El ministro respondió así en el pleno del Senado a una interpelación sobre las prospecciones petrolíferas autorizadas por el Gobierno presentada por el diputado del Grupo Mixto, Narvay Quintero, que alertó de los efectos negativos que tendría dicha actividad en el ecosistema y en el turismo del archipiélago.

Soria negó que el hipotético hallazgo de petróleo fuese una «tragedia económica», sino que, al contrario, permitiría reducir la actual dependencia energética nacional y supondría un «impacto» en términos de balanza de pagos por cuenta corriente.

El ministro recordó que, si son ciertas las previsiones de 140.000 barriles al día, la puesta en marcha de un yacimiento en la zona supondría el 10% de los 1,4 millones de barriles que consume España actualmente.

También mejoraría a su juicio el «tradicional e histórico déficit del sector exterior» español y reduciría las elevadas cifras del paro en Canarias, cuya tasa ronda el 32% y afecta especialmente a los más jóvenes.

El diputado Narvay Quintero recordó al ministro la «enorme controversia» que generó en las islas la autorización de las prospecciones, así como las «multitudinarias e históricas» manifestaciones en contra del proyecto y pidió al Gobierno central más diálogo con las instituciones canarias.

A su juicio, la investigación que llevará a cabo la compañía Repsol amenaza el modelo económico, la biodiversidad y el futuro de Canarias, por lo que pidió una mesa de diálogo entre administraciones «en la que se tiene que dialogar, no imponer».

«Está en juego el futuro de Canarias y sus ciudadanos», según Quintero, que tiene la impresión de que el Ejecutivo central «tiene más interés por defender los intereses de Repsol y sus accionistas que en escuchar a los canarios y a sus administraciones».

El diputado del Grupo Mixto consideró que el riesgo de una actividad petrolífera «es mucho» -especialmente en una zona de riesgo donde hay movimientos sísmicos- y sus beneficios «son pocos o no los sabemos».

Quintero recordó que las islas reciben unos doce millones de turistas anuales y la actividad petrolera podría poner en riesgo dicho sector, clave para su economía, como coincididieron varios operadores turísticos internacionales y los principales organismos mundiales de conservación.

El ministro respondió que una explotación petrolera es «plenamente compatible» con el turismo y puso como ejemplo a Tarragona, donde hay una plataforma a 40 kilómetros de la costa que no ha afectado ni al turismo ni al sector pesquero.

Según el ministro, hay un «consenso generalizado» sobre que en las próximas dos décadas habrá un aumento «impactante» en el consumo energético mundial «y ninguna previsión apunta a que se vaya a producir una disminución sustancial en el uso de combustibles fósiles, gas y petróleo en próximas décadas».

Aunque recordó que el Gobierno no autorizó aún futuras extracciones, sino permisos para investigar y ver si hay o no hay petróleo, gas o ambas cosas, añadió que si hay petróleo su ministerio lo autorizaría, porque sería «lo mejor para Canarias y los canarios y especialmente para quienes están en paro».