Repsol apoya el plan de ahorro energético que el Gobierno quiere aprobar este viernes
El objetivo de este plan es ahorrar energía frente a la crisis que viven los países árabes y que trae el consiguiente encarecimiento del petróleo.
Antonio Brufau señaló que «el mejor barril es el que no se consume» y subrayó que «hay que ser eficiente energéticamente» en todos los sectores, «desde la construcción, a la generación, la industria o la movilidad», dijo.
A su juicio, por ello, «tiene que haber incentivos que motiven ahorrar energía. Es más barato incentivar el ahorro energético que la producción en renovables», añadió.
«No queremos que la gente consuma más energía» de la que realmente necesita, dijo Brufau.
El cese en Libia tendrá un impacto en la cuenta de resultados
Del mismo modo, Brufau afirmó que el cese de la actividad en Libia, como consecuencia de la crisis que vive el país, «sin duda, tendrá un impacto en la cuenta de resultados del grupo».
El directivo explicó que la producción de la empresa en este país (de unos 14,5 millones de barriles al año) se ha reducido a la mitad, como consecuencia de este conflicto. «La actividad no está parada, se ha reducido a la mitad; estamos produciendo unos 160.000 barriles al día en los campos más próximos al campamento», indicó.
Rebajar a la mitad la producción «tiene impacto en la cuenta de resultados». Con todo, recalcó que no se ha destruido ninguna instalación, con lo que confió en que, «más pronto que tarde», la operación volverá a la normalidad en este país.
Por otro lado, Brufau explicó que la compañía tiene previsto explorar tres pozos este año en Libia, aunque «a lo mejor este año no podemos y tiene que ser el que viene».
Admitió, además, que la situación en el país africano «nos está lastrando un poco en la Bolsa».
Asimismo, preguntado por la evolución del precio del crudo como consecuencia de esta coyuntura internacional, Brufau señaló que está en un «rallie». «Ojalá vuelva donde estaba antes de la crisis. No es sano que esta casa gane dinero porque hay un conflicto bélico que sube el precio del barril a 130 dólares; no es bueno. Me gustaría creer que volverá a los 80-90 dólares; de lo contrario, no puedo prever hacia dónde irá el mundo», dijo.
Con todo, el presidente de la compañía quiso dejar claro que, para Repsol, «lo prioritario es que haya paz y que nuestra gente esté segura. Ojalá esto dure poco, aunque no se restablezca nuestra producción allí. Nos preocupa Libia y la gente de allí; es una situación dolorosa», dijo.
Por ello, subrayó que «no podemos pensar ahora en términos económicos, sino sociales. Obviamente, como gestor de esta casa, me tocará pensar» en números, pero más adelante, cuando el tema humano esté resuelto. Descartó, por ello, pedir por ahora ningún tipo de indemnización.
En este sentido, Brufau explicó que «tuvimos la suerte de traer a casa», en un avión fletado por la compañía, a «una parte importante de colaboradores en Libia» en concreto, 131, de 22 nacionalidades (88 de ellas, vinculadas a la empresa).
«No hay que felicitarse, porque la situación allí es la que es. Hemos estado silentes, porque estas cosas hay que hacerlas con tranquilidad y prudencia. Todavía nos quedan chicos en Libia, los que están en los campos. No es un tema fácil. Pero me gustaría transmitir a sus familias que, más pronto que tarde, traeremos a todos, aunque sea en bicicleta«, añadió.
Agradeció, además, la ayuda recibida de los trabajadores de la casa, en España y en el país africano, donde «hay gente que no ha dormido en una semana y han actuado como auténticos líderes en una situación de crisis, calmando a todos los nervios». También agradeció la ayuda de la opinión pública y de las autoridades, entre ellas la del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Repsol vale más de 40.000 millones de euros
Asimismo, el presidente de Repsol YPF sostuvo que su compañía tiene un «proyecto independiente» al margen de cualquier hipotético interés de compra por parte de petroleras europeas como Total o ENI y cifró en más de 40.000 millones de euros el valor de la compañía.
«Hemos demostrado tener un proyecto independiente. Lógicamente, una casa que haga los deberes se hace más atractiva, pero no podéis pedir a un gestor que haga mal las cosas para no ser opado«, sostuvo Brufau antes de enfatizar su «responsabilidad de trasladar el buen hacer al valor».
Total ingresó unos 3.800 millones con la venta del 48% de Cepsa a IPIC, lo que supone un importe que «no es comparable» a las magnitudes en las que se valora Repsol, explicó. «Esta casa vale 40.000 millones como mínimo», afirmó, antes de recordar además que el grupo francés ha expresado su deseo de salir de la actividad de refino en Europa, en la que participa la petrolera española.
Por otro lado, el directivo salió al paso de los rumores de divergencias dentro del consejo de administración de Gas Natural Fenosa expresando su apoyo a la directiva y a su forma de gestionar las negociaciones con Sonatrach. «Esta casa apoya total y absolutamente la gestión de Gas Natural Fenosa y de su presidente (Salvador Gabarró) y consejero delegado (Rafael Villaseca), porque el equipo directivo ha probado que es uno de los mejores equipos directivos que hay en España«, afirmó. «Y sí estoy de acuerdo en cómo se negocia con Sonatrach«, añadió.
Brufau también anunció que el consejo de administración de Repsol decidió «no diluir»su 30% en Gas Natural Fenosa y acudir a la ampliación de capital con la que la gasista permitirá a sus accionistas recibir el dividendo en títulos, en vez de en efectivo.
Junto a esto, aseguró que «no se ha planteado ni es la idea de nadie» repartir un dividendo extraordinario con las desinversiones en Repsol Brasil o en otros activos. Además, indicó que el levantamiento de los blindajes del grupo se producirá de forma automática en julio, cuando entre el vigor la ley que lo recoge.
El grupo tiene como objetivo elevar el dividendo anual a un ritmo de «dos dígitos», señaló, antes de indicar que el incremento de este año servirá para compensar el descenso aplicado en el ejercicio anterior.
Reducir su peso en YPF y mantener el control con el 51 %
Por otra parte, Repsol afirmó que quiere reducir su participación del 79,8 % en la argentina YPF, pero sin bajar del 51 %, lo que le permitirá seguir manteniendo el control de la empresa. Para ello, el pasado 25 de noviembre, Repsol registró ante la SEC (Comisión de Valores estadounidense) una solicitud para vender hasta un 15 % de su participación en YPF.
Según señaló el presidente de Repsol, la petrolera confía en que en «dos o tres meses» se pueda reanudar la venta de acciones de su filial argentina, un proceso parado por un juez argentino tras la demanda de un extrabajador de la compañía.
El pasado mes de febrero, el magistrado Oscar Armando Valentinuzzi dispuso que la venta de las acciones de YPF quedara en suspenso hasta que se resolviera la demanda iniciada por un integrante de la Federación de Ex Trabajadores de YPF, que reúne a unos 25.000 antiguos empleados de la compañía que reclaman ser reconocidos como accionistas.
Brufau añadió que espera que este litigio se resuelva satisfactoriamente y poder dar entrada a nuevos inversores en el capital de YPF. En ese periodo de dos o tres meses, Brufau prevé contar con inversores internacionales interesados y poder «compartir el futuro de la compañía» con empresarios argentinos e inversores institucionales.
El grupo Petersen, del empresario argentino Eskenazi, posee actualmente el 15,46 % del capital de YPF pero tiene una opción, que vence en marzo de 2012, para adquirir un 10 % más y controlar así el 25 %. Del capital restante, un 4,72 % se encuentra en «free float», capital que cotiza en el mercado.
El objetivo de Repsol, incluido dentro de su capitulo de desinversiones del periodo 2010-2014, es reducir su participación hasta el 51 %. Las ventas de YPF, junto a la de otros activos considerados no estratégicos, sumaría los 7.800 millones de euros (después de impuestos) que la petrolera contempla para este periodo.




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