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Fenasdismer alerta del impacto en las exportaciones de la posible subida del impuesto al gasóleo para equipararlo con la gasolina

Europa Press.- La Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) ha advertido de que una subida del impuesto sobre los carburantes afectaría negativamente a las exportaciones españolas, en respuesta al posible incremento del impuesto de hidrocarburos que estudia el Gobierno.

La organización ha expresado su rechazo a la propuesta del Gobierno de equiparar la fiscalidad del gasóleo a la de la gasolina, lo que supondría una subida de casi 10 céntimos por litro, que se sumarían a los 4,8 céntimos de incremento previstos para 2019 por la armonización del impuesto autonómico sobre los carburantes en su nivel máximo. Fenadismer considera que esta medida repercutiría «muy negativamente» en las exportaciones españolas, ya que el destino «principal» de las mercancías son los países europeos, que representan el 66,3% del total, las cuales son transportadas «principalmente» por carretera.

De esta manera, Fenadismer ha destacado que cualquier aumento en el precio final del carburante repercutirá de forma «importante» en el valor final de los productos españoles destinados a la exportación, «por lo que perderían competitividad en los mercados europeos». Por su parte, si el Gobierno finalmente introduce esta medida «recaudatoria«, la asociación exigirá que la subida del impuesto no se aplique al sector del transporte por carretera, a través del mecanismo de devolución del gasóleo profesional, aunque ello solo paliaría «parcialmente» el impacto, ya que a dicho régimen no se pueden acoger los vehículos de transporte de menos de 7,5 toneladas. Por ello, Fenadismer también exigirá la inclusión de este segmento en el régimen.

Más inversión en transporte público

Por su parte, la asociación del transporte urbano colectivo ATUC pide que al menos una cuarta parte de lo que se recaude al equiparar la fiscalidad del diésel y la gasolina se destine al sistema de transporte público, tanto para su financiación como para inversiones. En este sentido, ATUC reclamó que más de 500 millones de euros se inviertan en el sistema de transporte público, teniendo en cuenta que desde el Ministerio para la Transición Ecológica estiman que igualar ambos impuestos se traduciría en aumentar los ingresos en 2.100 millones.

La asociación recalcó que, de esta manera, se contribuiría a que cada vez más usuarios opten por el transporte público para sus desplazamientos diarios y a reducir el número de coches en circulación, disminuyendo así la contaminación. «El tráfico rodado origina el 50% de las emisiones contaminantes en los centros urbanos y, de ellas, más del 90% corresponden al tránsito de coches», subrayó. Según ATUC, la financiación del sistema de transporte público cuesta unos 5.000 millones de euros anuales, de los que aproximadamente la mitad se cubre con los ingresos por billete y la otra se sufraga con recursos públicos.

«La fiscalidad puede ser un instrumento de enorme ayuda para forzar el cambio en los hábitos de desplazamiento. Aumentar la fiscalidad al diésel y equipararla con la de la gasolina ayudará a reducir la contaminación, puesto que debido a la menor carga fiscal que soporta el gasóleo, tenemos un parque automovilístico dieselizado, pese a que los coches diésel emiten aproximadamente un 15% más de dióxido de carbono por litro de carburante que uno con motor de gasolina«, señaló el secretario general de ATUC, Jesús Herrero.

Los expertos proponen subir la fiscalidad sobre los carburantes, frente al rechazo de los transportistas, para fomentar la movilidad sostenible

Europa Press / EFE.- La Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) rechaza «de forma rotunda» la reforma fiscal planteada por el grupo de expertos sobre transición energética y califica como «brutal» la subida que propone en los impuestos a los carburantes. Los expertos proponen fiscalidad vinculada al CO2, con un incremento del tipo aplicable al gasóleo y extender «ese refuerzo de la señal medioambiental a los impuestos locales afectados», entre los que se encuentra el impuesto de circulación de los ayuntamientos.

Este informe, entregado al ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, apunta que el transporte ha sido el «principal responsable» del incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero en España en el período comprendido entre 1990 y 2015, por lo que apuesta por la expansión de los vehículos eléctricos para reducir este impacto negativo. No obstante, indica que la penetración en el mercado de este tipo de vehículos, aún reducida, estará condicionada «de modo muy destacado» por el coste de dichos vehículos y por la evolución que experimenten las baterías y, por lo tanto, la autonomía.

La comisión de sabios considera que la política regulatoria debe orientarse a facilitar una transición eficiente hacia vehículos de energías alternativas, «sin precipitarse en medidas de gasto público que puedan conducir a generar costes no recuperables», y prestando «especial atención» al cambio de fiscalidad como instrumento «imprescindible» para facilitar la transición a una movilidad sostenible. Por ello, dicho grupo de expertos, con el fin de facilitar la transición a una movilidad baja en emisiones, se muestra a favor de establecer una estructura de peajes de acceso que favorezca un uso eficiente de la red eléctrica.

En esta línea, defiende avanzar en una exploración de medidas proactivas por parte de las administraciones locales que, además de fomentar el transporte colectivo como estrategia para reducir las emisiones, también incentiven la movilidad no contaminante. El informe recomienda, a su vez, vincular los apoyos a los vehículos con energías alternativas a las emisiones de CO2 evitadas y considerar, en tanto que se procede a la creación de una fiscalidad vinculada al CO2, un incremento del tipo aplicable al gasóleo.

Igualmente, los expertos proponen garantizar un entorno adecuado para la I+D+i del coche eléctrico en España ya que “sería vital”, aseguran, debido especialmente a la relevancia que tiene el sector del automóvil. También proponen proporcionar un entorno «adecuado y prudente» para la expansión de los puntos de recarga de coches eléctricos. En cuanto a los biocarburantes, el informe apunta que la medida más eficiente «sería financiar renovables eléctricas más que mezclar biocombustibles», por lo que apuesta por contribuir a un Fondo de energías renovables, con el fin de profundizar en la neutralidad ecológica y lograr una descarbonización al mínimo coste.

Además, resalta que la descabornización del transporte de mercancías tiene su máximo potencial con el uso de camiones eléctricos para el tráfico ligero de mercancías y de vehículos industriales de gas para tráfico más pesado y el traspaso de parte del transporte al tren. Para ello, advierten de que hace falta un mayor impulso para superar barreras que frenan su desarrollo, como la falta de capilaridad de la red ferroviaria, la necesidad de invertir para eliminar cuellos de botella, el desdoblamiento de vías y su electrificación, así como el incremento del parque de máquinas eléctricas.

Fenadismer rechaza la presión fiscal

Según Fenadismer, el informe del grupo de expertos «supone desconocer la realidad del sector del transporte por carretera», tanto en materia fiscal como en su contribución al medio ambiente. Fenadismer ha subrayado que las cargas fiscales del transporte por carretera «contrastan con los beneficios fiscales de los que disfrutan» otros medios, como el transporte aéreo, el marítimo o el ferroviario.

Además, los expertos proponen crear un recargo al consumo de carburantes o un sistema de «viñetas«, que pagarían los propietarios de vehículos, para financiar la construcción y el mantenimiento de infraestructuras viarias. No obstante, este comité de sabios precisa que las infraestructuras, tanto las viarias como las energéticas, pueden tener un impacto positivo en la economía y en la equidad interterritorial, lo que justificaría que una parte de la inversión se financie con cargo a los presupuestos generales del Estado. Los expertos consideran que los consumidores de los distintos productos energéticos deberían financiar las infraestructuras asociadas a su consumo, tal y como ocurre actualmente con las redes eléctricas y gasistas.

En el caso de las infraestructuras viarias, el informe plantea tres opciones: crear un recargo al consumo de gasolina y gasóleo de automoción que permita recuperar las inversiones en la red de carreteras; establecer un sistema de «viñetas», como ocurre en otros países europeos, que deberían pagar los propietarios de vehículos por el uso de las vías; o una combinación de ambas. Según los expertos, la introducción de las «viñetas» sería «imprescindible» a medida que se extiendan los vehículos de combustibles alternativos, como el coche eléctrico, que no consumirán ni gasolina ni gasóleo. El informe cifra en 12.520 millones de euros la inversión anual en construcción y mantenimiento de carreteras.

En todos los casos, el informe aconseja exenciones fiscales para mitigar el impacto de estos impuestos y recargos en colectivos sensibles como los profesionales del transporte o los agricultores. El documento elaborado por el grupo de expertos aboga por sustituir los actuales impuestos energéticos por otros que internalicen los daños medioambientales derivados de la generación y el consumo de energía. Concretamente, plantea 2 nuevos impuestos, uno para las emisiones de CO2 y otro para otras emisiones contaminantes (SO2, NOx y partículas). Estos nuevos gravámenes recaerían sobre las instalaciones de generación de electricidad y sobre los consumidores finales de carbón, gas natural y derivados del petróleo.

Además, los expertos proponen cambiar el mecanismo de financiación de las renovables, que ahora recae en la tarifa eléctrica, y sustituirlo por un recargo a todas las fuentes de energía final. Según los cálculos del comité de sabios, estas medidas abaratarían la factura eléctrica pero encarecerían el gas natural, el butano, la gasolina y, sobre todo, el gasóleo. En el caso de la electricidad, disminuirían los peajes aunque subiría algo el precio mayorista por el impacto del impuesto al CO2.

El director general de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic), Ramón Valdivia, advirtió del efecto negativo que tendría para el sector y para las exportaciones españolas una eventual subida de los impuestos que gravan los carburantes. Valdivia recordó que la mayoría de las exportaciones hacia Europa «viaja por carretera». Valdivia avanzó que, si la subida fuera inevitable, el sector exigiría que se aplicase la figura del «gasóleo profesional» para compensar los efectos negativos.

El director general de Astic subrayó que el sector ya soporta bastantes impuestos, más de 10.000 millones al año, y se quejó de que regularmente «se vuelve la vista hacia la carretera» cuando se necesita aumentar la recaudación. Valdivia ha criticado la tentación de «escudarse» en las emisiones de CO2 para justificar una subida impositiva a los carburantes. En este sentido, ha explicado que los camiones y los autocares sólo representan el 6% de las emisiones de CO2 de Europa, muy lejos de otras actividades.

Hacienda prevé un impacto máximo de 1.000 millones por la devolución adicional del céntimo sanitario exigida por el Tribunal Supremo

Servimedia.- El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas estima que la decisión del Tribunal Supremo de admitir los recursos contra el Estado por el cobro del Impuesto sobre Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos (Ivmdh), el llamado céntimo sanitario, supondrá un impacto máximo de 1.000 millones de euros en el déficit del ejercicio 2016, ya que ésta es la cuantía que debería devolver la Agencia Tributaria en función de los 4.000 recursos presentados ante el Alto Tribunal, según estimaciones realizadas por Hacienda.

Estos 1.000 millones se añadirían a los aproximadamente 2.000 de euros que está devolviendo Hacienda desde finales de 2014 a los afectados por el cobro indebido de este impuesto entre los ejercicios 2010 y 2012, los millones de euros recaudados indebidamente que no estaban prescritos, cuantía de la que según las fuentes consultadas de Hacienda se ha devuelto ya aproximadamente la mitad. En este caso, el impacto de esta primera devolución del impuesto se aplicó en las cuentas del 2014, lo que supuso una desviación de unas dos décimas en el déficit de ese año.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) declaró el cobro de este impuesto contrario a la normativa europea sobre los impuestos especiales, ya que no cumple el principal requisito exigido a un gravamen de este tipo: perseguir una finalidad específica. Tras recibir la sentencia, Hacienda decidió poner en marcha un sistema de devolución a todos los afectados en los años no prescritos. En este sentido, los recursos al Supremo se interpusieron contra decisiones del Consejo de Ministros que, a instancias del ministro Cristóbal Montoro (Hacienda), rechazaron las solicitudes de responsabilidad patrimonial del Estado reclamadas por afectados por este impuesto. Los recursos buscan recuperar los pagos realizados en períodos ya prescritos de este tributo.

Facua pide un «reintegro rápido»

Facua aplaudió la decisión del Tribunal Supremo de estimar los recursos contra el céntimo sanitario, y pidió al Gobierno que, una vez sean firmes las sentencias, lleve a cabo un «reintegro rápido» de las cantidades cobradas irregularmente. Asimismo, Facua lamenta que el Gobierno haya obligado a judicializar el caso, lo que ha provocado que el Supremo tenga que analizar casi 4.000 recursos contenciosos-administrativos de reclamación de responsabilidad patrimonial del Estado, pese a la sentencia del TJUE. El céntimo sanitario estuvo en vigor entre 2002 y 2013, fecha en la que se integró en el impuesto especial sobre los hidrocarburos. En esos años, consiguió recaudar más de 13.000 millones de euros.

Sentencia satisface a los transportistas

Por su parte, la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) mostró «su satisfacción» por el fallo del Tribunal Supremo revocando la negativa del Gobierno a reconocer la responsabilidad patrimonial del Estado en relación al céntimo sanitario, lo que según Fenadismer podría obligar al Estado a devolver no sólo lo recaudado en los últimos 4 años como pretendía inicialmente el Gobierno, sino desde que se aprobó dicho impuesto en 2002, lo que supone esos 13.000 millones de euros.

Al respecto, Fenadismer recuerda que el Tribunal de Justicia Europeo resolvió en febrero de 2014 declarar ilegal dicho impuesto por considerarlo contrario a la normativa comunitaria, estableciendo además la no limitación temporal de los efectos de la sentencia, al quedar acreditada la actuación culpable del Estado español al haberlo mantenido vigente durante más de una década pese a las sucesivas advertencias de las instituciones comunitarias sobre su ilegalidad. Por ello recuerdan que la Agencia Tributaria no está devolviendo lo que respecta a las cantidades recaudadasentre 2002 y 2009, aduciendo el Gobierno que no existía responsabilidad patrimonial de la Administración.

Para Fenadismer, esta sentencia supone un «triunfo del Estado de Derecho» esto es, un claro ejemplo de que tanto los ciudadanos como los poderes públicos estamos sometidos al mismo ordenamiento jurídico en todas nuestras actuaciones». En la misma línea, la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) valora la sentencia del Supremo. «Deseamos que con esta noticia se restauren definitivamente los perjuicios ocasionados a las empresas de transporte y se ponga el punto y final a una situación que siempre hemos considerado como completamente injusta para nuestro sector», indicó CETM.

4 comunidades autónomas aplicarán cambios en el impuesto autonómico de carburantes en 2016

Europa Press.- 4 comunidades autónomas aplicarán cambios en 2016 en el impuesto autonómico sobre los carburantes: éstos van desde su eliminación en Castilla y León hasta su implantación en Aragón, pasando por su reimplantación en Navarra y su devolución a los transportistas en Andalucía, según la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer), que lamenta que las comunidades autónomas sigan actuando de forma «absolutamente unilateral y descoordinada» en la aplicación de estos gravámenes, que no hacen sino provocar efectos «frontera» en las zonas limítrofes entre distintos territorios.

En Castilla y León, el impuesto sobre carburantes estuvo vigente hasta 2014 en su tramo máximo, situado en 4,8 céntimos por litro, y se redujo en 2015 a 1,6 céntimos. A partir del próximo año, quedará suprimido este tramo autonómico. En el caso de Aragón, se había convertido en una de las pocas comunidades autónomas que desde la creación de estos impuestos en 2002 había optado por no aplicar el impuesto sobre carburantes. Sin embargo, en 2016 lo aplicará por primera vez, por un importe de 2,4 céntimos por litro, que podrá ser devuelto a los transportistas y taxistas mediante el mecanismo del gasóleo profesional.

En Navarra, el impuesto estuvo en vigor en 2012 y 2013, y se derogó a partir de esa fecha al considerarse que había provocado una «disminución significativa en el consumo de los productos afectados». En todo caso, a partir de 2016 volverá a aplicarse el gravamen con un importe de 2,4 céntimos por litro que, como ocurre en el caso de Aragón, podrá ser devuelto a los transportistas y taxistas. En cuanto a Andalucía, la comunidad autónoma que, hasta la fecha, no había establecido el mecanismo de devolución a transportistas y taxistas, a pesar de que el impuesto se encuentra allí situado en su nivel máximo de 4,8 céntimos por litro. Estos colectivos obtendrán la devolución a partir de enero.

A partir del próximo año, las únicas comunidades autónomas que no aplicarán el impuesto autonómico sobre carburantes serán, por tanto, Castilla y León, País Vasco, Cantabria, La Rioja y Canarias. Finalmente, Fenadismer indica que, durante la nueva legislatura, pedirá al Gobierno una política «armonizada» en materia de fiscalidad sobre carburantes a nivel estatal que acabe con las «distorsiones impositivas en función de decisiones regionales arbitrarias» y «contrarias a intereses económicos de los diferentes sectores consumidores».

Fenadismer pedirá a la CNMC una investigación contra la petroleras por supuestas prácticas restrictivas a la competencia

Servimedia.-La Federación Nacional de Asociaciones de Transportistas de España (Fenadismer) va a solicitar formalmente a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que inicie un nuevo expediente de investigación contra las principales compañías petrolíferas por posibles prácticas restrictivas de la competencia y de fijación de precios en la venta de carburantes en España. En un comunicado, la organización explicó que esta petición se debe a la falta de repercusión real de la bajada histórica del precio del crudo internacional en los precios de los carburantes que se suministran en las gasolineras españolas.

En los últimos meses Fenadismer afirma venir detectando una «alteración artificial» de los precios de los carburantes, que no corresponde con la bajada del crudo en los mercados internacionales, lo que denotaría una nueva situación restrictiva de la competencia. En este sentido, indicó que pese a que en la actualidad el precio del petróleo se sitúa a niveles del año 2004, cuando en agosto de ese año el precio internacional estaba como en la actualidad a 35 euros el barril de crudo Brent. Sin embargo, el precio de venta al público del gasóleo de automoción, aplicando los correctores por el incremento de la fiscalidad respecto de dicho año, se sitúa un 15% superior. «Ello trae como consecuencia un gravísimo perjuicio para el sector del transporte de mercancías por carretera, que consume el 51% del total del gasóleo de automoción en España, así como al resto de consumidores profesionales y particulares», manifestó.

Esta situación, añadió Fenadismer, contrasta con los «impresionantes beneficios» obtenidos por las compañías petrolíferas, que han sido sancionadas en varias ocasiones por la CNMC por prácticas restrictivas de la competencia, pero «sin que tales multas produzcan el deseado efecto disuasorio que acabe con dichas prácticas». Por ello, Fenadismer, organización de ámbito nacional que agrupa a 32.000 empresas transportistas, insistió en la necesidad de que la cuantía de las sanciones tengan carácter ejemplarizante contra dichas compañías.

A finales de febrero Competencia multó a Repsol, Cepsa, Disa, Meroil y Galp con 32 millones de euros por pactar los precios de los carburantes y por el conocido como ‘efecto lunes’.  Además, en julio volvió a sancionar a Repsol con 22,59 millones de euros porque considerar probado que la petrolera coordinó precios o descuentos con cuatro empresas del sector en 2012 y 2013.

Los transportistas ven insuficientes las multas a Repsol y a varias de sus gasolineras abanderadas

Redacción / Agencias.- La Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) considera que las sanciones por un importe global de 22,8 millones de euros a la petrolera Repsol y a varias de sus gasolineras abanderadas impuestas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por coordinar precios «son insuficientes y no ejemplarizantes«. Según Fenadismer, que estaba personada en el expediente abierto por la CNMC, el importe de las multas es «irrelevante» en comparación con la facturación de Repsol.

Así responde La asociación empresarial a la decisión de la CNMC de imponer la sanción a Repsol por considerar que cometió infracciones con sus estaciones de servicio abanderadas en materia de formación de precios o aplicación de descuentos. «Las multas impuestas son irrelevantes en comparación con el importe de la facturación anual de su volumen de negocio, como lo prueba el hecho de las sucesivas sanciones que a lo largo de estos últimos años han ido acumulando Repsol y otras grandes empresas petrolíferas», insistió Fenadismer.

Por ello, Fenadismer considera que no se cumple su finalidad disuasoria y «no produce efectos en la eliminación de las distorsiones reales de la competencia» en el mercado de carburantes en España. La organización representativa del transporte por carretera estuvo personada en el procedimiento por los «gravísimos perjuicios que dichas actuaciones vienen ocasionando históricamente a las más 140.000 empresas de transporte de mercancías y viajeros que operan en España». En este sentido, recordó que implica «una pérdida de su competitividad por el mayor coste que supone la adquisición del carburante en nuestro país«, ya que dicha materia prima representa la principal partida de los costes de explotación en una empresa transportista al suponer casi el 40% del total de costes.