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La apuesta por las energías renovables empieza a salir cara a los consumidores alemanes al dispararse un 8% la subvención

EFE.– El abandono de la energía nuclear y el auge de la electricidad procedente de fuentes renovables le sale caro a los consumidores y empresas en Alemania, que son los que financian mayoritariamente el uso de energías limpias. La subvención para fomentar la electricidad de fuentes renovables en Alemania subirá en 2017 algo más de un 8%, hasta 6,88 céntimos por kilovatio hora (6,35 céntimos actuales), según indicaron los cuatro operadores de las redes de transmisión: 50Hertz, Amprion, Tennet y TransnetBW.

Se trata de un aumento en la subvención que se paga con la factura de la electricidad y con la que se financia en gran parte el cambio de modelo energético. Para un hogar medio con un consumo anual de 3.500 kilovatios hora, los costes de la subvención a las renovables pueden incrementarse en unos 22 euros, hasta 286 euros anuales, incluido el IVA. Esta contribución, que se introdujo en 2000, financia el crecimiento del uso de las energías renovables y desde su introducción ha aumentado anualmente, excepto en 2015 que se produjo una caída.

El presidente de la Asociación Federal de Industrias Alemanas (BDI por sus siglas alemanas), Ulrich Grillo, calificó la subida de los costes para fomentar la generación de electricidad de fuentes renovables de señal de alarma porque este año «crecen casi cuatro veces y media más que la economía». Asimismo Grillo hizo hincapié en que los costes de la energía se van a convertir en un problema importante para las empresas en Alemania. Desde hace tiempo muchas empresas en Alemania se quejan de que los costes de la energía son demasiado altos en comparación con los que pagan las empresas en otros países como Estados Unidos.

Piden reformar retribución a renovables

Las asociaciones de consumidores y las asociaciones mercantiles de Alemania (VZBV y HDE) piden que se alivie las cargas a los hogares y las empresas en la financiación de la electricidad de fuentes renovables. Consideran que esta contribución a las renovables, que cuesta a los hogares y a las empresas anualmente más de 10.000 millones de euros, debería reformarse. El presidente de la Federación de asociaciones de consumidores, Klaus Müller, considera que los minoristas y los hogares pagan «una parte desproporcionadamente elevada de los costes del cambio de modelo energético» porque cargan con casi la mitad de la contribución pero sólo son responsables de un tercio del consumo de electricidad.

Esta contribución (EEG-Umlage) es la diferencia entre el precio que las compañías generadoras de electricidad reciben por su electricidad y los precios garantizados de la electricidad de fuentes renovables: eólica, solar, hidráulica y de biomasa. Las cuatro compañías operadoras de las redes de transmisión compran la electricidad de fuentes renovables a las generadoras y la venden a precio de mercado. Por ello, cuánto más bajo sea el precio mayorista de la electricidad, más elevada es la subvención, como este año que cayeron mucho los precios mayoristas de la electricidad. La ley de energías renovables (EEG), que entró en vigor en el año 2000, garantiza a los productores la compra de electricidad de fuentes renovables a precios fijos durante 20 años.

Los costes del cambio del modelo energético en Alemania se han cuantificado en 520.000 millones de euros entre los años 2000 y 2025, según cifras de algunos expertos, que han sido criticadas por el sector de renovables. Entre los años 2000 y 2016, se pagaron unos 150.000 millones de euros, quedando otros 370.000 millones de euros hasta el 2025. El sector de renovables se defiende y dice que en los cálculos no se incluyen las ganancias y que se equipara las inversiones en los costes.

El diario Handelsblatt recordaba recientemente que Jürgen Trittin, que fue ministro de Medioambiente entre 1998 y 2005 en un gobierno de coalición rojiverde, prometió que los costes de promoción de las renovables costarían a un hogar medio mensualmente lo mismo que una bola de helado. Lo cierto es que algunos expertos calculan que un hogar de cuatro personas pagará hasta el año 2025 más de 25.000 euros por el cambio de modelo energético y el abandono de la energía nuclear.

La cogeneración reivindica su aporte térmico a la industria y pide una regulación propia desligada de las renovables

Javier Angulo.- El XII Congreso Anual de Cogen España (Asociación Española para la Promoción de la Cogeneración) representó una reivindicación de la parte más industrial del sector como forma eficiente de producir la energía térmica que demandan algunos procesos productivos. Un punto que vino a subrayar el asesor de la dirección general de Energía de la Comisión Europea, Samuele Furfari, que recordó que el calor, la energía térmica, representa aproximadamente la mitad del consumo de energía final, frente a la electricidad y los carburantes.

En este sentido, Furfari reconoció que el calor es el gran olvidado de las políticas energéticas y que desde Bruselas pretenden remediar esta situación puesto que las instituciones europeas están trabajando en directivas para revisar el mercado eléctrico y las fuentes renovables pero también en otras para beneficiar a la eficiencia energética y la cogeneración. Asimismo, recordó que los marcos regulatorios deben ser diferentes para la cogeneración y las renovables ya que contribuyen a objetivos diferentes puesto que las plantas renovables de generación eléctrica suman de cara a alcanzar un 20% de la energía primaria en 2020 mientras que la cogeneración ayuda en los compromisos de eficiencia energética y emisiones.

Una reivindicación que el sector expuso en el Congreso ante políticos de diversos ámbitos, desde diputados o representantes de los principales partidos hasta directores de Energía de las comunidades autónomas, o al propio organismo regulador. Precisamente José Antonio Castro, responsable de regímenes especiales de la subdirección de energía eléctrica de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), señaló que con un modelo retributivo como el de la rentabilidad razonable, con una remuneración establecida en función de la inversión realizada, las características de las plantas y los costes de operación, a partir de estándares denominados como instalación tipo, se pone de manifiesto que las renovables y la cogeneración deberían tener un tratamiento distinto.

La necesidad de un plan Renove para la cogeneración fue otra de las reivindicaciones del sector reflejadas por Castro, que subrayó la “creciente obsolescencia” del parque generador con 4 GW con más de 15 años de antigüedad. Asimismo, consideró que la eficiencia en la industria “no parece posible” sin cogeneración y que es “importante” que exista un marco para la cogeneración con autoconsumo más allá de 2019 ya que el actual régimen retributivo, con revisiones cada 6 meses, cada 3 años y cada 6 años no favorecen la planificación productiva. Respecto a la adjudicación de potencia mediante subasta, reconoció que aunque la Unión Europea prefiere “neutralidad tecnológica”, es “posible” diseñar subastas ad hoc incluso para las particularidades de la cogeneración.

De Alemania a la digitalización

Tratando de aportar una visión que complementara la de la situación del sector a nivel nacional, desde la organización Cogen Europa su presidente, Roberto Francia, resaltó la apuesta por la eficiencia energética que se está impulsando desde la Unión Europea. Una apuesta centrada en la calefacción y la refrigeración, la eficiencia en los edificios y la cogeneración, de la que apuntó que tiene un potencial de aporte del 20% de la electricidad de la Unión Europea y hasta de un 25% en la producción de calor. Por otra parte, tanto Eloy Álvarez, del Instituto Vasco de Competitividad, como  Gunnar Kaestle, de la Asociación Alemana de la Cogeneración, expusieron el papel de la cogeneración dentro de la transición energética alemana (Energiewende).

Un cambio de modelo energético en el que el desarrollo renovable requiere de la cogeneración una flexibilidad que el proceso productivo no siempre puede soportar. Para las industrias que sí son flexibles, Jesús Reyes, de Alpiq, planteó que la participación en los mercados de ajuste ofrece “una posibilidad real” de mejorar los ingresos de la cogeneración, “si bien es una posibilidad limitada que acarrea riesgos”. Desde ADAP su presidente, Josep Capdevila, confió en que la sentencia favorable del Tribunal Supremo a las plantas de purines suponga un punto de inflexión que posibilite su vuelta a la actividad tras parar a raíz del recorte retributivo que supusieron las medidas del Gobierno.

Finalmente, una de las sesiones más prometedoras del Congreso Cogen, con la participación de los presidentes de General Electric y Siemens en España, Daniel Carreño y Rosa García, respectivamente, constituyó todo un viaje al futuro de la industria y de la tecnología o, cómo ambos explicarían, simplemente al presente más inmediato. Una revolución, la digitalización de la industria, que supondrá avanzar hacia un mantenimiento predictivo y una mejora tecnológica que “reducirá enormemente los costes y aumentará la eficiencia”, según señaló Rosa García. En este sentido, Daniel Carreño advirtió que “no sobrevivirán las industrias que no cambien” ya que se transformarán los modelos de negocio. Asimismo, advirtió de la importancia de garantizar la ciberseguridad tras la integración digital de activos críticos.