Putin firma un decreto por el que Rusia renuncia a unirse a la Carta Energética

«Rusia no se siente obligada a no tomar decisiones que socaven el contenido del documento y su protocolo, y sus objetivos», señala la nota, según las agencias rusas.

El ministerio de Exteriores ruso ya ha informado al Gobierno de Portugal sobre la decisión, ya que el acuerdo internacional sobre la Carta Energética fue suscrita en Lisboa en diciembre de 1994.

Rusia, que firmó, pero nunca ratificó el documento, considera que la carta ya no es un documento válido para regular su relación con la Unión Europea (UE) en ese terreno.

Putin ya aseguró en varias ocasiones durante los últimos meses que no veía sentido en que Rusia mantuviera su firma en la Carta Energética.

El primer ministro ruso considera que ese documento debe ser reemplazado por el pacto energético propuesto en abril pasado en Helsinki por el presidente ruso, Dmitri Medvédev.

Ese pacto «contribuiría sustancialmente a normalizar las relaciones en la esfera energética en Europa, lo que crearía una base legal que tendría en cuenta los intereses de todos los participantes: productores, países de tránsito y consumidores», señaló Putin.

En virtud del pacto energético ruso, proveedores y consumidores compartirían la responsabilidad por el tránsito de los hidrocarburos por territorio de terceros países y acordarían inversiones conjuntas en las redes de gasoductos y oleoductos.

Al respecto, el Kremlin también desea que la UE permita el libre acceso del consorcio gasístico ruso Gazprom a los activos de las compañías energéticas europeas.

A cambio, Rusia permitiría que las compañías europeas inviertan en este país, el mayor exportador mundial de gas y el segundo de petróleo.

Mientras, la UE mantiene que Rusia debería ratificar lo más pronto posible la Carta Energética, mecanismo de cooperación entre el Oeste y el Este de Europa, aduciendo que el pacto energético propuesto por el Kremlin no anula el espíritu y la letra de la carta.

Sin embargo, Rusia se niega, ya que considera que el documento es perjudicial para los intereses de los países productores, al tiempo que lo considera incapaz de prevenir conflictos como el ocurrido a principios de año con Ucrania.

Moscú denuncia que la Carta Energética busca asegurar a la UE el libre acceso a las reservas rusas y sus redes monopolizadas de gasoductos y oleoductos, mientras Europa bloquea las inversiones rusas y las compras de activos en territorio de los Veintisiete.

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