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Trump decreta anteponer la independencia energética en Estados Unidos levantando el veto al carbón frente a combatir el cambio climático

EFE / Europa Press.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto con el que busca la independencia energética del país y crear más empleo, particularmente en la deprimida industria del carbón, a costa de empezar a desmantelar el legado contra el cambio climático de su predecesor en la Casa Blanca, Barack Obama. «Respecto al cambio climático, queremos seguir nuestro curso y hacerlo a nuestra propia manera», señalaron desde la Casa Blanca.

En un breve discurso antes de firmar la orden en la sede de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) en Washington, Trump proclamó el inicio de una «nueva era» para la producción de energía en Estados Unidos y la eliminación de la «intrusión» gubernamental en el sector. Trump declaró, además, que la «guerra al carbón» terminó al prometer la cancelación de regulaciones del Gobierno federal que, a su juicio, están «matando empleos», y anticipar una «nueva revolución energética», centrada en fomentar la producción nacional y reducir la dependencia del extranjero.

«La acción que estoy tomando eliminará la extralimitación del Gobierno federal y permitirá a nuestros trabajadores prosperar, competir y tener éxito en igualdad de condiciones por primera vez desde hace mucho tiempo», enfatizó Trump. Según el mandatario, se trata ante todo de recuperar empleos y «hacer a Estados Unidos rico de nuevo». Para lograrlo, la orden de Trump pide revisar las directrices del Plan de Energía Limpia de Obama, lanzado en 2015 con la meta de que Estados Unidos reduzca para 2030 en un 32% las emisiones de carbono de las centrales eléctricas con respecto a los niveles de 2005.

Con ese plan, pieza fundamental de los esfuerzos de Obama contra el cambio climático y bloqueado provisionalmente por el Tribunal Supremo en febrero de 2016, el expresidente pretendía ir reemplazando las centrales eléctricas de carbón por plantas abastecidas con gas natural y energías limpias como la eólica o la solar. Para el Gobierno de Trump, ese plan de Obama supone una «guerra» contra la industria del carbón y una prohibición de facto a la construcción de nuevas plantas. Otra de las medidas incluidas en el decreto presidencial consiste en levantar la moratoria vigente sobre nuevas concesiones para explotación de carbón en tierras de propiedad federal.

Por otro lado, la orden de Trump elimina el requisito de que las agencias del Gobierno federal consideren el impacto para el cambio climático en su toma de decisiones sobre proyectos relacionados con el medioambiente, así como el reconocimiento de Obama de que frenar el calentamiento global es un asunto de seguridad nacional. En la ceremonia estuvieron presentes trabajadores y mineros de la industria del carbón, una de las más afectadas por las «regulaciones devastadoras», en palabras de Trump, impuestas bajo el mandato de Obama.

Durante la campaña electoral, Trump prometió revivir la industria del carbón y recuperar empleos perdidos en los numerosos mítines que celebró en condados mineros. El sector celebró las medidas de Trump, pero los expertos advierten de que un aumento en la producción de carbón puede no ser sinónimo de nuevos empleos, dada la creciente mecanización. El decreto no menciona el Acuerdo de París sobre el cambio climático que establece en el marco de las Naciones Unidas medidas para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y que entró en vigor a finales de 2016.

También prometió Trump sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París y llegó a decir que la amenaza del cambio climático era un «invento» de China. Pero el Gobierno de Trump todavía no ha decidido si cumplirá los compromisos del Acuerdo de París y varios miembros del gabinete, entre ellos los secretarios de Defensa, James Mattis, y Estado, Rex Tillerson, han dado indicios de que están a favor de que Estados Unidos continúe siendo parte del pacto climático. Trump también se marca como objetivos la liberalización del sector energético y una menor dependencia del petróleo exterior como objetivos a alcanzar durante su mandato. Así, su Plan Energético busca un menor coste para los estadounidenses y la maximización de los recursos.

Para la organización Sierra Club, el principal grupo medioambiental de Estados Unidos, la orden de Trump es el «mayor ataque» a las políticas contra el cambio climático «en la historia» del país. El director ejecutivo de Sierra Club, Michael Brune, denunció que, además, el decreto de Trump «ignora» la realidad de que la economía vinculada a las energías limpias está creciendo en estados tanto demócratas como republicanos, «creando empleos» y protegiendo el aire y el agua. Mientras, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, acusó a Trump de ofrecer un «regalo» a la gran industria petrolera a expensas de la «salud y seguridad» del pueblo estadounidense y de todo el planeta.

Trump autoriza la construcción del polémico oleoducto Keystone XL para transportar petróleo de Canadá a las refinerías de Estados Unidos

EFE.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, autorizó a la empresa canadiense TransCanada a construir el oleoducto Keystone XL, un proyecto que fue rechazado por el expresidente Barack Obama y que durante años ha generado una fuerte polémica en Estados Unidos. El portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, comunicó la decisión de Trump, que permitirá a la compañía canadiense «construir, operar y mantener» instalaciones de gasoductos en el estado de Montana, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá.

Por su parte, el presidente de TransCanada, Russ Girling, considera que la autorización de Trump supone «un hito importante» para la construcción del oleoducto y allana el camino para su puesta en marcha. «Estamos muy agradecidos al Gobierno del presidente Trump por revisar y aprobar esta importante iniciativa; estamos deseando trabajar con ellos para continuar invirtiendo en el fortalecimiento de la estructura energética de América del Norte», añadió Girling. El oleoducto Keystone pretende transportar unos 830.000 barriles diarios de crudo sintético y bituminoso diluido desde la provincia canadiense de Alberta a distintos lugares de Estados Unidos, incluidas refinerías de Texas en el Golfo de México.

Obama prohibió en 2015 la construcción de ese oleoducto tras una larga revisión sobre su impacto medioambiental que concluyó con la recomendación del entonces secretario de Estado, John Kerry, de rechazar el proyecto porque erigirlo podría «socavar» el papel de Estados Unidos como líder global contra el cambio climático. Al llegar al poder, Trump firmó una acción ejecutiva que daba luz verde a la continuación de los oleoductos Keystone y Dakota Access, otro polémico proyecto, siempre que las empresas encargadas de construirlos estuvieran dispuestas a «negociar» una serie de «términos y condiciones». Entonces se comprometió a tomar una decisión sobre Keystone en un plazo de 60 días tras recibir la petición de TransCanada, que la presentó el 26 de enero.

Según detalló el portavoz de la diplomacia estadounidense, el permiso para autorizar el oleoducto fue firmado por el subsecretario de Estado en funciones de Estados Unidos, Thomas Shannon. Esa recomendación debería proceder normalmente del secretario de Estado, pero el ocupante de ese cargo, Rex Tillerson, se ha apartado de las deliberaciones sobre Keystone debido a que hasta enero pasado era jefe de la petrolera ExxonMobil, que tiene inversiones en las arenas bituminosas canadienses de las que se nutriría el oleoducto.

Trump: “Hacia la independencia energética”

Al respecto, Trump aseguró que «es un gran día» para la independencia energética del país y para sus trabajadores. Además, el mandatario se ha ofrecido a llamar a las autoridades locales del estado de Nebraska para agilizar los últimos trámites del proyecto. Trump considera que la autorización concedida a TransCanada abre una «nueva era» en la política energética de Estados Unidos y reducirá su dependencia de petróleo extranjero. Por último, el presidente elogió la «gran tecnología» del «increíble» oleoducto y considera que es «mucho más seguro» llevar petróleo por una tubería que a través de otras formas de transporte, como camiones, una idea con la que difieren los grupos ecologistas.

El proyecto Keystone ha encontrado mucha resistencia de los grupos ecologistas debido al poder contaminante del petróleo procedente de las arenas bituminosas, cuya producción emite un 17% más de gases de efecto invernadero que la extracción convencional de crudo. El Departamento de Estado aseguró que la agencia siguió el mismo proceso que atravesó para hacer la revisión medioambiental que acabó con una recomendación negativa en 2015, pero que esta vez se están «teniendo en cuenta nuevos factores» que no identificó.

Los países bálticos celebran la interconexión eléctrica con Europa Occidental

EFE.- Los países bálticos celebraron la puesta de largo de las interconexiones eléctricas de Lituania con Polonia y Suecia, dos proyectos que calificaron de «históricos» al unir a la región con Europa Occidental y limitar su dependencia de Rusia.

En una ceremonia celebrada en la capital lituana, Vilna, la presidenta del país, Dalia Grybauskaite, subrayó la importancia de unas interconexiones que garantizarán que la electricidad no siga siento utilizada como una herramienta para influir en el desarrollo económico de la región báltica.

En declaraciones a la radio pública LRT, Grybauskaite acusó a Rusia de haber usado los precios del gas y de la electricidad como «medio de chantaje» y elogió la apuesta de los bálticos y de la Unión Europea para que la región deje de ser una isla energética.

Las conexiones eléctricas con Polonia, LitPolLink, y con Suecia, NordBalt, que comenzarán ahora un periodo de pruebas, se une a la terminal de gas licuada inaugurada hace un año en el puerto lituano de Klaipeda.

En declaraciones a la televisión pública recogidas por los medios locales, el ministro lituano de Energía, Rokas Masiulis, denunció que Rusia intentó en cuatro ocasiones bloquear el tendido del cable submarino del proyecto NordBalt entre Lituania y Suecia con una embarcación.

A la ceremonia fueron invitados también los primeros ministros de Estonia, Taavi Roivas, y de Letonia, Laimdota Straujuma, que mantuvieron una reunión previa junto a su homólogo lituano, Algirdas Butkevicius.

«La compleja situación geopolítica exige que nuestros países se mantengan unidos para poner en marcha decisiones estratégicas para la defensa nacional, la prosperidad económica y la independencia energética», subrayó Butkevicius en un comunicado tras esa cumbre trilateral.

Los primeros ministros suscribieron una declaración en la que ratificaron su compromiso de seguir trabajando de forma coordinada y completar la sincronización de la red eléctrica báltica con la europea para 2025. Reiteraron además su apuesta por el proyecto «Rail Baltica» para la conexión ferroviaria con Europa Occidental, respaldado también con fondos comunitarios.

El estonio Roivas se mostró convencido de que la independencia energética y las buenas conexiones con Europa reforzarán la seguridad de la región.