México debate la «madre de todas las reformas» para modernizar el sector energético del país

El proyecto, que fue bautizado por fuentes oficialistas y la prensa como «la madre de todas las reformas», fue presentado por legisladores del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el conservador Partido Acción Nacional (PAN) a las comisiones encargadas de dictaminarlo.

Basado en la propuesta del Gobierno, el documento plantea que las entidades públicas Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE) pasen a ser «empresas productivas del Estado».

Estas empresas, «cuya propiedad y control serán siempre del Gobierno Federal», podrán a su vez contratar firmas privadas para cumplir sus objetivos, «con el propósito de que la Nación obtenga los recursos necesarios para su desarrollo a largo plazo».

Para los convenios con particulares se propusieron «contratos de riesgo», en los que el dueño de los recursos naturales «transfiere los riesgos de su explotación económica a un tercero, sin menoscabo de su propiedad». Dichos contratos podrían ser de «utilidad compartida» o de «producción compartida».

En el primer caso la propiedad de los recursos sigue siendo del Estado, «pero se compromete un porcentaje de la monetización de la producción como retribución». En los contratos de producción compartida, si bien se mantiene en manos del Estado la propiedad de los recursos, «se compromete un porcentaje de la producción obtenida como retribución».

Al fijar en tribuna la postura del PRI, el titular de la Comisión de Energía, David Penchyna, aseveró que la iniciativa busca dotar a las empresas públicas de recursos para competir internacionalmente.

«Lo que es innegable, lo que es rotundamente contundente, es que lo que seguirá siendo de los mexicanos es la propiedad sobre sus recursos energéticos, y la rectoría económica del Estado mexicano sobre los mismos no sólo se mantiene, se refuerza», dijo.

En favor de la propuesta también se pronunciaron legisladores del PAN y del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), aliado del PRI en las elecciones que llevaron a Peña Nieto a la Presidencia el año pasado.

Como se esperaba, el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), secundado por el Partido del Trabajo (PT), anunció que objetará el proyecto.

«La intención de Enrique Peña Nieto y sus tres partidos de reformar la Constitución en sus artículos 25, 27 y 28 es entregar nuestro sector energético a los grandes intereses trasnacionales«, aseveró la senadora Dolores Padierna, del PRD.

En tanto, el líder del PRD, Jesús Zambrano, anunció en conferencia de prensa que como parte de las acciones de resistencia a la reforma energética se buscará un acercamiento con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) del excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

López Obrador, quien en estos días se recupera de un infarto cardiaco que sufrió recientemente, encabezó las movilizaciones contra el proyecto energético, que incluyen un cerco al Senado al que se sumaron maestros disidentes y otros grupos opuestos a Peña Nieto y sus iniciativas de reforma en diversas áreas.

No obstante, parece probable que la reforma logrará salvar la valla legislativa con el voto del PRI, el PAN y el PVEM. De aprobarse en las comisiones del Senado el texto pasaría al pleno de ese órgano, de allí a la Cámara de Diputados y finalmente a los Congresos estatales, por tratarse de un proyecto de enmienda constitucional.

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