México abre la generación eléctrica al sector privado pero se reserva el uso del transporte y la distribución

Los diputados aprobaron el dictamen que expide la Ley de la Industria Eléctrica y la Ley de Energía Geotérmica, y que reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales. El dictamen, aprobado por el pleno con 331 votos en favor y 128 en contra, es el segundo sobre las leyes reglamentarias en materia energética que aborda el pleno de la Cámara de Diputados durante el periodo extraordinario de sesiones que se inició esta semana.

Al fundamentar el dictamen, el presidente de la Comisión de Energía, Marco Antonio Bernal, del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), dijo que el objetivo de lo propuesto es que el país cuente con inversiones suficientes y tecnologías adecuadas para que la producción de energía no genere elevados perjuicios medioambientales. También, que el precio de la energía eléctrica sea accesible para el consumo familiar y productivo, además de asegurar el abastecimiento a largo plazo en un contexto de transición energética global y nuevas condiciones de mercado.

Bernal indicó que la discusión de esta legislación secundaria de la reforma energética se centró en lo referido a Pemex y al sector de los hidrocarburos pero sostuvo que un tema central de la reforma también es la transformación de la industria eléctrica nacional. «Esta industria también enfrenta enormes retos para su modernización y expansión en beneficio de los hogares y en lo económico«, añadió.

En favor del dictamen se pronunciaron los legisladores del PRI, del Partido Acción Nacional (PAN), del Verde Ecologista de México (PVEM) y de Nueva Alianza (NA), mientras que lo rechazaron los grupos de izquierdas: Partido de la Revolución Democrática (PRD), del Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido del Trabajo (PT).

El dictamen expide el ordenamiento que regulará la planificación y el control del sistema eléctrico mexicano, permite la participación de la iniciativa privada en la actividad de generación y establece que el transporte y la distribución de la energía eléctrica quedarán reservadas al Estado. Además, crea el marco para regular el aprovechamiento y explotación de los yacimientos geotérmicos para la generación de energía eléctrica y la participación del sector privado en estas actividades, con el fin de contribuir a la diversificación y la seguridad energética.

La discusión de la legislación energética se lleva a cabo en un periodo extraordinario de la Cámara baja que comenzó el lunes y se prevé que concluya esta semana con la aprobación de seis dictámenes, cuatro enviados por el Senado y dos más sobre temas fiscales en energía que aún deberán pasar por la Cámara alta. La reforma energética es considerada la más ambiciosa de las reformas estructurales impulsadas por el presidente Enrique Peña Nieto, dado que abre el sector a la inversión privada tras siete décadas de monopolio estatal.

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