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El Energy Observer, un catamarán impulsado por energías renovables e hidrógeno, recala en Valencia en su travesía promoviendo la sostenibilidad

EFE.– El catamarán Energy Observer atracó en Valencia en su trigésima parada de una vuelta al mundo con la que emula al Calypso de Jacques-Yves Cousteau, zarpando de un puerto a otro para empaparse de las ideas de los pioneros que innovan para la transición ecológica.

Esta embarcación, la primera propulsada por energías renovables e hidrógeno, está inmersa en una travesía de 6 años, 50 países y 101 escalas en las que persigue el desafío tecnológico y científico de demostrar que la sostenible es la tecnología del futuro y en la que, además, es un medio de difusión de este conocimiento. Así lo ha explicado el fundador y capitán del Energy Observer, Victorien Erussard, que reivindica que el navío «demuestra que es posible» navegar sin emisiones de dióxido de carbono ni partículas finas (altamente contaminantes), así como sin el ruido que los barcos comerciales suelen emitir, perjudicial para los ecosistemas marinos.

El marino ha relatado que en los lugares en que recala esta expedición, llamada Odisea para el futuro, organizan encuentros con científicos, ingenieros y otros marineros para intercambiar conocimiento en torno a este sistema energético que, según asegura, es aplicable a pequeña y gran escala al transporte marítimo, terrestre y ferroviario, además de sectores como la vivienda y la industria.

El Energy Observer, que ha recorrido 10.000 millas náuticas (18.520 kilómetros), se sirve de la energía solar y eólica «directamente» y del agua «transformándola», ya que el barco cuenta con sistemas que convierten el agua del mar en hidrógeno, una alternativa natural que trabajan en «hacer accesible pronto» en sustitución de los combustibles fósiles, que «están a punto de llegar a su fin», augura Erussard.

El barco, “un laboratorio flotante”

El barco, de 30 metros de largo y 13 de ancho, es un «laboratorio flotante» que perteneció a Peter Blake, ganador de la Copa del América, y que representa el deseo de «no querer morir» y «estar siempre a la vanguardia de la tecnología». El proyecto materializa su vertiente divulgativa con los espacios que habilita su equipo de científicos en los puertos en los que atraca, donde los curiosos pueden conocer el sistema energético del barco, que solo podrán ver por dentro mediante realidad virtual.

Erussard asevera que «no se trata del futuro, sino del presente», una convicción sobre la que tomó conciencia en su etapa de regatista y marino, en que surcaba el océano a borde de embarcaciones comerciales que causan un alto perjuicio al entorno marino. Este proyecto cuenta también con difusión a través de redes sociales y vídeos accesibles en Internet en que aportan sus hallazgos en materia energética, una de las labores que Erussard lleva a cabo como embajador francés, ya que así fue nombrado por el Ministerio de Transición Ecológica galo, de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.

Con un presupuesto de en torno a 5 millones de euros, el navío desarrolla y perfecciona esta alternativa energética renovable, que está teniendo una buena acogida entre las navieras, según afirmó, y que podrían acelerarse de forma exponencial en la próxima década. El Energy Observer estará en Valencia hasta el 6 de septiembre, cuando zarpará a Tánger, Lisboa y Saint Malo, su punto de partida.