México culmina su reforma energética con promesas de inversión, crecimiento y empleo
El Senado mexicano envió al Gobierno para su promulgación los dictámenes restantes de las leyes secundarias que reglamentan la reforma constitucional aprobada por el Ejecutivo en diciembre de 2013 y que pretende propiciar una revolución del modelo energético. Tras la aprobación definitiva del Congreso, el presidente Enrique Peña Nieto expresó en su perfil de Twitter su beneplácito por la creación de un modelo que llevará a México a ser «más competitivo y próspero» y comenzara «una nueva etapa de desarrollo y bienestar para las familias mexicanas». Peña Nieto aseguró que el país producirá «energía limpia y de bajo costo», generará «empleos bien remunerados» y garantizará la protección del medio ambiente.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Energía del Senado, David Penchyna, destacó que las nuevas leyes secundarias son fruto de un debate democrático de 64 horas, más de 500 intervenciones de todas las fuerzas políticas y casi 50 modificaciones. La reforma energética modificó 3 artículos constitucionales, creó 9 leyes y reformó otras 12, «para cambiar un modelo impuesto hace casi 80 años», con la expropiación de la industria petrolera del general Lázaro Cárdenas en 1938, «quien hizo lo correcto entonces», valoró Penchyna.
El senador del gobernante PRI añadió que este nuevo modelo es «eficiente, competitivo y verde», además ratifica la autoridad del Estado, la propiedad de los mexicanos sobre los hidrocarburos, moderniza las empresas estatales, y «encamina un futuro sostenible». Penchyna apuntó que el modelo anterior era obsoleto y produjo una caída en la producción petrolera de «un millón de barriles cada día» lo que supone menores ingresos para atender a los sectores más pobres. Reconoció que México es hasta ahora el último país en lograr la apertura de la industria energética, principalmente la petrolera, algo que puede acabar siendo una ventaja.
«Aprendimos de todos los demás, tomamos en cuenta sus aciertos y sus errores», apuntó. Según Penchyna, la reforma energética de México incluye enseñanzas de la apertura energética en Noruega, Canadá, Colombia o Brasil. Se estudiaron las industrias petroleras de 16 países y se visitaron siete de ellos: Reino Unido, Noruega, Azerbaiyán, Colombia, Brasil, Estados Unidos y Canadá. No obstante, Penchyna aseguró que el nuevo modelo mexicano no es copia de ninguno sino que responde a las condiciones particulares del país, lo que lo hace «único».
A su juicio, el nuevo modelo energético mexicano tardará en «madurar» una década, plazo similar al de todos los países que modificaron su sectores de sistemas cerrados a otros abiertos. Ese es el plazo previsto que se le dará a Pemex para convertirse en una empresa productiva del Estado. El presidente de la Comisión de Energía del Senado precisó que la entidad debe cambiar totalmente su gestión, comenzar a invertir y, lo más importante, revertir la caída de su producción, para lo cual ahora contará con las cifras de inversión más altas de su historia.
Para el oficialismo es urgente concluir la «ronda cero» en la cual se entrega a Pemex los yacimientos petroleros solicitados y pasar a la «ronda uno» para convocar a las demás empresas interesadas en participar en las convocatorias para comenzar a explorar y producir. Las empresas participarán en esta industria a través de contratos de producción compartida, de utilidad compartida y de licencia, y cumplirán con las mismas obligaciones fiscales.
Desde el anuncio de esta reforma en agosto de 2013, los partidos de izquierda se opusieron sin éxito a su aprobación, y calificaron como una traición al país por considerar que se entregan las riquezas de los mexicanos a las empresas extranjeras. El presidente del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, Jesús Zambrano, advirtió de que «aún no está dicha la última palabra y que será la sociedad quien derogue en junio esta reforma privatizadora», con un referéndum que este partido pretende convocar y que está en duda por su supuesta falta de viabilidad legal.


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