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Hacienda compensará los 1.000 millones sin recaudar del impuesto a la generación con lo obtenido por los derechos de emisión

Europa Press.- La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha explicado que el paquete de medidas relativas al coste de la electricidad, como la suspensión del impuesto del 7% a la generación eléctrica, queda «integrado» en una parte con los ingresos obtenidos en las subastas de derechos de emisión y también por los Presupuestos. Por su parte, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha cifrado en 1.000 millones de euros la pérdida de ingresos por la suspensión «temporal» del impuesto.

Montero ha recordado que la eliminación temporal de este impuesto supondrá un recorte en la factura de la luz de entre el 2% y el 4%. La ministra destacó que con esta medida el Gobierno se muestra «sensible» a la realidad de los hogares españoles, que han visto incrementado el precio de la luz, y advirtió de que estará «vigilante» para que la supresión de este impuesto «repercuta realmente» en la factura que pagan los usuarios de la energía eléctrica. Por otro lado, la titular de Hacienda ha descartado rebajar el IVA de la factura eléctrica achacándolo a que “el IVA es un impuesto muy regulado a nivel europeo y tenemos que ir en armonía, no podemos salirnos del reglamento».

Recaudación de derechos de emisión

Por su parte, Ribera reiteró la importancia que tenía para el Gobierno tomar medidas para la bajada de la factura de la luz y que la irracionalidad del mercado energético «no repercuta en el consumidor final». En este sentido, ha incidido en que tras analizar las opciones que podían generar un «efecto directo más inmediato», lo esperan lograr con la eliminación del impuesto a la generación, ya que debería repercutirse directamente en la factura final.

Respecto a cómo afrontará el Gobierno la pérdida de los ingresos que genera dicho impuesto, más de 1.000 millones de euros anuales, ha aseverado que «está ya integrado» en una parte por lo obtenido en las subastas de derechos de emisión y también con la contribución de los PGE. En todo caso, precisó que todo ello está a la espera de que el Consejo de Ministros apruebe el paquete de medidas, entre las que también se incluyen otras acciones «prioritarias» para reforzar los mecanismos de lucha contra la pobreza energética, pues ha insistido en que «uno de los focos de atención» son los colectivos vulnerables.

AEE pide reformar el pool

Asimismo, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) considera que la suspensión del impuesto a la generación es «una medida oportuna» que tendrá «efectos directos» sobre el precio de la electricidad y que aliviará el incremento de la factura de la luz que se ha producido últimamente, aunque cree que debe «ir acompañada de una reforma del mercado eléctrico«. El director general de AEE, Juan Virgilio Márquez, señala que esta reforma «es necesaria y debe ser fruto de un consenso social y político, que garantice su estabilidad».

En este sentido, la patronal eólica valora «positivamente» la puesta en marcha de las medidas concretas anunciadas por la ministra así como el planteamiento de una reforma estructural del mercado eléctrico. Así, celebra el mensaje de «apoyo sin fisuras al desarrollo y aportación de las energías renovables, y a la eólica en particular, como tecnologías de futuro», con el que la ministra puso «sobre la mesa medidas de aplicación inmediatas y avanzó señales que apuestan por un modelo energético enfocado al proceso de transición energética del país, donde las renovables son el eje principal», subraya.

Además, coincide con Ribera en la urgencia de emprender una reforma energética «que perdure en el tiempo, sea transversal en toda la economía del país y esté consensuada». Para ello, considera que el sector precisa de «visibilidad en el tiempo y una estabilidad regulatoria» que no suponga una merma en los resultados de las plantas existentes y permita la planificación y puesta en marcha de nuevas instalaciones renovables. De esta manera, cree que es necesaria una planificación energética que establezca qué tecnologías necesita el país en el mix energético, así como garantizar la seguridad jurídica, eliminando aspectos como la modificación de la rentabilidad razonable de los proyectos cada 6 años.

Mientras, para reducir la volatilidad del precio del mercado eléctrico, la AEE propone la introducción de más generación renovable autóctona, reduciendo así la dependencia de los combustibles fósiles importados y del precio del CO2, así como aumentar la aportación de las renovables e incrementar la electrificación de la economía. Asimismo, la patronal pide eliminar de la factura eléctrica los costes ajenos al suministro llevándolos a los PGE o financiándolos con una fiscalidad medioambiental trasversal sobre los combustibles fósiles, así como establecer mecanismos estables de retribución y simplificar y agilizar los procesos administrativos con ventanilla única para la tramitación de permisos.

España se ha situado en el puesto once de Europa por potencia eólica instalada durante el primer semestre del año

EFE. – España se situó en la undécima posición de Europa por potencia eólica instalada durante el primer semestre del año con 52 MW más, lejos de los 1.626 MW que contabilizó Alemania, una posición que se verá reforzada por las nuevas subastas de nuestro país, el quinto del mundo por potencia eólica instalada.

Específicamente, entre enero y junio, España instaló 47 MW eólicos terrestres y contabilizó 5 MW offshore, según los datos manejados por la asociación europea de energía eólica WindEurope. Con estos datos, España ocupa el puesto undécimo por potencia eólica terrestre instalada en el primer semestre y en cuarto lugar analizando la potencia eólica offshore instalada en dicho periodo.

Sin embargo, las asociaciones renovables españolas confían en que España recupere posiciones el próximo año gracias a los nuevos MW eólicos adjudicados que entrarán en funcionamiento.

A nivel europeo, la nueva potencia eólica instalada se incrementó en 4,5 GW en la primera mitad del año, lo que supone una bajada del 26% con respecto al mismo periodo de 2017, cuando sumó 6,1 GW, de acuerdo con los datos que maneja WindEurope.

Así, la potencia instalada en tierra se situó en 3,3 GW, y estuvo liderada por Alemania, que instaló 1,6 gigavatios (GW), seguida de Francia, con 605 MW y Dinamarca, con 202 MW.

En lo referente a la eólica marina, de los 1,1 GW instalados en la primera mitad del año, Reino Unido añadió 911 MW y ocupó la primera posición de la tabla, muy por encima de los 5 MW que instaló España y que se corresponden con un prototipo de aerogenerador marino flotante ubicado en Gran Canaria.

Además, la asociación eólica europea prevé que este año se instalen 3,3 GW nuevos de eólica marina y 10,2 GW de terrestre, lo que supondrá que la potencia eólica total instalada a cierre de este año se sitúe en 13,5 GW.

El director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), Juan Virgilio Márquez, reconoce que las subastas que se celebraron en 2016 y 2017, cuando se adjudicaron más de 4.600 MW, han dado un impulso al sector eólico tras años de bajo crecimiento (en 2017 se instalaron 96 MW de nueva potencia y 38 MW en 2016).

El director general confía en que todos los actores implicados, tanto públicos como privados, «pongan de su parte» para que los nuevos proyectos entren en funcionamiento «a tiempo».

En el mismo sentido se pronuncia el director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), José María González, que afirma que gran parte de los 4.600 MW adjudicados se pondrán en marcha el año que viene, lo que, según el directivo, podría poner a España al nivel de Alemania en cuanto a potencia instalada en dicho año.

También, González se muestra optimista con la eólica marina en España ya que se están desarrollando soluciones flotantes que eliminan el obstáculo que suponía para esta tecnología la estrechez de la plataforma continental, que provoca que exista demasiada profundidad cerca de la costa.

Tras el cambio de Gobierno, el directivo pide conocer cuál será la hoja de ruta que seguirá el Ejecutivo a la hora de integrar la energía renovable, ya que, según González, solo se conocen los planes hasta 2020.

Otra de las personalidades del sector, el secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal, ya avanzó el pasado mes de junio que el Gobierno haría «todo lo necesario» para que exista una regulación y unas reglas del juego que permitan el desarrollo tecnológico de la industria renovable.

Según los datos que maneja AEE, España es el quinto país del mundo por potencia eólica instalada, después de China, Estados Unidos, Alemania e India. Así, en diciembre del año pasado, España contaba con 23.092 MW de potencia instalada en 1.090 parques eólicos.

Cabe destacar que la eólica es capaz de cubrir el 18% de la energía consumida en España y fue la primera fuente de energía eléctrica durante los seis primeros meses de 2018, con 27.779 GWh producidos, según AEE.

Otro de los datos importantes es que la energía eólica representa el 22,6% del mix energético peninsular, lo que la sitúa como la primera tecnología en el primer semestre, mientras que la producción eólica se incrementó el 10,4 % hasta junio en comparación con 2017.

El sector de las renovables desea alcanzar un gran consenso sobre el futuro mix energético para avanzar en la descarbonización

EFE / Europa Press.- El director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), José María González Moya, cree que «estaría bien» que hubiera cierto consenso en el país para decir a que mix energético se quiere ir y que «no sólo sea fruto de un Gobierno que dure un año o dos, o los que sea».

González Moya ha señalado que espera también que el Gobierno tenga dentro de sus prioridades el problema de la dependencia energética en España, que ha recordado que nunca ha estado en el debate político y cuesta «muchos millones» al año, al tiempo que ha advertido de que España seguirá teniendo ese problema, pues no tiene gas ni otras fuentes de energía autóctonas, sólo las renovables. Por eso, alerta de una excesiva gasificación de la economía durante el proceso de transición energética, pues aunque el gas puede ayudar a cumplir los objetivos ambientales, puede perjudicar la consecución de los objetivos macroeconómicos.

En este sentido, ha recordado que el anterior ministro de Energía, Álvaro Nadal, cifró en 6.000 millones de euros el coste que tendría para el país una subida de los precios del petróleo. Ha señalado también que España tiene que sustituir la generación con carbón y la de las centrales nucleares, que los socialistas proponen clausurar a los 40 años. González Moya reconoció que en España se han cometido errores en renovables «derivados de decisiones políticas», pero también en el gas, con una sobrecapacidad del sistema que hace que no se utilice en su totalidad.

El director general de APPA señaló que la eólica «será fundamental en la transición energética, al haber alcanzado su competitividad con los precios actuales de mercado». Así, González Moya valoró que el potencial que tiene España en términos de recurso, tejido industrial o capacidad exportadora «la convierten en una de las principales protagonistas del sector energético durante la próxima década».

Ha criticado también el parón que le supuso a la industria renovable la moratoria que aprobó el anterior Gobierno y ha dicho que «es un milagro que el sector siga vivo y siga exportando tecnología y conocimiento, y que sea un sector netamente exportador«. También considera «un error y un desastre» que no haya una planificación en la implantación de nuevas instalaciones renovables y que, con las subastas que se hicieron en poco espacio de tiempo, vaya a hacerse en año y medio lo que no se hizo en 6.

Por su parte, el director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), Juan Virgilio Márquez, consideró que los próximos años supondrán «una revolución para el sector de la energía desde el punto de vista de la producción y el consumo». De esta manera, indicó que, con la puesta en marcha de 5.000 megavatios (MW) de nueva potencia eólica en 2020, las emisiones del sector eléctrico podrían disminuir en un 13% para entonces respecto a 2017.

Por ello, afirmó que a medio y largo plazo es necesario establecer unos objetivos de futuro acordes con el reto de descarbonizar el consumo energético español, y planificar el despliegue de las energías renovables. «Para lograr una transición energética y cumplir con nuestro compromiso con el Acuerdo de París, es urgente tomar medidas en aquellos sectores que pueden reducir sus emisiones como el sector eléctrico, pero también el sector transporte y el residencial. En este sentido, la electrificación tanto del transporte como de la climatización tienen que empezar a avanzar con solidez«, añadió al respecto.

Asimismo, Márquez cree que España tiene que decidir qué posición quiere tener en el mercado mundial de las renovables: lo que «hay que ver es si España quiere ser comprador de tecnología o un desarrollador y constructor de tecnología«. En su opinión, «pagar curvas de aprendizaje bien planificadas» es beneficioso y una de las consecuencias es que en España la energía eólica es la segunda tecnología del mix energético, es sostenible y gana en competitividad.

Márquez se ha referido a los retos que tiene por delante la sociedad en el ámbito energético y, entre ellos, ha señalado que el del operador del sistema o el Ministerio tiene que ser ver qué medidas se necesitan para que la transición sea viable, con políticas de innovación e industriales que aseguren que los objetivos pueden conseguirse en un número determinado de años. No obstante, ha señalado que el gran reto será que los consumidores de energía cambien su modelo para consumir mayoritariamente electricidad.

Márquez, que ha señalado que por ese motivo los grandes ayuntamientos tendrán un papel más determinante que los gobiernos, también indicó que lo de las renovables «ya no es sólo cuestión de los históricos» de este sector. En este sentido, recordó que la petrolera Cepsa en sus perspectivas energéticas a 2030 es la que dio mayor de previsión de crecimiento a la eólica dentro de los numerosos estudios que se han hecho sobre transición energética.

Márquez concluyó que para que la eólica se siga desarrollando hace falta que no haya cambios legislativos que se trasladen a riesgos en la inversión, que las subastas de renovables cuenten con mecanismos que luego permitan a los adjudicatarios acudir a entidades a financiarse, así como con mecanismos de estabilidad que garanticen un rango de ingresos. También espera que en España haya una regulación más sencilla y que se introduzcan cambios en el mercado eléctrico.

La potencia eólica mundial instalada supera los 500.000 MW en 2017 y cubre el 5% de la demanda eléctrica global

Europa Press.- La potencia eólica mundial alcanzó los 539.581 megavatios (MW) en 2017, tras incrementarse en 52.573 MW, siendo esta cifra la tercera más alta de MW instalados en un año, después de los récords de 2015 y 2014, según indicó la Asociación Empresarial Eólica (AEE). Así, la eólica cubre ya más del 5% de la demanda eléctrica mundial, siendo China, Estados Unidos, Alemania e India, los líderes globales, los países que más potencia instalaron en 2017.

Concretamente, China, primer país del ranking mundial, instaló 19 gigavatios (GW) adicionales, elevando su capacidad eólica a 188 GW, el 35% del total de la potencia de esta tecnología a nivel mundial. Por su parte, Estados Unidos incrementó en 7,1 GW su potencia eólica, aumentando a 89 GW instalados la capacidad en el país de esta tecnología. Mientras, Europa tuvo su mejor año de instalación de potencia eólica, con un récord de 16,8 GW de nueva capacidad instalada, según WindEurope.

Alemania y Reino Unido lideran

Alemania lideró la nueva potencia, con la instalación de 6,5 GW, seguido de Reino Unido, con 4,2 GW. Finlandia, Bélgica, Irlanda y Croacia también establecieron nuevos récords. También destacó la instalación en eólica offshore en aguas europeas de más de 3.000 MW en 2017. Con esta nueva potencia, que supone un aumento del 25% con respecto al 2016, la capacidad total instalada asciende a 15.800 MW. En total, la Unión Europea cuenta ya con 169 GW eólicos y es la primera tecnología que utiliza recursos íntegramente autóctonos por potencia instalada.

El director general de la AEE, Juan Virgilio Márquez, destacó que estos datos demuestran que la tecnología eólica tiene «unas perspectivas de crecimiento muy positivas», ya que «es madura y los precios son competitivos». Por su parte, España incrementó su potencia eólica en 95,77 MW en 2017, de los cuales 59,1 MW se instalaron en las islas Canarias, consolidándose como el segundo país europeo con más potencia instalada, con 23 GW que generaron el 19% de la electricidad en 2017.

La eólica prevé suministrar más de un 30% de la electricidad en 2030 con una potencia de 40.000 MW

Europa Press.– España necesitará 17.000 megavatios (MW) eólicos adicionales en 2030, alcanzando un total de 40.000 MW, para cubrir más de un 30% de la generación eléctrica del país con esta tecnología, según el análisis Elementos necesarios para la transición energética. Propuestas para el sector eléctrico, elaborado por la Asociación Empresarial Eólica (AEE) y remitido al Comité de Expertos para la Transición Energética.

En concreto, la AEE estima que para 2020 se alcanzarán los 28.000 MW, teniendo en cuenta las subastas de nueva potencia ya adjudicadas en 2016 y 2017 y el cupo eólico canario, que supondrán la instalación de casi 5.000 MW nuevos, por lo que la potencia eólica aumentaría en 1.700 MW anuales de media entre 2017 y 2020. Por su parte, en la década de 2020 a 2030 el ritmo de nueva potencia eólica sería de unos 1.200 MW de media al año, alcanzándose los 40.000 MW de potencia instalada.

Gracias a la nueva potencia eólica del escenario de la AEE, las emisiones del sector eléctrico se reducirían para 2020 en un 30% respecto a 2005 y un 42% para 2030. Así, en el escenario de la patronal, se alcanzaría el 100% de la descarbonización del sistema eléctrico para 2040. Además, el mix eléctrico español alcanzaría un 40% de cobertura de la demanda con renovables en 2020, un 62% en 2030, un 92% en 2040 y un 100% para 2050.

Según el estudio, estos 17.000 MW adicionales de eólica a 2030 planteados son «fundamentales» para cubrir la salida de plantas de generación basadas en combustibles fósiles del sistema y la cobertura del aumento de la demanda por la mayor actividad económica y la electrificación del transporte. Además, añade que también será necesario contar con la necesaria «repotenciación» en base al envejecimiento del parque eólico español.

Este incremento de eólico a 2030, según la patronal, supondrá la creación de unos 32.000 empleos en el sector, así como la aportación al PIB de más de 4.000 millones de euros. Además, la seguridad energética española mejoraría al reducirse las importaciones de combustibles fósiles en 18 millones de toneladas equivalentes de petróleo y evitaría la emisión de 47 millones de toneladas de CO2. La AEE dibuja un escenario a más largo plazo, hasta 2050, en cuyo horizonte el objetivo sería que la potencia eólica instalada alcanzara los 60.000 MW.

El director general de la patronal, Juan Virgilio Márquez, señaló que el sector eólico «está preparado y es competitivo para aportar al sistema la capacidad requerida para alcanzar los objetivos de descarbonización, suministrando más del 30% de la energía eléctrica en 2030″. Además, la AEE propone adoptar medidas para facilitar la aportación de las energías renovables en la consecución de objetivos en 2030 y 2050. A este respecto, pide establecer un marco estable para la instalación de renovables, con mecanismos estables de retribución, una senda de implantación y un calendario de subastas, así como facilitar las inversiones en interconexión para asegurar la penetración renovable y la posibilidad de exportar excedentes.

Asimismo, en el mercado eléctrico, aboga por establecer mecanismos de mercado que propicien señales de inversión a largo plazo para asegurar los objetivos de renovables y la capacidad de respaldo y el suministro, así como un mecanismo de carbon pricing (tasa-suelo en el precio del CO2, extendido también al transporte y a la climatización). En materia fiscal, defiende establecer una fiscalidad medioambiental que dé señales a los inversores para invertir en tecnologías limpias y eficiencia energética basada en el concepto de que quien contamina paga.

Juan Virgilio Márquez (AEE): “Con estabilidad regulatoria y seguridad jurídica participarían aún más operadores en las subastas de energías renovables” (II)

Javier Angulo.- Apenas un mes después de la última subasta de renovables, el Consejo de Ministros ha dado luz verde a la nueva subasta anunciada recientemente por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy: 3.000 MW destinados a las tecnologías eólica y solar fotovoltaica. Precisamente son las subastas el principal tema a abordar en esta segunda parte de la entrevista al director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), Juan Virgilio Márquez (Madrid, 1973).

La falta de diálogo con el sector fue uno de los principales reproches que se realizaron al Ministerio de Industria con el tándem José Manuel Soria-Alberto Nadal. ¿Hasta qué punto ha cambiado la situación en la nueva legislatura, con el nuevo Ministerio de Energía y la llegada de Álvaro Nadal?

Se están dando pasos en una dirección correcta, como muestra el dialogo de expertos para la formulación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Es de valorar, pero siempre hemos pedido que el dialogo tiene que estar en todas las fases de ejecución de los grandes proyectos o programas que el Gobierno tiene que lanzar. Uno de esos asuntos son las subastas. Nos hubiera gustado que en la gestación o diseño de las subastas, en la fase inicial, se hubiera dialogado con todos los sectores renovables para recopilar de cada uno de ellos sus principales necesidades y mejorar su diseño. Se están dando buenos pasos, a diferencia de la etapa anterior, pero hay cuestiones que se pueden mejorar.

¿Cómo valora el sistema de subastas de renovables puesto en práctica para la subasta de mayo y que todo indica que volverá a utilizarse prácticamente igual para la anunciada subasta de otros 3.000 MW renovables?

El sistema de la última subasta, que era bastante similar al de 2016, es complejo.En otros países, casos de éxito a nivel internacional, se establecen sistemas en los que se subasta un incentivo por producción de energía; aquí se subasta un incentivo por potencia instalada. Todosistema complejo implica riesgos, en primer caso, de interpretación. Por ello, no terminamos de ver la ventaja de la neutralidad tecnológica; entendemos que habría que realizar subastas que incorporasen cupos por tecnología que saliesen de una planificación energética, del mix que el Gobierno quiere conseguir para el futuro.

Por ello, creemos que una subasta no se debería limitar a una puja cuantitativa por un incentivo sino que debería tener en consideración una serie de condicionantes que rodean al ámbito energético en este país: hay una distribución regional peculiar, con un mayor recurso eólico en el norte y mayor recurso solar en el sur; hay una industria propia, una industria eólica que hay que cuidar, con más de 200 centros de producción en 16 comunidades autónomas. Asimismo, hay una conciencia ambiental importante. La subasta podía haber sido una oportunidad para aglutinar todos estos intereses públicos para integrarlos en un mecanismo que, aún con estos parámetros, seguiría garantizando un precio muy bajo, de incentivo 0  durante este primer período regulatorio.

¿Ha habido discriminación a favor de la eólica, tal y como denuncian las organizaciones solares?

A día de hoy no puedo asegurar que se haya favorecido a alguna tecnología. Los parámetros asignados a cada tecnología no minusvaloran el rendimiento que podría aportar cada tecnología, discriminando a la solar en beneficio de otras, como se ha dicho. Así que, simplemente por el diseño de la subasta, no me atrevo a decir que se haya favorecido a la eólica, salvo en caso de descuento máximo. Es evidente que uno, cuando hace el diseño de una subasta y al margen del contexto, no piensa que la oferta que va a ir al descuento máximo va a ser mayoritaria. Puede pensar que las plantas que más prestaciones den, vayan al descuento máximo, pero no el 100% de la subasta.

Lo cierto es que las subastas están integradas en un contexto. En diseño no se beneficia a la eólica, pero claro, cuando se da que la mayor parte de la oferta va al descuento máximo, lo que priman son las horas de producción. Y si el contexto es que hay mucho proyecto, parado durante mucho tiempo, tanto eólico como fotovoltaico, y se subastan 3.000 MW, se llena con las tecnologías que más producen, en este caso la eólica. La conclusión de la subasta es que se ha quedado pequeña, que hay capacidad de aportar más megavatios renovables a descuento máximo.

En 2015, AEE reclamaba al Gobierno un calendario de subastas. Ha habido dos subastas, se anuncia otra de 3.000 MW en próximos meses. ¿Se cumplen las expectativas de la patronal?

En 2015 se hablaba de una planificación energética, con una serie de megavatios necesarios para cumplir los objetivos. La realidad es que no ha habido ese calendario de subastas, simplemente ha habido dos subastas para el cumplimiento de objetivos de renovables comprometidos con Europa. Y la próxima subasta que viene es consecuencia de que las anteriores se han quedado pequeñas.

Hay quién no duda en hablar de improvisación en esta forma de anunciar las subastas…

Desde AEE hemos pedido siempre una planificación energética a largo plazo. Permite prepararse, que las industrias hagan ofertas competitivas, busquen los mejores desarrollos tecnológicos, busquen los mejores parques… Lo que ocurre es que hay una subasta del 2016, que se llenó con el descuento máximo del 100%; hay otra este año en la que se han corregido aspectos, como un límite al descuento máximo, y también se ha vuelto a llenar; conclusión: el Gobierno ha visto que hay más oferta a descuento máximo y por eso plantea realizar otra subasta.

Respecto a la primera subasta, ¿desde AEE hay confianza en que los adjudicatarios vayan a llevar a cabo sus proyectos?

No tenemos ningún indicio que diga que los proyectos no se van a hacer. Confiamos en las empresas que han resultado adjudicatarias de la subasta. Llevamos mucho tiempo parados, con los proyectos en los que, en muchos casos los permisos ya adjudicados, perfectamente estudiados. Además, esas subastan también exigían avales, por lo que las empresas adjudicatarias saben a lo que se arriesgan si no cumplen, con los avales que se ejecutan como penalización. Eso sí, hasta que no se materialicen los proyectos no podemos decir que la subasta ha sido un éxito. Las subastas tendrán éxito siempre y cuando los proyectos se lleven a cabo.

El Gobierno confía en que con estas subastas se conseguirá alcanzar el objetivo de renovables del año 2020. Sin embargo la planificación energética indica que España necesitaría 8.500 MW renovables, de los cuales 6.400 MW eólicos. ¿Esperan que haya más subastas aparte de la que se acaba de anunciar por parte del presidente del Gobierno?

Esa planificación de 2015, de Red Eléctrica, es la que venimos utilizando porque está bien estudiada y es una referencia del sector. Teniendo en cuenta los 500 MW de la primera subasta, el cupo canario, los 2.900 MW de la subasta de mayo más los megavatios que la eólica pueda conseguir en la próxima subasta, creemos que a nivel de sector eléctrico se cumplen los objetivos. Pero insisto, el reto no es el sector eléctrico sino el resto de sectores del que un 20% de energía final consumida tiene que proceder de fuentes renovables. El objetivo se va a cumplir siempre que tengan el avance necesario para poder cumplirlo, sobre todo en lo que se refiere al transporte y calefacción.

¿Estas subastas suponen el impulso necesario para la industria eólica después de la moratoria renovable?

Esta subasta ha generado mucha esperanza en el sector. Estábamos en un momento complicado porque llevábamos mucho tiempo parados y los centros industriales ubicados en España llevan 3 años exportando el 100% de su producción, casi 3.000 millones de euros al año. Somos un sector incorporado a la mesa de sectores estratégicos con el calzado, el vino, los fabricantes de automóviles… un sector que ha sabido soportar la crisis, soportar la reforma, y reorientar su actividad para ser un player de referencia a nivel mundial, produciendo aerogeneradores para todo el mundo

Un mercado local siempre es muy bueno porque genera eficiencia en costes, los centros de producción se quedan en España. Va a generar empleos, entre 25.000 y 30.000 empleos  equivalentes en la fase de producción y de fabricación de los parques, contando empleo directo e inducido. Y en funcionamiento de los parques unos 6.000 empleos equivalentes al año, además de 3.000 millones de euros de inversión. Es una noticia estupenda, una inyección de moral, esperanza y alegría

¿Cuál  puede ser el cambio de fisonomía en el sector eólico? Hay operadores eólicos, con fuerte implantación en España, que no han acudido a la subasta. Otros han acudido al  necesitar incorporar potencia renovable a su mix empresarial de generación… ¿cómo anticipáis que va a ser la evolución del sector?

Hay que diferenciar que estos nuevos actores entran sin ninguna carga del pasado. Los fondos de inversión llegan en buena situación porque los activos tienen un nivel de eficacia y eficiencia importante y los explotan correctamente. Hay una serie de empresas, principales actores de la implantación renovable en España, que tienen una cantidad importante de activos que han sufrido la reforma energética y optan por estrategias más conservadoras. Hay otras empresas que tratan de cambiar su modelo de generación y apuestan por renovables ante la transición energética. Desde la AEE respetamos las estrategias particulares de cada empresa y creemos que hay que dar cabida a todos para que las renovables sigan generando más energía y sean cada vez más baratas.

Con mayor nivel de seguridad jurídica ¿Creéis que podría volver a participar en nuevas subastas de potencia algún operador que declinó participar en la subasta?

SI se estableciera un marco futuro en el que la estabilidad regulatoria y la seguridad jurídica estuviera garantizada a unos niveles como los que desde el sector estamos demandando, habría mayor penetración de muchos actores, no sólo de los que no han acudido a la subasta. La regulación en España permite al Gobierno realizar cambios cada cierto tiempo, cambios que nos preocupan mucho. Estamos hablando de que cada 6 años se puede cambiar la rentabilidad razonable, la rentabilidad regulada que por ley se garantiza al inversor. Una empresa lo tiene que tener en cuenta para su estrategia. No hay seguridad desde ese punto de vista.

No se sabe que va a pasar a partir de 2020, esperamos que el Gobierno abra una vía de diálogo con el sector para conocer sus necesidades y sus problemas. Hay que tomar decisiones que garanticen las inversiones realizadas y la sostenibilidad del sistema de tal forma que no vuelva a penalizarse a los inversores que en su momento apostaron por implantar las renovables en España. Si eso se garantizase, el avance de las renovables en España a precios todavía más competitivos sería mucho mayor. Habría más seguridad, más confianza, y en las subastas de renovables participarían aún más operadores.

 

Primera parte de la entrevista en este enlace:

Juan Virgilio Márquez (AEE): “La transición energética tiene que ser ambiciosa, a largo plazo, planificada y eléctrica”