Soria asegura que el nuevo sistema de subastas que está diseñando el Gobierno contribuirá a reducir los costes del sistema eléctrico

«El sistema trimestral de subastas eléctricas como lo conocemos hasta ahora es un sistema ya superado, que comporta unos costes en cobertura de precios que suponen un gasto adicional que va directamente repercutido a la factura eléctrica», afirmó Soria, tras su intervención en el acto de inauguración del IX Congreso de la Asociación Española para la Economía Energética (AEEE), en el IE Business School y que se llevó por título «Energía y Competitividad Energética«.

El titular de Industria reconoció que se están «estudiando» las propuestas de revisión de precios de las empresas eléctricas sobre cómo debe ser este nuevo mecanismo para fijar el coste del componente energético de la factura eléctrica regulada. Entre ellas está la de Endesa, en la que se aboga por subastas mensuales, revisiones trimestrales del recibo y un peso del 50% de las pujas eléctricas en la conformación final del coste de la energía.

No obstante, Industria estudia «todas las propuestas», también las remitidas por los operadores financieros y se van a tener en cuenta a consumidores y comercializadores, con los que se está reuniendo.

«El Gobierno está diseñando un nuevo sistema que dé mayor estabilidad a los precios a lo largo de un periodo de tiempo determinado y que también contribuya a que el coste total del sistema pueda ser inferior a lo que es hasta ahora», señaló.

En cuanto a la evolución de la factura eléctrica en los últimos años, Soria insistió en que «la evidencia empírica» señala que entre el año 2004 y el 2011 la electricidad subió un 63,2%, mientras que entre 2012 y 2013 para una familia media de dos hijos la subida es del 2,9% y sólo mirando 2013 «habría bajado un 3,7%», en base a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

«Hay una diferencia importante en la evolución de los precios», destacó el titular de Industria, si bien señaló que «no podemos conformarnos con esto», por lo que abogó por «seguir trabajando» dado que «el coste de la electricidad, aparte de suponer una carga importante dentro de lo que es el presupuesto familiar, también es uno de los determinantes de la competitividad de las economías».

En este sentido durante la inauguración del congreso, el ministro confió en que pudieran salir orientaciones para que España se quite «la espina» que supone el diferencial de precios energéticos, tanto doméstico como industrial, con otros países «que tanta competitividad resta».

«La política energética no debe ser un factor disminuidor de la competencia» y «cuando el coste de la energía es superior al de los competidores es porque algo no se está haciendo bien», señaló el ministro.

Ante esta circunstancia, se mostró partidario de trasladar a la Unión Europea la necesidad de «no exigir extracostes eléctricos en los que no incurren» y que puedan provocar deslocalizaciones y añadió que, desde la política de su departamento, combina los tres vértices del «trilema energético», como son la seguridad de abastecimiento, la sostenibilidad medioambiental y la competitividad.

Las diferencias en los costes eléctricos pueden servir para «entender por qué algunas industrias levantan amarras en unas economías y fondean en otras», añadió.

Asimismo, puntualizó que la seguridad del suministro es «más vulnerable» cuando se depende en un 91% de los hidrocarburos, y recordó que los costes del sistema «superan los ingresos», por lo que abogó por «conocer y explorar nuestro potencial de energía primaria» y no «retroalimentar el déficit».

En este sentido, defendió que no podemos «cruzarnos de brazos mientras los vecinos exploran recursos» (en clara alusión a la exploración de hidrocarburos no convencionales) ni «dar la espalda a la realidad energética» que evidencia que los incrementos de demanda de energía son liderados por China y economías de Oriente Medio, y que a partir de 2020 China será el primer importador de energía, India del carbón, y que en 2013 Estados Unidos tendrá «plena independencia energética».

El ministro recalcó la importancia de la seguridad y la sostenibilidad medioambiental en el sector energético. No obstante, reivindicó también la sostenibilidad económica y financiera de «cualquier política energética» que «no debe de ser factor de disminución».

Asimismo, sostuvo que Europa «no debe renunciar al liderazgo en la lucha contra el cambio climático», por lo que abogó por seguir «en esa dirección», aunque puntualizó que también «deberíamos evitar ser los campeones del desempleo juvenil en todo el mundo».

Sobre una posible subida de los carburantes, Soria señaló que la reforma fiscal está siendo elaborada por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas y la dará a conocer cuando esté finalizada.

De su lado, el presidente de Red Eléctrica, José Folgado, que intervino como presidente de honor del congreso de la AEEE, defendió que con la «situación insostenible» que se encontró Soria al llegar al Ministerio, con un déficit de 24.000 millones de euros, «se corría el riesgo de una quiebra del sector». Por ello, aunque las medidas acometidas por el Gobierno «no han sido del agrado de empresas ni consumidores», Folgado afirmó que «hay que reconocer su necesidad».

«Esperemos que termine de dar estabilidad a un sector estratégico como la energía», afirmó Folgado.

Asimismo, el presidente de REE apostó por conseguir un acceso a fuentes de energía «a precios razonables», y advirtió de que la bajada de precios en Estados Unidos y el incremento en Europa puede poner «en peligro» la posición europea en el contexto mundial.

«Los precios deben estar fijados con criterios económicos y con mucho menos componente ideológico», apostilló Folgado, que reconoció no obstante percibir un mayor «pragmatismo» por parte de la Unión Europea.

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