Sebastián afirma que hay que aprender del accidente de la central nuclear de Fukushima

«Una manera de apoyar a Japón es no crear una alerta sobre el tema nuclear, por ello España ha sido muy cautelosa al respecto», afirmó Miguel Sebastián y aseguró que el debate surgido respecto a la energía nuclear tras los problemas en la central de Fukushima como consecuencia del terremoto y posterior tsunami que sacudieron al país asiático el pasado día 11, tiene que hacer que se certifique «la seguridad de las centrales en funcionamiento».

«En el corto plazo tenemos que asegurarnos de que nuestras plantas son seguras. Tan solo una de las ocho centrales que operan en España se encuentra en la costa y el riesgo de que se produzca un terremoto es bajo«, apuntó.

Las centrales nucleares españolas aportan cerca del 20 % de la energía del país, por lo que Sebastián afirmó que «ahora» no se puede cerrar ninguna planta, al tiempo que aseguró que en el largo plazo la intención de España es reforzar las fuentes de energía renovables.

También, la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, insistió en que es un «momento de reflexión, y no de pronunciamiento» sobre la energía nuclear, de ponerse «todos de acuerdo sobre la exigencia que deben tener las centrales» españolas «en materia de seguridad».

Garmendia dijo que «es evidente que el debate sobre la energía nuclear ha cobrado mayor relevancia y pone en cuestión el ámbito de la seguridad, que es el más importante que debe examinarse».

En este sentido, recordó que «hay un absoluto acuerdo en profundizar en las pruebas de estrés en las centrales españolas», con la colaboración europea, para que haya un «acuerdo estándar en toda Europa» y «tranquilidad en la ciudadanía».

«Este es el primer paso y la reflexión -sobre la energía nuclear- vendrá después», concluyó Garmendia.

Para el conseller de Empresa y Empleo de la Generalitat, Francesc Xavier Mena, Catalunya puede estar «razonablemente tranquila» sobre la seguridad de sus instalaciones nucleares.

En el pleno del Parlament recordó que en un encuentro con los alcaldes de la zona de Ascó y Vandellòs y miembros del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) estos últimos avalaron la situación de las instalaciones catalanas. Además, aseguró que el Govern trasladó al ministro de Industria, Miguel Sebastián, el rechazo del Parlament a que se instale en Catalunya el Almacén Temporal Centralizado (ATC).

Mientras, la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC) consideró que tras el accidente nuclear registrado en Japón, el ATC de residuos nucleares de alta actividad y combustible gastado es «más necesario que nunca».

Así, el portavoz de AMAC calificó de «desgracia todo lo ocurrido en Japón», pero recordó que el hecho de que los residuos estuvieran en la propia central de Fukushima Daiichi «ha aumentado el problema» y ha supuesto una «complicación añadida», por lo que reiteró que la apuesta es un ATC para gestionar los residuos radiactivos españoles independientemente de las centrales pero de forma unitaria.

Sobre la posibilidad de que alguna central nuclear española pueda cerrar antes de llegar al final de su permiso de operación si no aprueba las pruebas de estrés a los que se someterán en el segundo semestre del año, tal y como anunció el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, AMAC dijo que «todos los test de seguridad que se hagan son bienvenidos» porque, en su opinión, cuanto mejor operen las centrales, mayor nivel de seguridad y confianza habrá. Por eso, la organización estimó que si alguna de las plantas atómicas no supera los controles de seguridad «se debe cerrar, siempre y cuando la decisión se base en criterios técnicos».

Iberdrola convencido de la «bondad» de la energía nuclear «segura»

Asimismo, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, se mostró «convencido» de las «bondades» de la energía nuclear «segura», y «creo que tenemos que juzgar los acontecimientos con prudencia suficiente y frialdad. La información de la que disponemos es muchas veces motivo de no demasiado análisis», afirmó.

«En el caso de Iberdrola, lo hemos dicho en todas las ocasiones: somos absolutos convencidos de las bondades de la nuclear, pero siempre en un marco de absoluta seguridad«, añadió Sánchez Galán.

Greenpeace: «El Gobierno esconde la cabeza como los avestruces»

Por su parte, el responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, afirmó que ni el Gobierno español ni los partidos políticos han estado a la altura de las circunstancias ante la catástrofe ocurrida en la central de Fukushima, «la segunda más grave de la historia» y acusó al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero de «esconder la cabeza debajo del ala como los avestruces» y de haber cedido ante las presiones del lobby nuclear.

El PSOE pretendió fijar el límite de vida útil de las centrales nucleares en 40 años en la tramitación de la Ley de Economía Sostenible, explicó Bravo, pero finalmente «se bajó los pantalones ante el lobby nuclear» y no se introdujo ninguna referencia temporal, señaló.

Bravo destacó que el «Gobierno de derechas» alemán «ha tomado nota de lo sucedido en Fukushima, ha decretado el cierre de siete centrales nucleares similares, ha cancelado la construcción de otras nuevas ya proyectadas y ha establecido un límite de 32 años de vida útil». Lo mismo ha ocurrido en China y Suiza, prosiguió, mientras que en España el Gobierno y los demás partidos «no dicen nada», lamentó Bravo, al tiempo que reclamó al Gobierno que «saque del cajón» las leyes de energías renovables (para producir el 50% de la electricidad a partir de estas fuentes en 2020 y el 100% antes de 2050) y de ahorro y eficiencia energética.

También pidió cancelar la construcción del cementerio de residuos nucleares; modificar el proyecto de ley sobre responsabilidad civil por daños nucleares, y realizar «stress tests» obligatorios en todas las centrales, que además de inundaciones y terremotos examinen la seguridad del sistema primario, los sistemas de refrigeración de emergencia y la resistencia de la contención en situaciones de falta de refrigeración.

«Estamos ante el inicio del fin de la era nuclear» y «el Gobierno debe poner en marcha un plan de cierre progresivo y urgente», concluyó.

Por su parte, el responsable de energía de Greenpeace, José Luis García, acusó a la industria nuclear de que «desde el principio ha intentado minimizar el problema», diciendo que «la radioactividad desprendida ha sido limitada y que no habrá efectos en la salud».

Sin embargo, García señaló que ya se ha liberado la décima parte de la radioactividad de Chernobil, por lo que no se entiende que «se tenga que mantener una energía tan peligrosa cuando sí hay alternativas«, subrayó, y citó varios estudios que demuestran que para 2050 «sería viable producir el 100% con renovables«.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *