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Reino Unido da luz verde a la construcción de la central nuclear de Hinkley Point, que contará con participación china

Europa Press / EFE.- El Gobierno de Reino Unido ha alcanzado un acuerdo con la eléctrica francesa Electricité de France (EDF) para proceder a la construcción de una central nuclear en Hinkley Point, en el suroeste de Gran Bretaña, la primera que se construye en el país desde 1995, tras semanas de incertidumbre sobre el futuro de la instalación ya que el nuevo Gobierno británico de Theresa May había decidido posponer la decisión final.

El proyecto, liderado por la eléctrica francesa y en el que también participan las chinas CGN y CNNC, supondrá una inversión de 18.000 millones de libras (21.200 millones de euros) y suministrará el 7% de las necesidades eléctricas de Reino Unido durante los próximos 60 años. «Tras un examen exhaustivo del proyecto Hinkley Point, y un acuerdo revisado con EDF, el Gobierno ha decidido proceder con el primer proyecto de energía nuclear en una generación», comunicó el Ejecutivo. El contrato de explotación, con una duración de 35 años desde que la central nuclear comience a generar energía, contempla un precio de 92,5 libras por megavatio.

Sin embargo, el Gobierno liderado por Theresa May impondrá un nuevo marco legal para la futura inversión extranjera en la infraestructura crítica de Gran Bretaña, que incluirá los proyectos de energía nuclear, y que se aplicará tras la aprobación definitiva del proyecto de Hinkley Point. Bajo los términos del acuerdo, Reino Unido se reserva la posibilidad de impedir la venta de la participación mayoritaria de EDF antes de la finalización de la construcción de la central y, además se asegura de que no se podrán vender participaciones importantes en proyectos de estas características sin su consentimiento. «Introduciremos una serie de medidas para aumentar la seguridad y garantizar que Hinkley no puede cambiar de manos sin el consentimiento del Gobierno», aseguraron.

Tras la revisión, EDF acordó pagar las dos terceras partes del proyecto mientras que China, a través de la estatal China General Nuclear Power Group, aportará la tercera parte. La instalación había sido centro de las críticas de algunos expertos debido a su alto coste y las implicaciones de que este tipo de infraestructura sea construida por inversores extranjeros. La decisión de aceptar la participación china había sido acordada durante la visita que hizo el presidente de China, Xi Jinping, al Reino Unido en 2015.

La participación francesa había sido aprobada por la junta de administración de EDF en julio, sin embargo Theresa May decidió a último momento suspender su aprobación final, lo que creó una gran incertidumbre sobre si el proyecto sería o no construido. May señaló durante su reciente visita a China para participar en la cumbre del G20 (países industrializados y emergentes) que su decisión respondió a su «manera de trabajar» y que quería evaluar en profundidad el proyecto antes de aprobarlo.

Los sindicatos británicos recibieron con satisfacción el visto bueno del Gobierno por considerar que la planta, ubicada en Somerset, permitirá crear unos 25.000 empleos. El responsable del área energética del sindicato general Unite, Kevin Coyne, declaró que los empleados están ansiosos por «empezar a trabajar en la primera planta nuclear del país en una generación«. «Es una noticia excelente que la incertidumbre causada por la decisión de Theresa May de suspender Hinkley Point ha quedado ahora disipada y que el Gobierno reconoce la función nuclear en la economía», agregó Coyne.

«Esto significa que la luz permanecerá en el Reino Unido durante décadas y anuncia el renacimiento económico del oeste del país, con la creación de miles de empleos cualificados y los efectos positivos para la cadena de suministro en todo el Reino Unido«, añadió. La firma estatal china ha mostrado interés por construir otras plantas nucleares en Reino Unido, incluida una en Bradwell, en Essex, en el sureste de Inglaterra.

China aplaude la decisión británica

China General Nuclear Power (CGN), que aportará la tercera parte de la planta nuclear Hinkley Point, aplaudió la decisión del Gobierno británico. «Estamos encantados de que el Gobierno británico haya decidido proceder con el proyecto. Continuaremos trabajando con nuestros socios franceses para desarrollar proyectos nucleares y proveer energía limpia, sostenible y segura al Reino Unido», apuntó el portavoz de la compañía, Huang Xiaofei. «CGN es plenamente capaz de aportar apoyo técnico y contribuir a esta experiencia», dijo He Yu, presidente de la compañía, que añadió que otras empresas nucleares chinas «se beneficiarán mayormente de cooperar con socios con tanta experiencia».

Respaldo al sector nuclear francés

El Gobierno francés se felicitó por la decisión británica y destacó que supone un respaldo al sector nuclear francés, en plena recomposición. «Esta decisión británica es una buena noticia para el sector nuclear francés» en una fase de «refundación» lanzada por el Gobierno, destacaron el ministro francés de Economía, Michel Sapin, y su secretario de Estado de Industria, Christophe Sirugue. Ambos recordaron que ese proceso pretende reformar la industria nuclear para «adaptarla al nuevo contexto del mercado» a las exigencias de reforzamiento de la seguridad y a los retos de la lucha contra cambio climático.

«Es un éxito innegable para la industria francesa y para su lugar en el mundo y una contribución importante para el empleo en Francia», señalaron ambos políticos. A su juicio, Hinkley Point permitirá que las empresas francesas del sector mantengan sus competencias con vistas a la renovación de las centrales nucleares en Francia. El proyecto suscita, en cualquier caso, inquietudes entre los trabajadores de EDF porque la empresa tendrá que invertir el 66% de los 18.000 millones de libras (unos 21.000 millones de euros) que se estima que costará, con el riesgo de que ese presupuesto se dispare por ser una tecnología todavía por probar.

Londres pospone hasta otoño la decisión final sobre la primera central nuclear que construiría Reino Unido en 20 años

EFE.- El Gobierno británico ha pospuesto hasta otoño la firma del contrato y la decisión final sobre la construcción en Inglaterra de Hinkley Point, la primera nueva central nuclear en el Reino Unido en 20 años. Así reaccionó tras la aprobación por la firma energética francesa EDF de la financiación para la construcción de la planta pero, tras posponerse, el director de la compañía, Vincent de Rivaz, canceló su viaje a Hinkley Point, donde iba a sellar el acuerdo de forma oficial.

El ministro británico de Empresas y Energía, Greg Clark, afirmó que el Gobierno «valorará con cuidado» la propuesta antes de respaldarla, después de que los críticos avisaran de que el levantamiento de la central produciría daños medioambientales y un encarecimiento de los costes. La construcción de la central, con dos reactores EDPR, tiene un coste estimado de 18.000 millones de libras (21.420 millones de euros). El plan prevé crear cerca de 25.000 puestos de trabajo, proporcionar un 7% del total de la energía que se demanda en el Reino Unido, y su potencia permitiría cargar 640 millones de teléfonos móviles e iluminar casi 300 millones de bombilla a la vez.

Inicialmente la firma francesa debía tener una participación de entre el 40 y el 50%, pero a finales del año pasado se elevó ese porcentaje al 66,5%, lo que significa un mayor esfuerzo financiero de dos tercios en un momento en que EDF está afectada por la bajada de los precios de la electricidad al por mayor. De hecho, la construcción de Hinkley Point, que se puso sobre la mesa por primera vez en 2006, llevó a la dimisión del director financiero de EDF, Thomas Piquemal, ante el temor a que la inversión dañara a la compañía francesa. La china CGN tiene que aportar el otro 33% de la inversión.

París cree en el proyecto

Desde Francia, el ministro de Economía, Emmanuel Macron, quitó hierro a la decisión del Gobierno británico de aplazar al otoño su decisión sobre el proyecto y aseguró que no cree que Londres vaya a renunciar. Macron hizo hincapié en que el parque de centrales nucleares británicas actualmente en servicio deben renovarse en el horizonte de 2025 y no piensa que haya un giro en la política anunciada hasta ahora porque «su ecuación energética no cambió».

Macron se esforzó en insistir en que «el Gobierno británico ha confirmado su compromiso en favor de la energía nuclear y del proyecto de Hinkley Point» y en que lo que ocurre es que se da «un plazo natural para un Gobierno que llega, y debería terminar en septiembre». El ministro francés del que depende EDF, ya que el Estado controla un 85% de su capital, se negó a especular sobre un posible abandono de esa nueva central: «ya tenemos muchos desafíos. No quiero añadir una incógnita a la ecuación».

Fuentes vinculadas a este asunto aseguraron que si Londres quisiera aparcar Hinkley Point, el dinero que ya ha puesto EDF, evaluados en más de 2.500 millones de euros hasta ahora, así como los costes por prolongar las negociaciones los tendría que asumir la francesa. Eso sí, si sale adelante, las autoridades británicas se han comprometido a garantizarle un precio de venta del kilovatio para dar unas ciertas garantías de rentabilidad.

China respeta la decisión británica

Por su parte, la firma China General Nuclear (CGN), socia de la francesa EDF en Hinkley Point, anunció que respeta la decisión del nuevo Ejecutivo británico de revisar y posponer la aprobación de ese plan. «Entendemos, dada la importancia del programa Hinkley Point C para el futuro de la seguridad energética del Reino Unido, que el nuevo Gobierno británico haya expresado la necesidad de darse un tiempo para familiarizarse con el plan», señaló la firma. Los retrasos se producen en un ambiente enrarecido por el Brexit, la decisión británica de dejar el Reino Unido, y la formación de un nuevo Gobierno encabezado por Theresa May.

El proyecto ha generado dudas incluso en la francesa EDF, por los largos plazos fijados (se prevé que hasta 2030 no empiece a operar) y los altos precios, ya que se calcula que el precio del megavatio/hora producido en la central podría doblar los actuales. La participación china en el proyecto se firmó el año pasado durante el viaje oficial al Reino Unido del presidente Xi Jinping, en un acto también presidido por el entonces primer ministro británico David Cameron.