Pemex deja el Consejo de Repsol tras vender casi toda su participación
Pemex cerró la venta de un 7,86% del capital de Repsol por 2.091 millones de euros, a razón de 20,10 euros por acción, con lo que su participación se ve reducida a un 1,4%. Pemex es un socio histórico de Repsol desde 1990 y antes de la venta era su tercer accionista con un 9,5%, por detrás de La Caixa y Sacyr. Esta operación le reportó más de 660 millones de euros de plusvalías.
La compañía mexicana argumentó que la desinversión se produce por sus «diferencias» con las prácticas de gobierno corporativo, así como por la «baja rentabilidad» de las acciones del grupo español y el hecho de que no se materializaran los «beneficios mutuos» de la alianza industrial firmada entre las dos empresas hace dos años, puesto que «ni México ni Pemex forman parte del plan de negocios».
Las desavenencias entre Pemex y la dirección de Repsol comenzaron en 2011 cuando la empresa mexicana se alió con Sacyr, entonces presidida por Luis del Rivero, para sindicar sus acciones e intentar hacerse con el control.
Posteriormente y tras el fracaso de la operación, que supuso la salida de Del Rivero de la constructora, las relaciones entre ambas compañías se normalizaron gracias a un acuerdo de estabilidad.
Sin embargo, el conflicto se reabrió cuando Pemex intentó intermediar entre Repsol y el gobierno argentino para alcanzar un acuerdo de compensación por la expropiación de YPF, una oferta que fue rechazada por la empresa española al considerarla insuficiente.
Posteriormente, en noviembre del pasado año la dirección de Pemex comenzó a criticar públicamente a la dirección de Repsol al considerar que los resultados económicos de su inversión en la empresa española no cumplían con sus expectativas.
Pemex llegó a negar su apoyo al equipo del presidente, Antonio Brufau, en un Consejo de Administración y en la última Junta General de Accionistas de Repsol, celebrada a finales de marzo, votó en contra del blindaje de la petrolera ante posibles segregaciones de sus negocios.
La dirección de Repsol «no propició» el acuerdo con YPF
Por otro lado, el director general de Pétroleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya, continuó con sus críticas hacia la dirección del grupo español Repsol al asegurar que éste «no propició» una «solución amigable» con Argentina por la expropiación en 2012 del 51% de sus acciones en YPF.
En declaraciones a la emisora MVS, Lozoya destacó en cambio el papel que jugó México como «interlocutor válido» para lograr una «solución amigable» y el apoyo del Gobierno de Cristina Fernández y la administración de la petrolera argentina YPF.
«A partir de una relación diplomática constructiva con Argentina, el Gobierno de Enrique Peña Nieto «fungió ahí como un interlocutor válido» para lograr en noviembre de 2013 un acuerdo de compensación por 5.000 millones de dólares (3.700 millones de euros) en deuda argentina.
Dicha solución, que «la administración de Repsol no propició, (…) al final de cuentas hizo que el precio de la acción subiera» y que Petróleos Mexicanos pudiera salir de la petrolera española «a un precio en el cual no tuviéramos una pérdida», aseguró.
Lozoya dijo que «haber propiciado una solución con Argentina» fue una de las «muchísimas diferencias» de Pemex con la dirección de Repsol, y destacó que su objetivo era velar por un incremento del precio de acciones del grupo español.
Recordó que el precio de la acción del grupo español «cayó de una forma importante, a menos de 12 euros», tras la nacionalización del 51% de su participación en la petrolera argentina YPF.
La compañía pública mexicana vendió el miércoles el 7,86 % del capital de Repsol a 20,10 euros por acción y se quedó con una participación del 1,4% de la que también quiere deshacerse tras el vencimiento de un crédito en agosto.
El directivo destacó que «se logró una pequeña plusvalía» con la inversión que Pemex hizo en 2011 en un paquete accionarial de la petrolera española de casi el 5% a un precio de 19,5 euros, y calificó como propicio el momento de la salida de Repsol.
Señaló que Pemex está enfocada en invertir los recursos obtenidos en México, donde esperan obtener una mayor rentabilidad.
Explicó que tras la venta de las acciones, por las que obtuvo 2.091 millones de euros (2.845 millones dólares), el flujo neto es de apenas 900 millones de dólares debido al pago de obligaciones crediticias asumidas en 2011. Dicho monto, admitió, es «una proporción muy pequeña» de lo que Pemex invierte anualmente, una cifra que ronda los 27.000 millones de dólares.



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