Papá está en viaje de negocios

En el año 1985, el realizador yugoslavo Emir Kusturica presentó la película «Papá está en viaje de negocios«. En la película, el realizador de «El tiempo de los gitanos» cuenta a través de los ojos de un niño las condiciones humanas durante el régimen político de Tito en la antigua Yugoslavia. Sin embargo, el proyecto político de Yugoslavia no aceptaba la disidencia y la crítica. Es más, cuando existía se condenaba con trabajos forzados. El hecho es que, el padre del niño protagonista acaba siendo una víctima del régimen, motivo por el que es encarcelado. Por su parte, al no producirse su liberación y no encontrar una explicación coherente ante la ausencia del padre, la madre del niño le dice que este se ha ido de viaje de negocios.

Ayer José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo, mantuvo un almuerzo organizado por KPMG y Europa Press. Soria, en dicho encuentro, hizo una profunda descripción del sector turístico. Un sector, por otra parte, muy importante, incluso clave en la economía española y del que el ministro evidenció su conocimiento, incluso una delectación en sus variantes, estructura, en la capacidad del mismo, en el papel de las ciudades,de los destinos turísticos, etc… Ejerció casi de ministro de Información y Turismo. En todo caso, es un área de la economía española con sus problemas, nuevos competidores y necesidad de reconversión, pero siempre, mucho más ‘agradecida’ mediáticamente que la energía.

Pero lo paradójico, dado el medio que nos ocupa, es que, en su intervención, Soria hizo muy pocas reflexiones al segundo negociado incluido nominalmente en la denominación de su departamento, la energía. En concreto, las que hemos recogido en las crónicas de agencias y las aparecidas en medios informativos y digitales. Y no hay o no hubo mucho más. En lo que se refiere al sector de hidrocarburos, han aparecido nuevamente las insinuaciones inmemoriales y sospechas recurrentes respecto del comportamiento de los precios de los carburantes y la forma en que recogen la evolución de los precios del petróleo en los mercados internacionales, con supuestos retardos en las bajadas y urgencia en las subidas.

Y, en cuato a un problema tan grave como el déficit tarifario, como se puede ver y leer, Soria no llegó a más que a lugares comunes y a vaguedades de marcado tinte político, además de ambiguas. Generalidades que, casi con la tercera revisión tarifaria del año en ciernes, se antojan excesivamente protocolarias de forma extemporánea, incluso con los rumores incesantes de inminentes normas para mayo o para finales de junio (cada Consejo de Ministros, lleva aparejado el rumor de una medida).

Sobre todo, teniendo en cuenta que las medidas tomadas al respecto hasta el momento, con ser necesarias, no palian, ni abordan el problema del mismo y cualquiera que se haya acercado en serio al mismo, lo sabe. En resumen, sintetizando y concluyendo, estas declaraciones reflejan que, a estas alturas del campeonato, todavía no se dice o no se sabe cuál es el plan, cuál es la hoja de ruta, cuál es la estrategia, cuál la política o el modelo a la hora de abordar el problema del déficit tarifario.

Pero lo más lacerante es la lectura que se puede extraer entre líneas respecto del departamento de José Manuel Soria en lo que se refiere al problema de la energía en general, y del déficit tarifario eléctrico en particular. Y es la evidencia de que esta forma de hacer declaraciones, es un ejercicio de disimulo o de salir del paso, que deja entrever que la partida entre Moncloa e Industria ha terminado y que el ministro finalmente ha bajado los brazos. Las declaraciones y su tono, vistos en primera persona, sirven para comprender que este problema ha pasado a ser heterónomo para el departamento que dirige José Manuel Soria, y que es la Oficina Económica del Presidente, con Álvaro Nadal al frente, la que llevará las riendas, con una perspectiva mucho más política, incluso de la dinámica de partidos. Algo que nos lleva al escenario insondable en que se mueve la actuación del Ejecutivo y el Ala Oeste de la Moncloa. Entra en juego la política politizada frente a la economía.

Mientras, el ministro de Industria, Energía y Turismo proporciona largas cambiadas y ensayadas cuando le preguntan sobre el déficit tarifario eléctrico, como la madre del niño de «Papa está en viaje de negocios«. O bien, lo que es peor todavía, Soria está en viaje de negocios. Atentos.

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