Obama se compromete con las renovables sin olvidarse del crudo
Obama volvió a defender esos dos pilares de su política energética al inicio de una gira por cuatro estados del país con la que pretende salir al paso de las críticas de los republicanos, que en plena campaña electoral para los comicios de noviembre culpan a su Gobierno de no hacer nada para frenar el encarecimiento de la gasolina.
«No voy a renunciar a lo nuevo, a ceder nuestra posición ante China, Alemania y todos los otros competidores que están haciendo inversiones masivas en tecnología para energía limpia», afirmó Obama.
Según el presidente americano, actualmente hay en EE.UU. unas 5.600 empresas dedicadas a la producción de energía solar y que abastecen a 730.000 hogares en todo el país.
El mandatario quiere convertir a EE.UU. en un líder mundial en energías limpias y, en esa línea, el Departamento de Comercio anunció que impondrá aranceles a la entrada de paneles solares procedentes de China para compensar los subsidios que el Gobierno de Pekín da a sus empresas.
«Mientras sea presidente, vamos a desarrollar todas las fuentes disponibles de energía: petróleo, gas, pero también eólica, solar y biocombustibles«, aseguró Obama.
«Producir petróleo en casa no es suficiente porque consumimos el 20% de petróleo mundial y solo producimos el 2%», reiteró Obama y añadió que «no queremos ser vulnerables a algo que pasa en otra parte del mundo y perjudica a nuestra economía y a las personas que van en coche a trabajar».
A pesar de esto, prometió que EE.UU. va a seguir «produciendo petróleo y gas a un ritmo récord», porque necesita reducir su dependencia del crudo extranjero.
La producción actual de petróleo en Estados Unidos está en su punto más alto de los últimos ocho años y la de gas natural es la mayor de la historia, de acuerdo con la Casa Blanca.
Pese a su intención de fomentar la producción nacional de gas y crudo, Obama reiteró su propuesta de eliminar los subsidios fiscales que recibieron las compañías petroleras en EE.UU. durante un siglo, valorados en unos 4.000 millones de dólares.
La industria petrolera está obteniendo «beneficios récord» y, por tanto, no necesita «incentivos adicionales», subrayó el mandatario.
Actualmente el precio medio del galón (3,78 litros) de gasolina en EE.UU. ya ronda a nivel nacional los cuatro dólares.
Mientras el empleo y otros indicadores de la actividad económica dieron muestras de recuperación, ese encarecimiento de la gasolina está afectando a los bolsillos de la clase media. Obama lo achacó a factores externos como la inestabilidad en Medio Oriente y en torno a Irán y, a largo plazo, a la alta demanda de países como China, la India y Brasil.
Por otra parte, Obama dio luz verde al tramo sur del polémico oleoducto Keystone, de 780 kilómetros y cuya construcción comenzará esta misma primavera, y recordó que es necesario para continuar con una mayor explotación petrolera a nivel nacional.
El presidente aseguró que la aprobación de este tramo se debe a que no existen las preocupaciones como las que paralizaron el proyecto más al norte por los temores de contaminación de acuíferos estratégicos.
Por contra, los republicanos acusaron a su Gobierno de impedir la exploración y aprobación de este oleoducto, lo que a su juicio está disparando el precio de los combustibles.
«Nuestros expertos dijeron que necesitábamos tiempo para revisar el proyecto. Desafortunadamente, el Congreso decidió que quería sus propios plazos», indicó Obama en referencia a la polémica con la oposición republicana, que exigía una pronta puesta en marcha del oleoducto de más de 2.700 kilómetros.
La versión extendida del oleoducto de Keystone XL, que iba a transitar desde Canadá hasta las refinerías del Golfo de México, fue suspendida por Obama hasta que se conozcan más datos sobre el impacto ambiental de este megaproyecto.
«Estamos explorando y extrayendo más petróleo a nivel nacional que nunca antes», indicó Obama que recordó que el tramo entre Oklahoma y las refinerías de Texas es de una gran importancia, debido a que el ritmo de extracción es más alto que el que pueden soportar las infraestructuras actuales.
«Mi administración aprobará oleoductos que protejan los intereses del pueblo estadounidense», recordó Obama, que ha sido duramente criticado por los republicanos por no poner en marcha un proyecto que ayudaría a rebajar el precio de la gasolina.
La aprobación del tramo sur del oleoducto Keystone se da en pleno año electoral, y beneficiará económicamente y creará empleos en dos estados que tradicionalmente se inclinan por los republicanos en las elecciones presidenciales.


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