Soria intervendrá los precios eléctricos, con la coartada de la CNMC
El torrente de acontecimientos a partir de la subasta eléctrica para la Tarifa de Último Recurso ha sido incesante. El detonante fue el resultado de la subasta que se desmadra hasta alcanzar subidas del 25,6%, determinando una subida del recibo del 11% en enero. Previamente, por la mañana el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, había afirmado que la subida era «absolutamente inevitable». Y, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, había manifestado que el Gobierno estaba trabajando en pos de una subida «moderada» de la electricidad. Se mascaba la tragedia. «Inaceptable».
A partir de ese momento, la sucesión de acontecimientos no hizo más que precipitarse al conocer el resultado de la subasta. José Manuel Soria, siempre atento a su olfato, convocó una rueda de prensa para aseverar que los precios surgidos de la subasta eran «inaceptables», guardándose el adjetivo “atípico” para la Comisión Nacional de Competencia y Mercados (CNMC). Soria evidenció ante las cámaras que considera que los precios de los mercados y de las subastas se pueden manipular, como los costes regulados. La subida no gustó y la subasta, por tanto, se cuestionó, enviándose a la CNMC para su desguace. Anticipaba la intervención de la tarifa.
Utilización de los medios de comunicación
Acostumbrados al marco del franquismo que aún impera en nuestra economía, a la decisión política sobre los precios de la energía, los medios aceptaban la versión oficial del Ministerio. O bien hay “especulación” en el mercado eléctrico, o bien la subida de precios era “instada” por las empresas eléctricas. Y para dar cobertura al Gobierno, se hicieron eco de la duración temporal de la subasta con el fin de proyectar “con conocimiento de causa” las sospechas transformadas en sombras de duda sobre el proceso. Fue muy corta, al parecer, se hacían cargo los medios de lo conocido y filtrado. En otros medios ya se anticipaba que el Gobierno estaba preparando un decreto para retroceder la subasta producida este jueves, en virtud del resultado de la subasta.
La CNMC, para hacer un trabajo limpio
Soria envió entonces el encargo a la CNMC para que investigase en 24 horas cómo había sido la subasta en orden a su posible impugnación. Realmente el ministro de Industria lo que mandó fue una pregunta saducea a la CNMC. Algo así como, si les inquiriese, ¿verdad que la subasta no ha sido competitiva y que no nos queda otra cosa que hacer que impugnarla por el bien público? ¿A que ha sido atípica? En realidad, lo que pretende José Manuel Soria es que la CNMC le otorgue un salvoconducto para poner en circulación ese decreto para abolir la subasta realizada, interviniendo en el mercado y fijando una subida “aceptable” y “no atípica”.
¿Qué iba a decir la CNMC cuando, directamente, sus servicios están arrasados y quemados? ¿Qué puede decir en 24 horas la voz de su amo? No esperábamos otra cosa que una nota justificativa en base a generalidades, elucubraciones y lugares comunes? Desde luego, la CNMC, dócilmente, se ha portado bien calificando la subasta de «atípica»; que se ha hecho en un contexto de mercado con precios altos y con diversas comparaciones con días anteriores: se ha despachado dándole el gusto al Gobierno. Y lo ha hecho antes del plazo de 24 horas dado por el ministro, lo cual es muy de agradecer. Su primer gran encargo ha salido muy bien ejecutado para el Ejecutivo. Esto es lo que se quería para los órganos reguladores independientes españoles. Está comprobado.
Todo ello con una dificultad añadida: los antecedentes reflejan que el funcionamiento del mercado mayorista siempre ha sido correcto, las incidencias en los precios resultantes, muy reducidas y testimoniales, más de 25 subastas previas y ningún intento de mejorar el mecanismo, descartando que tuviera errores. Con lo que basta una nota de prensa con comparaciones interesadas para legitimar la intervención de un mercado. En todo caso, lo que habría que plantearse es el papel de la institución responsable del funcionamiento de los mercados de electricidad, el Operador de Mercado Eléctrico, cuyo accionariado es independiente y es quien debe garantizar el funcionamiento correcto del proceso de subastas y la limpieza en el resultado de la misma. Acudir a esta excepcionalidad para dar cobertura a una cacicada es una cuestión muy grave y que ha sido invocada de forma irresponsable.
Partamos del hecho, más que probable, de que en el mercado hayan entrado operadores que han percibido expectativas de alzas de precios y de un invierno duro respecto al consumo energético y sus precios, es decir, lo propio de un mercado. La pregunta es: ¿qué pasará con quienes hayan adquirido ayer energía en la subasta a esos precios? Hoy, por otra parte, el panorama es que las empresas eléctricas españolas son las más perjudicadas en el parqué del IBEX y, de forma añadida, no cabe mayor descrédito para las instituciones, mercados y mecanismos organizados españoles. El hazmerreír del mundo financiero por priorizar la política politizada en las decisiones.
A la vez, encontramos una estupenda cortina de humo para empantanar más la solución del problema: un intento de aprovechamiento para ocultar el peso específico de los coste del suministro, concentrando el problema en el mercado; un respiro para ocultar la desastrosa política de estos dos años aumentando el problema del déficit tarifario y sus atrabiliarias formas de cercamiento al mismo, usando demagogia y grano grueso, palabras como “manipulación” asegurando que la luz no subirá el 11% en enero de ninguna forma. Vamos, lo fácil.
La intervención está en marcha, una medida inédita e imprevista.José Manuel Soria (Nadal está desaparecido, aunque ha firmado la anulación de la subasta por parte de Industria) aparecerá en las ruedas de prensa y podrá determinar a partir de ahora de forma caudillista el precio que le parece bien y que no entorpezca sus pretensiones políticas. No hay mecanismo que se les resista.



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