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Llardén (Enagás) cree que 2015 también puede ser el primer año con superávit en la tarifa del gas

Europa Press.- El presidente de Enagás, Antonio Llardén, cree que 2015 puede ser el primer año en el que se registre un superávit, aunque sea «pequeño», dentro del sistema gasista, cuyo problema de déficit «empieza a quedar solventado» tras la reforma regulatoria del Gobierno.

Llardén, que consideró que el regulador ha hecho un «trabajo correcto» en este ámbito, calcula que en cinco años se podría eliminar el déficit, aunque prevé que incluso sea «antes». En concreto, estima que el déficit gasista acumulado se podrá eliminar antes del 2020 y apuntó también que espera que 2015 puede ser «el primer año con un pequeño superávit». «Y eso congelando las tarifas», manifestó. Por otro lado, el presidente de Enagás cree que la demanda de gas en España, al igual que en Europa, irá subiendo en los próximos años, aunque «subirá poco» dada una «mayor eficiencia», y consideró que el incremento de la demanda en próximos años será de aproximadamente un 4%.

Llarden realizó estas manifestaciones en Bilbao, donde subrayó que, por primera vez, la demanda de gas total está subiendo en España y en Euskadi, y cifró en un 3,5% el crecimiento en el País Vasco en lo que va de año. Ello, en su opinión, lleva a pensar que se está «saliendo» de la «situación complicada» que aparejó la crisis aunque matizó que no siempre «todo el mundo sale a la misma velocidad». Asimismo, indicó que en España la demanda de gas bajó «no tanto por la crisis» sino por «la enorme cantidad de renovable» que se puso en marcha.

El presidente de Enagás también se refirió al papel de la Unión Europea en el sector y señaló que, hasta ahora, no ha habido una política energética europea sino que cada país era «soberano». Sin embargo, reconoció que, con la actual Comisión Europea presidida por Jean-Claude Juncker, se ha dado un «salto definitivo» porque, por primera vez, se une en una sola comisaría las cuestiones relacionadas con la energía y con el medio ambiente, al frente de la cual está Miguel Arias Cañete como comisario de Energía y Cambio Climático.

Llardén, que resaltó la importancia de que haya una «única voz» en estos temas en la Unión Europea, subrayó también que por primera vez se haya pensado en, como objetivos de una política energética, una estrategia europea de Gas Natural Licuado (GNL), la necesidad de contar con un hub gasista en el Mediterraneo y la importancia de contar con corredores para tener una «verdadera red europea de gas». En relación al primer eje, el ejecutivo manifestó que, hasta ahora, el GNL se veía únicamente como una solución para las denominadas «islas energéticas», pero considera que ahora se convertirá en un «vector de modernización» del sistema energético y en una «pieza clave» para que pueda existir «un mercado mundial del gas«.

El segundo eje en el que trabaja la Unión Europea es el de los corredores europeos y Llardén ha descrito el actual escenario, con «islas energéticas», en el entorno de los países bálticos y en la península ibérica, y con prácticamente Rusia como «único suministrador» para muchos países de la Unión Europea. En este sentido, recordó que Bruselas está trabajando en unos corredores europeos para intentar crear unas redes que «den al mismo tiempo» seguridad en el suministro y eficacia en la lucha contra el cambio climático, además de facilitar a los países de la Unión Europea «herramientas de competitividad«.

El presidente de Enagás explicó que los dos grandes corredores serían, por una parte, la conexión de la Península con Francia y, por otra, un gasoducto de 1.000 kilómetros previsto para 2020 que atravesaría Albania, Grecia e Italia y que la Unión Europea pretende que «aporte complementariedad» a la oferta de gas en Europa, donde está Rusia como «principal proveedor».

En relación a la conexión con Francia, apuntó que, hasta ahora, era una cuestión «bilateral» pero ahora es ya «un tema de la Unión Europea». Llardén señaló que, en la actualidad, el gasoducto Larrau-Calahorra tiene una capacidad de 5,5 bcm/año y explicó que la segunda interconexión prevista, la Euskadour, se ha hecho «por partes» y ahora se va a dar ya el «paso decisivo». En ese sentido, apuntó que, antes del 31 de diciembre de este año, Enagás concluirá la estación de compresión de Euskadour, tras una inversión de alrededor de 20 millones de euros.

En la actualidad, existe un tráfico anual de hasta 0,2 bcm en la interconexión de gas entre España y Francia por Euskadi. La entrada en funcionamiento de esta estación, a partir del 1 de enero de 2016, permitirá «multiplicar por diez el caudal». «Va a poder circular entre España y Francia 2 bcm», añadió. Llardén señaló que,si se suman estos 2 bcm a los 5,5 bcm del gasoducto Larrau-Calahorra, «de aquí a dos meses vamos a tener una capacidad de 7,5 bcm cuando hace cinco años teníamos 2,5: habremos multiplicado por tres la interconexión«. El presidente de Enagás precisó que, en el caso de Euskadour, el «núcleo principal de origen» es la planta BBG.

En relación al gasoducto Midcat, que conectará España con Francia mediante Cataluña, Llardén apuntó que habrá dos etapas y que Francia, que cuenta con «cuellos de botella» porque no tiene «una red tan mallada», deberá realizar inversiones en su territorio. Asimismo, respecto a la creación de un hub gasista en el Mediterráneo, indicó que la Unión Europea se muestra dispuesta a «avanzar» en este proyecto. Llardén señaló que este tipo de infraestructuras «van a existir» y «habrá un mercado secundario», pero cree que el desarrollo del reglamento que se debe elaborar no llegará hasta 2016.

Finalmente, en relación al shale gas, señaló que conlleva unos problemas de tipo medioambiental que «hay que saber resolver». Llarden, que cree que hay shale gas en Euskadi y, en general, en España, manifestó que, «hoy por hoy», hay una «incapacidad para explotarlo» teniendo en cuenta las dificultades que existen, por ejemplo, en relación a los permisos y la opinión pública respecto a los procedimientos de extracción. No obstante, considera que es «perfectamente posible» explotarlo en «condiciones medioambientales correctas», aunque considera que en la Unión Europea no se hará si no se hace «un marco muy estricto de condiciones medioambientales».