Soria parece Obama
El Ministro de Industria, Energía y Turismo, el más telegénico.
José Manuel Soria estuvo nuevamente en un medio de comunicación, confirmándose como uno de los ministros más telegénicos de nuestra pantalla amiga. Evidentemente, por el formato del programa, era difícil someter al ministro, con ese hermoso y silabeante acento canario, a la disciplina del tiempo con el micrófono que se baja de los 59 segundos en el programa debate de Televisión Española. Ya lleva casi todos los desayunos de los programas matinales de las cadenas generalistas y ahora ha empezado con los talk shows y el «prime time» nocturno en la parrilla de programación.
Soria, que apareció este miércoles en el programa «59 segundos«, exhibió los enormes avances que está haciendo en aprender los rudimentos del sector, más luego esa prosodia tan habitual de los políticos de raza: afirmaciones vagas, imprecisas, poco comprometedoras; lo haremos gradual, el coste no recaerá en una de las partes del problema, exclusivamente y en ese plan. Magistral, Soria parece Obama.
Marti Scharfhausen, el secretario de Estado, en la irrelevancia.
El «flamante» secretario de Estado de Energía es un hombre a la sombra del ministro Soria que, como hemos dicho, está cada vez más locuaz en lo energético. Teóricamente, Marti Scharfhausen era el «experto» que conocía el sector con más de ocho años a sus espaldas en la Comisión Nacional de Energía. Un histórico, Marti, que traía ese pedigree supuestamente necesario de conocimiento por parte del sector y que debía aportar responsabilidad y respetabilidad al cargo. Nada más lejos de la realidad, como se puede apreciar a la vista de los acontecimientos. El Ministro tiene la capacidad de enganchar y seducir con ese pico de oro y probablemente es difícil que se sustraiga a esta hermosa oratoria.
Si hacemos balance del estado del arte, tenemos como realidad a un Soria cada vez más asesorado en las bandas, más libre y suelto, dedicado a difundir las políticas energéticas, a asesorarse y a escudriñar. Por otra parte, existe un secretario de Estado de Energía del que no se sabe nada o no contesta. Y, finalmente, si además esta Secretaría de Estado está integrada por una única Dirección General de Política Energética y Minas, por lo menos su titular, Jaime Suarez Pérez-Lucas, recién nombrado, al ser funcionario, conoce dónde está todo. Entonces… ¿cuál es el papel del secretario de Estado?
Y la CNE, en estado de latencia.
Por su parte, la Comisión Nacional de Energía ha adoptado el papel de hormiguita del cuento, a la espera de la voladura final del organismo regulador «independiente». Las noticias del pasado Consejo de Ministros, en el que se anunciaba la simplificación de la estructura de órganos reguladores y su profesionalización, han sido un jarro de agua fría y han hecho que cobren verosimilitud los nubarrones existentes desde que se conoció el programa electoral del Partido Popular.
Mientras, en el plano interno, tal y como se podía anticipar, la posición del director gerente, con Fernández Segura a la cabeza, es cada vez más regulatoria, con ascendencia sobre los directivos internos. Y con el horizonte puesto en su salida, ya empiezan varios a frotarse las manos como consecuencia del sprint final de engordamiento de la nómina a finales de legislatura para dar entrada e indemnizaciones cuando se produzca la dinamitación del organismo.
Por su parte, al Consejo de administración actual, se le infligen toda clase de humillaciones. Y, finalmente, atención al «enroque» Alberto Lafuente-Tomás Gómez, del que todo el mundo habla y que promete ser el tándem de la temporada. Lo que se dice un doble pivote.


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