Oettinger asegura ahora que no todas las centrales de la Unión Europea son seguras

Los exámenes que preparan los 14 países de los Veintisiete con reactores en sus territorios, entre ellos España, demostrarán, según Günter Oettinger, que algunas plantas deben ser cerradas o revisadas y no están preparadas para condiciones meteorológicas extremas, terremotos, caídas masivas de electricidad o ataques terroristas.

«Las pruebas de resistencia que la Unión Europea va a llevar a cabo mostrarán que todas las centrales no responden a las normas de seguridad más estrictas», dijo el comisario alemán en una entrevista con la cadena franco-alemana Arte.

La Comisión Europea no tiene competencias en materia nuclear y el germano reconoció no tener ninguna información específica sobre la situación en Japón o en las centrales europeas. De hecho, la Comisión se limita a hacer un resumen de prensa de cómo es la situación en Fukushima.

Un día después de hablar de «apocalipsis» y de encomendarse a Dios, el comisario democristiano y protestante se presentó en la comisión de Medioambiente del Parlamento Europeo con nuevas palabras agoreras sobre Fukushima. «En la práctica, el sitio está fuera de control», dijo. «En las próximas horas, puede haber más catástrofes», aseguró el alemán.

Lo que es seguro es que sus palabras sentaron como una patada en la espinilla a unos mercados financieros especialmente sensibles, alterados por la crisis de la eurozona, recalentados recientemente por los alzamientos en el Norte de África, y ahora desatados por el cataclismo natural que ha golpeado a la segunda economía mundial. Las bolsas sufrieron caídas superiores al 2% en ambos lados del Atlántico.

Una decena de países, entre ellos EE UU, Francia, Reino Unido, y España, enviaron aviones a Japón para evacuar a sus nacionales. Alemania, por su parte, trasladó su embajada de Tokio a Osaka. Y en China, la falta de información y la rumorología extendió el temor de la llegada de la radiación, que sus ciudadanos intentan combatir comprando sal ionizada.

Por su parte, la Comisión Europea se niega a desautorizar las palabras de su comisario. El presidente del organismo, José Manuel Durao Barroso dijo que «estamos trabajando en todos los frentes posibles para apoyar a los ciudadanos de Japón y a su Gobierno a hacer frente a esta difícil situación«.

De este modo, Bruselas no quiso revelar si Barroso comparte el tono de las declaraciones de Oettinger, que han causado un gran revuelo por su alarmismo. De hecho, un portavoz de la Comisión se limitó a decir que la Unión Europea está dispuesta a ayudar a Japón con asistencia humanitaria y no quiso poner en duda la fiabilidad de las opiniones de Oettinger.

Al parecer, el comisario intenta respaldar a Merkel en su anuncio repentino del cierre de siete plantas nucleares y la suspensión del resto durante tres meses para su revisión. Hasta su nombramiento en el cargo en Bruselas hace un año, Oettinger presidía la región de Baden-Württemberg, que dentro de diez días celebra elecciones cruciales para el partido de la canciller.

De hecho, Merkel, abogó por superar la tecnología nuclear, que sigue siendo una «fuente transitoria de energía», y por «alcanzar la era de las energías renovables lo antes posible». Así, dio marcha atrás a su popular decisión del pasado otoño de extender la vida de las centrales nucleares más viejas.

«Vamos a utilizar el periodo de moratoria, deliberadamente corto y ambicioso, para llevar a cabo los cambios en la política energética y acelerarlos en la medida de lo posible, ya que queremos llegar a la edad de las energías renovables lo antes posible«, declaró.

Por su parte, Antonio Tajani, vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Industria, defendió la labor de Oettinger, y subrayó que «está trabajando muy bien» en relación a la crisis de Japón. «Está claramente preocupado, todo el mundo está preocupado», declaró.

Además, consideró que es muy importante que los estados miembros deben «debatir y definir juntos y a escala europea» su estrategia en materia de energía nuclear y su política energética en general. «No se puede decidir políticamente a nivel nacional lo que pasa con la energía nuclear, no es un problema nacional, de España, Alemania o Italia», declaró Tajani.

Mientras tanto, y en un área donde sí tiene más poderes, la Comisión Europea recomienda aumentar los controles de los alimentos que vienen de Japón desde el martes 15 de marzo. La cantidad de importaciones es limitada. En 2010, se compraron alimentos por valor de sólo 65 millones de euros de este país en toda la Unión Europea. España no está entre los principales clientes, que son Alemania, Reino Unido, Bélgica, Países Bajos y Francia.

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