Soria da su apoyo a las renovables, donde España es «referente», aunque las primas eran «insostenibles»
Durante su intervención en Sevilla en las jornadas técnicas sobre «La energía: factor económico esencial de nuestra sociedad«, organizadas por el Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Sur, el ministro defendió las reformas en materia energética del Gobierno y apuntó su apuesta «clara e inequívoca» por este tipo de energía.
«España hizo una apuesta muy temprana por las energías renovables, con un elevado nivel de ayudas que propició un sector muy potente que se ha convertido en referencia mundial, pero que ha creado un efecto adverso» al no equilibrarse los ingresos con los gastos, explicó el ministro, al tiempo que señaló que las primas pasan a ser sustituidas por incentivos a la inversión.
El desarrollo de las renovables en la última década, apoyado en un sistema de incentivos y primas a la producción y a la tecnología, permitió que entre enero y junio de este año la generación de este tipo de energía fuera un 50% superior a la demanda, algo positivo, aunque «no se puede decir lo mismo de la sostenibilidad económica y financiera del sistema», apuntó.
Asimismo, Soria reconoció que las reformas del sistema eléctrico implantadas en el último año y medio «no han contentado a nadie». «Se podía contentar a alguna parte, pero cada planteamiento de manera individualizada no es compatible con el resto y no llegan a la equidad», indicó.
En este sentido, el ministro advirtió de que «no contenta a nadie pero había que hacerla ante uno de los problemas más endemoniados en la economía española», ya que «sino habría consecuencias más graves», como una subida de los precios de la luz de un 43%, muy por encima de las subidas que experimentó a lo largo del último año.
Por eso, el titular de Industria defendió la necesidad de reformar un sistema «insostenible» desde el punto de vista económico y que, además, era uno de los «problemas más endemoniados de la economía española».
Al hilo de esto, el ministro señaló algunas fortalezas del sistema eléctrico español, como son la diversificación de la tecnología, el alto porcentaje de producción con renovables, la calidad del suministro y un buen nivel de infraestructuras.
No obstante, entre las debilidades, también cuenta con precios por encima de la media de la Unión Europea y unos costes regulados del sistema que no dejan de crecer. Esto, según explicó, da como resultado en julio de 2013 «todavía un déficit estructural del sistema de 4.500 millones de euros y unos costes regulados de más de 22.000 millones de euros», que, entre otras razones, consecuencia de «errores y predicciones defectuosas hacia algunos años sobre la demanda eléctrica». A pesar de ello, con las medidas que adoptadas por el Gobierno en el último año y medio se cubrieron unos 6.000 millones de euros del déficit total acumulado por el sistema.
El ministro llamó la atención sobre la importancia del contexto y la evolución de la demanda energética de cara a la política de este rama. En este contexto, destacó el incremento de la demanda de hidrocarburos liderada por las economía emergentes, la producción de petróleo y gas cada vez más concentrada en las economías emergentes y el cambio geopolítico de la energía que provocará el desarrollo en Estados Unidos de las técnicas de fracturación hidráulica.
En cuanto a esta técnica, la fracturación hidráulica, destacó que cada comunidad puede autorizar esta técnica, pero debe estar incluido dentro de la legislación básica del Gobierno.
Respecto a la seguridad en los suministros, el Gobierno entiende que «toda oportunidad» de disponer de recursos propios debe ser desarrollada dentro de las leyes europeas y españolas de garantía medioambiental.
Sobre el mix de energía, Soria señaló su equilibrio, que «debe seguir así», con una parte sustancial de energía nuclear. «Se trata de una cuestión de sentido común y si el Consejo de Seguridad Nuclear determina la seguridad de un reactor, «la realidad debe estar orientada a mantener la producción de energía nuclear».
Por último, consideró que en España quedan desequilibrios muy graves y serios, pero que 2014 será el año de la recuperación y de la generación de empleo.
La Industria reclama un marco regulador «favorable»
Por su parte, el consejero delegado de Atlantic Copper, Javier Targhetta, afirmó que la «contaminación no conoce fronteras, ni la inversión tampoco» y, por eso, pidió al Gobierno que «ayude a la gran industria, que ha hecho de forma mayoritaria los deberes, con un marco regulador favorable».
La estabilidad del marco legal es necesaria para que la «inversión venga y la que está se desarrolle», ya que el «torbellino regulador en el mercado eléctrico en los últimos años no es la mejor manera de atraer inversiones», sostuvo en la conferencia.
El consejero delegado de Atlantic Copper, productora de cobre y con instalaciones en el polo químico de Huelva, admitió que el Gobierno está acometiendo la reforma eléctrica de forma «valiente» y, por eso, «necesita el apoyo y la comprensión de todos».
En su opinión, es «tremendamente difícil» de ordenar el sistema eléctrico español, que tiene un déficit de tarifa de unos 26.000 millones de euros, reconoció Targhetta, quien, no obstante, advirtió de que el «cambio constante de las reglas de juego no es buen caldo de cultivo para favorecer las inversiones en la industria».
Tras recalcar que «no hay industria competitiva sin energía competitiva», aseguró que «no hay razones insalvables para no ser competitivos» en España, aunque «hay que ponerse las pilas y como mínimo asegurar que no caiga lo que ya hay».
Asimismo, puso en valor la contribución económica del sector industrial, que representa en España un 16% del PIB, así como la relación que hay entre la tasa de paro y la implantación industrial.
A este respecto citó al País Vasco, donde la industria representa un 23% del PIB y tiene la tasa de paro más baja de España, frente a Andalucía, con un peso industrial en el PIB del 11% y la tasa de desempleo más alta del país.
También resaltó la calidad del empleo en la industria, que tiene salarios más altos que el resto de actividades, y la menor tasa de temporalidad (del 24% frente al 34% de medida en el resto de sectores).



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