Entradas

Acogen destaca que los expertos elevan hasta el 12% el papel de la cogeneración en el mix eléctrico de 2030

EFE / Europa Press.- La Asociación Española de Cogeneración (Acogen) considera “positivo” el informe de la comisión de expertos sobre transición energética y cree que sus escenarios de análisis y propuestas «deberían constituir la base sobre la que alcanzar acuerdos de España para la descarbonización del país». En este sentido destacan que no sólo mantienen la contribución actual de la cogeneración al mix (diferentes fuentes de energía que cubren el suministro de electricidad), sino que se potencia para 2030.

Acogen destaca que en todos los escenarios energéticos de futuro, analizados en el informe, la contribución de la cogeneración, por la que se obtiene simultáneamente energía eléctrica y térmica, se mantiene y para 2030 se potencia hasta alcanzar el 12% de la generación de electricidad del país. Acogen señala que los expertos reconocen que la cogeneración, al tratarse de generación distribuida que aporta al sistema reducciones de pérdidas de energía y de inversiones en infraestructura, es beneficiosa para el futuro.

Acogen ha recordado que un 50% de las instalaciones en funcionamiento, unas 304 plantas, alcanzarán el final de su vida útil regulada entre este año y 2025, como ha advertido el comité de expertos, que ha destacado “la oportunidad de invertir en la renovación y promoción de nuevas instalaciones para impulsar con cogeneración la transición energética de las industrias”. Según la asociación, la mitad de los cogeneradores, que suman unos 2.700 megavatios (MW) de potencia, esperan una reglamentación que permita seguir operando sus cogeneraciones, prestar sus servicios a las industrias vinculadas a éstas y mantener las aportaciones a los consumidores.

Acogen señaló que el final de la vida útil regulada de las cogeneraciones amenaza a industrias nacionales muy relevantes que requieren un marco de continuidad con certidumbre y horizonte 2030. En este sentido, creen que apoyar un marco de continuidad de estas cogeneraciones estaría en consonancia con el papel que la Unión Europea otorga a la cogeneración para lograr los objetivos de eficiencia energética, reducción de emisiones y competitividad industrial.

Asimismo, Acogen señala que, para los expertos, la cogeneración «constituye una parte difícilmente disociable del proceso de fabricación que permite a la empresa incrementar la eficiencia en la utilización de los recursos energéticos y al sistema eléctrico descentralizar el suministro». Acogen indicó que el informe de la comisión recomienda impulsar la generación distribuida (generar electricidad a través de puntos cercanos a los de consumo), con la cogeneración y renovables térmicas como clave para la transición energética del sector industrial, incorporando las tecnologías más eficientes y destacando el potencial de desarrollo de nuevas plantas de cogeneración.

En España funcionan más de 600 industrias intensivas en consumo de calor de sectores como el alimentario, químico, papel, textil, refino, azulejero y automóvil, entre otros, que fabrican el 20% del PIB industrial nacional y que exportan la mitad de lo que producen. La cogeneración genera el 11% de la electricidad nacional, utilizando el 25% de la demanda de gas y el 5% del consumo eléctrico del país. Proporciona un ahorro anual de energía del 1,5% y de hasta 8 millones de toneladas de emisiones de CO2, además de tener efectos positivos sobre el pool eléctrico, cuyo precio reduce entre un 10% y el 15%.

Transportistas y fiscalidad del diésel

Por su parte, la Asociación de Transporte Internacional por Carretera (Astic) ha alertado que aumentar un 28% los impuestos al diésel, como sugiere el informe presentado por los expertos, tendría un reflejo «inmediato» en el coste final del transporte, lo que podría perjudicar a las empresas exportadoras españolas y encarecer las importaciones. En este sentido, el director general de la patronal, Ramón Valdivia, recuerda que el 65% de las exportaciones españolas tienen como destino la Unión Europea y estas son, en su mayoría, por carretera, por lo que gravar «aún más» los carburantes supondría aumentar los costes de este transporte.

Según los datos que maneja Astic, el sector soporta alrededor de 10.000 millones de euros al año entre impuestos generales y específicos, cargas sociales y otros gravámenes, un importe que supone el 60% del coste total de un viaje internacional. En concreto, los impuestos al combustible ascienden a 3.000 millones de euros, algo que, unido a la propia actividad del sector, aporta más del 4,5% del Producto Interior Bruto (PIB) español, al mismo tiempo que «sustenta» más de 850.000 puestos de trabajo vinculados al transporte y logística. Valdivia señaló que un 30% de los costes fiscales del sector ya están ligados al combustible, en especial el vinculado al Impuesto Especial de Hidrocarburos, que supone el 25% de la factura tributaria.

«El sector soporta ya una gran carga impositiva», añadió Valdivia, «y siempre que se necesita aumentar la recaudación se vuelve la vista hacia la carretera con cualquier excusa». La comisión de expertos propone un encarecimiento del gas y de los derivados del petróleo, especialmente del gasóleo, que subiría un 28,6%, frente a un alza inferior al 2% en la gasolina, a la vez que abogó por abaratar el precio de la electricidad en casi un 7% para el consumidor doméstico.

Los expertos proponen subir la fiscalidad sobre los carburantes, frente al rechazo de los transportistas, para fomentar la movilidad sostenible

Europa Press / EFE.- La Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) rechaza «de forma rotunda» la reforma fiscal planteada por el grupo de expertos sobre transición energética y califica como «brutal» la subida que propone en los impuestos a los carburantes. Los expertos proponen fiscalidad vinculada al CO2, con un incremento del tipo aplicable al gasóleo y extender «ese refuerzo de la señal medioambiental a los impuestos locales afectados», entre los que se encuentra el impuesto de circulación de los ayuntamientos.

Este informe, entregado al ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, apunta que el transporte ha sido el «principal responsable» del incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero en España en el período comprendido entre 1990 y 2015, por lo que apuesta por la expansión de los vehículos eléctricos para reducir este impacto negativo. No obstante, indica que la penetración en el mercado de este tipo de vehículos, aún reducida, estará condicionada «de modo muy destacado» por el coste de dichos vehículos y por la evolución que experimenten las baterías y, por lo tanto, la autonomía.

La comisión de sabios considera que la política regulatoria debe orientarse a facilitar una transición eficiente hacia vehículos de energías alternativas, «sin precipitarse en medidas de gasto público que puedan conducir a generar costes no recuperables», y prestando «especial atención» al cambio de fiscalidad como instrumento «imprescindible» para facilitar la transición a una movilidad sostenible. Por ello, dicho grupo de expertos, con el fin de facilitar la transición a una movilidad baja en emisiones, se muestra a favor de establecer una estructura de peajes de acceso que favorezca un uso eficiente de la red eléctrica.

En esta línea, defiende avanzar en una exploración de medidas proactivas por parte de las administraciones locales que, además de fomentar el transporte colectivo como estrategia para reducir las emisiones, también incentiven la movilidad no contaminante. El informe recomienda, a su vez, vincular los apoyos a los vehículos con energías alternativas a las emisiones de CO2 evitadas y considerar, en tanto que se procede a la creación de una fiscalidad vinculada al CO2, un incremento del tipo aplicable al gasóleo.

Igualmente, los expertos proponen garantizar un entorno adecuado para la I+D+i del coche eléctrico en España ya que “sería vital”, aseguran, debido especialmente a la relevancia que tiene el sector del automóvil. También proponen proporcionar un entorno «adecuado y prudente» para la expansión de los puntos de recarga de coches eléctricos. En cuanto a los biocarburantes, el informe apunta que la medida más eficiente «sería financiar renovables eléctricas más que mezclar biocombustibles», por lo que apuesta por contribuir a un Fondo de energías renovables, con el fin de profundizar en la neutralidad ecológica y lograr una descarbonización al mínimo coste.

Además, resalta que la descabornización del transporte de mercancías tiene su máximo potencial con el uso de camiones eléctricos para el tráfico ligero de mercancías y de vehículos industriales de gas para tráfico más pesado y el traspaso de parte del transporte al tren. Para ello, advierten de que hace falta un mayor impulso para superar barreras que frenan su desarrollo, como la falta de capilaridad de la red ferroviaria, la necesidad de invertir para eliminar cuellos de botella, el desdoblamiento de vías y su electrificación, así como el incremento del parque de máquinas eléctricas.

Fenadismer rechaza la presión fiscal

Según Fenadismer, el informe del grupo de expertos «supone desconocer la realidad del sector del transporte por carretera», tanto en materia fiscal como en su contribución al medio ambiente. Fenadismer ha subrayado que las cargas fiscales del transporte por carretera «contrastan con los beneficios fiscales de los que disfrutan» otros medios, como el transporte aéreo, el marítimo o el ferroviario.

Además, los expertos proponen crear un recargo al consumo de carburantes o un sistema de «viñetas«, que pagarían los propietarios de vehículos, para financiar la construcción y el mantenimiento de infraestructuras viarias. No obstante, este comité de sabios precisa que las infraestructuras, tanto las viarias como las energéticas, pueden tener un impacto positivo en la economía y en la equidad interterritorial, lo que justificaría que una parte de la inversión se financie con cargo a los presupuestos generales del Estado. Los expertos consideran que los consumidores de los distintos productos energéticos deberían financiar las infraestructuras asociadas a su consumo, tal y como ocurre actualmente con las redes eléctricas y gasistas.

En el caso de las infraestructuras viarias, el informe plantea tres opciones: crear un recargo al consumo de gasolina y gasóleo de automoción que permita recuperar las inversiones en la red de carreteras; establecer un sistema de «viñetas», como ocurre en otros países europeos, que deberían pagar los propietarios de vehículos por el uso de las vías; o una combinación de ambas. Según los expertos, la introducción de las «viñetas» sería «imprescindible» a medida que se extiendan los vehículos de combustibles alternativos, como el coche eléctrico, que no consumirán ni gasolina ni gasóleo. El informe cifra en 12.520 millones de euros la inversión anual en construcción y mantenimiento de carreteras.

En todos los casos, el informe aconseja exenciones fiscales para mitigar el impacto de estos impuestos y recargos en colectivos sensibles como los profesionales del transporte o los agricultores. El documento elaborado por el grupo de expertos aboga por sustituir los actuales impuestos energéticos por otros que internalicen los daños medioambientales derivados de la generación y el consumo de energía. Concretamente, plantea 2 nuevos impuestos, uno para las emisiones de CO2 y otro para otras emisiones contaminantes (SO2, NOx y partículas). Estos nuevos gravámenes recaerían sobre las instalaciones de generación de electricidad y sobre los consumidores finales de carbón, gas natural y derivados del petróleo.

Además, los expertos proponen cambiar el mecanismo de financiación de las renovables, que ahora recae en la tarifa eléctrica, y sustituirlo por un recargo a todas las fuentes de energía final. Según los cálculos del comité de sabios, estas medidas abaratarían la factura eléctrica pero encarecerían el gas natural, el butano, la gasolina y, sobre todo, el gasóleo. En el caso de la electricidad, disminuirían los peajes aunque subiría algo el precio mayorista por el impacto del impuesto al CO2.

El director general de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic), Ramón Valdivia, advirtió del efecto negativo que tendría para el sector y para las exportaciones españolas una eventual subida de los impuestos que gravan los carburantes. Valdivia recordó que la mayoría de las exportaciones hacia Europa «viaja por carretera». Valdivia avanzó que, si la subida fuera inevitable, el sector exigiría que se aplicase la figura del «gasóleo profesional» para compensar los efectos negativos.

El director general de Astic subrayó que el sector ya soporta bastantes impuestos, más de 10.000 millones al año, y se quejó de que regularmente «se vuelve la vista hacia la carretera» cuando se necesita aumentar la recaudación. Valdivia ha criticado la tentación de «escudarse» en las emisiones de CO2 para justificar una subida impositiva a los carburantes. En este sentido, ha explicado que los camiones y los autocares sólo representan el 6% de las emisiones de CO2 de Europa, muy lejos de otras actividades.