Moody’s revisa sus previsiones a la baja para el precio del petróleo
En su último informe sobre petróleo, la agencia prevé que el precio del barril de Brent se situará, de media, en 55 dólares durante 2015, frente a los 65 dólares en 2016 y los 75 dólares «a medio plazo». Para el barril de Texas, de referencia para Estados Unidos, las previsiones se fijan en 52, 62 y 75 dólares, respectivamente.
«El hecho de que el precio del crudo se situara en torno a los 50 dólares por barril a comienzos de 2015 refleja, entre otros factores, el aumento de la oferta desde fuera de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo)», explicó el director general de Moody’s, Steve Wood. Este experto indicó que, en el corto plazo, no ve la aparición de un factor «catalizador» capaz de modificar la actual «ecuación entre oferta y demanda», aunque reconoce que las previsiones de precios a largo plazo «contemplan un eventual repunte«.
A día de hoy, según destacaron desde Moody’s, entre los más beneficiados por la caída del precio del petróleo figuran las aerolíneas, las compañías transportistas y las empresas de alimentos procesados. También el comercio minorista podría aumentar sus ventas gracias a que el consumidor tendrá más dinero para gastar por el ahorro en combustible, mientras que los «grandes perdedores» serán las compañías de «exploración y producción» de petróleo y gas.
«Los resultados financieros de las aerolíneas mejorarán en 2015 como consecuencia del abaratamiento del precio de combustible. American Airlines debería alcanzar su máximo beneficio, pero Lufthansa y Air Canada también figurarán entre los ganadores», afirmó Moody’s. Además, un prolongado periodo de petróleo barato mejorará los márgenes de negocio de compañías alimentarias como Nestlé, Mondelez International y Kraft Foods, cuyos productos se comen entre un 10 y un 15% del coste final en transporte y combustible.
Asimismo, habrá «consecuencias positivas modestas» para la industria automovilística en Norteamérica, donde sus consumidores podrían aprovechar para comprar vehículos de más alta gama y cilindrada, menos eficientes desde el punto de vista del gasto de combustible. Por contra, según Moody’s, las ventas no mejorarán en un «mercado muy saturado» como el japonés. «Además, es probable que la alta fiscalidad que se aplica en Japón y Europa mitigará el impacto de un crudo más barato en las venta de automóviles«, concluyó.




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