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El sector papelero exige una energía más barata para ser más competitivo

Europa Press. – «Unos precios más competitivos de la energía en el sector del papel». Este ha sido uno de los aspectos más reivindicados por la patronal del papel, y que se ha hecho eco la ‘Agenda Sectorial de la Industria del Papel’, que tiene como misión abordar las medidas necesarias para impulsar la competitividad del sector. 

El sector del papel en España registró un volumen de negocio superior a los 33.000 millones de euros en 2017, lo que representa el 3% del Producto Interior Bruto (PIB) del España, mientras que las 12.800 empresas dedicadas a esta industria emplean a 220.000 personas de forma directa y 660.000 indirectamente, un factor que ha llevado al Ministerio de Economía, Industria y Competitividad a presentar la citada ‘Agenda Sectorial de la Industria del Papel’.

Se trata de la segunda gran agenda del Ministerio, después de la dedicada al automóvil. Se ha elaborado junto a la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (Aspapel), cuyo presidente, Enrique Isidro aprovechó para «reivindicar» el papel «vertebrador» de esta industria y la «igualdad de condiciones» respecto al resto de países europeos.

Uno de los grandes productores europeos y la segunda que más recicla

Por su parte, la secretaria general de Industria y de la pyme, Begoña Cristeto, en representación de la parte pública firmante de la agenda, destacó que, con 71 fábricas de papel y 10 de celulosa, la industria papelera española es «uno de los grandes productores europeos» de estos materiales.

Entre las medidas más importantes de la agenda, divididas en un primer bloque de innovación, otro de sostenibilidad, uno destinado a la dimensión empresarial y un último dedicado a la internacionalización, están la reinversión de la facturación, que actualmente es del 8%, la descarbonización de la industria en un 80% para el año 2050 o continuar con el progreso en el reciclaje del papel, que en España es del 79%, la segunda economía europea que más recicla.

Entre los retos del sector, Cristeto apuntó a «la imparable digitalización de las plantas» para competir en el mercado global, a la mejora de la eficiencia energética y a la reducción del consumo de recursos, poniendo en práctica los conceptos de la economía circular.

La secretaria general también dijo que desde el Ministerio de Economía ya se está trabajando para contribuir de forma «eficaz» en la aplicación de las medidas recogidas en la agenda para que la industria papelera «siga escalando en competitividad», sobre todo al desempeñar un «importante papel» en la generación de empleo y riqueza del país.

La Audiencia Nacional admite a trámite el recurso de Aspapel contra el recorte a la cogeneración

Servimedia.- La Asociación Española de Fabricantes de Pastas, Papel y Cartón (Aspapel) ha interpuesto ante la Sala de lo contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional un recurso contra la regulación que fija los parámetros de retribución a las renovables, la cogeneración y los residuos. Según una publicación del Tribunal Supremo en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el recurso contencioso-administrativo ha sido admitido a trámite tras ser declarada la competencia de la Sala Tercera del Supremo.

El Supremo acumula cerca de 400 recursos admitidos contra la nueva normativa en materia de renovables y cogeneración que desencadenó una batería de recursos desde julio del año pasado. Entre los tres centenares largos de recursos interpuestos se encuentran también los de Gas Natural Fenosa Renovables y Fenosa Wind, filiales de Gas Natural Fenosa, así como empresas y patronales como Enel Green Power, EDP Cogeneración, Acciona, Protermosolar, APPA y UNEF.

La mayoría de los recursos van dirigidos tanto contra la orden que fijó los nuevos parámetros retributivos de las instalaciones tipo aplicables a las energía renovables, la cogeneración y los residuos, como en contra del decreto que regula la producción de energía eléctrica a partir de dichas fuentes. El nuevo sistema retributivo para estas tecnologías estableció una rentabilidad antes de impuestos de en torno al 7,5% a lo largo de toda la vida útil de la instalación conforme a distintos estándares estipulados en función de las características de las plantas.

La interrumpibilidad,  otra vez

Esta semana comienzan se ponen en marcha las subastas de interrumpibilidad que, gestionadas por Red Eléctrica de España (REE) y supervisadas por la Comisión Nacional de Mercados y Competencia, atribuyen los lotes de este servicio mediante puja a las ofertas más competitivas de las empresas demandantes de la misma

Partamos de la definición del servicio de interrumpibilidad. Se trata de un servicio mediante el cual las empresas (grandes consumidores de energía) ofrecer la desconexión durante un período (es decir, la interrupción de su suministro) a cambio de un descuento/bonificación en el coste de su consumo.  Es decir, es un mecanismo mediante el que se articula cómo el operador de sistema eléctrico (REE) ordena el cese de la actividad productiva de una instalación por circunstancias de la red, a cambio de un descuento en el precio de la energía que reciben.

Dicho servicio, a raíz de la llamada “reforma eléctrica” se reformuló mediante el sistema de subasta. La primera subasta de interrumpibilidad fue muy controvertida puso al Ministerio en el ojo del huracán. De hecho, a partir de un diseño inicial de tiralíneas, el cambio que se produjo en las  tarifas en los consumidores industriales y, de forma combinada, las primeras subastas de interrumpibilidad, conllevó que se tuvieran que repetir las subastas para que salieran medianamente aceptables, dado que sus anteriores beneficiarios no accedían a ellas, complicando la viabilidad de sus actividades industriales. Se calibraron mal los efectos en determinadas industrias, el acceso de las mismas al mecanismo y por ello, acabaron repitiéndose hasta que su resultado fue el “deseado”. Son cosas, ese tipo de actuación, a prueba y error, que en nuestro país empiezan a verse con normalidad.

Por tanto, los destinatarios natos de este proceso son las empresas, cuyos procesos productivos precisan un porcentaje importante en energía, siendo posiblemente su ‘input’ más relevante. Siderúrgicas, aluminio, metalurgia, papeleras, etc… son, en puridad, las principales destinatarias de este proceso, cuyo montante se incluye, eso sí, en los costes de acceso. Por otra parte, por su propia construcción es un subsidio de unos consumidores (domésticos) a otros consumidores (industriales).

Vayamos de la virtualidad a la realidad. Es un servicio que, diseñado así y con un exceso de capacidad de generación eléctrica notable, no ha sido necesario de su utilización hasta el momento. Es decir, el operador de sistema, REE, no ha hecho uso de él y lleva sin hacer uso de él en sus definiciones semejantes previas (pagos por capacidad, servicios de gestión de la demanda, etc…), nunca.

Quizá por eso, en las notas de prensa del propio Gobierno existe un empeño importante en emplear la palabra “utilidad” en referencia al mismo.  A la vez, se da la paradoja que los demandantes de este servicio consideran que los paquetes ofertados son escasos o insuficientes. Lo que viene a reafirmar las tesis de que se trata un “descuento en  factura” orientado eufemísticamente a fomentar una política industrial. Cuestión que, por otra parte, nos pone en la mirada de la Unión Europea y la sospecha de que este mecanismo pueda entrar en las sospechas de ser declarado una ayuda de Estado, algo que aterra a las autoridades españolas que Administración, tras administración no resuelve el problema.

De hecho, el propio Ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha llegado a sugerir la posibilidad de ofrecer más interrumpibilidad en función de la «demanda». La pregunta es, ¿de la demanda de qué?, ¿de necesidad de tiempo de interrumpibilidad? Si no la hay. Pero la concepción de la tarifa como caja de compensación que subyace aunque se hayan sofisticado mucho los mecanismos que lo regulan y así, esa expresión de la ‘demanda’ en realidad hace referencia a la demanda energética derivada de una mayor producción industrial.

Y, además, en esta semana, hemos comprobado como los movimientos de los agentes económicos se han hecho incesantes e insistentes alrededor de la subastas. La gestión de comunicación de lobby está funcionando a tope y de libro. La campaña de lobby se ha orquestado correctamente, de forma que la semana pasada salía un ranking de competitividad industrial en el que España descendía por debajo de Italia por el coste de la energía para las empresas.

Además, en esta ocasión, la exclusión de ciertas plantas en su posibilidad de concurrencia en las presentes subastas de interrumpibilidad, sobre todo las papeleras, ha teñido este mes de agosto de polémica para este sector, como denuncia ASPAPEL.  Por otra, los propios trabajadores y Comités de Empresa, están siendo movilizados ante las subastas, cuando no ha mediado reunión previa de alto voltaje entre los representantes de los trabajadores y los gestores de sus empresas alertando de la evolución del a compañía en días previos a la subasta y significando que incluso un buen descuento en la factura eléctrica puede no ser suficiente para la viabilidad de su actividad por circunstancias de demanda. En el caso de Alcoa, además, se han tensado discrepancias entre s dos plantas (Avilés y San Ciprián) por las pujas efectuadas por su gerencia para cada una de ellas y su efecto sobre la actividad de las mismas.

Pero, en realidad, esta no es la forma de solucionar el problema de los costes de la energía en la industria y para los consumidores. La solución sigue siendo la separación de los componentes incluidos en la tarifa que no forman parte del suministro y desposeer a la tarifa de ese carácter de caja de compensación y de subsidio cruzado. Si no, siempre estaremos en esta ceremonia del interruptus.

 

Aspapel advierte de la falta de habilitación de fábricas para participar en las subastas de interrumpibilidad

Europa Pres.- La Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (Aspapel) ha advertido que la situación de incertidumbre de varias fábricas pendientes de la habilitación para participar en las subastas de interrumpibilidad, que se celebrarán la próxima semana, puede afectar «gravemente» al futuro de ciertas industrias.

En un comunicado, la patronal ha señalado que el sector cuenta con varias fábricas pendientes de la habilitación para participar en las subastas al haberse visto afectadas por resoluciones sancionadoras que no pueden considerarse ejecutivas.  Así, considera que estas empresas, que están en proceso de impugnación de los supuestos incumplimientos que se les atribuyen, «no pueden ser excluidas de las subastas, ya que de ser así el daño sería irreversible, aunque al final se les diera la razón en sus alegaciones».

Aspapel afirma que estas empresas están sujetas a requisitos adicionales a la mayoría de las empresas interrumpibles por tener unidades de generación. En el pasado, nunca han tenido problemas de cumplimiento, pero un cambio en las especificaciones técnicas introducido esta temporada ha dado origen «a problemas generalizados» que el Ministerio de Industria está analizando. De esta manera, la patronal cree que la solución vendría de su habilitación para concurrir a la subasta, sin parar el proceso hasta que las resoluciones sancionadoras fuesen firmes, ya que la exclusión sin causa de estas empresas podría conllevar la nulidad de la subasta si posteriormente fuera recurrida por éstas.

Por ello, Aspapel confía en que los organismos responsables tomen «las medidas pertinentes» para subsanar la situación creada, teniendo en cuenta que «sería peligroso adoptar decisiones irreversibles» que afectarían gravemente al tejido industrial del sector, en un momento en el que sería «desastroso minar la competitividad» de empresas manufactureras que además son significativamente exportadoras.