Montoro y asociados
Una de las cuestiones predichas o anticipadas con el nombramiento de Cristóbal Montoro Romero como ministro de Hacienda era su vinculación al mundo de los negocios en la pasada etapa parlamentaria como responsable económico de los populares. De hecho, en el seno del Partido Popular ha existido una fuerte y constante inquietud relacionada con las peligrosas relaciones latentes en el despacho Montoro y Asociados. Muchos de sus representantes, en privado, así lo reconocían, aunque su estrella ascendente parecía darle cobertura. Este hecho se ha convertido en una cuestión más delicada si cabe en la actualidad, ante la necesidad de hacer fuertes ajustes sectoriales y empresariales, donde hay fuertes daños que distribuir.
El pasado reciente del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, vuelve y empieza a perfilarle con los pies de barro, cobrándole factura en algunas de las cuestiones que toca. De hecho, se ha desatado una fuerte controversia entre el Ministerio de Industria y el Ministerio de Hacienda a cuenta de la reforma del sector eléctrico con la fijación de nuevos impuestos a la generación, a las tecnologías renovables y el ‘carbon tax’, figuras impositivas previstas para absorber el déficit tarifario.
De hecho, previo al viaje a Rusia de José Manuel Soria, se anticipaba que el impulso a la reforma se trasladaría al día 27 de julio, mientras que ayer a última hora parecía confirmarse que sería aprobada en el Consejo de Ministros de hoy, “por motivos del calendario de las normas fiscales incluidas en dicho proyecto”. Hacienda apretaba esta semana el acelerador para ‘colocar’ el proyecto inicial, casi sin cambios. Algo que tampoco ha sentado bien en Industria.
Pero es más, la fijación de impuestos a la generación en régimen general, a la vez que discriminatorios y devastadores a las tecnologías de generación hidráulica y nuclear, junto con el trato suave a la generación termosolar han despertado todas las sospechas. Eso y el hecho de que esta tecnología va escapándose milagrosamente de todos los recortes que se van anunciando.
La reforma recoge los postulados ideológicos del colectivo retroprogresivo: impuestos a tecnologías hidráulica y nuclear para financiar el jugoso sistema de primas con daños menores para esta tecnología. El proyecto, de hecho, parece casi elaborado a pies juntillas con estos criterios, pese a que esta demanda se atribuye al Camarada Álvaro ‘Kicillof’ Nadal, director de la Oficina Económica del Presidente, quien fuera en su momento segundo de Montoro en labores parlamentarias durante la anterior legislatura.
Por otra parte, este colectivo ideológico del sector energético ha sido “acogido” por Abengoa, la empresa con más intereses en la termosolar y, también, por la principal asociación que representa los intereses de esta industria, que además ha fomentado la conformación de una rótula de intereses entre termosolar y fotovoltaica, las tecnologías que obtienen mayores subsidios del actual sistema de primas. La industria fotovoltaica, con otros problemas fundamentalmente derivados del sistema de financiación y de promoción de los proyectos, está también necesitada de aliados con capacidad de llegada.
Por su parte, Industria es consciente de que al proyecto de reforma fiscal se le ha ido la mano en las figuras impositivas que se ensañan con el régimen general (atención ciclos combinados), en los impuestos específicos a la nuclear e hidráulica y en la tasa a la energía eólica, la que menos primas percibe y menos participa en el mercado. Industria entiende que la propuesta tiene los referentes perdidos con efectos más que peligrosos en las tecnologías más eficientes y base del mix de generación, pudiendo afectar a la seguridad de suministro, a la eficiencia de nuestro mercado mayorista que tiene uno de los precios más bajos de Europa en los mercados mayoristas. Desde el departamento que dirige José Manuel Soria se atisba el riesgo para el suministro en la medida en que la generación en régimen general entraría en pérdidas y cuenta con la advertencia firme del cierre de las instalaciones nucleares y de ciclos combinados que entrarían en pérdidas. Luces rojas. Se empieza a jugar en serio.
El hecho es que la difusión en el momento más delicado de las relaciones entre Ricardo Martínez Rico, uno de los “asociados” del actual ministro de Hacienda en Montoro y Asociados, su despacho de relaciones públicas, con la industria termosolar publicadas en Vozpópuli y el diario El Economista hoy, además de ser objeto de debate en el programa El Gato al Agua de Intereconomía, han hecho mucho daño, abriendo un boquete de proporciones enormes en el proyecto de ley y provocando un fuerte malestar en el Gobierno. Ricardo Martínez Rico fue jefe de gabinete de Montoro en su anterior etapa de Gobierno y secretario de Estado de Presupuestos con el mismo. Su relación con Montoro y los 300.000 euros por las funciones de asesoramiento como consejero de la propia Abengoa están siendo escrutados en un momento muy inoportuno.
De hecho, parece que, por segunda vez, el proyecto de reforma se para ‘in extremis’ y que ahora será el propio Rajoy el que tendrá que intervenir.


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